Ansiedad y depresión en contexto de abstinencia
Autora principal: Irene Torán Bellido
Vol. XX; nº 17; 916
Anxiety and depression in the context of abstinence
Fecha de recepción: 27 de julio de 2025
Fecha de aceptación: 2 de septiembre de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 17 – Primera quincena de Septiembre de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 17; 916
Autores:
Irene Torán Bellido, Enfermera Especialidades HOP Teruel
Andrea Ibáñez Romero, Enfermera Especialidades HOP Teruel
Patricia Cortés Egeda, Enfermera HOP Teruel
Ana María Luca Simón, Enfermera HOP Teruel
Irene Sanz Gómez, Enfermera HOP Teruel
Resumen
La ansiedad y la depresión son trastornos mentales frecuentes y complejos que suelen presentarse durante el proceso de abstinencia en personas que intentan dejar sustancias adictivas. Estos síntomas representan un desafío significativo para la recuperación, ya que aumentan el riesgo de recaída y deterioran la calidad de vida del individuo. Desde el punto de vista neurobiológico, la abstinencia altera el equilibrio de neurotransmisores clave como la dopamina, la serotonina y el sistema del estrés (eje HPA), generando estados emocionales negativos y respuestas fisiológicas adversas.
El tratamiento de estos trastornos requiere un enfoque integral que combine intervenciones farmacológicas, como antidepresivos y ansiolíticos, con terapias psicológicas, especialmente la terapia cognitivo-conductual, que ayuda a manejar el estrés y modificar patrones de pensamiento disfuncionales. Además, el apoyo social y los programas de rehabilitación juegan un papel fundamental para mejorar la adherencia al tratamiento y prevenir recaídas.
A nivel de salud pública, es crucial facilitar el acceso a recursos adecuados y promover campañas de sensibilización que reduzcan el estigma asociado a los trastornos mentales y la adicción. También se destaca la necesidad de investigaciones continuas para comprender mejor los mecanismos biológicos y psicológicos implicados, así como para desarrollar tratamientos más personalizados y efectivos.
En conclusión, la ansiedad y depresión en el contexto de abstinencia son factores determinantes en el éxito del proceso de recuperación, y su manejo adecuado puede mejorar significativamente los resultados clínicos y la calidad de vida de las personas afectadas.
Palabras clave
Abstinencia, ansiedad, depresión, drogas, alcohol, salud mental.
Abstract
Anxiety and depression are common and complex mental disorders frequently experienced during the withdrawal process in individuals attempting to quit addictive substances. These symptoms pose a significant challenge to recovery, as they increase the risk of relapse and deteriorate the individual’s quality of life. From a neurobiological perspective, withdrawal disrupts the balance of key neurotransmitters such as dopamine, serotonin, and the stress system (HPA axis), leading to negative emotional states and adverse physiological responses.
Treatment of these disorders requires a comprehensive approach that combines pharmacological interventions, such as antidepressants and anxiolytics, with psychological therapies, especially cognitive-behavioral therapy, which helps manage stress and modify dysfunctional thought patterns. Additionally, social support and rehabilitation programs play a crucial role in improving treatment adherence and preventing relapse.
At the public health level, it is essential to facilitate access to appropriate resources and promote awareness campaigns that reduce the stigma associated with mental disorders and addiction. There is also a need for ongoing research to better understand the biological and psychological mechanisms involved and to develop more personalized and effective treatments.
In conclusion, anxiety and depression in the context of withdrawal are key factors influencing the success of the recovery process, and their proper management can significantly improve clinical outcomes and the quality of life of affected individuals.
Keywords
Withdrawal, anxiety, depression, drugs, alcohol, mental health.
