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Cáncer de Piel

Cáncer de Piel

Autora principal: Stephanie Daniela Zamora Loría

Vol. XX; nº 12; 729

Skin Cancer Literature Review

Fecha de recepción: 18 de mayo de 2025
Fecha de aceptación: 22 de junio de 2025

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 12 – Segunda quincena de Junio de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 12; 729

Autores:

Stephanie Daniela Zamora Loría, Médico General, Investigadora Independiente, San José, Costa Rica. Código Médico: 19366 – ORCID: 0009-0003-8772-3657
Josseline Fabiana Ávila Prendas, Médico General, Investigadora Independiente, San José, Costa Rica. Código Médico: 19246 – ORCID: 0009-0002-5105-0043
Yerlin Dayanna Chacón Molina, Médico General, trabajdora de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), Cartago, Costa Rica. Código Médico: 19391 – ORCID: 0009-0007-1632-5052
Daniel Gustavo Villalobos Villalobos, Médico General, Investigador Independiente, San José, Costa Rica. Código Médico: 19167 – ORCID: 0009-0003-3211-4061
Stephanie María Chinchilla Barrios, Médico General, Investigadora Independiente, San José, Costa Rica. Código Médico: 19367 – ORCID: 0009-0007-7097-9815
Hazel Paola Rojas Salas, Médico General, Investigadora Independiente, San José, Costa Rica. Código Médico: 19206 – ORCID: 0009-0000-5509-6458

Resumen:

La incidencia del cáncer de piel alrededor del mundo cada vez va más en aumento, por eso es importante visibilizar aún más la prevención de esta neoplasia, ya que es una enfermedad que si se detecta en estadios tempranos se puede tratar de manera exitosa para evitar que progrese a malignidad.

Palabras clave:

cáncer de piel, rayos UV, melanoma, carcinoma basocelular, carcinoma de células escamosas.

Abstract:

The incidence of skin cancer is increasing worldwide, so it is important to raise awareness about the prevention of this cancer, as it is a disease that, if detected in its early stages, can be successfully treated to prevent its progression to malignancy.

Keywords:

skin cancer, UV rays, melanoma, basal cell carcinoma, squamous cell carcinoma.

Introducción:

El cáncer de piel es una enfermedad caracterizada por el crecimiento descontrolado de células anómalas en los tejidos cutáneos, consecuencia directa de mutaciones en el ADN celular. Estas alteraciones genéticas impiden los mecanismos normales de reparación y control del ciclo celular, lo que conlleva a una proliferación desorganizada y maligna. En las últimas décadas, la incidencia de este tipo de cáncer ha mostrado un marcado incremento a nivel mundial, convirtiéndose en uno de los tumores más comunes entre la población adulta. Este aumento está relacionado con diversos factores, aunque el más determinante sigue siendo la exposición prolongada y sin protección a la radiación ultravioleta, tanto natural como artificial.

El cáncer de piel no es una entidad única, sino que comprende un grupo heterogéneo de enfermedades con características clínicas, histológicas y pronósticas distintas. Entre los principales subtipos se encuentran el carcinoma basocelular y el carcinoma epidermoide, conocidos en conjunto como cáncer de piel no melanoma, así como el melanoma cutáneo, que se origina a partir de los melanocitos, células responsables de la pigmentación de la piel. Si bien los cánceres no melanoma son los más frecuentes, tienden a ser menos agresivos y raramente hacen metástasis; en cambio, el melanoma, aunque menos común, representa la forma más letal de esta enfermedad debido a su alta capacidad de invasión y diseminación.

Además de la exposición solar, existen otros factores que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de piel. Entre ellos destacan el fototipo claro, antecedentes personales o familiares de cáncer cutáneo, la inmunosupresión, el envejecimiento, ciertas enfermedades genéticas como el xeroderma pigmentoso, y la exposición a agentes químicos o radiación ionizante. Estos factores pueden actuar de manera aislada o sinérgica, facilitando la aparición de lesiones precursoras o malignas.

