Aplicación del ultrasonido en la evaluación diagnóstica de infecciones de piel y tejidos blandos: Precisión, utilidad clínica y consideraciones prácticas
Autor principal: Josemar Vargas Jiménez
Vol. XX; nº 11; 595
Application of ultrasound in the diagnostic evaluation of skin and soft tissue infections: Accuracy, clinical utility, and practical considerations
Fecha de recepción: 25 de abril de 2025
Fecha de aceptación: 4 de junio de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 11 – Primera quincena de Junio de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 11; 595
Autores:
Josemar Vargas Jiménez, Médico general, investigador Independiente. San José, Costa Rica. ORCID: 009-0004-5107-5747 Código Médico 14774
Jeffry Josué Mena Ureña, Médico general, investigador Independiente. San José, Costa Rica. ORCID: 0009-0001-8557-1739 Código Médico 14683
Paula Melissa Vega Murillo, Médico general, investigadora Independiente. San José, Costa Rica. ORCID: 0009-0000-5416-7605 Código Médico 19000
Resumen:
El ultrasonido se ha consolidado como una herramienta diagnóstica fundamental en la evaluación de las infecciones de piel y tejidos blandos, debido a su capacidad para ofrecer imágenes en tiempo real sin recurrir a radiación ionizante. Basado en la emisión y recepción de ondas ultrasónicas que interactúan con los tejidos según sus propiedades acústicas, este método permite caracterizar con precisión las estructuras tisulares. La ecografía en el punto de atención se destaca por su portabilidad, bajo costo y rapidez diagnóstica, lo cual resulta crucial en contextos clínicos como los servicios de urgencias, donde el diagnóstico oportuno mejora significativamente el pronóstico del paciente.
Entre las infecciones más frecuentemente evaluadas con ultrasonido se encuentran la celulitis, los abscesos subcutáneos y la fascitis necrosante. La celulitis se caracteriza por una imagen en «adoquín», mientras que los abscesos aparecen como cavidades anecoicas o hipoecoicas, indicativas de la presencia de pus. Por su parte, la fascitis necrosante puede detectarse a través de la visualización de líquido en los planos fasciales o la presencia de gas en los tejidos, hallazgos que requieren intervención quirúrgica urgente. La sensibilidad y especificidad del ultrasonido para estas afecciones es elevada, lo que justifica su uso como herramienta diagnóstica de primera línea.
Además, el ultrasonido puede guiar procedimientos como la incisión y drenaje de abscesos, así como facilitar la monitorización de la evolución clínica durante el tratamiento. No obstante, su eficacia depende de la competencia del profesional que lo utiliza, por lo que se recomienda una formación especializada. En conjunto, el ultrasonido representa una alternativa segura, eficiente y accesible para el diagnóstico y manejo integral de las infecciones de piel y tejidos blandos.
Palabras clave:
Inflamación, pus, necrosis, sensibilidad, especificidad, drenaje.
Abstract:
Ultrasound has established itself as a fundamental diagnostic tool in the evaluation of skin and soft tissue infections due to its ability to provide real-time images without the use of ionizing radiation. Based on the emission and reception of ultrasound waves that interact with tissues based on their acoustic properties, this method allows for the precise characterization of tissue structures. Point-of-care ultrasound is notable for its portability, low cost, and rapid diagnosis, which is crucial in clinical settings such as emergency departments, where timely diagnosis significantly improves patient prognosis.
Among the infections most frequently evaluated with ultrasound are cellulitis, subcutaneous abscesses, and necrotizing fasciitis. Cellulitis is characterized by a «cobblestone» appearance, while abscesses appear as anechoic or hypoechoic cavities, indicative of the presence of pus. Necrotizing fasciitis, on the other hand, can be detected by the visualization of fluid in the fascial planes or the presence of gas in the tissues, findings that require urgent surgical intervention. The sensitivity and specificity of ultrasound for these conditions is high, justifying its use as a first-line diagnostic tool.
Furthermore, ultrasound can guide procedures such as incision and drainage of abscesses, as well as facilitate monitoring of clinical progress during treatment. However, its effectiveness depends on the competence of the practitioner using it, so specialized training is recommended. Overall, ultrasound represents a safe, efficient, and accessible alternative for the diagnosis and comprehensive management of skin and soft tissue infections.
Keywords:
Inflammation, pus, necrosis, tenderness, specificity, drainage.
