Osteoporosis primaria. Diagnóstico y tratamiento
Autora principal: Lidia Olivar Gómez
Vol. XX; nº 20; 1008
PRIMARY OSTEOPOROSIS. DIAGNOSIS AND TREATMENT
Fecha de recepción: 14 de septiembre de 2025
Fecha de aceptación: 14 de octubre de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 20 – Segunda quincena de Octubre de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 20; 1008
Autores:
Lidia Olivar Gómez, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
Resumen
La osteoporosis es la enfermedad metabólica ósea más prevalente en la población. Se caracteriza por asociar una baja densidad mineral ósea, definida mediante un T-score de columna lumbar o cadera ≤ -2,5. El estudio diagnóstico de la osteoporosis debe iniciarse ante la presencia de diferentes criterios de riesgo, incluyendo la realización deanamnesis completa, despistaje de posibles causas de osteoporosis secundaria, evaluación de la densidad mineral ósea y pruebas de imagen radiológicas.
El primer escalón terapéutico de la osteoporosis primaria incluye la realización de ejercicio físico y el abordaje nutricional dirigido a alcanzar los requerimientos diarios recomendados de calcio y vitamina D. El tratamiento farmacológico se debe considerar en los pacientes de riesgo intermedio y se recomienda activamente en los pacientes de riesgo alto. El tratamiento farmacológico incluye familias terapéuticas con actividad antirresortiva (bifosfonatos, moduladores selectivos de los receptores estrogénicos, denosumab) y osteoformadora (teriparatida, romosozumab), debiendo seleccionarse de manera individualizada en función de las características del paciente y las contraindicaciones o efectos adversos derivados de su administración.
Palabras clave
osteoporosis, osteoporosis primaria, diagnóstico.
Abstract
Osteoporosis is the most prevalent metabolic bone disease in the population. It is characterized by low bone mineral density, defined by a lumbar spine or hip T-score ≤ -2.5. Diagnostic workup for osteoporosis should begin when different risk criteria are present, including a complete medical history, screening for possible causes of secondary osteoporosis, assessment of bone mineral density and radiological imaging tests. The first therapeutic step of primary osteoporosis includes physical exercise and nutritional approaches aimed at achieving the recommended daily requirements of calcium and vitamin D. Pharmacological treatment should be considered in intermediate-risk patients and is actively recommended in high-risk patients. Pharmacological treatment includes therapeutic families with antiresorptive activity (bisphosphonates, selective estrogen receptor modulators, denosumab) and bone-forming activity (teriparatide, romosozumab), and should be selected individually based on the patient’s characteristics and the contraindications or adverse effects resulting from its administration.
Keywords
osteoporosis, primary osteoporosis, diagnosis.
INTRODUCCIÓN
La osteoporosis constituye la enfermedad del metabolismo óseo más prevalente en la población. Se define por la pérdida del tejido óseo (se caracteriza por una baja densidad mineral ósea, DMO), la disminución de la resistencia de los huesos y el consiguiente incremento del riesgo de fracturas. Actualmente la osteoporosis constituye una patología altamente infradiagnosticada, pero es necesario considerar que su evaluación resulta fundamental, ya que las fracturas de cadera se encuentran asociadas a un riesgo incrementado de mortalidad y de recidiva de fracturas en los años sucesivos.
Se puede clasificar en osteoporosis primaria y osteoporosis secundaria. La osteoporosis primaria o idiopática es la más frecuente y se desarrolla como consecuencia de la edad avanzada, mientras que la osteoporosis secundaria es el resultado de las comorbilidades coexistentes en el paciente, así como los efectos adversos derivados de su medicación domiciliaria y los hábitos de vida adquiridos1, 2.
Las fracturas esqueléticas constituyen la principal comorbilidad asociada a la osteoporosis. Las fracturas más frecuentes ocurren en la columna vertebral (región lumbar), la región proximal del fémur y el antebrazo. Habitualmente las fracturas vertebrales son las más frecuentes, mientras que las que afectan a la cadera se encuentran asociadas a una mayor mortalidad.
