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Microbiota vaginal y su relación con parto pretérmino espontáneo: revisión bibliográfica

Microbiota vaginal y su relación con parto pretérmino espontáneo: revisión bibliográfica

Autora principal: María Daniela Rodríguez Fallas

Vol. XX; nº 11; 623

Vaginal microbiota and its relationship with spontaneous preterm birth: literature review

Fecha de recepción: 27 de abril de 2025
Fecha de aceptación: 8 de junio de 2025

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 11 – Primera quincena de Junio de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 11; 623

Autores:

María Daniela Rodríguez Fallas, Médico general, Universidad de Costa Rica, Investigador independiente, San José, Costa Rica
María Jimena Alfaro Guerra, Médico general, Universidad de Costa Rica, Investigador independiente, San José, Costa Rica
Manuela Uribe Palacio, Médico general, Universidad de Costa Rica, Investigador independiente, San José, Costa Rica
Rachel Mariana Rodríguez Mora, Médico general, Universidad de Costa Rica, Investigador independiente, San José, Costa Rica
Daniel Varela Vindas, Médico general, Universidad de Costa Rica, Investigador independiente, San José, Costa Rica
Ana Isabel Sequeira Rojas, Médico general, Universidad de Costa Rica, Investigador independiente, San José, Costa Rica

Resumen

Los partos pretérmino, definidos como los partos antes de las 37 semanas de edad gestacional, continúan significando un problema de salud pública a nivel mundial. Por lo anterior, numerosos estudios se han enfocado en comprender las diferentes causas y mecanismos fisiopatológicos implicados, con el objetivo de desarrollar nuevos enfoques preventivos y de tratamiento. La asociación entre los partos pretérmino y la microbiota vaginal, es uno de los factores que actualmente se encuentran bajo análisis e investigación, ya que se ha definido que algunas especies de bacterias desempeñan un papel protector en la salud del tracto genital femenino. Específicamente la especie bacteriana llamada Lactobacillus crispatus, es la que cuenta con mayor evidencia científica para denominarse un agente protector, asociado con menos efectos adversos durante el embarazo. Todos estos nuevos descubrimientos han impulsado el interés de buscar opciones para incluir la composición de la microbiota y la respuesta inmunitaria local dentro de las herramientas de tamizaje, con el objetivo de poder desarrollar nuevas terapias personalizadas para prevenir o disminuir la incidencia de parto pretérmino.

Palabras clave

Microbioma, parto pretérmino, disbiosis, prevención.

Abstract

Preterm birth, defined as delivery before 37 weeks of gestational age, remains a major public health concern worldwide. Consequently, numerous studies have focused on understanding its various causes and the underlying pathophysiological mechanisms, with the aim of developing new preventive and therapeutic strategies.
The association between preterm birth and the vaginal microbiota is one of the factors currently under investigation, as certain bacterial species have been identified as playing a protective role in the health of the female genital tract. Specifically, the bacterial species Lactobacillus crispatus has the strongest scientific evidence supporting its role as a protective agent, being associated with fewer adverse pregnancy outcomes. These emerging findings have increased interest in incorporating both microbiota composition and the local immune response into screening tools, with the goal of developing personalized therapies to prevent or reduce the incidence of preterm birth.

Keywords

Microbiome, preterm birth, dysbiosis, prevention.

Introducción

El trabajo de parto pretérmino es aquel que sucede antes de las 37.0 semanas de edad gestacional, relacionado con múltiples causas como infecciones uterinas, infartos placentarios, insuficiencia cervical, polihidramnios y diversas enfermedades maternas y fetales, que a pesar de tratarse de condiciones patológicos diferentes culminan en un proceso de dilatación y activación de contracciones uterinas de manera temprana. El parto pretérmino sigue representando un problema importante de salud mundial, asociado a alta morbimortalidad y con consecuencias negativas para la salud de los recién nacidos, específicamente ocurre en casi 15 millones de los nacimientos en el mundo y se ha definido como la causa principal de muerte en niños menores de cinco años, por lo que se continúan estudiando ampliamente las causas, mecanismos y estrategias de prevención para disminuir la incidencia.1

La microbiota hace referencia a comunidades microbianas complejas que habitan en el cuerpo humano y que difieren grandemente entre personas y entre las diferentes partes del cuerpo. La composición de la microbiota vaginal es un tema que se ha estudiado ampliamente en los últimos años, debido a la importancia de esta en el mantenimiento de la salud vaginal.2

