Inicio > Gastroenterología > Abordaje de la disbiosis intestinal: revisión bibliográfica

Abordaje de la disbiosis intestinal: revisión bibliográfica

Abordaje de la disbiosis intestinal: revisión bibliográfica

Autora principal: Lucía Rodríguez Andión

Vol. XX; nº 13; 791

Approach to gut dysbiosis: bibliographic review

Fecha de recepción: 2 de junio de 2025
Fecha de aceptación: 1 de julio de 2025

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 13 – Primera quincena de Julio de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 13; 791

Autores:

Lucía Rodríguez Andión, Dietista-Nutricionista en Centro de Salud A Ponte – Carballiño – Ribadavia, Ourense, Galicia, España
Mónica Pérez Fernández, Dietista-Nutricionista

Resumen:

La disbiosis intestinal es un desequilibrio en la composición, función o metabolismo de la microbiota intestinal. Este desequilibrio puede provocar una variedad de síntomas y problemas de salud.

El desequilibrio en la microbiota intestinal, o disbiosis, puede desencadenar trastornos graves pero puede ser mitigado mediante la adopción de estrategias integrativas como el uso de probióticos, prebióticos, suplementos digestivos, y la mejora del estilo de vida. Restaurar y mantener el equilibrio intestinal es clave para prevenir y tratar muchos problemas digestivos y promover una salud óptima a largo plazo.

La salud digestiva es fundamental para la salud integral del organismo y su mantenimiento o mejora depende de una serie de factores interrelacionados, que incluyen una alimentación adecuada, el control del estrés, la hidratación, y la actividad física regular.

El tratamiento de la disbiosis intestinal debe ser individualizado, ya que cada persona puede tener una microbiota y un conjunto de síntomas diferentes.

Entender la disbiosis y cómo prevenirla o tratarla es fundamental para mantener un intestino sano y, en consecuencia, una mejor calidad de vida.

Palabras clave:

Microbiota intestinal, desequilibrio intestinal, salud digestiva, inflamación intestinal, probióticos.

Abstract:

Gut dysbiosis is an imbalance in the composition, function, or metabolism of the gut microbiota. This imbalance can lead to a variety of symptoms and health problems.

Gut microbiota imbalance, or dysbiosis, can trigger serious disorders but can be mitigated by adopting integrative strategies such as the use of probiotics, prebiotics, digestive supplements, and lifestyle improvements. Restoring and maintaining gut balance is key to preventing and treating many digestive problems and promoting optimal long-term health.

Digestive health is essential for overall body health, and its maintenance or improvement depends on several interrelated factors, including proper nutrition, stress management, hydration, and regular physical activity.

Treatment for gut dysbiosis should be individualized, as each person’s microbiota and set of symptoms may be different.

Understanding dysbiosis and how to prevent or treat it is essential to maintaining a healthy gut and, consequently, a better quality of life.

Keywords:

Gut microbiota, gut imbalance, digestive health, gut inflammation, probiotics.

Introducción

La disbiosis intestinal es una alteración en el equilibrio natural de la microbiota que habita en nuestro intestino. Esta comunidad de microorganismos cumple funciones clave para la digestión, la inmunidad y la salud general. Cuando este equilibrio se rompe, por factores como el uso de antibióticos, una dieta inadecuada o el estrés, pueden aparecer diversos síntomas digestivos y sistémicos.

Tipos de disbiosis intestinal

Existen varios tipos de disbiosis intestinal, a continuación se muestran clasificados según el desequilibrio que presente:

Disbiosis por deficiencia
Se produce una pérdida de la biodiversidad. Es la disminución de la cantidad o variedad de las bacterias beneficiosas. Está causada por el uso de antibióticos, una dieta baja en fibra o el estrés crónico. Como consecuencia, se produce una mayor vulnerabilidad a infecciones y problemas inmunológicos.

Disbiosis por sobrecrecimiento excesivo de microorganismos
Se produce un aumento anormal de ciertas bacterias, incluso algunas que normalmente están en baja cantidad, es decir, de bacterias buenas. El ejemplo típico de este tipo de disbiosis es el SIBO, que es un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado. Los principales síntomas que presenta son gases, distensión abdominal, diarrea y malabsorción de nutrientes.