Introducción
La abstinencia es un proceso complejo que ocurre tras la interrupción abrupta o gradual del consumo de sustancias psicoactivas, incluyendo alcohol, nicotina, opioides y otras drogas. Durante este periodo, los individuos frecuentemente experimentan una serie de síntomas físicos y psicológicos, siendo la ansiedad y la depresión dos de las manifestaciones neuropsiquiátricas más comunes y relevantes. Estas alteraciones emocionales no solo afectan la calidad de vida, sino que también constituyen factores de riesgo significativos para la recaída y la cronificación del consumo.1
La relación entre abstinencia y trastornos afectivos es bidireccional y compleja. Por un lado, el consumo prolongado de sustancias puede desencadenar cambios neurobiológicos que predisponen a la ansiedad y depresión. Por otro, el cese del consumo genera un estado de desbalance neuroquímico y neuroendocrino que agudiza estos síntomas. La comprensión adecuada de estos mecanismos es crucial para el desarrollo de estrategias terapéuticas eficaces que favorezcan la recuperación y la reinserción social de los pacientes.1,2
Este artículo tiene como objetivo analizar y sintetizar la evidencia científica disponible sobre la ansiedad y depresión en el contexto de la abstinencia, explorando sus bases neurobiológicas, manifestaciones clínicas y las intervenciones más efectivas para su manejo. Se espera que esta revisión sirva como una herramienta útil para profesionales de la salud mental y adicciones, contribuyendo a mejorar el abordaje integral de esta población vulnerable.
Desarrollo
La abstinencia de sustancias psicoactivas desencadena una serie de cambios neurobiológicos complejos, que se traducen en alteraciones emocionales significativas, principalmente ansiedad y depresión. Para comprender este fenómeno, es necesario analizar cómo el consumo prolongado de drogas afecta la neuroquímica cerebral y las estructuras involucradas en la regulación del estado de ánimo.1,3
El consumo repetido de sustancias psicoactivas genera adaptaciones neuroplásticas en circuitos cerebrales relacionados con la recompensa, la motivación y el estrés. Uno de los sistemas más afectados es el sistema dopaminérgico mesolímbico, que conecta el área tegmental ventral con el núcleo accumbens. Durante el consumo, la liberación excesiva de dopamina produce una sensación de placer o euforia. Sin embargo, con el tiempo, el cerebro reduce la sensibilidad a esta señal y disminuye la producción natural de dopamina, lo que resulta en anhedonia y disforia durante la abstinencia.2
Simultáneamente, el sistema de neurotransmisores inhibitorios GABA y excitatorios glutamato sufre desregulación. En la abstinencia, la reducción de la actividad GABAérgica y el aumento de la actividad glutamatérgica generan hiperexcitabilidad neuronal, que contribuye a la ansiedad, irritabilidad y síntomas de estrés.2
Papel de eje HPA y respuesta al estrés
El eje hipotalámico-pituitario-adrenal (HPA) es un regulador central del estrés. El consumo de drogas puede alterar su funcionamiento, generando una respuesta exacerbada o crónicamente activada durante la abstinencia. La liberación excesiva de cortisol y otras hormonas del estrés influye en la plasticidad neuronal y la expresión génica, promoviendo estados de ansiedad y depresión.1,2
Esta hiperactividad del eje HPA está relacionada con la activación de la amígdala, estructura clave para la detección de amenazas y procesamiento emocional, y la inhibición de la corteza prefrontal, responsable del control ejecutivo y regulación emocional.2
Cambios en neuroinflamación y estrés oxidativo
Además de los neurotransmisores y hormonas, la neuroinflamación y el estrés oxidativo son factores emergentes en la comprensión de los trastornos afectivos en la abstinencia. El consumo y la abstinencia aumentan la producción de citoquinas proinflamatorias y especies reactivas de oxígeno, que dañan las neuronas y alteran las conexiones sinápticas, afectando la función cerebral. Se sugiere que esta neuroinflamación contribuye a la aparición y mantenimiento de la ansiedad y la depresión, además de interferir con la eficacia de algunos tratamientos.3
