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Preeclampsia como marcador de riesgo cardiovascular: Una revisión de tema

Preeclampsia como marcador de riesgo cardiovascular: Una revisión de tema

Autora principal: María Jesús Calvo Bonilla

Vol. XX; nº 10; 511

Preeclampsia as a Marker of Cardiovascular Risk: A Topic Review

Fecha de recepción: 23 de abril de 2025
Fecha de aceptación: 16 de mayo de 2025

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XX. Número 10 Segunda quincena de Mayo de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 10; 511

Autores:

María Jesús Calvo Bonilla, Médico General, Investigadora Independiente, San José, Costa Rica. Orcid: 0009-0001-3584-7549
Javier Francisco Ramírez Fonseca, Médico General, Investigador Independiente. Orcid: 0009-0008-5182-3804
Jimena María Hidalgo Retana, Médico General, Investigadora Independiente. Orcid: 0000-0001-9345-6151
Esteban José Esquetini Fallas, Médico General, Investigador Independiente. Orcid: 0009-0002-0013-3025
David Eduardo Avilés Rodríguez, Médico General, Investigador Independiente. Orcid: 0009-0008-1266-8020
Michael Agüero Benamburg, Médico General, Investigador Independiente. Orcid: 0009-0004-3700-5953
Daniela Vega Sanabria, Médico General, Investigadora Independiente. Orcid: 0009-0004-0446-9540

Resumen:

La preeclampsia es un trastorno hipertensivo del embarazo que puede desencadenar complicaciones multisistémicas tanto en el embarazo como a largo plazo. En años recientes, se ha identificado como un marcador importante de riesgo cardiovascular materno, debido a alteraciones fisiopatológicas persistentes como la disfunción endotelial, el estrés oxidativo y el estado proinflamatorio. Estas alteraciones aumentan significativamente el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares como hipertensión crónica, enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca y accidentes cerebrovasculares. Sin embargo, existe una subestimación del riesgo en mujeres jóvenes debido a limitaciones en los modelos actuales de estratificación. Por ello, se destaca la importancia del seguimiento clínico postparto, la vigilancia de factores de riesgo modificables, la implementación de herramientas diagnósticas como biomarcadores y ecocardiografía, así como la promoción de intervenciones preventivas. Esta revisión busca analizar la preeclampsia como marcador de riesgo cardiovascular y evaluar los cambios fisiopatológicos de esta enfermedad a nivel cardiovascular afectando así la salud materna a largo plazo, resaltando la necesidad de estrategias de prevención y detección oportuna.

Palabras clave:

Preeclampsia; riesgo cardiovascular; hipertensión gestacional; seguimiento postparto; prevención cardiovascular.

Abstract:

Preeclampsia is a hypertensive disorder of pregnancy that can cause multisystem complications both during pregnancy and in the long term. In recent years, it has been identified as a significant marker of maternal cardiovascular risk due to persistent pathophysiological alterations such as endothelial dysfunction, oxidative stress, and a proinflammatory state. These alterations significantly increase the risk of developing cardiovascular diseases such as chronic hypertension, coronary artery disease, heart failure, and stroke. However, there is an underestimation of risk in young women due to limitations in current risk stratification models. Therefore, the importance of postpartum clinical follow-up, monitoring of modifiable risk factors, implementation of diagnostic tools such as biomarkers and echocardiography, and promotion of preventive interventions is emphasized. This review aims to analyze preeclampsia as a cardiovascular risk marker and to evaluate the pathophysiological changes caused by this condition at the cardiovascular level, leading to long-term effects on maternal health, and highlighting the need for prevention strategies and early detection.

Keywords:

Preeclampsia, Cardiovascular risk, Gestational hypertension, Postpartum follow-up, Cardiovascular prevention

Introducción:

La preeclampsia se define como un trastorno hipertensivo del embarazo, el cual se desarrolla después de las veinte semanas de gestación. Se caracteriza por hipertensión arterial, la cual se puede acompañar de proteinuria o datos de daño a órgano blanco tales como lo son la lesión renal, trombocitopenia, alteraciones en función hepática, edema pulmonar o síntomas neurológicos y visuales1. La fisiopatología está basada en una alteración o daño en la función endotelial causando inflamación sistémica y daños en la perfusión de la placenta lo que no solo contribuye a complicaciones durante evolución del embarazo y posparto inmediato, sino que presenta consecuencias a largo plazo con una afectación multisistémica en la salud materna2,3.

