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Virus herpes-zoster. Causas, síntomas, tratamiento y posibles complicaciones

Virus herpes-zoster. Causas, síntomas, tratamiento y posibles complicaciones

El herpes zóster llega a afectar a alrededor del 20% de la población. Se puede presentar a cualquier edad, aunque lo más común es que aparezca en mayores de 60 años o personas con un sistema inmune mermado por alguna enfermedad o tratamiento médico.

Autores:

  1. Alejandro Núñez Márquez. Hospital San Juan de Dios (Bormujos).
  2. María Dolores Loro Padilla. Hospital de Jerez (Cádiz).

Resumen:

En niños suele ser un proceso benigno, pero en el caso de los adultos puede convertirse en una enfermedad muy debilitante, ya que puede provocar grandes dolores. En el 4% de los casos reaparece un segundo brote de herpes zóster y hasta en un 30% en el caso de infectados por VIH.

Será importante determinar alguna causa oculta cuando un adulto joven desarrolle esta enfermedad, por ejemplo, un estudio que busque enfermedades malignas o infecciones debilitantes como la infección por VIH.

La afectación en niños menores de 2 años se cree que es consecuencia de un proceso de varicela de la madre durante el embarazo, es decir, infección intrauterina por el virus. También cabe reseñar que la aparición de un herpes zóster en la embarazada no supone ningún riesgo especial en el feto, aunque conviene no tratarlo con los antivirales destinados a este fin salvo en casos muy severos.

El objetivo de este estudio es realizar una búsqueda bibliográfica para recopilar las causas, síntomas, tratamiento y posibles complicaciones del virus del herpes-zoster

Palabras clave: “culebrina”, “herpes”, “afecciones de la piel”, ”zoster”

Desarrollo:

Causas:

El paciente con herpes zóster suele contagiarse en la infancia. En este primer momento se desarrolla una enfermedad exantemática (con erupciones rojizas en la piel) que se conoce como varicela, y que constituye la forma inicial de infección del virus varicela-zóster. Después de que la varicela se haya resuelto, el virus queda latente durante años en los ganglios de los nervios dorsales del paciente. La reactivación de este virus, que estaba inactivado, es la causa del herpes zóster.

Los dos principales factores por los que el virus latente de la varicela brota y se manifiesta en forma de zóster son:

  1. La alteración funcional de la inmunidad, siendo el ejemplo claro el envejecimiento, donde el funcionamiento de este sistema como de otros se va deteriorando. Existen casos en adultos jóvenes y sin otras enfermedades, pero con situaciones debilitantes (nutricionales, estrés…) donde puede aparecer, aunque es obligado el estudio para excluir otros procesos.
  2. La alteración patológica del sistema inmune debido a medicación (corticoides, quimioterapia), tumores o infecciones como el VIH.

Es probable que la transmisión del virus se produzca por vía respiratoria. Se sabe que la varicela es una enfermedad extremadamente contagiosa; el paciente puede contaminar a otras personas desde un día antes hasta cinco días después de la aparición de las vesículas. Incluso algunos bebés cuyas madres padecieron varicela durante el embarazo han desarrollado herpes zoster durante los dos primeros años de vida.

Igualmente, los niños que tuvieron varicela antes de cumplir el primer año de vida tienen más papeletas de sufrir este problema.

También se ha observado que algunos medicamentos, como algunos de los empleados en el tratamiento de patologías reumáticas como la artrosis podrían favorecer su aparición.

Síntomas:

El primer síntoma generalmente es un dolor en un solo lado, hormigueo o ardor. El dolor y el ardor pueden ser intensos y generalmente se presentan antes de que aparezca cualquier erupción.

En la mayoría de las personas, se forman parches en la piel, seguidos de pequeñas ampollas:

  • Las ampollas se rompen, formando pequeñas úlceras que comienzan a secarse y formar costras, las cuales se caen en 2 a 3 semanas. La cicatrización es rara.
  • La erupción generalmente involucra un área estrecha de la columna alrededor de la parte frontal de la región ventral o el pecho.
  • La erupción puede comprometer la cara, los ojos, la boca y los oídos.

Otros síntomas pueden incluir:

  • Dolor abdominal
  • Fiebre y escalofríos
  • Sensación de malestar general
  • Úlceras genitales
  • Dolor de cabeza
  • Dolor articular
  • Inflamación de los ganglios linfáticos

Igualmente se puede presentar dolor, debilidad muscular y un sarpullido que compromete diferentes partes de la cara si el zóster afecta a un nervio facial. Los síntomas pueden incluir:

  • Dificultad para mover algunos de los músculos en la cara
  • Caída del párpado (ptosis)
  • Hipoacusia
  • Pérdida del movimiento del ojo
  • Problemas en el sentido del gusto
  • Problemas de visión

Tratamiento:

No es posible eliminar el virus del herpes zóster del organismo mediante ningún tratamiento, aunque si se pueden tomar determinados medicamentos para aliviar o disminuir los síntomas y recuperarse lo antes posible.