Manifestaciones clínicas
La sintomatología emocional durante la abstinencia es variada y depende de factores como el tipo de sustancia, el patrón de consumo, la duración y la vulnerabilidad individual. Sin embargo, la ansiedad y depresión son dos de los síntomas más comunes y clínicamente relevantes.3
Ansiedad
Los síntomas ansiosos incluyen una sensación persistente de miedo, preocupación excesiva, tensión muscular, irritabilidad y dificultad para relajarse. En algunos casos, puede presentarse como ataques de pánico, que se caracterizan por episodios breves pero intensos de miedo extremo, acompañado de palpitaciones, sudoración, temblores y sensación de muerte inminente.4
Durante la abstinencia de alcohol, la ansiedad puede manifestarse dentro de las primeras horas tras el cese del consumo y durar días o semanas. En la abstinencia de nicotina, la ansiedad es frecuente y constituye una de las principales causas de recaída.3,4
Depresión
En cuanto a la depresión en la abstinencia, se presenta con síntomas como tristeza profunda, desesperanza, pérdida de interés o placer, alteraciones del sueño y apetito, fatiga y dificultad para concentrarse. En algunos casos, puede llegar a pensamientos suicidas o conductas autolesivas, especialmente si existe un trastorno afectivo previo o un contexto psicosocial desfavorable. En la abstinencia de opioides, por ejemplo, los síntomas depresivos pueden ser intensos, agravando la sensación de malestar general y aumentando la dificultad para mantener la abstinencia.4
Síntomas físicos asociados
Es importante destacar que la ansiedad y depresión durante la abstinencia suelen coexistir con síntomas físicos como temblores, sudoración, náuseas, palpitaciones y alteraciones del sueño, lo que contribuye a la complejidad del cuadro clínico.5
Factores asociados
La heterogeneidad en la presentación clínica de ansiedad y depresión durante la abstinencia responde a múltiples factores, que resultan esenciales para un abordaje personalizado y eficaz. Son los siguientes:2
Tipo de sustancia:
Algunas sustancias, como el alcohol y los opioides, suelen asociarse a síntomas más severos, mientras que otras, como la nicotina o la cafeína, producen cuadros más leves.2
Duración y cantidad del consumo:
El consumo prolongado y en altas dosis genera mayores neuroadaptaciones, lo que agrava la severidad de los síntomas durante la abstinencia.2
Genética y antecedentes psiquiátricos:
La presencia de trastornos de ansiedad o depresión previos, así como factores genéticos, predisponen a una mayor vulnerabilidad.5
Apoyo social y condiciones socioeconómicas:
La falta de redes de apoyo y situaciones de estrés social o económico dificultan la recuperación y agravan los síntomas afectivos.2,5
Comorbilidad médica:
La presencia de enfermedades crónicas o condiciones que alteran el metabolismo cerebral (como el hipotiroidismo) pueden empeorar la sintomatología.5
Abordaje terapéutico
El tratamiento de la ansiedad y depresión en la abstinencia es un reto clínico que requiere un enfoque multidisciplinario y adaptado a las necesidades individuales.4
Tratamiento farmacológico
Benzodiacepinas:
Son la primera línea para controlar la ansiedad severa en la abstinencia de alcohol. Su uso debe ser limitado en tiempo y dosis para evitar dependencia.4,5
Antidepresivos:
Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y otros antidepresivos pueden ser útiles para tratar síntomas depresivos y ansiosos persistentes, aunque su efecto puede tardar semanas en manifestarse.5
Terapias de reemplazo:
En el caso de opioides, la terapia con metadona o buprenorfina estabiliza el sistema neuroquímico y reduce la intensidad de los síntomas afectivos.