La importancia de la prevención y el diagnóstico precoz es fundamental en el abordaje del cáncer de piel. La adopción de hábitos saludables como el uso adecuado de protector solar, la ropa protectora y la evitación de la exposición solar en horas de alta radiación son medidas clave para reducir la incidencia de esta patología. Asimismo, la educación médica y comunitaria sobre el reconocimiento de signos de alarma como cambios en lunares, aparición de lesiones nuevas o heridas que no cicatrizan es esencial para favorecer la detección temprana.

El tratamiento de estos tumores varía según el tipo histológico, la localización anatómica y el estadio clínico de la lesión. Por lo tanto, resulta indispensable conocer en profundidad los distintos tipos de cáncer de piel, sus factores de riesgo, métodos diagnósticos y estrategias terapéuticas actuales, con el fin de mejorar los resultados clínicos y reducir la carga de enfermedad asociada a esta patología en constante ascenso.

Materiales y métodos:

Para la presente revisión se utilizan diferentes fuentes bibliográficas actualizadas de diferentes bases de datos de revistas científicas como Elsevier, UpToDate, American Cancer Society, se utilizaron de referencia artículos tanto en español como en inglés, así como la búsqueda de resultados basadas en cáncer de piel.

Tipos de cáncer de piel:

Carcinoma Basocelular

Es una neoplasia cutánea que se origina en las células basales de la epidermis o en el bulbo del folículo piloso. Representa el tipo más común de cáncer de piel a nivel mundial y se caracteriza por un bajo índice de malignidad (1,2). Se asocia principalmente con la exposición crónica a la radiación ultravioleta. Aunque rara vez hace metástasis, puede causar destrucción local significativa si no se trata adecuadamente. Se presenta en diversas formas clínicas, como nodular, superficial, morfeiforme y fibroepitelial, cada una con características clínicas y patológicas particulares (1,3,4).

Carcinoma basocelular Nodular: representa alrededor del 50% de los casos. Se manifiesta como una pápula o nódulo perlado, generalmente rosado, con telangiectasias. Puede ulcerarse y presentar bordes elevados (1,4).

Carcinoma basocelular Superficial: aparece como mácula o placa eritematosa, bien delimitada, a veces con escamas o costras. Frecuente en el tronco y extremidades, suele diagnosticarse a una edad más temprana, cerca de los 55 años (1,2).

Carcinoma basocelular Morfeiforme: es el subtipo menos común. Se presenta como lesión rosada, deprimida o levemente elevada, con bordes bien definidos. Puede confundirse con cicatrices o placas de morfea, y es el subtipo con mayor agresividad local (3,4).

Carcinoma basocelular Fibroepitelial: variante rara, descrita como una placa o papulonódulo rosado con superficie lisa. A menudo se asocia con pacientes que presentan múltiples CBC superficiales (1).

Carcinoma Epidermoide

Es la segunda neoplasia cutánea más frecuente, originada en queratinocitos epidérmicos. El principal factor de riesgo es la exposición prolongada a rayos ultravioleta, aunque también puede desarrollarse sobre lesiones precancerosas como la queratosis actínica o en áreas de inflamación/infección crónica (2,4). Sustancias químicas como arsénico y pesticidas también se asocian a su aparición (1,2). Se localiza con frecuencia en cabeza, cuello y extremidades expuestas al sol. Las lesiones en zonas como pabellón auricular, labios y genitales se relacionan con mayor riesgo de mortalidad. Los factores pronósticos negativos incluyen tamaño >2 cm, profundidad >4 mm, invasión perineural y alta atipia celular (2).

Carcinoma epidermoide in situ (Enfermedad de Bowen): permanece confinado a la epidermis. Se manifiesta como una mácula o placa escamosa y bien delimitada. En genitales, relacionada con VPH 16 y 18, se conoce como papulosis bowenoide. Cuando afecta al glande se denomina eritroplasia de Queyrat (1,2).

Carcinoma epidermoide invasivo: aparece sobre piel fotodañada, con lesiones papulonodulares o en placa, que pueden presentar ulceración, erosiones y costras. La invasión perineural puede causar parestesias o dolor (2,4).