Disbiosis por desplazamiento
Los microorganismos del colon migran hacia zonas donde no deberían estar, como el intestino delgado. Este tipo de disbiosis también está relacionada con el SIBO. Los síntomas son similares a la disbiosis por sobrecrecimiento, pero con un impacto más localizado en la zona de desplazamiento.

Disbiosis metabólica
Aunque las bacterias estén presentes, no producen los metabolitos beneficiosos, como los ácidos grasos de cadena corta, es decir, se producen cambios en la función o producción de sustancias clave por la microbiota. La causa principal de este tipo de disbiosis son cambios en la dieta o el ambiente que afectan a la actividad de la microbiota. Las principales consecuencias son la inflamación intestinal y la debilidad de la barrera intestinal.

Síntomas de la disbiosis intestinal

Los síntomas más comunes de la disbiosis intestinal son:

Síntomas digestivos:

  • Hinchazón abdominal
  • Gases excesivos
  • Diarrea, estreñimiento o alternancia de ambos
  • Dolor o malestar abdominal
  • Mala digestión o sensación de pesadez

Síntomas generales o sistémicos:

  • Fatiga crónica
  • Dolores de cabeza
  • Problemas de concentración («niebla mental»)
  • Alteraciones del sueño

Síntomas emocionales y neurológicos:

  • Ansiedad
  • Depresión leve o irritabilidad
  • Cambios en el estado de ánimo

Síntomas dermatológicos:

  • Acné
  • Eczema
  • Rosácea

Otros posibles signos:

  • Aumento de la sensibilidad alimentaria
  • Mal aliento (halitosis)
  • Inflamación generalizada

Abordaje de la disbiosis intestinal

El abordaje de la disbiosis intestinal implica una combinación de cambios en el estilo de vida, dieta y, en algunos casos, tratamiento médico.

Diagnóstico:

Evaluación médica: el primer paso es consultar a un profesional de la salud que pueda realizar un diagnóstico adecuado. Esto puede incluir análisis de heces, pruebas de aliento (como las pruebas para SIBO) y análisis de sangre.

Historia clínica: el médico debe revisar tus antecedentes de uso de antibióticos, dieta y hábitos de vida.

Tratamiento dietético:

Aumento de fibra: la fibra favorece el crecimiento de bacterias beneficiosas. Se debe consumir más frutas, verduras, legumbres y cereales integrales.

Alimentos fermentados: yogur natural, kéfir, chucrut, miso y kimchi son fuentes de probióticos que ayudan a restaurar el equilibrio de la microbiota.

Reducción de azúcar y ultraprocesados: el exceso de azúcar y alimentos ultraprocesados puede alimentar bacterias dañinas, lo que empeora la disbiosis.

Dieta baja en FODMAPs (si es necesario): en casos de SIBO u otros desequilibrios intestinales, se puede recomendar una dieta baja en ciertos carbohidratos (FODMAPs) que pueden fermentar en el intestino.

Uso de probióticos y prebióticos:

Probióticos: son microorganismos vivos que, cuando se consumen en cantidades adecuadas, aportan beneficios a la salud intestinal. Los probióticos pueden ser útiles para restaurar las bacterias beneficiosas en el intestino.

Prebióticos: son alimentos no digeribles que promueven el crecimiento de bacterias beneficiosas. Se encuentran en alimentos como la cebolla, el ajo, los plátanos y los espárragos.

Manejo del estrés:

El estrés crónico puede alterar la microbiota intestinal. Técnicas como la meditación, el yoga, el ejercicio regular y una buena calidad de sueño son fundamentales para mantener un intestino sano.

Antibióticos o antimicrobianos (si es necesario):

En casos más severos, como el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO), puede ser necesario el uso de antibióticos específicos para reducir las bacterias dañinas. Sin embargo, su uso debe ser cuidadosamente monitoreado por un médico.

Antimicrobianos naturales: algunos estudios sugieren que ciertos suplementos, como el aceite de orégano o el ajo, pueden ayudar a restaurar el equilibrio bacteriano, pero siempre deben ser recomendados por un profesional.

