Aplicaciones clínicas del TEP-RM en oncología funcional: Avances en diagnóstico, caracterización tumoral y monitoreo terapéutico
Autor principal: Warlan Steven Soto Flores
Vol. XX; nº 12; 668
Clinical applications of PET-MRI in functional oncology: Advances in diagnosis, tumor characterization, and therapeutic monitoring
Fecha de recepción: 9 de mayo de 2025
Fecha de aceptación: 15 de junio de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 12 – Segunda quincena de Junio de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 12; 668
Autores:
Warlan Steven Soto Flores, Médico General, en Hospital San Vicente de Paul. Heredia, Costa Rica. ORCID: 0000-0001-9325-7099. Código Médico: 13112
Juan Manuel Boffill De León, Medico General, en Caja Costarricense de Seguro Social. San José, Costa Rica. ORCID: 0009-0003-7494-3220. Código Médico: 14246
Fernando Rodríguez Flores, Médico General, en Caja Costarricense de Seguro Social. San José, Costa Rica. ORCID: 0009-0008-8689-1890. Código Médico: 18692
Kendy Natalia Alfaro Álvarez, Médico General, en Caja Costarricense de Seguro Social. Alajuela, Costa Rica. ORCID: 0009-0004-8604-0771. Código Médico: 17558
Karla Agüero Jiménez, Médico General, en Hospital Nacional de Niños. San José, Costa Rica. ORCID: 0009-0001-2962-1455. Código Médico: 14704
Resumen
La tomografía por emisión de positrones combinada con resonancia magnética ha revolucionado la oncología funcional al integrar información metabólica y anatómica en un solo estudio. El radiotrazador más utilizado históricamente ha sido la fluorodesoxiglucosa marcada con flúor-18, eficaz para visualizar el metabolismo tumoral, aunque limitada en regiones como el cerebro debido a su alta absorción fisiológica. Para superar estas restricciones, se han desarrollado nuevos radiotrazadores dirigidos a receptores específicos como el estrógeno y el HER2, así como al antígeno de membrana prostático específico, mejorando la precisión diagnóstica en tumores como el cáncer de mama y próstata. La combinación de la tomografía por emisión de positrones con la resonancia magnética ofrece ventajas técnicas notables, como la reducción significativa de la exposición a la radiación, siendo especialmente beneficiosa en oncología pediátrica, y un contraste superior en tejidos blandos, fundamental para la correcta caracterización anatómica de los tumores.
En la práctica clínica, esta modalidad ha demostrado ser valiosa para el diagnóstico, la estadificación y la monitorización del tratamiento en diferentes tipos de cáncer, permitiendo también la caracterización de la heterogeneidad tumoral. Su capacidad para detectar de manera temprana la respuesta terapéutica y diferenciar entre progresión tumoral verdadera y seudoprogresión resulta esencial para una intervención adecuada. Además, ha mostrado aplicaciones específicas en neurooncología, cáncer de cabeza y cuello, así como en tumores genitourinarios, consolidándose como una herramienta integral en medicina personalizada. Aunque enfrenta desafíos como su costo elevado y disponibilidad limitada, la tomografía por emisión de positrones combinada con resonancia magnética representa un avance significativo en la oncología contemporánea.
Palabras clave
Radiotrazadores, metabolismo tumoral, diagnóstico oncológico, resonancia magnética, medicina personalizada, heterogeneidad tumoral.
Abstract
Positron emission tomography combined with magnetic resonance imaging (MRI) has revolutionized functional oncology by integrating metabolic and anatomical information into a single study. Historically, the most widely used radiotracer has been fluorine-18-labeled fluorodeoxyglucose, effective for visualizing tumor metabolism, although limited in regions such as the brain due to its high physiological uptake. To overcome these limitations, new radiotracers have been developed targeting specific receptors such as estrogen and HER2, as well as prostate-specific membrane antigen (PSM), improving diagnostic accuracy in tumors such as breast and prostate cancer. The combination of positron emission tomography (PET) with magnetic resonance imaging (MRI) offers significant technical advantages, such as a significant reduction in radiation exposure, which is especially beneficial in pediatric oncology, and superior contrast in soft tissues, essential for the correct anatomical characterization of tumors.