El tratamiento con aciclovir se acepta para la varicela y el herpes zóster. Este medicamento, administrado por vía oral durante 7-10 días, es muy beneficioso para pacientes con una reactivación del virus varicela-zóster. Su complicada posología lo relega solo a tratamientos intravenosos en casos complicados.

Otros fármacos que también son muy útiles como tratamiento del herpes zóster, son elfamciclovir y el valacilovir, que ofrecen muchas ventajas en cuanto a su administración, ya que requieren menor dosis diaria. Desde hace unos años se emplea la brivudina mediante una dosis al día durante una semana con un índice de resolución de las lesiones cutáneas muy alto, y una disminución importante de la incidencia de neuralgia postherpética.

Se debe también realizar un tratamiento tópico sobre las lesiones cutáneas con el fin de acelerar el proceso de costra y evitar las molestias y las sobreinfecciones. Para ello se suelen aplicar fomentos de sulfato de zinc diluidos. Es importante evitar la ropa ajustada que roce con las lesiones pues puede generar molestias y enlentecer el proceso.

Si existe afectación ocular, se debe derivar al paciente al servicio de oftalmología, donde le pautarán aciclovir tópico y sistémico para el tratamiento de su herpes zóster.

En casos especiales, como en pacientes con SIDA u otros estados de inmunodepresión, el aciclovir debe emplearse por vía intravenosa, por lo que requerirán siempre hospitalización. De esta forma se reduce la posibilidad de que aparezcan complicaciones posteriores.

Si existe neuralgia postherpética lo más importante será el uso de analgésicos para el alivio del dolor. Se han empleado para ello el clorhidrato de amitriptilina y el clorhidrato de flufenacina.

Otros, indicados para la epilepsia, como gabapentina y pregabalina, son eficaces en el control del dolor. También se emplean análogos opioides como el tapentadol, con una buena tolerancia y un menor índice de efectos adversos que los opioides convencionales, así como parches de lidocaína sobre la zona dolorida, pero ya sin ampollas ni costras.

También se ha demostrado que el uso precoz de glucocorticoides ha acelerado de forma muy significativa algunos aspectos relativos a la mejoría de la calidad de vida del paciente, como son el retorno a la actividad habitual y la interrupción del tratamiento analgésico.

Posibles complicaciones:

Las complicaciones pueden incluir:

  • Otro ataque de culebrilla
  • Infecciones cutáneas bacterianas
  • Ceguera (si la culebrilla se presenta en los ojos)
  • Sordera
  • Infección, incluidas encefalitis o sepsis (infección de la sangre), en gente con el sistema inmunitario debilitado
  • Síndrome de Ramsay Huntsi la culebrilla afecta los nervios en la cara o el oído

Conclusión:

Por lo general, se trata de un problema que suele persistir aproximadamente un mes hasta que desaparece por sí solo, aunque sí pueden instaurarse medidas para tratar los síntomas. Sin embargo, en algunos pacientes inmunodeprimidos o de edad avanzada, puede aparecer alguna complicación, como la neuralgia posherpética, que puede llegar a ser incapacitante. Si el herpes afecta a la cara puede llegar a causar parálisis facial, problemas oculares, auditivos o encefalitis.

Bibliografía:

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  • Whitley RJ. Chickenpox and herpes zoster (varicella-zoster virus). In: Bennett JE, Dolin R, Blaser MJ, eds. Mandell, Douglas, and Bennett’s Principles and Practice of Infectious Diseases, Updated Edition. 8th ed. Philadelphia, PA: Elsevier Saunders; 2015:chap 139.
  • Guglieminetti A. Virosis. en: Meneghello J, Fanta E, Paris E, Puga T. eds. Pediatría. 5 ed. Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana. 1997.p. 2481-8.
  • Colin J, Prisant O, Cochener B, Lescale O, Rolland B, Hoang-Xuan T (2000). «Comparison of the Efficacy and Safety of Valaciclovir and Acyclovir for the Treatment of Herpes zoster Ophthalmicus». Ophthalmology107 : 1507-11. PMID 10919899
  • Weller TH (1997). «Varicella-herpes zoster virus». En Evans AS, Kaslow RA. Viral Infections of Humans: Epidemiology and Control. Plenum Press. pp. 865-92.