Suplementos para restaurar el equilibrio:

Ácidos grasos de cadena corta: suplementos que contienen estos ácidos pueden ayudar a fortalecer la barrera intestinal y reducir la inflamación.

Glutamina: un aminoácido que ayuda a sanar la mucosa intestinal y restaurar su función.

Modificación del estilo de vida:

Ejercicio físico regular: el ejercicio moderado ayuda a regular el tránsito intestinal y mejora la microbiota.

Evitar el uso excesivo de medicamentos: reducir el uso de antiácidos, analgésicos y otros fármacos que pueden alterar la flora intestinal.

Seguimiento médico con monitoreo continuo: el tratamiento debe ser supervisado por un profesional de la salud para ajustar las recomendaciones según los resultados obtenidos y la respuesta del paciente.

Estrategias integrativas para restaurar el equilibrio intestinal

Las estrategias integrativas para restaurar el equilibrio intestinal combinan enfoques convencionales y alternativos para abordar de manera holística la disbiosis intestinal. Estas estrategias se enfocan no solo en la dieta y los medicamentos, sino también en el bienestar físico, emocional y ambiental del individuo. Algunas de las principales estrategias integrativas son:

Alimentación anti-Inflamatoria

Dieta basada en plantas: comer alimentos naturales y antiinflamatorios como frutas, verduras, granos enteros, nueces, semillas y legumbres.

Eliminar alimentos inflamatorios: reducir alimentos procesados, azúcares refinados, grasas trans y productos lácteos que pueden alterar el equilibrio intestinal.

Alimentos ricos en antioxidantes: incorporar alimentos como bayas, té verde y cúrcuma que ayudan a reducir la inflamación intestinal.

Uso de probióticos y prebióticos

Probióticos: suplementos o alimentos ricos en probióticos (como yogur, kéfir, kimchi) pueden ayudar a restaurar las bacterias beneficiosas del intestino. Es importante elegir cepas específicas según el problema (por ejemplo, Lactobacillus y Bifidobacterium son útiles para la disbiosis).

Prebióticos: alimentos ricos en fibra, como la cebolla, ajo, alcachofa, espárragos y plátanos, actúan como alimento para las bacterias beneficiosas.

Suplementos naturales

Ácidos grasos de cadena corta (AGCC): los AGCC, como el butirato, pueden restaurar la barrera intestinal, reducir la inflamación y apoyar la función digestiva.

L-glutamina: es un aminoácido que apoya la reparación de la mucosa intestinal, ideal para personas con intestino permeable.

Aceite de orégano: se utiliza como antimicrobiano natural para eliminar bacterias patógenas sin dañar la microbiota intestinal beneficiosa.

Aloe vera y cúrcuma: conocidas por sus propiedades antiinflamatorias, pueden ayudar a sanar y calmar el tracto digestivo.

Terapias de reducción del estrés

Meditación y mindfulness: reducir el estrés y la ansiedad con prácticas como la meditación, el mindfulness o técnicas de respiración profunda, que también pueden tener un impacto positivo en la microbiota intestinal.

Yoga: ayuda a reducir el estrés, mejorar la digestión y restaurar el equilibrio intestinal.

Terapias de manejo emocional: la psicoterapia, el coaching o la terapia cognitivo-conductual (TCC) pueden ayudar a reducir el estrés emocional que afecta el sistema digestivo.

Herbolaria

Raíz de jengibre: se utiliza para mejorar la digestión y reducir la inflamación intestinal.

Cardo mariano: ayuda a detoxificar el hígado, lo que a su vez puede mejorar la salud intestinal.

Menta: se usa para aliviar los síntomas de hinchazón y gases, contribuyendo a un equilibrio intestinal más saludable.

Manzanilla: con propiedades antiinflamatorias y calmantes, puede ayudar a reducir la irritación intestinal.

Terapias corporales

Masajes abdominales: ayudan a estimular el tránsito intestinal y mejorar la circulación sanguínea en la zona abdominal, promoviendo una digestión más eficiente.

Acupuntura: algunas personas encuentran beneficios de la acupuntura para aliviar el estrés y mejorar la digestión.