In clinical practice, this modality has proven valuable for the diagnosis, staging, and monitoring of treatment in different types of cancer, also allowing for the characterization of tumor heterogeneity. Its ability to detect early therapeutic response and differentiate between true tumor progression and pseudoprogression is essential for appropriate intervention. Furthermore, it has demonstrated specific applications in neuro-oncology, head and neck cancer, and genitourinary tumors, establishing itself as an integral tool in personalized medicine. Although it faces challenges such as its high cost and limited availability, positron emission tomography combined with magnetic resonance imaging represents a significant advance in contemporary oncology.
Keywords
Radiotracers, tumor metabolism, oncological diagnosis, magnetic resonance imaging, personalized medicine, tumor heterogeneity.
Introducción
La oncología funcional es un campo en constante evolución que se centra en comprender los procesos biológicos y las vías metabólicas que impulsan la progresión del cáncer. En este contexto, las técnicas avanzadas de diagnóstico por imágenes desempeñan un papel esencial, ya que permiten obtener información detallada sobre la biología de los tumores, facilitando un diagnóstico más preciso, una estadificación más adecuada y una planificación terapéutica más efectiva. Una de las herramientas más innovadoras en este ámbito es la tomografía por emisión de positrones combinada con resonancia magnética (TEP-RM), una modalidad híbrida que integra las capacidades metabólicas de la la tomografía por emisión de positrones (TEP) con las ventajas anatómicas y funcionales de la resonancia magnética. Esta combinación ofrece una visión integral de los tejidos cancerosos, permitiendo evaluar de manera simultánea el metabolismo y la estructura tumoral, lo cual proporciona una comprensión más completa de la dinámica del cáncer (1).
El valor de las técnicas avanzadas de diagnóstico por imágenes en oncología radica en su capacidad para detectar cambios metabólicos sutiles y para revelar detalles anatómicos precisos de los tumores. La tomografía por emisión de positrones es particularmente eficaz para identificar el incremento en las tasas metabólicas, un rasgo característico de los tumores malignos que refleja su agresividad y su capacidad de proliferación (1). Por otro lado, la resonancia magnética proporciona información anatómica y funcional crucial, incluyendo parámetros de perfusión y difusión, que son esenciales para evaluar la extensión tumoral, la afectación de estructuras adyacentes y la respuesta a diferentes modalidades de tratamiento (2).
En este escenario, la TEP-RM emerge como una estrategia de diagnóstico avanzada que combina de manera sinérgica los beneficios de ambas modalidades. Al integrar las imágenes metabólicas obtenidas mediante TEP con las imágenes anatómicas y funcionales proporcionadas por la resonancia magnética, se consigue una adquisición simultánea de datos que incrementa la precisión diagnóstica. Esta ventaja resulta particularmente relevante en contextos clínicos complejos, como en el caso de tumores hipóxicos, donde la integración de la información metabólica y estructural permite caracterizar mejor la heterogeneidad tumoral (3). La utilidad de la TEP-RM ha sido ampliamente documentada en patologías como el cáncer de mama, donde facilita tanto la evaluación del fenotipado tumoral como el monitoreo de la respuesta terapéutica, al capturar de manera simultánea los cambios en la actividad metabólica y en la anatomía del tejido afectado (4).