Introducción:
La ecografía se ha consolidado como una herramienta diagnóstica valiosa en el abordaje clínico de las infecciones de la piel y los tejidos blandos (IPTB), permitiendo mejorar significativamente la precisión diagnóstica en comparación con la evaluación física tradicional. Estas infecciones, que incluyen afecciones frecuentes como la celulitis, los abscesos y la fascitis necrosante, representan un espectro clínico relevante por su prevalencia en los servicios de urgencias y por el riesgo que suponen si no se identifican y tratan de forma oportuna. La similitud entre las manifestaciones clínicas de estas entidades complica su diferenciación únicamente con base en la exploración física, lo que incrementa la posibilidad de errores diagnósticos y, en consecuencia, de retrasos terapéuticos (1; 2).
Las infecciones de piel y tejidos blandos pueden variar desde cuadros leves, como la celulitis simple, hasta condiciones potencialmente mortales como la fascitis necrosante. Esta última requiere intervenciones quirúrgicas urgentes, por lo que su detección precoz es fundamental. En este contexto, el uso del ultrasonido en el punto de atención, conocido como POCUS por sus siglas en inglés, ha demostrado ser una herramienta rápida, segura y altamente sensible que puede realizarse junto a la cama del paciente. Su aplicabilidad en escenarios clínicos de alta demanda, como las salas de emergencia, representa una ventaja sustancial frente a otras modalidades de imagen más complejas o inaccesibles en tiempo real (1; 2).
Uno de los principales retos de la evaluación clínica tradicional es la dificultad para distinguir entre celulitis y abscesos, debido a que ambas entidades pueden presentar eritema, calor y dolor local. Esta limitación se agrava en situaciones donde el examen físico se ve dificultado por características anatómicas o condiciones del paciente. Además, técnicas de imagen como la tomografía computarizada o la resonancia magnética, aunque útiles, pueden no estar disponibles en todos los entornos, o bien resultar poco prácticas en pacientes inestables que requieren una evaluación rápida (2; 3).
En este sentido, la ecografía ofrece una ventaja diagnóstica importante, ya que permite visualizar la estructura subcutánea en tiempo real, identificando características clave como colecciones líquidas, gas en tejidos profundos o alteraciones en los planos fasciales. Específicamente, se ha reportado que el POCUS tiene una sensibilidad del 97% para la detección de abscesos y del 93,3% para la fascitis necrosante, cifras que reflejan su alta capacidad diagnóstica. Además, el ultrasonido no solo facilita el diagnóstico, sino que también puede orientar procedimientos como el drenaje guiado o la toma de muestras, acelerando así el inicio de las intervenciones necesarias (3; 4).
En conclusión, la ecografía en el contexto de infecciones cutáneas y de tejidos blandos se perfila como un recurso esencial, particularmente en situaciones donde la evaluación clínica es limitada o donde se requiere una respuesta diagnóstica e intervencionista inmediata. Su uso contribuye a una mejor estratificación de los pacientes y permite una toma de decisiones más precisa, lo que puede mejorar de manera significativa los desenlaces clínicos, en especial en patologías de alto riesgo como la fascitis necrosante (1; 2).
El objetivo de este artículo es analizar el papel del ultrasonido, particularmente POCUS, en la evaluación diagnóstica de las infecciones de la piel y los tejidos blandos, destacando su utilidad para diferenciar entre entidades clínicas como celulitis, abscesos y fascitis necrosante. Asimismo, se pretende examinar las ventajas del ultrasonido frente a la evaluación clínica tradicional y otras modalidades de imagen, así como su impacto en la toma de decisiones terapéuticas oportunas y en la mejora de los desenlaces clínicos.
Metodología:
Para el desarrollo de esta investigación sobre el uso del ultrasonido en la evaluación de infecciones de piel y tejidos blandos, se llevó a cabo una revisión bibliográfica exhaustiva con el propósito de analizar la evidencia científica disponible sobre la utilidad clínica de la ecografía, especialmente POCUS, en el diagnóstico diferencial de entidades como celulitis, abscesos y fascitis necrosante. Esta revisión abarcó aspectos clave como las limitaciones de la evaluación clínica tradicional, las ventajas del ultrasonido frente a otras técnicas de imagen y su impacto en la toma de decisiones terapéuticas oportunas.