Evaluación del microbioma y terapias personalizadas

Test de microbioma: analiza el microbioma intestinal mediante pruebas de laboratorio para identificar desequilibrios específicos en las bacterias intestinales.

Tratamiento personalizado: con base en los resultados del test, se pueden recomendar cepas probióticas específicas y ajustes dietéticos que apunten a restaurar el equilibrio de la microbiota.

Dieta de eliminación y restauración

Eliminación de alimentos inflamatorios: eliminar temporalmente alimentos problemáticos (gluten, lácteos, azúcar) para identificar sensibilidades alimentarias y reducir la inflamación.

Restauración gradual: volver a introducir alimentos de manera controlada para observar cómo reacciona el cuerpo y el intestino.

Higiene del sueño

Dormir lo suficiente: el sueño de calidad es crucial para el equilibrio hormonal y la salud intestinal. La disbiosis puede empeorar con la falta de sueño, así que es importante mantener una rutina de descanso adecuada.

Evitar la exposición a pantallas antes de dormir: el exceso de luz azul afecta la producción de melatonina, hormona que también influye en la salud intestinal.

Desintoxicación suave

El hígado juega un papel crucial en el metabolismo de las toxinas, por lo que un enfoque de desintoxicación suave con alimentos como el diente de león, el cardo mariano y el té verde puede ser útil para reducir la carga tóxica en el cuerpo y mejorar la salud intestinal.

Actividad física regular

El ejercicio regular moderado ayuda a regular el sistema digestivo, mejora la motilidad intestinal y reduce el estrés, lo que contribuye a un mejor equilibrio intestinal.

Importancia del pH estomacal en el desarrollo de la disbiosis intestinal

El pH estomacal juega un papel crucial en la salud intestinal y en la prevención de la disbiosis intestinal. El pH del estómago es extremadamente ácido, normalmente entre 1.5 y 3.5, lo que es necesario para cumplir con diversas funciones digestivas y proteger el cuerpo de microorganismos patógenos.

Un pH ácido en el estómago actúa como barrera protectora contra bacterias, virus y hongos que podrían ingresar al intestino y causar infecciones o desequilibrios. Si el pH estomacal es demasiado alto (menos ácido), esta barrera de protección se debilita, permitiendo que patógenos como Helicobacter pylori, Clostridium difficile o Salmonella puedan sobrevivir y llegar al intestino, lo que podría desencadenar una disbiosis intestinal.

El pH ácido es necesario para la digestión adecuada de los alimentos, especialmente para la descomposición de proteínas y la activación de enzimas digestivas como la pepsina. Sin suficiente acidez, la digestión se ve comprometida, lo que puede llevar a una malabsorción de nutrientes y favorecer el crecimiento de bacterias patógenas en el intestino. Esto puede alterar el equilibrio microbiano y contribuir a la disbiosis intestinal.

El pH del estómago también afecta cómo se transitan las bacterias a través del tracto gastrointestinal. Bacterias beneficiosas como Lactobacillus o Bifidobacterium necesitan un entorno ácido para prosperar en el estómago y el intestino delgado. Si el pH estomacal es demasiado alto, la capacidad del cuerpo para seleccionar bacterias beneficiosas se reduce, lo que puede promover el crecimiento de bacterias patógenas o no deseadas que podrían provocar disbiosis intestinal.

La hipoclorhidria (bajo nivel de ácido estomacal) o acidosis gástrica (exceso de ácido) pueden alterar el equilibrio de la microbiota intestinal. Un pH estomacal alterado puede favorecer la proliferación de bacterias dañinas como las productoras de gas y toxinas, destruir la mucosa gástrica (como ocurre en la gastritis o úlceras), lo que puede facilitar el paso de bacterias patógenas al intestino y aumentar el riesgo de infecciones intestinales y desequilibrar la microbiota intestinal, promoviendo la disbiosis intestinal.

El pH estomacal bajo también previene el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO). Si el pH estomacal es demasiado alto, la barrera protectora se ve comprometida, y las bacterias pueden migrar desde el colon hacia el intestino delgado, donde no deberían estar, creando un ambiente de sobrecrecimiento bacteriano que genera síntomas como hinchazón, gases, y alteraciones en la digestión.