Desde el punto de vista clínico, las aplicaciones de la TEP-RM son diversas y abarcan una amplia gama de neoplasias. Su uso en tumores cerebrales y mamarios, entre otros, ha permitido mejorar significativamente la precisión del diagnóstico y optimizar la planificación de los tratamientos oncológicos. Un aspecto particularmente destacado es su capacidad para predecir de manera temprana la respuesta a la terapia, lo que posibilita realizar ajustes oportunos en los regímenes de tratamiento, incrementando así las probabilidades de éxito terapéutico (1; 2). Además, la integración de técnicas emergentes como la radiogenómica y el aprendizaje automático con la información proporcionada por la TEP-RM ha potenciado aún más su utilidad clínica, al permitir un enfoque de medicina personalizada que adapta las estrategias terapéuticas a las características moleculares y funcionales específicas de cada tumor (2).
El objetivo de este artículo es analizar el papel de la TEP-RM en la oncología funcional, destacando sus principios básicos, su sinergia diagnóstica y sus principales aplicaciones clínicas. Se busca describir cómo la integración de imágenes metabólicas y anatómicas optimiza la evaluación de los tumores, mejora la precisión del diagnóstico y permite una planificación terapéutica personalizada. Asimismo, se pretende explorar el impacto de la TEP-RM en la predicción temprana de la respuesta al tratamiento y en el avance hacia estrategias oncológicas basadas en medicina de precisión.
Metodología
Para el desarrollo de esta investigación sobre las aplicaciones clínicas del TEP-RM en oncología funcional, se llevó a cabo una revisión bibliográfica exhaustiva con el objetivo de analizar la integración de las imágenes metabólicas y anatómicas en la evaluación oncológica, así como de identificar las principales aplicaciones clínicas y los beneficios de esta tecnología en distintos tipos de cáncer. La revisión incluyó aspectos clave como los principios físicos de la TEP y la resonancia magnética, los fundamentos de la modalidad híbrida TEP-RM, sus aplicaciones en la predicción de la respuesta al tratamiento y su papel en el avance hacia la medicina personalizada.
Para garantizar la calidad y relevancia de la información seleccionada, se consultaron bases de datos científicas reconocidas, como PubMed, Scopus y Web ofScience, debido a su prestigio y su amplia cobertura en temas de diagnóstico por imágenes, oncología y tecnología médica. Se establecieron rigurosos criterios de inclusión y exclusión. Se incluyeron estudios publicados entre 2020 y 2025, en inglés o español, que abordaran aplicaciones clínicas, avances tecnológicos y estudios comparativos entre TEP, RM y TEP-RM. Se excluyeron investigaciones con datos incompletos, publicaciones duplicadas o aquellas sin revisión por pares. Para la búsqueda, se utilizaron palabras clave como: Radiotrazadores, metabolismo tumoral, diagnóstico oncológico, resonancia magnética, medicina personalizada, heterogeneidad tumoral.
La búsqueda inicial identificó 22 fuentes relevantes, entre las cuales se incluyeron artículos originales, revisiones sistemáticas, ensayos clínicos y documentos técnicos de organismos especializados en oncología y diagnóstico por imágenes. A partir de estas fuentes, se realizó un análisis cualitativo y comparativo para sintetizar los hallazgos y organizarlos en categorías temáticas, permitiendo identificar los beneficios de la TEP-RM en la caracterización tumoral, la estadificación, la predicción de la respuesta terapéutica y el desarrollo de estrategias de tratamiento personalizado. Este enfoque integral ofrece una visión estructurada del estado actual del conocimiento sobre la TEP-RM en oncología funcional y resalta oportunidades para investigaciones futuras orientadas a optimizar su uso clínico.