Se estima que la preeclampsia afecta del 2 al 5% de los embarazos y se considera una de las principales causas de muerte materna y fetal. Sin embargo, más allá de las complicaciones obstétricas que la preeclampsia pueda presentar, puede inducir cambios a nivel vascular, cardíaco y metabólico los cuales pueden persistir posterior al parto y aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares (ECV) en la madre a largo plazo. Entre los principales cambios fisiopatológicos que se implican, se encuentran la disfunción endotelial, el remodelamiento cardíaco y la microangiopatía trombótica, los cuales van a favorecer que se desarrollen enfermedades tales como la hipertensión, enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular, entre otros. Por razones como estas, realizar una detección y manejo temprano son esenciales porque con ciertas intervenciones dirigidas y un correcto seguimiento se puede mejorar la salud de la mujer. Es fundamental evaluar los factores de riesgo que predisponen a desarrollar preeclampsia tales como lo son hipertensión crónica, dislipidemia, obesidad, diabetes, enfermedad renal y enfermedades autoinmunes, así como su relación con un mayor riesgo futuro de padecer ECV4.

A pesar de estos hallazgos, existe una idea errónea de que las mujeres en edad reproductiva se encuentran protegidas contra diferentes afecciones cardíacas. Las calculadoras de estratificación de riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) en mujeres premenopáusicas son más limitadas ya que normalmente se centran en mujeres postmenopáusicas. Esto ocurre ya que se considera que al haber disminución de los niveles de estrógeno se aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular y por esta razón las mujeres menores de 60 años suelen clasificarse como riesgo bajo para ECV lo que subestima su realidad, retrasando la implementación de estrategias preventivas2.

Por todo lo mencionado anteriormente esta revisión bibliográfica tiene como objetivo analizar la preeclampsia como marcador de riesgo cardiovascular y evaluar los cambios fisiopatológicos de esta enfermedad a nivel cardiovascular afectando así la salud materna a largo plazo. Además de esto, se abordará la importancia de un adecuado seguimiento clínico para prevención de enfermedades cardiovasculares en mujeres con antecedentes de preeclampsia.

Metodología:

Para cumplir con el objetivo de esta revisión bibliográfica, se realizó una lectura exhaustiva y análisis de artículos científicos publicados en bases de datos como lo son Google Scholar, PubMed, Scielo, UpToDate utilizando palabras clave como preeclampsia, riesgo cardiovascular, hipertensión en el embarazo, mecanismos fisiopatológicos de la preeclampsia entre otros, con el fin de obtener información relevante, actualizada y acorde al tema de estudio. La búsqueda se limitó a artículos publicados en los últimos 5 años, incluyendo artículos entre 2020 a 2025. Además de esto, los artículos revisados que se utilizaron se encontraban en el idioma inglés o español. Se priorizaron revisiones sistemáticas, metaanálisis y estudios originales.

Definición y Fisiopatología de la preeclampsia:

La preeclampsia, como se mencionó anteriormente, es un trastorno hipertensivo asociado al embarazo después de las 20 semanas de gestación en donde se presenta presión arterial igual o mayor a 140/90mmHg, medida en dos ocasiones con al menos 4 horas de diferencia. Esta condición se encuentra acompañada de daño a órgano blanco o proteinuria. La proteinuria se define como una excreción urinaria igual o mayor a 300mg en 24 horas, una relación proteína/creatinina igual o mayor a 30mg/mmol o cuando la proteinuria en una tira reactiva es igual o mayor a 2 cruces (+)1.