Para garantizar la calidad y relevancia de la información recopilada, se consultaron bases de datos científicas reconocidas como PubMed, Scopus y Web of Science, seleccionadas por su cobertura en temas de medicina de urgencias, diagnóstico por imágenes, dermatología e infecciones de tejidos blandos. Se aplicaron rigurosos criterios de inclusión y exclusión: se consideraron únicamente estudios publicados entre 2020 y 2025, en inglés o español, que evaluaran el uso del ultrasonido en pacientes con infecciones de piel y tejidos blandos, incluyendo ensayos clínicos, revisiones sistemáticas, estudios observacionales y guías clínicas. Se excluyeron artículos con datos incompletos, publicaciones duplicadas o sin revisión por pares. Las palabras clave utilizadas para la búsqueda incluyeron: Inflamación, pus, necrosis, sensibilidad, especificidad, drenaje.
A partir de la búsqueda, se identificaron 19 fuentes relevantes que cumplían con los criterios establecidos. Estas fueron analizadas cualitativamente y agrupadas en categorías temáticas como precisión diagnóstica, utilidad clínica, ventajas frente a métodos tradicionales y limitaciones prácticas. Este enfoque metodológico permitió estructurar una visión integral sobre el papel actual del ultrasonido en la evaluación de infecciones de piel y tejidos blandos, resaltando su valor como herramienta diagnóstica complementaria en distintos escenarios clínicos.
Fundamentos del ultrasonido en medicina:
Los principios físicos de la ecografía se fundamentan en la emisión y recepción de ondas ultrasónicas que interactúan con los tejidos corporales según sus propiedades acústicas. Estas propiedades incluyen la velocidad del sonido en el tejido, la atenuación de las ondas al atravesar diferentes capas y la retrodispersión, que es la reflexión del sonido hacia el transductor. A partir de estas interacciones, el equipo de ultrasonido genera imágenes que permiten caracterizar estructuras tisulares con un nivel considerable de detalle (5). Una de las principales ventajas de esta tecnología es su capacidad para penetrar profundamente en los tejidos blandos sin exponer al paciente a radiación ionizante, lo que la convierte en una herramienta segura y eficaz, especialmente en el ámbito del diagnóstico médico (6).
En cuanto a los dispositivos utilizados, los transductores de ultrasonido de tipo flexible y estirable han demostrado ser especialmente útiles para obtener imágenes de superficies anatómicas curvas, como la piel. Esta adaptabilidad se traduce en una mejor calidad de imagen y mayor precisión diagnóstica en regiones difíciles de visualizar con sondas convencionales. Además, se ha determinado que las sondas con una frecuencia central cercana a los 5,3 MHz y un ancho de banda de -6 dB en torno al 66,47% ofrecen un equilibrio óptimo entre profundidad de penetración y resolución, lo cual es ideal para la visualización de infecciones en tejidos blandos superficiales y profundos (6).
Entre las principales ventajas de la ecografía, destacan su accesibilidad y portabilidad. Los dispositivos de ultrasonido pueden ser transportados fácilmente, lo que permite su uso en escenarios clínicos variados, incluyendo unidades de urgencias, áreas de cuidados intensivos y consultas externas. Esta característica resulta especialmente útil en contextos donde el tiempo de diagnóstico es crítico, como en la evaluación rápida de fascitis necrosante, donde una intervención oportuna puede marcar la diferencia en el pronóstico del paciente (4). Asimismo, el hecho de que la ecografía no implique exposición a radiación ionizante la convierte en una opción segura para su uso repetido, lo cual es particularmente relevante en poblaciones vulnerables, como mujeres embarazadas o pacientes pediátricos (6).
Clasificación de las infecciones de piel y tejidos blandos:
Las infecciones de la piel y los tejidos blandos constituyen un grupo heterogéneo de entidades clínicas que varían en severidad, etiología y abordaje terapéutico. Una de las infecciones más comunes dentro de esta categoría es la celulitis, caracterizada por enrojecimiento, dolor, calor e hinchazón en la piel, generalmente secundaria a infecciones por bacterias estreptocócicas o estafilocócicas. No obstante, su diagnóstico clínico puede ser complicado debido a la similitud de sus manifestaciones con otras condiciones no infecciosas como la dermatitis por estasis o la seudocelulitis. En este contexto, herramientas complementarias como la puntuación clínica ALT-70 yPOCUS se han propuesto para diferenciar con mayor precisión la celulitis de otros diagnósticos diferenciales, mejorando así la toma de decisiones clínicas (7).
Por otra parte, los abscesos subcutáneos representan otra forma frecuente de infección de tejidos blandos. Estas lesiones consisten en acumulaciones localizadas de pus dentro del tejido subcutáneo, generalmente originadas por infecciones bacterianas que requieren manejo quirúrgico mediante incisión y drenaje. A menudo, el tratamiento antibiótico posterior incluye agentes efectivos contra cepas resistentes como el Staphylococcus aureus resistente a meticilina (SARM), siendo el trimetoprim-sulfametoxazol (TMP-SMX) o la doxiciclina opciones comúnmente utilizadas cuando existe sospecha clínica de dicha resistencia (7).