Queratoacantoma: lesión de rápido crecimiento, que forma un nódulo crateriforme con tendencia a involucionar espontáneamente, dejando una cicatriz atrófica. Su clasificación aún es debatida: en algunas fuentes se considera una variante del CE y en otras un tumor benigno (2,4).

Carcinoma Verrugoso: forma de carcinoma epidermoide bien diferenciado y de bajo grado. Se presenta como una masa exofítica de superficie verrugosa. Tiene tres variantes: epitelio cuniculatum (en planta del pie), condiloma acuminado gigante (en genitales) y papilomatosis oral florida (2). Se relaciona con infección por VPH. Aunque raramente metastatiza, tiene alta tasa de recurrencia (2).

Melanoma

Es un tumor maligno que se origina en los melanocitos, células encargadas de producir pigmento (5). Representa la forma más agresiva de cáncer de piel. Aunque menos frecuente que el CBC y el CE, es responsable de la mayoría de las muertes por cáncer cutáneo (5,6). Puede desarrollarse en piel, mucosas, ojo (úvea) y meninges. El riesgo aumenta con la exposición solar intensa, nevos displásicos y antecedentes familiares. En las últimas décadas se ha observado un incremento en su incidencia, especialmente en poblaciones de piel clara, aunque la mortalidad no ha aumentado significativamente gracias a la detección precoz (5–7). Australia y Nueva Zelanda presentan las mayores tasas globales (5).

Melanoma de Extensión Superficial (MES): representa del 60 al 70% de los casos. Más frecuente en mujeres (extremidades inferiores) y en hombres (tronco). Se observa como mancha pigmentada con bordes irregulares. Puede surgir de un nevus o de novo (5,6).

Melanoma Nodular: segundo más común, entre 15–30%. Predomina en mayores de 50 años. Se presenta como un nódulo oscuro, que puede ulcerarse o sangrar. Suelen diagnosticarse en estadios más avanzados (6,7).

Melanoma Lentigo Maligno (MLM): constituye cerca del 10%. Se presenta como una mácula pigmentada asimétrica, localizada en cara, especialmente nariz y mejillas, sobre piel dañada por el sol (5,6).

Melanoma Lentiginoso Acral: forma poco frecuente, representa cerca del 5% de los melanomas. Afecta palmas, plantas y región subungueal, donde puede confundirse con hematomas (5,8).

Factores de riesgo:

Existen varios factores que aumentan la posibilidad de padecer cáncer de piel, algunos de ellos son:

Color de piel: Las personas con piel y cabello claro tienen mayor probabilidad de presentar cáncer de piel en comparación a personas de piel oscura, esto debido a la cantidad de melanina, lo que le proporciona mayor protección contra los rayos ultravioleta a una mayor cantidad de melanina (9).

Exposición a los rayos ultravioleta: La exposición a la luz solar, cámaras de bronceado o de cualquier otra que fuente de rayos ultravioleta. Exponerse de manera recurrente a estas aumenta el riesgo de presentar cáncer, ya que provoca una mutación en su ADN de sus células lo cual desencadena un proliferación descontrolada y por lo tanto el carcinoma de piel (10).

Lunares: Personas que presentan muchos lunares, nevus melanocíticos comunes o atípicos, tienen un riesgo muy alto, se ha visto que cuando se presentan 10 o más aumenta la probabilidad de que evolucione a cáncer de piel (11).

Sistema inmune deprimido: Sobre todo, pacientes que presentan VIH/SIDA o que se encuentren tomando algún medicamento inmunosupresor. Ya que en organismos sanos el sistema inmune ayuda a combatir el cáncer, en estos casos su inmunidad deficiente no puede actuar de manera adecuada, siendo más propensos a desarrollar la enfermedad (12).

Prevención:

La mejor prevención es no exponerse de manera prolongada y recurrente a la luz del sol y principalmente evitarlo durante el medio día, ya que es cuando los rayos solares penetran directamente en la piel, así como los rayos ultravioleta de las cámaras de bronceado, promover el uso diario de protector solar de amplio espectro aunque el día esté nublado y reaplicarlo cada dos horas en todo el cuerpo, dando énfasis en aquellas zonas que más expuestas al sol se encuentren como antebrazos, nariz, orejas, cuello, pecho, entre otros, además de utilizar ropa de protección oscura para esas partes del cuerpo más vulnerables como sombreros, mangas largas, pantalones, etc. Así como evitar el tabaco, sobrepeso, sedentarismo y sobre todo realizarse revisiones periódicas de lunares y piel en genera, importante examinarse áreas que no son usualmente visibles como espalda, plantas de los pies y pantorrillas (13).