Fundamentos del TEP-RM
La oncología funcional ha evolucionado notablemente gracias al desarrollo de radiotrazadores especializados que permiten una evaluación precisa del metabolismo tumoral y de las características biológicas de diferentes tipos de cáncer. El fluorodesoxiglucosa marcada con flúor-18 (18F-FDG) ha sido históricamente el radiotrazador más utilizado en oncología, dado su valor para obtener imágenes del metabolismo de la glucosa en los tumores. Sin embargo, presenta limitaciones importantes en áreas como el cerebro, donde existe una alta absorción fisiológica de glucosa que puede dificultar la interpretación de las imágenes (1). Para superar estas restricciones, se están investigando nuevos objetivos moleculares, incluidos los radiotrazadores dirigidos a los receptores de estrógeno, al HER2 y a la proteína activadora de los fibroblastos. Estas estrategias emergentes son especialmente relevantes en patologías como el cáncer de mama, donde la 18F-FDG puede no reflejar adecuadamente ciertas características tumorales (5). En el caso del cáncer de próstata, el uso de radiotrazadores dirigidos al antígeno de membrana prostático específico ha demostrado alta sensibilidad y especificidad, consolidándose como una herramienta fundamental en el diagnóstico y seguimiento de esta enfermedad (1).
Desde el punto de vista técnico, la combinación de TEP-RM ofrece ventajas significativas sobre otras modalidades híbridas como la tomografía por emisión de positrones combinada con tomografía computarizada (TEP-TC). Una de sus principales fortalezas es la reducción considerable de la exposición a la radiación, lo que la convierte en una opción preferente, especialmente en el ámbito pediátrico donde la minimización de la radiación acumulada es crítica (6). Además, la resonancia magnética aporta un contraste superior en la diferenciación de tejidos blandos, lo cual resulta fundamental para una caracterización anatómica precisa de los tumores y de sus relaciones con las estructuras adyacentes (7). La sinergia entre la información metabólica proporcionada por la TEP y los datos funcionales y de perfusión obtenidos por la resonancia magnética mejora notablemente la precisión del diagnóstico y la planificación terapéutica, permitiendo una evaluación más completa de la biología tumoral (4).
Las implicaciones clínicas de la TEP-RM van más allá de la mejora diagnóstica inmediata. Al integrar datos multiparamétricos en un solo estudio, esta modalidad respalda de manera robusta el desarrollo de estrategias de medicina personalizada. Al ofrecer información detallada sobre la biología tumoral, permite adaptar las intervenciones terapéuticas a las características individuales de cada paciente, mejorando así los resultados clínicos (7). Además, en el contexto pediátrico, la TEP-RM representa una solución diagnóstica integral que reduce la necesidad de múltiples exploraciones radiológicas y, consecuentemente, disminuye la exposición a radiaciones ionizantes, optimizando la seguridad en el seguimiento de pacientes jóvenes. Así, la TEP-RM no solo ofrece beneficios inmediatos en la caracterización tumoral, sino que también abre nuevas posibilidades para una atención más segura, personalizada y efectiva en oncología funcional (6).
Aplicaciones clínicas principales en oncología funcional
El diagnóstico y la estadificación precisa de los tumores son fundamentales en la oncología funcional, y en este contexto las técnicas de imagen híbrida como la TEP-TC y la TEP-RM han adquirido un rol central. La TEP-TC, especialmente utilizando 18F-FDG, ofrece una alta sensibilidad para detectar neoplasias ocultas, gracias a su capacidad para visualizar el aumento de la actividad metabólica, característica distintiva de las células malignas (1; 8). Por su parte, la TEP-RM combina la información metabólica con datos anatómicos detallados, lo que resulta crucial para la estadificación precisa y la localización exacta del tumor, siendo especialmente útil en neoplasias que presentan baja captación en la TEP-TC convencional (7). Además, la utilización de TEP-TC de cuerpo completo mejora notablemente la precisión diagnóstica al capturar datos exhaustivos, lo que representa una ventaja importante en tumores de localización profunda o difícil acceso (9).