Otros medicamentos:
Agentes como estabilizadores del ánimo o antipsicóticos atípicos pueden utilizarse en casos con comorbilidad psiquiátrica severa.4,5
Terapia psicológica
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es el enfoque más respaldado por la evidencia para manejar la ansiedad y depresión asociadas a la abstinencia. Se centra en identificar y modificar patrones de pensamiento disfuncionales y desarrollar estrategias de afrontamiento.6
El mindfulness y la terapia basada en la aceptación y compromiso (ACT) también muestran resultados prometedores, ayudando a los pacientes a manejar el estrés y la emoción negativa sin recurrir al consumo.6
Apoyo social y rehabilitación
La participación en grupos de apoyo, programas de reinserción social y psicoeducación son componentes clave para la recuperación. El apoyo familiar y comunitario facilita la adherencia al tratamiento y disminuye la sensación de aislamiento.6
Evidencia científica
Numerosos estudios han explorado la relación entre abstinencia, ansiedad y depresión. Por ejemplo, un metaanálisis reciente demostró que la prevalencia de trastornos de ansiedad y depresión es significativamente mayor en individuos en fase de abstinencia, comparado con la población general. Además, la presencia de estos trastornos duplica el riesgo de recaída.4,6
Otro estudio longitudinal mostró que la intervención temprana con terapia cognitivo-conductual combinada con farmacoterapia redujo significativamente los síntomas afectivos y mejoró la tasa de abstinencia sostenida a los seis meses. Estas evidencias subrayan la importancia de un abordaje integral y oportuno para mejorar el pronóstico de los pacientes.4
Conclusión
La ansiedad y la depresión en el contexto de la abstinencia constituyen manifestaciones clínicas complejas que reflejan profundas alteraciones neurobiológicas y psicosociales. Estas afecciones no solo dificultan el proceso de desintoxicación, sino que también aumentan significativamente el riesgo de recaída, perpetuando un ciclo perjudicial para la salud mental y física del individuo. La comprensión de los mecanismos subyacentes, como la disfunción del sistema dopaminérgico, la hiperactividad del eje HPA y la neuroinflamación, permite un abordaje más preciso y personalizado del tratamiento.4,6
El manejo exitoso de estos trastornos requieren estrategias integrales que combinen intervenciones farmacológicas con terapias psicológicas, apoyo social y programas de rehabilitación. La evidencia científica destaca la eficacia de enfoques como la terapia cognitivo-conductual y la farmacoterapia dirigida, pero también señala la necesidad de una detección temprana y un seguimiento continuo para prevenir recaídas y mejorar la calidad de vida del paciente.2,4
Desde una perspectiva de salud pública, es fundamental promover políticas que faciliten el acceso a tratamientos multidisciplinarios y programas de apoyo, especialmente en poblaciones vulnerables. Asimismo, la educación y sensibilización sobre los riesgos emocionales asociados a la abstinencia pueden contribuir a una mayor adherencia terapéutica y a la reducción del estigma.6
Finalmente, se requieren investigaciones futuras que profundicen en los mecanismos moleculares y genéticos implicados, así como en la optimización de intervenciones personalizadas, considerando factores individuales y contextuales. Solo mediante un abordaje holístico y multidimensional se podrá avanzar en la prevención, tratamiento y rehabilitación efectiva de la ansiedad y depresión asociadas a la abstinencia, mejorando el bienestar integral de quienes enfrentan este desafío.5,6
Referencias bibliográficas
1. Koob GF, Volkow ND. Neurobiology of addiction: a neurocircuitry analysis. Lancet Psychiatry. 2016;3(8):760-73. doi:10.1016/S2215-0366(16)00104-8.
2. Sinha R. Chronic stress, drug use, and vulnerability to addiction. Ann N Y Acad Sci. 2008;1141:105-30. doi:10.1196/annals.1441.030
3. Uhart M, Wand GS. Stress, alcohol and drug interaction: an update of human research. Addict Biol. 2009 Jan;14(1):43-64. doi: 10.1111/j.1369-1600.2008.00131.x
4. Hasin DS, Sarvet AL, Meyers JL, Saha TD, Ruan WJ, Stohl M, et al. Epidemiology of Adult DSM-5 Major Depressive Disorder and Its Specifiers in the United States. JAMA Psychiatry. 2018;75(4):336-46. doi:10.1001/jamapsychiatry.2017.4602
5. Crego A, Carrillo-Diaz M, Rodríguez-Holguín S, Moya-Albiol L. Stress and substance use: a neurobiological and psychosocial approach. Int J Environ Res Public Health. 2020;17(18):6745. doi:10.3390/ijerph17186745
6. Garland EL, Froeliger B, Howard MO. Mindfulness training targets neurocognitive mechanisms of addiction at the attention-appraisal-emotion interface. Front Psychiatry. 2014;4:173. doi:10.3389/fpsyt.2013.00173.
Declaración de buenas prácticas:
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.