Diagnóstico:

El diagnostico principalmente se realiza mediante una inspección visual de la lesión sospechosa, generalmente el paciente es quien la detecta, posteriormente se puede realizar una dermatoscopía por un profesional, que es un método no invasivo en el cual se logra observar las estructuras de la piel de manera muy precisa y finalmente lo que dará un diagnóstico definitivo es realizar una biopsia excisional de la lesión (14).

Un método para diferenciar una lesión sospechosa de un lunar normal es el ABCDE, que describa las características adecuadas y anormales de los lunares. También puede estar presente el signo de patito feo o de aspecto extraño, que se trata de un nevus que luce diferente a los demás, puede que haya tenido un cambio reciente (15). Signo de caperucita roja, es un anillo eritematoso que rodea a una lesión pigmentada de la piel causado por una reacción inflamatoria (16).

Tratamiento:

El manejo del cáncer de piel no melanoma, que incluye principalmente el carcinoma basocelular y el carcinoma epidermoide, se basa en factores como el tamaño, localización, tipo histológico y condiciones del paciente. El tratamiento quirúrgico sigue siendo el estándar de oro, especialmente la escisión convencional para tumores pequeños y bien delimitados, mientras que la cirugía de Mohs es preferida en lesiones con alto riesgo de recurrencia o en zonas anatómicamente críticas por su precisión en preservar tejido sano (17).

En casos seleccionados donde la cirugía no es viable, como en pacientes de edad avanzada o con comorbilidades, la radioterapia se emplea como alternativa eficaz, aunque limitada por la falta de control de márgenes y efectos a largo plazo. También se ha utilizado con éxito en tumores agresivos o recurrentes, cuando otras opciones terapéuticas no son posibles (17).

El tratamiento tópico es útil en lesiones superficiales, especialmente con medicamentos como el imiquimod o el 5-fluorouracilo, los cuales pueden aplicarse en carcinoma basocelular superficial y carcinoma epidermoide in situ. Estos tratamientos se asocian con buenos resultados cosméticos y son bien tolerados, aunque requieren una adecuada selección del paciente y seguimiento médico (18).

El enfoque multidisciplinario es clave, combinando tratamientos quirúrgicos, médicos y, en algunos casos, radioterapia. La elección debe adaptarse al perfil del paciente, buscando siempre el mejor control oncológico posible junto con resultados estéticos adecuados (18).

Conclusión:

El cáncer de piel actualmente está siendo un problema de salud pública por el aumento en su incidencia, detectarlo de manera temprana puede hacer una gran diferencia en el pronóstico del paciente. Por eso es importante que el médico eduque a su población con los diferentes métodos de prevención para esta neoplasia, ya que es una enfermedad que se podría evitar. El médico es quien desempeña un papel como primer punto de contacto en la atención de los pacientes para así educarlos y brindarles la información pertinente para reducir los casos y evitar progresiones del cáncer. Un manejo correcto beneficia a mantener bajas tasas de incidencia, mortalidad y también mejora la calidad de vida de la población.

Anexos:

Benigno Maligno
A – Asimetría Simétrico Asimétrico
B – Bordes Bordes regulares Bordes irregulares
C – Color Color homogéneo Dos o más tonos
D – Diámetro Menor a 6mm Mayor a 6mm
E – Evolución No cambia con el tiempo Cambios en forma, color, tamaño

Tabla 1. Fuente de elaboración propia con datos de American Academy of Dermatology, 2023

Referencias bibliográficas:

