Lupus: enfermedad autoinmune sistémica y su impacto multiorgánico
Autor principal: Teodoro Álvarez Mateos
Vol. XX; nº 18; 963
Lupus: systemic autoimmune disease and its multiorgan impact
Fecha de recepción: 11 de agosto de 2025
Fecha de aceptación: 12 de septiembre de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 18 – Segunda quincena de Septiembre de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 18; 963
Autores:
Teodoro Álvarez Mateos, Enfermero Quiron Prevencion y Loga Salud
Verónica Vidal Villanueva, Enfermera Centro Salud Alcorisa
Catalina Cazacu, Enfermera Centro de Salud Alcorisa
Andrea Vidal Villanueva, Enfermera Hospital de Alcañiz, Teruel
Sergio Méndez Valle, Enfermero Hospital de Alcañiz, Teruel
Ana Subirats Valls, Enfermera Hospital de Alcañiz, Teruel
Elena Nina Tomiuc, Enfermera Centro de Salud Caspe
Resumen
El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune crónica caracterizada por una activación inmunológica anómala que conduce a la producción de autoanticuerpos y a una inflamación multisistémica. Afecta predominantemente a mujeres en edad fértil y presenta un curso clínico variable que puede comprometer órganos vitales como riñones, sistema nervioso central, piel y articulaciones. El diagnóstico y tratamiento del lupus han avanzado, pero aún existen retos en el manejo integral y pronóstico de los pacientes. Este artículo analiza los mecanismos fisiopatológicos, manifestaciones clínicas, diagnóstico, tratamiento y perspectivas futuras sobre el LES.
Palabras clave
Lupus, Enfermedad autoinmune, Inflamación sistémica, LES, Diagnóstico, Tratamiento.
Abstract
Systemic lupus erythematosus (SLE) is a chronic autoimmune disease characterized by abnormal immune activation, leading to autoantibody production and multisystem inflammation. It primarily affects women of childbearing age and displays variable clinical manifestations involving major organs such as the kidneys, central nervous system, skin, and joints. While diagnostic and therapeutic strategies have improved, comprehensive management and prognosis remain challenging. This article reviews the pathophysiology, clinical features, diagnosis, treatment, and future directions for SLE.
Keywords
Lupus, Autoimmune disease, Systemic inflammation, SLE, Diagnosis, Treatment.
Introducción
El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune crónica, compleja y heterogénea que afecta predominantemente a mujeres jóvenes en una proporción de 9:1 en comparación con los hombres [1]. Se caracteriza por la producción de autoanticuerpos dirigidos contra componentes nucleares, celulares y del tejido conectivo. Esta respuesta inmunológica aberrante conduce a inflamación crónica y daño tisular en múltiples órganos y sistemas [2].
El impacto clínico del lupus varía significativamente entre los pacientes, desde síntomas leves hasta afecciones potencialmente mortales como nefritis lúpica, enfermedad cardiovascular y compromiso neurológico [3]. La etiología del lupus es multifactorial, con contribuciones genéticas, ambientales, hormonales e inmunológicas [4]. A pesar de los avances terapéuticos, el lupus continúa representando un reto médico por su presentación impredecible y curso fluctuante.
Este artículo tiene como objetivo brindar una revisión integral sobre el lupus eritematoso sistémico, abarcando desde su fisiopatología hasta el enfoque terapéutico actual, incluyendo desafíos diagnósticos y avances en investigación.
Metodología
Se realizó una revisión narrativa de la literatura utilizando las bases de datos PubMed, Scopus y Web of Science. Se utilizaron los términos «systemic lupus erythematosus», «autoimmune disease», «pathophysiology», «diagnosis», y «treatment». Se seleccionaron artículos originales, revisiones sistemáticas y guías clínicas publicadas entre 2013 y 2024. Solo se incluyeron estudios en inglés y español. Se priorizaron publicaciones con alto nivel de evidencia y relevancia clínica.
Resultados
Además de las manifestaciones clínicas y abordajes terapéuticos previamente descritos, se han identificado numerosos subtipos clínicos de lupus, cada uno con implicaciones pronósticas y terapéuticas distintas. Uno de los subtipos más graves es la nefritis lúpica, que afecta entre el 40% y el 60% de los pacientes, y puede progresar a enfermedad renal terminal si no se trata adecuadamente [15]. Existen seis clases histológicas de nefritis lúpica según la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), siendo las clases III y IV las más agresivas.
Otro hallazgo significativo es la alta prevalencia de síntomas neuropsiquiátricos, conocidos como lupus neuropsiquiátrico (NPSLE), que incluyen desde cefaleas y trastornos cognitivos hasta eventos cerebrovasculares y psicosis. Estos síntomas pueden presentarse incluso en ausencia de inflamación sistémica activa, dificultando su diagnóstico [16].
En cuanto a los biomarcadores diagnósticos y de actividad, se ha observado que los niveles elevados de anti-DNA de doble cadena y la disminución de los niveles de complemento (C3 y C4) se correlacionan con la actividad de la enfermedad, especialmente en la nefritis [17]. La identificación de nuevos biomarcadores, como las firmas génicas de interferón tipo I, está en desarrollo y podría revolucionar el monitoreo clínico del LES en un futuro cercano [18].
