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Tratamiento quirúrgico de la estenosis lumbar degenerativa en octogenarios.

Ver Gráficos – Tablas – Tratamiento quirúrgico de la estenosis lumbar degenerativa en octogenarios, al final del artículo

Fuente: Planilla de recogida de datos

Nota: % sobre el total de la serie

Contraste pareado de los puntajes del dolor Wilcoxon (Z= -8,897; p=0,002).

Igualmente importante fue el cambio en los niveles de discapacidad, medidos a través del índice de discapacidad de Oswestry y que se aprecia en la tabla 2.

Antes de la intervención quirúrgica nuestros 11 pacientes se ubicaron en niveles superiores a la discapacidad severa, con seis en la categoría inválido y cuatro en la encamado; a los dos años de posoperados, no se ubico ningún paciente en el nivel máximo de discapacidad, encamado, y solo uno en la inmediata inferior de invalido. Los restantes diez pacientes se ubicaron de forma proporcional en las categorías mínima, tres, moderada, cinco, y severa con cuatro pacientes. Las pruebas estadísticas fueron igualmente significativas con una p=0,274.

Tabla 2. Cambio en el nivel de discapacidad antes y después de la cirugía (Oswestry).

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Fuente: Planilla de recogida de datos

Nota: % sobre el total de la serie

Contraste pareado de la discapacidad Wilcoxon (Z= -8,769; p=0,274).

Estos resultados descritos en los instrumentos evaluadores, nos llevaron a obtener cinco resultados buenos, del sexo masculino todos, seis resultados regulares preponderantemente mujeres y solo dos malos, uno de cada sexo, todo ello en pacientes mayores de 80 años de edad, grupo etareo con características y fragilidad notables. En la tabla 3 pueden visualizarse los resultados expuestos de la variable evaluativa de nuestros resultados.

Tabla 3. Resultados de la variable principal de respuesta según sexo.

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Fuente: Planilla de recogida de datos.

Nota: % sobre el total de la serie.

Fisher`s exact= 0,015.

Discusión.

Los trabajos revisados invariablemente sitúan la incidencia de estenosis lumbar de tipo degenerativo en edades superiores a los 50 años, con franco predominio del grupo entre 65 y 75 años, grupo de edad que los pronósticos indican que se incrementara en 59% de ahora al 2025. Deyo en un reciente metaanálisis con trabajos publicados en Estados Unidos de pacientes intervenidos con el diagnóstico de estenosis lumbar degenerativa mayores de 66 años encontró una edad media de 75 años (13); Jakola en 101 pacientes mayores de 70 años reflejó una edad media de 75,3 (14).

En nuestro país, es poco lo publicado sobre estenosis degenerativa, Santos Coto (15) en el 2009 en 15 pacientes mostró una edad media de 49,6; y Mauri Pérez (16) realizó su trabajo de recalibraje en 41 pacientes, todos mayores de 40 años. Hernández González encontró predominio en el grupo de 60 a 69 años en más del 70% de su muestra (17).

Nuestro trabajo encontró una incidencia semejante entre mujeres y hombres, igual a lo reportado por Javid, Iguchi y Jakola; otros autores muestran diferencias en la incidencia del sexo: En algunos como los de Niggemeyer, Bayram, Li y Tabares Neyra fue muy notable el predominio del sexo masculino, sin embargo en otros como Jansson, el metaanálisis de Deyo y el trabajo de Strömqvist predominó el sexo femenino (11-13,18-21).

Se explicó esta variación en el sexo observada en los trabajos consultados, partiendo del hecho de que son pacientes quirúrgicos, donde la decisión individual es una variable importante a tener en cuenta, que puede influir en los resultados. Pueden existir otros factores como la relativa mayor longevidad femenina o el mayor nivel de actividad física de los hombres durante la vida, pero es un hecho que ningún trabajo de los revisados confiere valor predictivo sobre el desenlace al sexo como sí se lo confieren a la edad cronológica. Sieminow reveló que en el análisis de regresión múltiple, el sexo no tenía un efecto significativo sobre la degeneración de los discos intervertebrales (22).

Dada la dificultad para distinguir entre los cambios producidos como consecuencia del envejecimiento humano y aquellos consecutivos a la degeneración vertebral lumbar, debe existir una relativa dependencia entre años de padecer clínicamente y la edad cronológica del paciente.

Nuestro criterio es que existe relación entre el tiempo de padecer un síntoma y el tiempo de remisión del mismo después de realizada la descompresión quirúrgica, esto es más significativo cuando existen signos de toma motora por la compresión neurológica. En un reciente estudio realizado y publicado por Bhargava, este autor concluye que la duración preoperatoria del signo clínico es un importante predictor de la recuperación posquirúrgica del mismo, de manera importante cuando el tiempo ha sido prolongado. En la misma dirección se encuentra lo publicado por Weinstein y Ghahreman relativo al tiempo y grado de recuperación de signos motores después de prolongado periodo de sufrimiento preoperatorio (23-25).

La columna lumbar está constituida por cinco vértebras, que con la última vértebra torácica y la primera sacra forman el segmento de mayor rango de movimiento de toda la columna vertebral, los movimientos totales son la suma de los que se generan en cada espacio intervertebral de dicho segmento a partir del trípode articular, constituido por el disco intervertebral por delante y las dos articulaciones facetarias diartrodiales por detrás.

El rango de movimiento es mayor en los espacios inferiores y decrece en la medida que el nivel es superior, pero los seis espacios intervertebrales constituyen una unidad funcional en su totalidad, donde la afectación de uno de ellos con el tiempo, provoca afectación de los segmentos contiguos (26).

El proceso de envejecimiento y degeneración comienza en el disco en la primera década de la vida y cuando ese ciclo inicia, desencadena cambios bioquímicos y biomecánicos que llevan a la degeneración de todo el espacio intervertebral (23-27).

Este espacio pierde capacidad para realizar su función de movimiento dentro del segmento lumbar, la que debe ser asumida por los espacios contiguos que sufren cargas mecánicas excesivas y los lleva a la degeneración en un período variable de tiempo, donde participan otras variables independientes ya mencionadas asociadas al proceso. Por ello, existe lógica en la apreciación de muchos autores referente a que la cantidad de segmentos anatómicos