Por otra parte, las fracturas de las falanges, los huesos de la cara y la región craneal no son características de la osteoporosis, siendo su principal causa los traumatismos. La rotura ósea producida por fragilidad asocia un empeoramiento de la calidad de vida de los pacientes (dolor, limitación funcional), reduciendo progresivamente la actividad laboral y la realización de las actividades básicas de la vida diaria (ABVD), asociando importantes limitaciones físicas y trastornos del estado de ánimo, con una prevalencia superior de depresión1.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se realiza una revisión bibliográfica utilizando la base de datos bibliográfica Medline y realizando el acceso a través del motor de búsqueda PubMed. Se realiza el sistema de búsqueda introduciendo las siguientes palabras clave: «osteoporosis», «primary osteoporosis», «diagnosis». Se seleccionan finalmente diferentes artículos que abarcan el periodo de tiempo situado entre 2020 y 2023.
El objetivo primario del presente artículo es evaluar los criterios considerados en la actualidad en el diagnóstico de la osteoporosis primaria, así como las indicaciones actuales de cribado de la enfermedad. Dentro de los objetivos secundarios se incluyen: descripción de las principales terapias aprobadas en el tratamiento de la osteoporosis primaria y criterios de selección de las mismas.
EVALUACIÓN DE LA OSTEOPOROSIS PRIMARIA
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la osteoporosis a partir de una DMO ≤ -2,5 desviaciones estándar (DS) respecto a la media de DMO correspondiente a la población joven estandarizada en la columna lumbar o cadera (T-score). Un T-score comprendido entre -1 y -2,5 DS define la osteopenia (bajo nivel de masa ósea), mientras que un T-score situado entre -1 y +1 DS constituye el intervalo de normalidad1, 3.
Las indicaciones del inicio del estudio de la osteoporosis y sus criterios diagnósticos continúan siendo dispares y controvertidos. Actualmente se puede establecer el diagnóstico de osteoporosis ante la presencia de alguno de los siguientes criterios2:
– Fractura por fragilidad
– T-score (evaluado mediante DEXA) ≤ -2,5 DS en la columna vertebral lumbar, cadera o cuello femoral
– T-score (evaluado mediante DEXA) comprendido entre -1 y -2,5 DS, que asocia criterios de riesgo de fractura elevado
Se recomienda la realización de pruebas dirigidas a la evaluación de la DMO en las siguientes situaciones: mujeres >65 años y hombres >70 años, considerando además los pacientes con edades comprendidas entre 55 y 69 años que asocian algún factor de riesgo para el desarrollo de osteoporosis (entre ellos: antecedentes personales de fractura por fragilidad, menopausia precoz, enfermedades endocrinológicas, enfermedades reumatológicas o tratamiento crónico con corticoides o anticonvulsivantes; entre otros)1, 2.
Además, se debe incluir la realización de pruebas de imagen radiológicas dirigidas a la identificación de posibles fracturas por fragilidad si se cumple alguno de los siguientes criterios1:
– Mujeres >65 años y T-score < -1 DS en cuello femoral – Mujeres >70 años y T-score < -1 DS en columna vertebral lumbar o cadera
– Hombres con edad comprendida entre 70 y 79 años y T-score < -1,5 DS en columna vertebral lumbar, cadera o cuello femoral – Hombres >80 años y T-score < -1 DS en columna vertebral lumbar, cadera o cuello femoral – Mujeres y hombres >50 años que asocian alguno de los siguientes factores de riesgo:
– Antecedente personal de fractura ósea en la edad adulta
– Tratamiento crónico con glucocorticoides
– Hiperparatiroidismo
En la evaluación de la osteoporosis resulta fundamental la medición periódica de la talla. La determinación analítica de marcadores de remodelado óseo permite conocer la velocidad de la pérdida ósea1.
Además, se deben descartar posibles causas de osteoporosis secundaria y fracturas. Entre las principales causas de osteoporosis secundaria se encuentran: malabsorción, endocrinopatías (hiperparatiroidismo, déficit de GH, acromegalia, síndrome de Cushing, diabetes mellitus, hiperprolactinemia, hipertiroidismo, hipogonadismo), enfermedad renal crónica, enfermedades hematológicas (mieloma múltiple, talasemia), patología reumática (artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, espondilitis anquilosante), VIH, consumo de alcohol y tabaco, tratamientos farmacológicos (corticoides, antiepilépticos, anticoagulantes), insuficiencia ovárica precoz, inmovilización prolongada y patologías genéticas (osteogénesis imperfecta); principalmente.