En contraste con estas formas clínicas más frecuentes y menos agresivas, la fascitis necrosante constituye una infección devastadora que pone en peligro la vida del paciente. Esta condición se caracteriza por una rápida progresión de necrosis a través de los planos fasciales, acompañada de síntomas inespecíficos que dificultan su diagnóstico temprano. En la evaluación inicial, el empleo de herramientas como la puntuación LRINEC (Laboratory Risk Indicator for Necrotizing Fasciitis) y estudios de imagen como la tomografía computarizada o la resonancia magnética resulta crucial para establecer un diagnóstico diferencial frente a otras infecciones de piel menos graves (8; 9). El tratamiento de esta afección exige un enfoque agresivo que incluya desbridamiento quirúrgico urgente y terapia antibiótica de amplio espectro para controlar la infección sistémica (10).
Adicionalmente, se reconocen las infecciones mixtas o complicadas, que implican la presencia de múltiples patógenos y la coexistencia de síntomas característicos de celulitis, abscesos y procesos necrosantes. Estas infecciones suelen manifestarse con mayor severidad y complejidad clínica, lo que demanda una combinación de intervención quirúrgica y una estrategia antimicrobiana adaptada a los resultados microbiológicos obtenidos por cultivo. La identificación temprana del tipo de infección involucrada y la selección adecuada del tratamiento son fundamentales para prevenir complicaciones graves y mejorar el pronóstico del paciente. En este sentido, la integración de métodos diagnósticos avanzados como la ecografía, en combinación con el juicio clínico, constituye una herramienta clave para el abordaje integral de las infecciones cutáneas y de tejidos blandos (9).
Hallazgos ecográficos característicos:
La ecografía ha demostrado ser una herramienta diagnóstica de gran utilidad en la evaluación de infecciones de la piel y los tejidos blandos, particularmente por su capacidad para diferenciar entre distintos tipos de afecciones que pueden presentar síntomas clínicos similares. En el caso de la celulitis, uno de los hallazgos ecográficos más característicos es la apariencia en «adoquín», resultado del edema subcutáneo producido por la acumulación de líquido en los espacios intersticiales del tejido. Este patrón en mosaico se debe a la distorsión de los septos grasos subcutáneos y constituye un indicador confiable de inflamación difusa, sin acumulación de pus localizada (4; 11).
Por el contrario, los abscesos subcutáneos presentan hallazgos ecográficos claramente diferenciables. Se manifiestan como cavidades anecoicas o hipoecoicas, es decir, áreas oscuras en la imagen ecográfica que representan líquido, con bordes irregulares y, en muchos casos, ecos internos que reflejan la presencia de contenido purulento. Este tipo de hallazgo es fundamental para distinguir un absceso de una celulitis, ya que las estrategias de tratamiento difieren considerablemente. Mientras que la celulitis suele tratarse con antibióticos, el absceso requiere generalmente una intervención quirúrgica mediante incisión y drenaje (12; 13).
Además de su capacidad diagnóstica inicial, la ecografía permite evaluar la extensión y la profundidad de la infección. Este aspecto es de suma importancia, ya que permite al clínico determinar la gravedad del cuadro y tomar decisiones terapéuticas adecuadas. La visualización de acumulaciones de líquido que se extienden a lo largo de los planos fasciales puede ser indicativa de una infección profunda o incluso de fascitis necrosante, una emergencia médica que requiere tratamiento quirúrgico urgente (4; 11).
En los casos más complejos, la ecografía puede detectar signos específicos de infecciones graves. La presencia de gas en los tejidos, que aparece como áreas ecogénicas acompañadas de sombras acústicas posteriores, es un hallazgo altamente sugestivo de fascitis necrosante. Este tipo de imagen refleja la producción de gas por bacterias anaerobias y se asocia con una alta mortalidad si no se actúa de inmediato (4). Asimismo, la ecografía es capaz de identificar cuerpos extraños embebidos en los tejidos, así como zonas de necrosis, lo que proporciona una evaluación integral que contribuye no solo al diagnóstico, sino también a la planificación quirúrgica y al monitoreo del tratamiento (11; 14).