Otro aspecto fundamental en oncología funcional es la caracterización de la heterogeneidad tumoral, ya que los tumores no son entidades homogéneas sino que presentan una gran variabilidad en sus características internas. La tomografía por emisión de positrones permite evaluar esta heterogeneidad metabólica intratumoral, ofreciendo información valiosa que puede guiar las estrategias de tratamiento y predecir la respuesta terapéutica (1). Además, las técnicas de diagnóstico por imágenes dinámicas, como la tomografía de cuerpo completo, proporcionan datos en tiempo real sobre parámetros como la perfusión, la difusión y el metabolismo tumoral, enriqueciendo la comprensión del comportamiento del tumor y ayudando a identificar posibles objetivos terapéuticos (9). Asimismo, el uso de imágenes avanzadas facilita la diferenciación entre tejido tumoral viable, necrosis y fibrosis, mejorando la caracterización de la heterogeneidad tumoral y optimizando la planificación del tratamiento (1).
La monitorización de la respuesta al tratamiento constituye otro campo donde las técnicas de imagen funcional han mostrado un impacto significativo. La TEP-TC es una herramienta esencial para evaluar de manera precoz la eficacia de las terapias, permitiendo detectar de forma temprana si un tratamiento es efectivo y facilitando ajustes oportunos, como ocurre en la quimioterapia neoadyuvante para el cáncer de mama (1). Adicionalmente, las imágenes funcionales tienen la capacidad de diferenciar entre progresión verdadera de la enfermedad y seudoprogresión, fenómeno que puede deberse a respuestas inflamatorias postratamiento y que, de no ser identificado correctamente, podría llevar a decisiones clínicas erróneas (10). Finalmente, la utilización creciente de la tomografía por emisión de positrones en ensayos clínicos de nuevas terapias dirigidas ha permitido obtener datos valiosos sobre la eficacia de los tratamientos emergentes y sobre la dinámica de la respuesta tumoral, consolidando su rol como una herramienta indispensable tanto en la práctica clínica como en la investigación oncológica (11).
Áreas específicas de aplicación
En el contexto de la neurooncología, la TEP combinada con la resonancia magnética ha demostrado ser una herramienta crucial para abordar uno de los desafíos más importantes en el tratamiento de tumores cerebrales: la diferenciación entre la progresión tumoral y los cambios inducidos por el tratamiento. Este aspecto es particularmente relevante en patologías como los gliomas y las metástasis cerebrales, donde las imágenes convencionales pueden resultar insuficientes. Los radiotrazadores basados en aminoácidos, como el fluorina-18 fluoroetil-L-tirosina (F-FET) y la fluorina-18 fluorodopa (F-FDOPA), se utilizan frecuentemente en este tipo de tumores debido a su capacidad para ofrecer un alto contraste entre el tejido tumoral y el tejido cerebral sano, facilitando así un diagnóstico más preciso y una planificación terapéutica más adecuada (12; 13). Además, el uso de modalidades híbridas permite no solo la planificación quirúrgica precisa, sino también la evaluación del pronóstico y la predicción no invasiva de características moleculares relevantes, mejorando la caracterización de la heterogeneidad intratumoral y proporcionando herramientas valiosas para monitorear la respuesta al tratamiento (14; 15).
En el cáncer de cabeza y cuello, la combinación de la TEP con la resonancia magnética ha demostrado ofrecer una mayor precisión diagnóstica y una mayor confianza clínica en comparación con el uso de cualquiera de estas técnicas por separado. Esta sinergia mejora la localización de las lesiones tumorales y permite una evaluación más detallada de la extensión de la enfermedad, aspectos esenciales para una planificación de tratamiento eficaz y para una vigilancia más precisa durante el seguimiento de estos pacientes (16). Asimismo, la utilización de la TEP-RM dirigida a los receptores de somatostatina ha resultado particularmente beneficiosa en tumores que sobreexpresan estos receptores, como los meningiomas y los paragangliomas, donde ha mejorado significativamente tanto la precisión diagnóstica como la planificación terapéutica (17).