La evaluación de la osteoporosis secundaria debe incluir la realización de una historia clínica y una exploración física completas (localización y número de fracturas, edad de inicio de las mismas, antecedentes personales médicos y quirúrgicos, tratamiento domiciliario habitual, consumo de alcohol y tabaco, antecedentes familiares de osteoporosis y fracturas, registro periódico del peso y la talla). Además, se debe completar con la realización de un estudio analítico completo que incluya las siguientes determinaciones2:
– Hemograma
– Bioquímica e iones
– Función renal
– Metabolismo fosfocálcico: fósforo, calcio, vitamina D (25-OH vitamina D), PTH, calciuria de 24 horas
– Testosterona (género masculino)
– Función tiroidea (en pacientes con antecedentes personales de disfunción tiroidea)
RECOMENDACIONES EN EL MANEJO DE LA OSTEOPOROSIS PRIMARIA
El abordaje de la osteoporosis primaria incluye diferentes medidas generales dirigidas a la reducción o prevención de los factores de riesgo de osteoporosis y caídas (utilización de calzado apropiado, detección precoz de déficits visuales), junto con la adquisición de hábitos de vida saludables. Además, se dispone de tratamientos farmacológicos con mecanismos de acción diferentes que deben ser considerados y seleccionados de manera individualizada4.
Nutrición y ejercicio físico
Se recomienda la realización de ejercicios de equilibrio y fuerza muscular dos o más veces a la semana a partir de los 50 años de edad.
La actividad física que incluya ejercicios de equilibrio contribuye a la mejoría del nivel físico de los pacientes, logrando una mejoría notable en la calidad de vida. El entrenamiento funcional y de resistencia puede actuar en la prevención de caídas en las personas de edad avanzada. La actividad física debe se realizada de manera habitual y periódica4.
La ingesta diaria recomendada de calcio es de 1000mg/día en hombres >50 años y 1200mg/día en mujeres >50 años y hombres >70 años. Se deben incluir en la dieta alimentos ricos en calcio y proteínas. Los pacientes que mediante la dieta alcanzan estos requerimientos no precisan su suplementación.
Por otra parte, las necesidades diarias de vitamina D son de 600UI/día en personas >50 años y 800UI/día en personas >70 años, pauta difícil de alcanzar mediante aportes dietéticos, por lo que habitualmente se requiere su suplementación. En caso de ser necesaria la administración de vitamina D suplementada se deben aportar 400UI/día en pacientes >50 años4.
El control del peso corporal, previniendo o reduciendo el sobrepeso u obesidad, así como el abandono del hábito tabáquico y del consumo de alcohol son recomendaciones que optimizan y contribuyen igualmente al manejo de la osteoporosis. El abandono del tabaco ha demostrado una reducción del riesgo de fractura osteoporótica en el género femenino5.
Inicio del tratamiento farmacológico
Actualmente no existen criterios universalmente aceptados en la consideración del abordaje farmacológico de la osteoporosis primaria. Se puede considerar su inicio en los pacientes incluidos en el grupo de «riesgo intermedio», mientras que se recomienda activamente su administración en el de «alto riesgo»4.
Se incluyen dentro del grupo de «riesgo intermedio» de fractura los pacientes que cumplen alguno de los siguientes criterios4:
– T-Score ≤-2,5 DS (columna vertebral lumbar, cadera o cuello femoral) en pacientes con edad comprendida entre 50 y 70 años
– Riesgo de fractura osteoporótica comprendido entre el 15% y el 19,9% a 10 años en pacientes >50 años
Por su parte, queda definido el «riesgo elevado» de fractura en los siguientes casos4:
– T-score ≤-2,5 DS (columna vertebral lumbar, cadera o cuello femoral) en pacientes >70 años
– Riesgo de fractura osteoporótica >20% a 10 años en pacientes >50 años
– Antecedentes personales de fractura de cadera o vertebral
Selección del tratamiento farmacológico
La selección del fármaco debe realizarse mediante la consideración de diferentes factores, entre los que se encuentran: riesgo de fractura, efectos adversos y contraindicaciones de la medicación, y las preferencias del paciente; entre otros. Actualmente el principal criterio de referencia es el riesgo de fractura4.