1. Álvarez Castillo A, Rodríguez Alfaro JM, Salas Boza A. Revisión sistemática del carcinoma basocelular. Rev Med Sinergia. 2020;5(5):1-10. Disponible en: https://doi.org/10.31434/rms.v5i5.483
2. Vílchez-Márquez F, Borregón-Nofuentes P, Barchino-Ortiz L, et al. Carcinoma basocelular cutáneo: diagnóstico y tratamiento en atención especializada dermatológica. Guía de Práctica Clínica de la AEDV. Actas Dermosifiliogr. 2020;111(7):561-574. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.ad.2019.07.006
3. Basset-Seguin N, Herms F. Update on the Management of Basal Cell Carcinoma. Acta Derm Venereol. 2020;100(4):284-290. Disponible en: https://doi.org/10.2340/00015555-3374
4. Dika E, Scarfi F, Ferracin M, et al. Basal Cell Carcinoma: A Comprehensive Review. Int J Mol Sci. 2020;21(11):3943. Disponible en: https://doi.org/10.3390/ijms21113943
5. Kuryk L, Bertinato L, Staniszewska M, et al. From Conventional Therapies to Immunotherapy: Melanoma Treatment in Review. Cancers (Basel). 2020;12(10):3057. Disponible en: https://doi.org/10.3390/cancers12103057
6. Leonardi GC, Candido S, Falzone L, et al. Cutaneous melanoma and the immunotherapy revolution (Review). Int J Oncol. 2020;57(3):609-618. Disponible en: https://doi.org/10.3892/ijo.2020.5088
7. Carr S, Smith C, Wernberg J. Epidemiology and Risk Factors of Melanoma. Surg Clin North Am. 2020;100(1):1-12. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.suc.2019.08.001
8. O’Neill CH, Scoggins CR. Melanoma. J Surg Oncol. 2019;120(7):873-881. Disponible en: https://doi.org/10.1002/jso.25611
9. PortalCLÍNIC. Factores de riesgo de Cáncer de Piel | PortalCLÍNIC. Clínic Barcelona. Disponible en: https://www.clinicbarcelona.org/asistencia/enfermedades/cancer-de-piel/factores-de-riesgo
10. American Cancer Society. Factores de riesgo para los cánceres de piel de células basales y de células escamosas. Disponible en: https://www.cancer.org/es/cancer/tipos/cancer-de-piel-de-celulas-basales-y-escamosas/causas-riesgos-prevencion/factores-de-riesgo.html
11. Soyer P, Rigel D, McMeniman E. Queratosis actínica, carcinoma basocelular y carcinoma epidermoide. En: Bolognia J, Schaffer J, Cerroni L, editores. Dermatología. 4ta ed. España: Elsevier; 2018. p. 1872-1892.
12. Roche Pacientes. Factores de riesgo del melanoma. gpp. 2024 [citado 2025 May 18]. Disponible en: https://rochepacientes.es/cancer/piel/factores-riesgo-melanoma.html
13. Mayo Clinic. Cáncer de piel – Síntomas y causas. Mayo Clinic; 2022 [citado 2025 May 18]. Disponible en: https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/skin-cancer/symptoms-causes/syc-20377605
14. PortalCLÍNIC. Pruebas y diagnóstico del Cáncer de Piel | PortalCLÍNIC. Clínic Barcelona. Disponible en: https://www.clinicbarcelona.org/asistencia/enfermedades/cancer-de-piel/pruebas-y-diagnostico
15. Ergon. El patito feo – Medicina General y de Familia. Medicina General y de Familia. 2019 [citado 2025 May 18]. Disponible en: https://mgyf.org/el-patito-feo/
16. Bonar EM, Beatty C, Flanagan MB. Educational Case: Malignant Melanoma. Acad Pathol. 2021 Jan;8:23742895211023954. Disponible en: https://doi.org/10.1177/23742895211023954
17. Castro A, Lyon C. Cáncer de piel no melanoma. Rev Med Clin Condes. 2011;22(4):439–446. doi:10.1016/S0716-8640(11)70486-2
18. Picos-Cárdenas V, Martínez-Rodríguez ML. Cáncer de piel no melanoma: diagnóstico y tratamiento. Med Int Méx. 2016;32(2):224–231. Disponible en: https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0026-17422016000200006

Declaración de buenas prácticas: Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.