Respecto a los tumores hepáticos y pancreáticos, aunque los documentos analizados no abordan específicamente su manejo mediante TEP-RM, las características inherentes de esta modalidad, como su capacidad para combinar información metabólica detallada con imágenes anatómicas de alta resolución, sugieren un amplio potencial de aplicación. En este contexto, la TEP-RM podría desempeñar un papel fundamental en la detección precoz de lesiones hepáticas y pancreáticas, en la diferenciación entre tumores benignos y malignos, y en la optimización de las estrategias terapéuticas para estas patologías de difícil diagnóstico (18).
Por otro lado, en el cáncer de próstata y en otros tumores genitourinarios, la TEP-RM ha demostrado ser de gran valor clínico, especialmente en el diagnóstico temprano, la estadificación precisa y la planificación personalizada del tratamiento. Esta modalidad permite una evaluación detallada tanto de los tumores primarios como de las metástasis, favoreciendo el diseño de estrategias terapéuticas individualizadas que optimizan los resultados clínicos (7). El uso de radiotrazadores específicos, como la fluorina-18 fluciclovina, aprobada para la detección de la recurrencia del cáncer de próstata, resalta aún más el rol crucial de la TEP-RM en el abordaje de los tumores genitourinarios. Además, se anticipa que la integración de la inteligencia artificial y los avances tecnológicos emergentes potenciarán aún más la utilidad clínica de esta herramienta en el futuro cercano (13).
Ventajas y limitaciones del TEP-RM en oncología funcional
La TEP-RM representa una de las innovaciones más prometedoras en la oncología funcional debido a las múltiples ventajas que ofrece frente a técnicas de imagen convencionales. Una de sus principales ventajas es la significativa reducción de la exposición a la radiación en comparación con la TEP-CT. Esta característica es particularmente beneficiosa en oncología pediátrica, donde la minimización de la exposición a la radiación es crucial para reducir los riesgos a largo plazo. Estudios recientes han demostrado que la TEP-RM puede reducir hasta en un 80% la exposición a la radiación en pacientes pediátricos, lo que subraya su importancia en esta población vulnerable (6; 19).
Además de su bajo impacto radiológico, la resonancia magnética proporciona un contraste de tejidos blandos superior al de la tomografía computarizada, lo cual es especialmente ventajoso en regiones anatómicas complejas como el cerebro y la próstata. Esta capacidad de diferenciación anatómica mejora la detección, caracterización y planificación del tratamiento de los tumores, ofreciendo una ventaja crítica en patologías donde los detalles anatómicos son esenciales para un abordaje terapéutico exitoso (7; 20). Otro beneficio significativo de la TEP-RM es su capacidad para integrar en una única sesión información metabólica obtenida por TEP con datos anatómicos detallados proporcionados por la resonancia magnética. Esta integración no solo optimiza la estadificación y reestadificación de los tumores, sino que también facilita una planificación de tratamiento más precisa y personalizada, al ofrecer una visión más holística de la biología tumoral (17; 21).
No obstante, a pesar de estas ventajas, la TEP-RM presenta importantes limitaciones que han restringido su adopción a gran escala. Una de las principales barreras es la disponibilidad limitada de unidades TEP-RM especializadas. Aunque existen programas de software capaces de fusionar imágenes de TEP-TC con resonancia magnética, este proceso no alcanza la integración completa y simultánea que caracteriza a la TEP-RM, limitando su eficacia diagnóstica en comparación con la modalidad híbrida real. Otro desafío considerable es el tiempo de adquisición, ya que las exploraciones mediante TEP-RM suelen ser más prolongadas que las realizadas con TEP-TC. Este mayor tiempo de procedimiento, aunque necesario para explotar las capacidades diagnósticas de la resonancia magnética, puede ser poco práctico tanto para los pacientes como para los profesionales de la salud (22).