La preeclampsia se clasifica dependiendo de su evolución y si afecta o no a órgano blanco, estos siendo preeclampsia sin signos de severidad y con signos de severidad. En la preeclampsia sin signos de severidad se presenta la hipertensión gestacional (mayor o igual a 140/90mmHg) y la proteinuria mientras que en la preeclampsia con signos de severidad se caracteriza por hipertensión gestacional y además alguna de las siguientes: presión arterial mayor o igual a 160/110mmHg, trombocitopenia (plaquetas menor a 100 000 células/mm3, alteraciones en la función renal en donde la creatinina es mayor a 1.1mg/dL, alteraciones en las pruebas de función hepática donde hay un aumento mayor o igual a 2 veces el límite superior de las transaminasa o dolor en el hipocondrio derecho o dolor epigástrico severo, edema pulmonar y por ultimo aparición de novo de cefalea que no responde a tratamiento y alteraciones visuales5.

Desde el punto de vista fisiopatológico, en un embarazo normal, el citotrofoblasto invade el miometrio, donde remodela las arterias espirales crean una fuerte conexión entre si para poder brindar una adecuada perfusión a la placenta y al feto. En pacientes con preeclampsia no ocurre de esta manera. El citotrofoblasto no invade de forma adecuada el miometrio, no hay transformación eficaz de las arterias espirales, lo cual limita el flujo sanguíneo hacia la placenta pudiendo provocar incluso hasta isquemia. Esta hipoperfusión se vuelve más pronunciada a medida que el embarazo avanza y no se logra cumplir con las demandas metabólicas feto-paciente y además la vasculatura uterina no se logra acomodar con el incremento en el flujo sanguíneo5.

Se considera que la hipoperfusión es responsable de liberar en la circulación materna y producir en la placenta los factores anti angiogénicos como el sFlt-1 y la endoglina soluble causando un desequilibrio entre factores proangiogénicos y antiangiogénicos, disminuyendo asi el factor de crecimiento placentario (PIGF). Esto favorece en la madre una inflamación vascular, daño vascular, disfunción endotelial y estrés oxidativo causando hipertensión, vasoespasmo, disfunción cardíaca y daño a los endotelios de los órganos diana que pueden ser afectados por la preeclampsia tales como lo son el hígado el cerebro y el riñon. A nivel microvascular se puede observar lesión endotelial y microangiopatía trombótica, que explican complicaciones como la trombocitopenia la cual es secundaria a la activación y consumo de las plaquetas causadas por el daño endotelial. También se ha documentado una disfunción del sistema nervioso autónomo con alteraciones en el sistema nervioso simpático-parasimpático y en el tono vascular, contribuyendo a inestabilidad hemodinámica e hipertensión sostenida2,5,6.

Riesgo Cardiovascular a Largo Plazo Después de la Preeclampsia:

Varios estudios de control de caso, cohorte y metaanálisis han establecido que la preeclampsia tiene repercusiones en la salud cardiovascular de la madre a largo plazo. Sus efectos se han visto a tan solo cinco años después del embarazo afectado. Como se mencionó anteriormente, las calculadoras de riesgo cardiovascular para mujeres premenopáusicas pueden tener ciertas limitaciones ya que se considera que las mujeres en edad joven y con niveles de estrógenos adecuados poseen protección contra enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, esta protección se ve afectada en mujeres que sufrieron preeclampsia debido a la disfunción endotelial, el estado proinflamatorio y estrés oxidativo que pueden persistir posterior al embarazo2.

Estudios que han evaluado la estructura cardiaca y su función durante la preeclampsia han evidenciado disfunción diastólica y remodelamiento ventricular. Este remodelamiento en ocasiones es irreversible y no siempre revierte completamente en el postparto7. Las pacientes con preeclampsia presentan un envejecimiento cardiovascular acelerado el cual se caracteriza por rigidez arterial similar al cual se ha observado en mujeres postmenopáusicas y mayores8.