Causas de alteraciones del pH estomacal y su impacto en la disbiosis intestinal

Uso de Inhibidores de la Bomba de Protones (IBP): medicamentos como los antiácidos y inhibidores de la bomba de protones (omeprazol, lansoprazol) que reducen la acidez estomacal pueden elevar el pH estomacal y, a largo plazo, alterar la microbiota intestinal, favoreciendo la disbiosis.

Dieta inadecuada: dietas altas en azúcares refinados, grasas saturadas y alimentos procesados pueden alterar el equilibrio del pH en el estómago, promoviendo la proliferación de bacterias dañinas y desestabilizando la microbiota.

Estrés crónico: el estrés prolongado puede afectar la producción de ácido gástrico, alterando el pH estomacal y favoreciendo la disbiosis intestinal.

Restauración del pH estomacal para prevenir la disbiosis intestinal

Alimentos que estimulan la producción de ácido gástrico: comer alimentos como vinagre de manzana, limón (en cantidades moderadas), o alimentos fermentados puede ayudar a mantener el pH adecuado.

Evitar el uso excesivo de antiácidos: solo deben utilizarse bajo supervisión médica, ya que el uso prolongado puede aumentar el riesgo de disbiosis y otras complicaciones digestivas.

Suplementos de betaina HCl: en algunos casos, se pueden utilizar suplementos de betaina HCl para restaurar los niveles de ácido estomacal bajos, pero siempre con orientación profesional.

Importancia de las enzimas digestivas en el desarrollo de la disbiosis intestinal

Las enzimas digestivas son fundamentales para el proceso de digestión, ya que descomponen los alimentos en nutrientes esenciales que el cuerpo puede absorber. Su función también tiene un impacto directo en el equilibrio de la microbiota intestinal. Cuando hay una deficiencia o disfunción en la producción de enzimas digestivas, pueden ocurrir alteraciones en la microbiota, contribuyendo al desarrollo de la disbiosis intestinal. A continuación se muestra cómo las enzimas digestivas están involucradas:

Papel de las enzimas digestivas en la digestión y absorción

Las enzimas digestivas descomponen los nutrientes de los alimentos (proteínas, carbohidratos y grasas) en formas que el intestino puede absorber. Las enzimas principales incluyen:

  • Amilasa: descompone los carbohidratos (almidones) en azúcares simples.
  • Pepsina: descompone las proteínas en péptidos más pequeños.
  • Lipasa: descompone las grasas en ácidos grasos y glicerol.
  • Lactasa: descompone la lactosa (azúcar de la leche) en glucosa y galactosa.

Cuando estas enzimas no funcionan adecuadamente o no están presentes en cantidades suficientes, los alimentos no se digieren completamente. Esto puede tener varias consecuencias en la microbiota intestinal, favoreciendo el desarrollo de disbiosis.

Impacto de la deficiencia de enzimas digestivas en la microbiota

Cuando la digestión es incompleta debido a la falta de enzimas, los restos no digeridos de los alimentos llegan al intestino grueso, donde son fermentados por las bacterias. Esto puede tener los siguientes efectos:

Fermentación excesiva de carbohidratos no digeridos: los carbohidratos no descompuestos (como almidones o azúcares) llegan al intestino grueso y son fermentados por bacterias, lo que genera gases y puede llevar a la sobrecrecimiento de bacterias no deseadas. Esto contribuye a la hinchazón, gases y otros síntomas digestivos comunes en la disbiosis.

Desbalance bacteriano: cuando los alimentos mal digeridos se fermentan, las bacterias que fermentan estos restos no siempre son las más beneficiosas para el intestino. A largo plazo, esto puede promover un crecimiento excesivo de bacterias patógenas o desequilibradas, lo que favorece la disbiosis intestinal.

Aumento de la permeabilidad intestinal

La digestión incompleta puede afectar la integridad de la barrera intestinal. Esto ocurre porque la fermentación de los restos de alimentos no digeridos puede liberar toxinas que irritan la mucosa intestinal. Esto contribuye a lo que se conoce como intestino permeable, donde las sustancias no deseadas atraviesan la pared intestinal y pueden inducir inflamación o alterar aún más la microbiota. Un intestino permeable es un factor clave en el desarrollo de la disbiosis.