La relación entre el parto pretérmino y la microbiota vaginal es una asociación que se ha establecido recientemente y es de gran interés ya que se han logrado identificar poblaciones microbianas asociadas con una mayor incidencia de parto pretérmino, así como comunidades de bacterias consideradas protectoras contra infecciones y resultados adversos durante el embarazo. Comprender estas asociaciones no sólo amplía el conocimiento sobre los mecanismos fisiopatológicos del parto pretérmino, sino que también abre la puerta al desarrollo de nuevas estrategias de prevención e intervenciones dirigidas al equilibrio microbiano o tamizajes tempranos para identificar disbiosis en mujeres embarazadas.1

Microbiota vaginal normal

La microbiota vaginal forma parte del ecosistema reproductivo femenino, el cual incluye componentes anatómicos, endocrinos y microbianos que actúan en equilibrio para preservar la salud del tracto genital. En mujeres sanas, esta microbiota está compuesta por más de 50 tipos de microorganismos, predominando las especies del género Lactobacillus, estas bacterias específicamente juegan un papel importante en la protección vaginal mediante la producción de sustancias que mantienen un pH ácido vaginal, el cual ayuda a inhibir localmente el crecimiento de patógenos.2,3

La composición de este microbioma es compleja, ya que está determinada por múltiples factores. Entre los principales determinantes se pueden mencionar la raza, las hormonas sexuales, el uso de anticonceptivos hormonales, el comportamiento sexual y la dieta. Todos estos factores interactúan de manera compleja, dando lugar a variaciones importantes entre grupos poblacionales.2

Evidencia actual sobre microbiota y riesgo de parto pretérmino

Diversos estudios han comprobado que un microbioma vaginal pobre en Lactobacillus se asocia con un mayor riesgo de parto pretérmino. Según Gudnadottir et al4, el riesgo de parto prematuro fue significativamente mayor en mujeres con microbiota dominada por especies distintas a Lactobacillus crispatus, por lo que esta última se ha marcado como un factor protector. En contraste, se observó que un predominio de otras especies como Lactobacillus jensenii se vinculan con mayor riesgo de parto pretérmino.4

En está misma línea, Kindinger et al5, también confirmaron que la dominancia de Lactobacillus crispatus se asocia con partos a término y mayor estabilidad de la microbiota durante el embarazo. Por otro lado, en este estudio se encontró que la dominancia de Lactobacillus iners en la microbiota vaginal se asocia significativamente con una longitud cervical corta (longitud inferior a 25 mm) y un mayor riesgo de parto antes de las 34 semanas de edad gestacional, además, con menor estabilidad y cambios más frecuentes a otros tipos de comunidades bacterianas, lo que podría reflejar una mayor susceptibilidad a alteraciones del ambiente vaginal. Adicionalmente, L. iners se asoció con marcadores proinflamatorios que podrían favorecer la ruptura de las defensas mucosas.5

Para fortalecer aún más esta asociación, en el estudio realizado por Elovitz et al6 también se reveló que las microbiotas vaginales con una baja presencia de Lactobacillus y predominio de anaerobios, tenían una mayor asociación con parto pretérmino. Sin embargo, en este artículo se incluyó un factor adicional de raza, y se documentó que esto ocurría especialmente en mujeres no afroamericanas, en mujeres afroamericanas esta relación no se mantuvo, sugiriendo que la composición de la microbiota puede cambiar según el origen étnico. Además, este estudio también confirmó que mujeres con microbiota dominada por L. iners tienen un aumento del riesgo de parto prematuro.6

Un hallazgo adicional del estudio anterior fue el rol de la proteína β-defensina-2. Se confirmó que niveles bajos de β-defensina-2 se asocian con un mayor riesgo de parto pretérmino, incluso en microbiotas dominadas por Lactobacillus. Esta interacción entre el sistema inmune y la microbiota sugiere que el riesgo de parto prematuro no depende solo de la presencia o ausencia de bacterias beneficiosas, sino también de la respuesta inmunológica de la mujer.6

También, se ha estudiado la relación entre la microbiota vaginal y la ruptura prematura de membranas antes del trabajo de parto (RPMP). En este caso, los resultados han mostrado que hasta ⅓ de las mujeres que desarrollan RPMP presentan disbiosis vaginal antes de la ruptura de membranas, lo cual también se asocia con mayores tasas de corioamnionitis y sepsis neonatal. Además, complementando los datos anteriores, también se ha analizado si el tratamiento con eritromicina, antibiótico comúnmente utilizado como parte del esquema ante una ruptura prematura de membranas pretérmino, influía en la microbiota vaginal, y se documentó que después de la administración del mismo las mujeres con predominio inicial de Lactobacillus tendieron a desarrollar comunidades disbióticas, mientras que aquellas con microbiota previamente alterada mostraron una disminución en diversidad, sin una mejora del equilibrio.7