Aplicaciones clínicas del ultrasonido en IPTB:
POCUSC se ha consolidado como una herramienta diagnóstica de alto valor en los servicios de emergencia, particularmente en la evaluación de infecciones de piel y tejidos blandos. Su capacidad para diferenciar entre abscesos y celulitis ha sido ampliamente documentada, con una sensibilidad del 97% y una especificidad del 83%, lo que la convierte en una opción confiable y rápida en contextos clínicos donde la distinción precisa entre estas patologías es esencial (4).
En el caso de la fascitis necrosante, una condición crítica que requiere intervención inmediata, la ecografía permite identificar signos clave como la irregularidad de la fascia y la acumulación de líquido en los planos profundos. La sensibilidad del POCUS para esta afección ha sido estimada en 93,3% y su especificidad en 88,2%, cifras que respaldan su utilidad para el diagnóstico temprano de una patología con alta tasa de mortalidad si no se trata de forma oportuna (4). De igual forma, un metaanálisis reciente demostró que la ecografía es especialmente útil en los servicios de urgencias para identificar abscesos, con una sensibilidad combinada de 0,93 y una especificidad de 0,87, lo que la posiciona como una herramienta de primera línea en este ámbito (3).
Más allá del diagnóstico, la ecografía desempeña un papel fundamental como guía en procedimientos intervencionistas. En el drenaje de abscesos, el uso de POCUS permite una localización precisa de la colección purulenta, reduciendo significativamente el riesgo de error o de drenajes incompletos. De hecho, los pacientes que se someten a un drenaje guiado por ultrasonido presentan un 70% menos de probabilidad de fracaso del tratamiento en comparación con aquellos que no reciben esta asistencia (15). Además, la ecografía permite guiar procedimientos menos invasivos, como la aspiración con aguja, que puede ser una alternativa eficaz para abscesos de menor tamaño o en localizaciones sensibles, como los abscesos mamarios pequeños (16).
Finalmente, la ecografía también resulta útil en la fase de seguimiento, permitiendo una monitorización objetiva de la respuesta al tratamiento. A través de la evaluación seriada de la acumulación de líquido y los cambios en las características ecográficas del tejido, los clínicos pueden valorar la eficacia del tratamiento instaurado y tomar decisiones fundamentadas sobre la necesidad de nuevas intervenciones, lo que contribuye a un manejo más preciso y personalizado del paciente (4; 15).
Comparación con otras modalidades diagnósticas:
La ecografía se ha posicionado como una herramienta diagnóstica de gran valor en el abordaje de las infecciones de piel y tejidos blandos, gracias a sus múltiples ventajas clínicas, especialmente en contextos de urgencia. Una de las características más destacadas de esta modalidad es su portabilidad, lo que permite su uso junto a la cama del paciente. Esta accesibilidad resulta fundamental en situaciones críticas, donde el estado del paciente no permite su traslado a salas de imagenología avanzadas. En estos escenarios, la disponibilidad inmediata de resultados facilita decisiones clínicas más oportunas y eficaces (4; 17).
Además de su portabilidad, la ecografía, y en particular POCUS, ha demostrado una alta sensibilidad y especificidad en la identificación de infecciones complejas. Estudios recientes han reportado una sensibilidad del 93,5% y una especificidad del 80% para el diagnóstico de infecciones necrosantes de tejidos blandos, lo que refuerza su utilidad como herramienta diagnóstica confiable, capaz de orientar decisiones terapéuticas urgentes (18). Otro de sus beneficios clave es la capacidad de ofrecer imágenes en tiempo real, lo cual permite una evaluación dinámica del tejido afectado y la posibilidad de adaptar el manejo clínico de forma inmediata, sin necesidad de diferir el tratamiento (17).
Desde una perspectiva operativa, la ecografía también representa una alternativa más económica y rápida en comparación con modalidades como la tomografía computarizada o la resonancia magnética. Este ahorro en tiempo y costos se traduce en una reducción en el retraso diagnóstico y una optimización de los recursos hospitalarios, especialmente en instituciones con limitaciones logísticas o económicas (1; 18).
Sin embargo, pese a sus múltiples ventajas, la ecografía también presenta algunas limitaciones que deben considerarse. Una de las principales es la dependencia del operador, ya que la calidad de las imágenes y la precisión diagnóstica pueden variar considerablemente según la experiencia y el entrenamiento del profesional que realiza el estudio (4). Asimismo, existen restricciones anatómicas que pueden dificultar la obtención de imágenes claras, como ocurre en zonas profundas o cuando estructuras óseas o la presencia de aire interfieren con la propagación de las ondas ultrasónicas (18).