Aunque aún no se ha podido determinar un mecanismo exacto de asociación entre la preeclampsia y la enfermedad cardiovascular, múltiples estudios han confirmado y establecido la relación entre ambas condiciones. Un ejemplo de esto que se ha confirmado en múltiples estudios epidemiológicos es el riesgo de padecer ECV y de infarto en mujeres con historia de preeclampsia. Se estima que el riesgo relativo de una cardiopatía isquémica es de 1,5 a 2,2 tras 10 años del parto. Además de esto se ha visto que los índices de calcificación de las arterias coronarias se encuentran significativamente elevados en mujeres con historia de preeclampsia al compararlos con mujeres sanas pasados los 30 años de los embarazos. Se ha visto también que la enfermedad arterial periférica, la insuficiencia cardiaca y la mortalidad por ECV duplican su riesgo de padecerse y hay un incremento significativo de muerte por accidente cerebrovascular en pacientes que sufrieron preeclampsia2.

Estratificación del Riesgo:

Anteriormente se consideraba que la preeclampsia era un factor de riesgo para el desarrollo de la hipertensión crónica pero no se había evaluado la preeclampsia como factor de riesgo de ECV a largo plazo. En el 2011, la Asociación Americana del Corazón (AHA) agregó a sus guías de prevención cardiovascular, la evaluación de la historia obstétrica donde la presencia de trastornos hipertensivos son un factor mayor de riesgo cardiovascular en donde debe haber una supervisión y control frecuente2.

Tanto el Colegio Americano de Ginecólogos y Obstetras y la Asociación Americana del Corazón han reconocido la importancia de promover la identificación y reducción de riesgos en mujeres propensas a desenlaces adversos del embarazo. El primero paso fundamental para lograr esto es tomar una historia obstétrica completa, que permita detectar riesgos y además realizar un adecuado diagnóstico, Además de esto, un correcto diagnóstico y manejo de la hipertensión posterior a padecer preeclampsia es crucial. Un tratamiento inadecuado puede también contribuir en que ocurra remodelamiento cardiaco severo con cambios irreversibles a lo largo del tiempo7.

Una gran limitante y desafío actual es la falta de herramientas de estratificación de riesgo diseñadas específicamente para las mujeres premenopáusicas. Esto ha contribuido a subestimación de su riesgo cardiovascular. Esto crea que muchas mujeres jóvenes con antecedentes de preeclampsia no puedan ser identificadas como alto riesgo y esto retrase posibles intervenciones preventivas. Además de esto la severidad de la preeclampsia puede variar entre pacientes. Aquellas pacientes que han presentado preeclampsia en etapas tempranas, severas o recurrentes, su riesgo cardiovascular es significativamente mayor. Sin embargo, los modelos de riesgo actuales no siempre diferencian entre esos subgrupos lo cuales las estrategias de prevención pueden llegar a ser insuficientes en algunos casos2.

Para mejorar la detección del riesgo cardiovascular y estratificación de riesgo de ECV en estas pacientes se han propuesto varias intervenciones. Entre ellas se encuentra el monitoreo de la presión arterial, biomarcadores cardiovasculares, entre otros. El monitoreo de la presión arterial es uno de los pilares. Se debe enfocar en mantener la presión arterial menor a 130/80mmHg. La terapia antihipertensiva se debe iniciar para lograr mantener una presión arterial optima9.

También se deben realizar pruebas para detección de otros factores de riesgo cardiovascular. Se recomienda evaluar el perfil de lípidos 3 meses postparto, así como tamizar por diabetes tipo 2. Igualmente es fundamental intervenir sobre factores que pueden ser modificables en el estilo de vida como lo son el tabaquismo, el sedentarismo y la obesidad mitigar futuro riesgo9.

En cuanto a los biomarcadores cardíacos, se ha investigado su utilidad en la predicción y seguimiento de pacientes con antecedentes de preeclampsia. Se ha visto que la troponina I de alta sensibilidad ha demostrado ser un marcador útil para detectar daño miocárdico que mejoran la predicción de la preeclampsia más allá de los factores maternos tradicionales y la relación sFlt-1/PlGF. Estos hallazgos ayudan en abrir posibilidades para una detección más temprana y precisa durante el embarazo. La relación sFlt-1/PlGF de igual manera, sigue siendo útil en la evaluación de la severidad de la preeclampsia y podría contribuir en la identificación de mujeres con mayor riesgo cardiovascular a futuro10.