En pacientes con antecedentes personales de dos o más fracturas vertebrales o fractura vertebral severa producida en un periodo de tiempo reciente y T-score ≤ -2,5 DS se recomienda la administración de fámacos osteoformadores (teriparatida, romosozumab). En el resto de pacientes que cumplen indicación de tratamiento farmacológico se puede considerar la administración de antirresortivos, tales como bifosfonatos; pudiendo optar por denosumab ante la evidencia de contraindicaciones o efectos adversos derivados del tratamiento con bifosfonatos4.
Consideraciones de los principales tratamientos farmacológicos recomendados
El tratamiento farmacológico de la osteoporosis primaria se divide en fármacos con actividad antirresortiva y osteoformadora. Entre los tratamientos antirresortivos se incluyen: bifosfonatos (ácido alendrónico, ácido risedrónico, ácido zolendrónico), moduladores selectivos de los receptores estrogénicos (SERM) y denosumab; que actúan inhibiendo la actividad de los osteoclastos y la resorción del tejido óseo. Por otra parte, entre los fármacos osteoformadores se incluyen teriparatida y romosozumab2.
Los bifosfonatos constituyen un tratamiento de primera línea ampliamente utilizado en el abordaje de la osteoporosis primaria. Presentan un efecto antirresortivo. Entre sus efectos adversos se incluyen un riesgo incrementado de osteonecrosis mandibular y fracturas atípicas de fémur. Los estudios clínicos realizados han demostrado una reducción del riesgo de fractura de cadera y vertebral3.
El denosumab presenta igualmente un efecto antirresortivo (anticuerpo monoclonal humano inhibidor del RANKL). Actúa inhibiendo la diferenciación y acción de los osteoclastos, reduciendo el riesgo de fractura de cadera y vertebral. Al igual que los bifosfonatos, su administración se asocia a un riesgo incrementado de osteonecrosis mandibular y fractura atípica de fémur3.
Los SERM (raloxifeno y bazedoxifeno) constituyen la tercera familia terapéutica con acción antirresortiva utilizada en el tratamiento de la osteoporosis primaria. El raloxifeno reduce el riesgo de fractura vertebral, aunque se ha demostrado un riesgo incrementado de enfermedad tromboembólica venosa. Su utilización en la actualidad es limitada3.
Teriparatida constituye una terapia anabólica (osteoformadora) y actúa estimulando el receptor de PTH, incrementando la activación de los osteoblastos y la formación de tejido óseo. Reduce el riesgo de fractura vertebral y no vertebral2.
Romosozumab consituye un tratamiento recientemente aprobado en el manejo de la osteoporosis primaria. Presenta una acción dual: por una parte inhibe la resorción ósea (inhibición de RANKL) y por otra parte estimula la formación ósea (anticuerpo monoclonal antiesclerostina). Su efecto induce el incremento de la DMO en columna y cadera. Se encuentra contraindicado en pacientes con antecedentes personales de infarto agudo de miocardio o accidente cerebrovascular. Al igual que el resto de medicamentos antirresortivos, presenta un riesgo incrementado de osteonecrosis mandibular y fractura atípica de fémur2.
CONCLUSIONES
– La osteoporosis es la enfermedad metabólica ósea más frecuente en la población general
– La osteoporosis se define a partir de una densidad mineral ósea ≤ -2,5 desviaciones estándar respecto a la media de densidad mineral ósea correspondiente a la población jóven estandarizada en la columna lumbar o cadera (T-score)
– Se debe considerar la evaluación de la densidad mineral ósea y la realización de pruebas de imagen radiológicas en pacientes que presentan criterios de riesgo
– En el estudio diagnóstico de la osteoporosis se deben descartar las posibles causas de osteoporosis secundaria
– Se establecen recomendaciones dietéticas dirigidas a alcanzar los requerimientos diarios recomendados de calcio y vitamina D, siendo necesaria su suplementación en los pacientes en los que no se logran las cantidades requeridas mediante el abordaje nutricional
– El tratamiento farmacológico incluye la administración de medicaciones con actividad antirresortiva (bifosfonatos, moduladores selectivos de los receptores estrogénicos, denosumab) o con acción osteoformadora (teriparatida, romosozumab)
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