El impacto en la calidad de vida también ha sido ampliamente documentado. La fatiga es el síntoma más común reportado por los pacientes, seguido de dolor articular persistente, ansiedad y depresión. Un estudio europeo (Lupus Europe 2020) encontró que más del 80% de los pacientes consideraban que el lupus afectaba negativamente su vida laboral y social [19].
Además, la comorbilidad cardiovascular es una complicación frecuente y grave en el LES. Las mujeres con lupus tienen un riesgo 50 veces mayor de sufrir infarto de miocardio en comparación con mujeres sanas del mismo grupo etario, especialmente si tienen anticuerpos antifosfolípidos positivos [20].
Discusión
Los hallazgos presentados refuerzan la complejidad del lupus eritematoso sistémico, una condición cuyo diagnóstico y tratamiento requieren una aproximación personalizada y multidisciplinaria. La heterogeneidad clínica dificulta tanto la identificación temprana como el seguimiento de la actividad de la enfermedad. El uso de criterios clasificatorios (como ACR/EULAR 2019) ha mejorado la precisión diagnóstica, pero aún existen casos que escapan de estas definiciones y presentan cuadros atípicos.
La disponibilidad de tratamientos ha aumentado, especialmente con la introducción de agentes biológicos como belimumab y anifrolumab, que han demostrado eficacia en reducir la actividad del lupus y disminuir la necesidad de corticosteroides. No obstante, estos tratamientos aún no están ampliamente disponibles en todos los sistemas de salud, lo cual introduce una barrera económica considerable [12].
A nivel inmunológico, la evidencia señala que el interferón tipo I es un elemento central en la patogénesis del LES. Este hallazgo ha motivado el desarrollo de terapias dirigidas, como anifrolumab, un anticuerpo monoclonal que bloquea el receptor de interferón tipo I. Ensayos clínicos recientes han mostrado mejoras clínicas significativas en pacientes con lupus moderado a severo tratados con este fármaco [17].
Sin embargo, todavía hay aspectos sin resolver. La predicción de brotes y remisiones sigue siendo una meta pendiente. La búsqueda de biomarcadores que permitan anticipar la actividad de la enfermedad y guiar decisiones terapéuticas personalizadas es una prioridad en la investigación actual. Asimismo, los modelos de atención deben evolucionar hacia enfoques centrados en el paciente, integrando aspectos psicosociales, educación en salud y herramientas digitales de autocuidado.
También es fundamental considerar el impacto del lupus en poblaciones vulnerables. Las mujeres jóvenes, en particular aquellas de origen africano, latinoamericano o asiático, tienen peor pronóstico debido a factores genéticos, socioeconómicos y barreras en el acceso al sistema de salud [13]. La equidad en salud y la personalización del tratamiento son elementos clave para mejorar los desenlaces clínicos a largo plazo.
Conclusiones
El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad crónica, impredecible y potencialmente grave, que representa un modelo paradigmático de disfunción inmunológica con manifestaciones clínicas variables. Esta complejidad obliga a adoptar un enfoque diagnóstico y terapéutico integral, dinámico y centrado en el paciente. El manejo exitoso del LES no solo depende de controlar la inflamación y prevenir daño orgánico, sino también de mejorar la calidad de vida, el bienestar psicosocial y la funcionalidad a largo plazo del paciente.
Uno de los principales retos sigue siendo la identificación precoz del lupus, ya que sus síntomas iniciales suelen ser inespecíficos. Un diagnóstico oportuno permite iniciar tratamiento temprano, lo cual se ha correlacionado con mejores desenlaces clínicos y reducción del daño acumulado. En este contexto, la educación del primer nivel de atención en el reconocimiento de signos tempranos y el uso adecuado de pruebas inmunológicas es una herramienta clave.
Desde una perspectiva terapéutica, si bien los tratamientos convencionales han permitido un control aceptable de la enfermedad, la toxicidad acumulativa de corticosteroides y la respuesta variable a inmunosupresores limitan su uso prolongado. En este sentido, los avances recientes en terapias biológicas representan un cambio de paradigma que podría ofrecer mayor eficacia con un mejor perfil de seguridad, siempre que su accesibilidad sea universal.
Además, la carga psicoemocional del lupus, su impacto en la vida laboral y familiar, y el estigma asociado a enfermedades invisibles deben ser abordados con igual prioridad que el tratamiento físico. El trabajo colaborativo entre reumatólogos, psicólogos, nutricionistas, trabajadores sociales y asociaciones de pacientes resulta indispensable.
En definitiva, el futuro del manejo del lupus dependerá de una medicina más personalizada, equitativa y holística, que combine innovación científica con humanismo clínico. Solo así será posible transformar el pronóstico y la experiencia de vida de millones de personas que conviven con esta enfermedad.
Referencias
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Declaración de buenas prácticas:
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.