Sobre las posibles intervenciones terapéuticas relacionadas, se ha propuesto el uso de probióticos como una estrategia para prevenir complicaciones obstétricas. La evidencia actual sugiere que los probióticos son una alternativa de bajo riesgo que podría contribuir a restaurar una microbiota vaginal saludable y modular la respuesta inmune a nivel local. Aunque los resultados hasta el momento parecen ser prometedores, se requieren más estudios clínicos que definan la cepa ideal a utilizar, la vía de administración correcta y el momento oportuno de la intervención durante el embarazo. También, se ha analizado el uso de simbióticos, pero de igual forma, se requieren más estudios detallados al respecto.8,9

Conclusiones

Los resultados descritos en este artículo resaltan la complejidad del ecosistema vaginal durante la gestación y su relación con desenlaces perinatales negativos. En conclusión, el tipo específico de Lactobacillus presente y dominante en la microbiota vaginal parece ser aún más determinante que la diversidad bacteriana general para predecir el riesgo de parto pretérmino. Adicionalmente, existe una gran evidencia para perfilar a Lactobacillus crispatus como un factor protector, pues ha demostrado en múltiples estudios tener un efecto beneficioso considerable, lo que refuerza su importante papel dentro de la microbiota vaginal. Por otro lado, estos estudios científicos analizados brindan evidencia importante para en un futuro cercano considerar perfiles de microbiota e inmunidad como parte de las herramientas utilizadas para estratificación de riesgo durante el embarazo, abriendo las puertas a continuar la investigación para desarrollar estrategias diagnósticas y terapéuticas más personalizadas y específicas al respecto, como por ejemplo uso de probióticos específicos, monitoreo del microbioma, terapias dirigidas al microbioma e inmunomoduladores, todo esto con el fin de crear herramientas adicionales para prevenir el parto pretérmino u otros desenlaces adversos durante el embarazo, brindando un enfoque más efectivo en la protección de la salud materna y fetal.

Referencias bibliográficas

1. Cunningham FG, Leveno KJ, Dashe JS, Hoffman BL, Spong CY, Casey BM. Parto pretérmino. Williams Obstetricia. 26ª ed. Ciudad de México: McGraw Hill; 2022. p. 817-836.

2. Lewis FMT, Bernstein KT, Aral SO. Vaginal microbiome and its relationship to behavior, sexual health, and sexually transmitted diseases. Obstet Gynecol. 2017 Apr;129(4):643–654. doi:10.1097/AOG.0000000000001932

3. Gao Y, Shang Q, Wei J, Chen T. The correlation between vaginal microecological dysbiosis-related diseases and preterm birth: A review. Heliyon. 2021 May;7(5):e07148. doi:10.1016/j.heliyon.2021.e07148

4. Gudnadottir U, Debelius JW, Du J, Hugerth LW, Danielsson H, Schuppe-Koistinen I, et al. The vaginal microbiome and the risk of preterm birth: a systematic review and network meta-analysis. Sci Rep. 2022 May 13;12:7926. doi:10.1038/s41598-022-12007-9

5. Kindinger LM, Bennett PR, Lee YS, Marchesi JR, Smith A, Cacciatore S, et al. The interaction between vaginal microbiota, cervical length, and vaginal progesterone treatment for preterm birth risk. Microbiome. 2017 Jan 21;5(1):6. doi:10.1186/s40168-016-0213-0

6. Elovitz MA, Gajer P, Riis V, Brown AG, Humphrys MS, Holm JB, Ravel J. Cervicovaginal microbiota and local immune response modulate the risk of spontaneous preterm delivery. Nat Commun. 2019 Mar 21;10(1):1305. doi:10.1038/s41467-019-09285-9.

7. Brown RG, Marchesi JR, Lee YS, Smith A, Lehne B, Kindinger LM, et al. Vaginal dysbiosis increases risk of preterm fetal membrane rupture, neonatal sepsis and is exacerbated by erythromycin. BMC Med. 2018 Jan 24;16(1):9. doi:10.1186/s12916-017-0999-x

8. Gorczyca K, Kozioł MM, Kimber-Trojnar Ż, Kępa J, Satora M, Rekowska AK, Leszczyńska-Gorzelak B. Premature rupture of membranes and changes in the vaginal microbiome – Probiotics. Reprod Biol. 2024 Sep;24(3):100899. doi:10.1016/j.repbio.2024.100899.

9. Nulens K, Papy E, Tartaglia K, Dehaene I, Logghe H, Van Keirsbilck J, et al. Synbiotics in patients at risk for spontaneous preterm birth: protocol for a multi-centre, double-blind, randomised placebo-controlled trial (PRIORI). Trials. 2024 Sep 17;25:615. doi:10.1186/s13063-024-08444-8.

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