Por último, los artefactos ecográficos, como los de reverberación, representan otra dificultad técnica. Estos artefactos, particularmente comunes en presencia de aire subcutáneo, pueden distorsionar la imagen e incluso ocultar hallazgos importantes, complicando la interpretación del estudio y retrasando un diagnóstico preciso. A pesar de estas limitaciones, la ecografía continúa siendo una herramienta valiosa en la evaluación inicial y seguimiento de infecciones de tejidos blandos, siempre y cuando se reconozcan sus desafíos y se utilice como parte de un enfoque diagnóstico integral (18).
Consideraciones prácticas y recomendaciones:
La adecuada capacitación del personal médico en el uso de la POCUS resulta esencial para optimizar el diagnóstico y manejo de las infecciones de piel y tejidos blandos. Esta formación debe enfocarse en el reconocimiento preciso de los hallazgos ecográficos clave, como la apariencia empedrada característica de la celulitis y la presencia de acumulaciones líquidas asociadas a los abscesos, elementos que permiten diferenciar entre entidades con implicaciones terapéuticas distintas (1; 2).
Especial atención debe prestarse al entrenamiento en la identificación de signos ecográficos compatibles con fascitis necrosante, una infección grave de rápida progresión que pone en riesgo la vida del paciente. Entre los hallazgos más importantes se incluyen el engrosamiento fascial y la presencia de niveles de líquido en los planos fasciales profundos, cuya detección precoz puede ser determinante para activar una intervención quirúrgica oportuna (4; 19). En este sentido, los talleres de formación clínica basados en simulación han demostrado mejorar la competencia técnica y aumentar la confianza de los profesionales en el uso del POCUS para la evaluación de infecciones de tejidos blandos (14).
Para estandarizar su aplicación en la práctica clínica, es recomendable implementar protocolos que integren el uso sistemático del POCUS desde la evaluación inicial del paciente. Estos protocolos deben ser especialmente útiles cuando los hallazgos del examen físico sean ambiguos, y deben establecer procedimientos claros para la documentación e interpretación de los resultados ecográficos, asegurando así la coherencia y precisión diagnóstica entre los distintos operadores (1; 12). Asimismo, se debe contemplar una ruta de actuación bien definida que incluya medidas inmediatas o la remisión a especialistas en función de los hallazgos, como ocurre en los casos de sospecha de fascitis necrosante, en los que es crucial una rápida consulta quirúrgica (19).
Finalmente, el establecimiento de criterios para la derivación y la realización de estudios complementarios debe basarse en los resultados obtenidos por ecografía. En aquellos casos donde el POCUS revele signos compatibles con infecciones graves o cuando los hallazgos sean equívocos, se debe considerar la realización de estudios adicionales, como la tomografía computarizada, especialmente si existe sospecha de compromiso en tejidos profundos no visualizados por ultrasonido. Además, la condición clínica del paciente debe ser considerada en todo momento: los pacientes inestables podrían no ser candidatos para estudios complementarios y requerir una intervención inmediata basada en los hallazgos ecográficos iniciales. Esta integración de criterios clínicos, hallazgos ecográficos y protocolos sistemáticos contribuye a una atención más rápida, precisa y segura en pacientes con infecciones de piel y tejidos blandos (4).
Conclusiones:
La ecografía representa una herramienta diagnóstica altamente eficaz y segura en la evaluación de infecciones de piel y tejidos blandos, al ofrecer imágenes en tiempo real sin exposición a radiación. Su uso en el punto de atención permite una detección rápida de condiciones como la celulitis, los abscesos subcutáneos y la fascitis necrosante, lo cual resulta fundamental para iniciar tratamientos oportunos y reducir complicaciones.
La capacidad del ultrasonido para diferenciar entre distintos tipos de infecciones cutáneas mejora significativamente la precisión diagnóstica, especialmente en contextos clínicos donde las manifestaciones clínicas pueden ser ambiguas. Además, su utilidad como guía para procedimientos intervencionistas, como la aspiración o el drenaje de abscesos, contribuye a una atención más precisa y menos invasiva.
La implementación efectiva del ultrasonido en la práctica clínica requiere una capacitación adecuada del personal médico, así como protocolos estandarizados que garanticen su uso sistemático y coherente. Cuando se integra correctamente, el ultrasonido optimiza los recursos hospitalarios, mejora la toma de decisiones clínicas y fortalece el abordaje integral de las infecciones de piel y tejidos blandos.
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Declaración de buenas prácticas:
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.