En el ámbito económico, los elevados costos asociados a la adquisición de equipos de TEP-RM, su mantenimiento, y la capacitación especializada del personal representan una barrera adicional para su implementación generalizada. Estas limitaciones financieras restringen su disponibilidad en muchos centros de salud, dificultando su incorporación rutinaria en la práctica clínica. A nivel técnico, la integración de las tecnologías de TEP y resonancia magnética plantea desafíos complejos que requieren infraestructuras avanzadas y un profundo conocimiento especializado. Sin embargo, los avances actuales en tecnología médica y la integración progresiva de la inteligencia artificial ofrecen perspectivas prometedoras para superar estas dificultades, mejorando así la utilidad clínica y la accesibilidad de la TEP-RM (7).
Pese a sus limitaciones, la TEP-RM ha demostrado su enorme valor en aplicaciones clínicas específicas. Resulta particularmente prometedora en el ámbito de la planificación de radioterapia y en la obtención de imágenes neurooncológicas, donde ofrece ventajas únicas para la localización precisa de lesiones, la determinación de la extensión de la enfermedad y la predicción de la respuesta al tratamiento. Estas aplicaciones refuerzan el potencial transformador de la TEP-RM en oncología funcional, consolidándola como una herramienta de vanguardia en la medicina personalizada contemporánea (17; 21).
Conclusiones
La tomografía por emisión de positrones combinada con resonancia magnética representa una innovación clave en la oncología funcional al integrar en un solo estudio datos metabólicos y anatómicos de alta precisión. Esta modalidad permite una mejor caracterización de los tumores, facilita una estadificación más precisa y optimiza la planificación terapéutica. Su capacidad para evaluar la heterogeneidad tumoral y predecir la respuesta al tratamiento constituye una ventaja fundamental en la personalización de estrategias clínicas. Además, la reducción de la exposición a la radiación, en comparación con otras técnicas híbridas, hace de esta herramienta una opción preferente, especialmente en pacientes pediátricos. La sinergia de la tomografía por emisión de positrones y la resonancia magnética ofrece una visión más holística de la biología tumoral. Esta característica mejora no solo los resultados diagnósticos inmediatos, sino también las perspectivas de pronóstico a largo plazo. Así, su incorporación progresiva en la práctica clínica está transformando el abordaje integral del cáncer.
A pesar de sus claras ventajas, la tomografía por emisión de positrones combinada con resonancia magnética enfrenta importantes limitaciones técnicas, económicas y logísticas que restringen su adopción masiva en la práctica clínica diaria. Los altos costos de los equipos, los tiempos de adquisición prolongados y la necesidad de personal altamente capacitado representan barreras significativas. Asimismo, la disponibilidad de unidades híbridas sigue siendo limitada, concentrándose en centros especializados de alta complejidad. Estos desafíos subrayan la necesidad de seguir invirtiendo en investigación, desarrollo tecnológico e integración de inteligencia artificial para optimizar los protocolos de imagen. Superar estas limitaciones permitirá ampliar el acceso de más pacientes a los beneficios de esta tecnología avanzada. En consecuencia, su implementación futura dependerá tanto de la innovación como del fortalecimiento de las infraestructuras médicas.
La tomografía por emisión de positrones combinada con resonancia magnética ha demostrado ser particularmente útil en áreas específicas como la neurooncología, el cáncer de cabeza y cuello y el cáncer de próstata. En tumores cerebrales, ha mejorado significativamente la diferenciación entre progresión tumoral y cambios postratamiento, optimizando la planificación quirúrgica y el seguimiento. En el cáncer de cabeza y cuello, su mayor precisión diagnóstica ha permitido una mejor localización de lesiones y una evaluación más detallada de la extensión de la enfermedad. Asimismo, en oncología genitourinaria, su combinación de sensibilidad metabólica y resolución anatómica ha permitido estrategias de tratamiento más personalizadas. El uso de radiotrazadores dirigidos y la integración de biomarcadores moleculares están ampliando sus aplicaciones clínicas. Esto refuerza su papel como herramienta indispensable en la evolución hacia una oncología más precisa y personalizada. Su consolidación futura parece inevitable en el contexto de la medicina de precisión.
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Declaración de buenas prácticas: Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.