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Diálisis peritoneal. Catéter, cuidados y complicaciones

Diálisis peritoneal. Catéter, cuidados y complicaciones

Introducción.
Se trata de un método que permite eliminar productos de metabolismo, sustancias tóxicas, así como el exceso de líquidos, disminuyendo el edema, cuando los riñones son incapaces de hacerlo. Es una forma de reemplazo renal que prolonga la supervivencia del paciente hasta alcanzar mejores objetivos (trasplante renal) y a su vez permite conservar la membrana peritoneal funcionante (diálisis) y vital (protección visceral).


AUTORES:
María del Mar Domínguez Ibáñez; DUE.
Piedras Alba Ponce Labrador; DUE.
Raquel Pino Martos; DUE.

PALABRAS CLAVE: diálisis peritoneal (DP), catéter.

La diálisis peritoneal (DP) se usa como tratamiento de enfermedad renal crónica y de problemas agudos como son:
– Fracaso renal agudo.
– Pancreatitis aguda.
– Cirrosis hepática – ascitis.
– Fracaso hepático agudo.
– Intoxicaciones.
– Enfriamiento – calentamiento.
– Insuficiencia cardiaca congestiva (ICC).

Principalmente hay tres tipos de diálisis peritoneal (DP):
• Diálisis peritoneal ambulatoria continua (CAPD). Se trata del tipo más común. Se puede hacer en casa. Los intercambios de líquidos se hacen durante el día, normalmente unos cuatro intercambios al día.
• Diálisis peritoneal cíclica continua (CCPD). Suele hacerse por la noche mientras el paciente duerme y es una maquina la que se encarga del ciclado. Se trata de una forma segura, de fácil manejo y que se puede utilizar en cualquier lugar.
• Diálisis peritoneal intermitente (IPD). Normalmente de uso hospitalario, en pacientes que requieren diálisis de urgencia y en pacientes que no tienen condiciones adecuadas para la DPCA. Se lleva a cabo con la máquina.

VENTAJAS E INCONVENIENTES.
Ventajas.
o Puede hacerse en casa.
o Fácil para viajar, los bolsos con solución son fáciles de llevar en vacaciones.
o Es relativamente fácil de aprender.
o El balance de fluidos es más fácil que en hemodiálisis.
o Teóricamente es la mejor forma para comenzar con diálisis, debido a que la salida nativa de la orina se mantiene por más tiempo que en la hemodiálisis.
o Al ser continua y durante muchas horas no requiere tanta limitación dietética como la hemodiálisis.
o Más barata.
o Produce menos anemia.
o Requiere menos dosis de eritropoyetina.
o Menos limitación.
Desventajas.
o Requiere un grado de motivación y de atención a la limpieza mientras se realizan los intercambios.
o Se hace necesario el apoyo familiar en pacientes con limitación visual o física.
o Existen complicaciones.

EL PERITONEO.
En la diálisis peritoneal intervienen 4 componentes: sangre, vasos linfáticos, líquido de diálisis y peritoneo. Este último se trata de una membrana serosa, la más extensa del organismo. Consta de dos partes, una parietal (10%) irrigada por las arterias intercostales, epigástricas y lumbares y una visceral (90%) irrigada por la arteria mesentérica superior. El retorno venoso se realiza a través de la vena porta en caso del peritoneo visceral y de la vena cava inferior en el caso del peritoneo parietal.
Tan solo un 25% del peritoneo es permeable a la circulación y determina la superficie efectiva.

CATÉTER.
Mientras el líquido permanece en la cavidad tiene lugar la diálisis, donde el exceso pasa desde la sangre al fluido de diálisis. El transporte entre la microcirculación y la cavidad peritoneal se lleva a cabo a través de dos mecanismos; difusión (transporte de solutos) y convección (transporte de agua). Todo esto se lleva a cabo a través de un catéter. Es la pieza clave para el correcto intercambio del líquido. Los resultados dependerán de la correcta colocación y de los cuidados del mismo a largo plazo.
Se trata de un tubo de silicona o poliuretano, semirrígido o flexible, de longitud variable, con una porción interna y otra externa y dos manguitos Dacron (poliéster) que permiten inducir la cicatrización en la pared abdominal. Se coloca en el peritoneo, con punto de salida cerca del ombligo o en lugares alternativos como las costillas, el esternón o la clavícula según preferencia del cirujano y del paciente así como cuestiones anatómicas e higiene bajo cirugía menor, por vía percutánea, quirúrgica o laparoscopia. El más utilizado es el catéter de Tenckhoff. Existen variedades en su diseño pero la falta de estudios comparativos hace que sea difícil determinar cuál es el más conveniente ni efectivo.
La cicatrización del mismo dependerá de factores como la inmovilización, la perfusión tisular, epitelización, enfermedades crónicas, presencia de microorganismos. Entre los cuidados del mismo destacamos:
• Tras la colocación se requiere una inmovilización de unas dos semanas en las que se puede usar el catéter siempre que se trate de pequeños volúmenes y el paciente se encuentre en decúbito supino. Durante este tiempo es necesario curar una vez a la semana con apósito transparente que permita la ducha sin mojar el orificio.
• A partir de las 6 semanas lavar con agua y jabón y tapar si aún no está cicatrizado con gasas.
• Realizar lavado diario sin mojar la herida.
• Inmovilizar el catéter para que no dañe el orificio de salida.
• Cambiar el apósito diariamente bajo técnica aséptica.
• No retirar costras.
• No lavar con alcohol, ni usar pomadas que dañen el catéter.
• No bañar, no jacuzzi.
• No usar cinturón sobre el punto de salida.
• No tijeras cerca del catéter.

Entre las complicaciones encontramos:
• La infección del punto de salida del catéter, ya que los pacientes con enfermedad renal tienen el sistema inmunitario levemente deprimido. Además el líquido de diálisis contiene glucosa y si no se extrema la higiene favorece el crecimiento de gérmenes.
• Fuga de líquidos cuando la cicatrización es incompleta o se produce un aumento de la presión abdominal. Se soluciona con reposo y compresión y a veces requiere cambio de catéter.
• Fuga del liquido con infiltración de la pared, provocando hernias o eventraciones que requiere cambio de catéter.
• Atrapamiento del catéter por el mesenterio que provoca obstrucción del mismo, si no se resuelve con laxantes y movilización del catéter requiere cambio del mismo.
• Mal posición del catéter. Se confirma con RX y se soluciona con laparoscopia o cambio del mismo.
• Normalmente requiere cambio a los 10 años si no crea intolerancia. Si bien es cierto que a largo plazo la DP puede provocar cambios en la membrana peritoneal haciendo que la diálisis pierda eficacia siendo necesario cambiar de diálisis manual a automática e incluso a hemodiálisis.
• Peritonitis. Se trata de una infección en el peritoneo, más peligrosa y menos común que la infección del catéter. Los microorganismos que con mayor frecuencia producen peritonitis son: Aureus (25-85%), Pseudomonas (8-12%), Candida, Gran – (7-14%), S. Epidermis (5-14%), Hongos (1-3%). Los tres primeros requieren retirada del catéter y tratamiento antibiótico durante 3-4 semanas.

Bibliografía
– Nefrología clínica. L. Hernando Avendario.
– https://www.diaverum.com/es-AR/Tratamiento/Dialisis-peritoneal/
– VIII Curso de hemodiálisis para Enfermería.
– Manual de diálisis. John T. Daugirdas, Todd. S. Ing, Masson Little, Brown.