Otras herramientas relevantes incluyen la utilización de la ecocardiografía, la cual permite evaluar la función cardíaca, la presencia de hipertrofia ventricular izquierda, disfunción diastólica o sistólica del ventrículo izquierdo asi como cambios estructurales y posibles signos de sobrecarga. La tomografía computarizada puede ayudar a valorar la calcificación coronaria en pacientes con riesgo intermedio ya que esto puede significar ateroesclerosis subclínica9.

Seguimiento postparto: Implicaciones Clínicas y Estrategias de prevención:

Se han desarrollado múltiples guías con el objetivo de mejorar el diagnóstico de la preeclampsia e identificar a las mujeres quienes están en mayor riesgo de padecerla. El periodo posparto representa una ventana crítica en iniciar intervenciones para reducir el riesgo cardiovascular. El seguimiento de las pacientes con preeclampsia involucra varios componentes clave que se enfocan en el cuidado postparto y el monitoreo de la salud a largo plazo11.

El principal enfoque del seguimiento postparto debe ser en el manejo de la presión arterial y una evaluación en el riesgo cardiovascular. En el postparto inmediato es importante que se monitoree a los paciente de manera cercana ya que los trastornos hipertensivos pueden empeorar o comenzar a presentarse después del parto. Las principales guias como la de Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG), recomiendan un seguimiento a largo plazo en cuanto a la presión arterial, perfil de lípidos y función renal. El monitoreo regular de la presión arterial debe comenzar a las 6 semanas postparto y continuar anualmente. Hipertensión que persista las 12 semanas puede ser diagnosticada como hipertensión crónica. Además de esto se recomienda realizar una evaluación de la función renal incluyendo la creatinina sérica y la relación proteína/creatinina2,9,12.

Desde un enfoque preventivo, se ha destacado la importancia en intervenir sobre los factores de riesgo modificables con cambios en el estilo de vida. Estos incluyen una dieta balanceada, practica regular de actividad física, reducción de peso en pacientes con obesidad y sobrepeso, y la cesación del fumado. En pacientes con riesgo cardiovascular elevado se puede valorar el inicio de tratamiento farmacológico y antihipertensivo o estatinas13. Además de esto, en pacientes con hipertensión crónica o con factores de alto riesgo para preeclampsia se recomienda el uso de aspirina a bajas dosis (75-150mg por día), iniciando en la semana 12 hasta la semana 36. Esta práctica ha demostrado la reducción del riesgo de padecer preeclampsia3.

Conclusión:

La preeclampsia es un trastorno hipertensivo que ocurre durante el embarazo que, además de sus efectos inmediatos sobre la salud materna y fetal también representa un factor de riesgo importante para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares a largo plazo. La evidencia actual muestra que las mujeres que han padecido preeclampsia tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar hipertensión crónica, enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca e incluso eventos cerebrovasculares. Por lo tanto, es trascendental se adopte un enfoque interdisciplinario a la hora que se dé el seguimiento de pacientes para poder lograr un buen tratamiento y además implementación de estrategias preventivas efectivas que puedan prevenir posibles consecuencias a largo plazo. Todo esto puede ayudar en reducir la morbilidad y mortalidad cardiovascular14.

Es importante que se comience a implementar como seguimiento postparto de preeclampsia, la implementación de diferentes tamizajes y uso de herramientas diagnósticas como el ecocardiograma para poder realizar una intervención temprana. Estas acciones junto con la creación de escalas de estratificación de riesgo que contemplen antecedentes obstétricos y mujeres premenopáusicas, van a permitir identificar con mayor precisión a las mujeres en alto riesgo y ayudar a que se de un seguimiento adecuado según los hallazgos. Se debe promover además, un estilo de vida saludable tales como una dieta balanceada, actividad física regular y cesación del fumado ya que estos también son importantes para mantener una adecuada salud cardiovascular14.

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