Alteración de la digestión de proteínas

Si las proteínas no se descomponen completamente debido a una deficiencia de enzimas como la pepsina, los restos de proteínas pueden quedar parcialmente digeridos y llegar al intestino, donde pueden ser fermentados por bacterias. Esto puede:

  • Favorecer el crecimiento de bacterias proteolíticas (que descomponen proteínas) en lugar de bacterias más beneficiosas.
  • Generar sustancias nocivas, como amoniaco y indoles, que alteran la microbiota intestinal y promueven un ambiente inflamatorio.

Relación con el sobrecrecimiento bacteriano (SIBO)

El SIBO es una condición en la que bacterias del intestino grueso invaden el intestino delgado. En condiciones normales, el pH ácido del estómago y las enzimas digestivas mantienen las bacterias bajo control. Sin embargo, si las enzimas digestivas no funcionan bien, la digestión se ve comprometida y las bacterias tienen más posibilidades de proliferar en el lugar incorrecto (el intestino delgado), lo que puede contribuir al desarrollo de SIBO y, en consecuencia, a la disbiosis intestinal.

Alteración en la digestión de grasas

La lipasa, que descompone las grasas, es crucial para asegurar que los ácidos grasos esenciales sean absorbidos adecuadamente. Si no se digieren correctamente, las grasas no absorbidas pueden alterar la microbiota, favoreciendo el crecimiento de bacterias que se alimentan de estos residuos, lo que puede contribuir a la disbiosis.

Factores que contribuyen a la deficiencia de enzimas digestivas

Edad avanzada: s medida que envejecemos, la producción de enzimas digestivas tiende a disminuir, lo que puede llevar a problemas de digestión y favorecer la disbiosis.

Estrés crónico: el estrés prolongado puede afectar la función digestiva, reduciendo la secreción de enzimas digestivas.

Enfermedades digestivas: trastornos como la pancreatitis, la enfermedad celíaca, el síndrome del intestino irritable (SII) y el SIBO pueden alterar la producción y eficacia de las enzimas digestivas.

Dieta pobre en nutrientes: una dieta baja en nutrientes y alta en alimentos procesados puede afectar la producción de enzimas digestivas y alterar el funcionamiento del sistema digestivo.

Estrategias para mejorar la función enzimática

Suplementos de enzimas digestivas: si hay deficiencia, los suplementos de enzimas digestivas pueden ayudar a descomponer los alimentos de manera más eficiente.

Alimentos ricos en enzimas naturales: consumir alimentos fermentados (como el kéfir, el chucrut y el kimchi) y alimentos ricos en enzimas naturales (como la papaya o la piña) puede apoyar la digestión.

Evitar el estrés: gestionar el estrés mediante técnicas de relajación y ejercicio puede mejorar la función digestiva y la producción de enzimas.

Regeneración de la mucosa gastrointestinal, relación disbiosis-toxicidad y la importancia de la probiosis

La regeneración de la mucosa gastrointestinal, la relación entre disbiosis y toxicidad, y la importancia de la probiosis son aspectos clave para mantener la salud intestinal y el equilibrio del organismo. Estos factores están interrelacionados y desempeñan un papel fundamental en la prevención de trastornos gastrointestinales, inflamatorios y metabólicos.

Regeneración de la mucosa gastrointestinal

La mucosa gastrointestinal es una capa de tejido que recubre el tracto digestivo y sirve como barrera protectora. Esta barrera está formada principalmente por una capa de células epiteliales que están unidas entre sí por uniones estrechas y una capa de moco que ayuda a proteger las células de los daños mecánicos, químicos y microbiológicos.

Importancia de la regeneración de la mucosa:

  • Protección contra patógenos y toxinas: la mucosa actúa como una barrera física que previene la penetración de bacterias patógenas, toxinas y antígenos. Si esta barrera se ve comprometida, el intestino puede volverse más permeable, lo que facilita el paso de sustancias dañinas hacia el torrente sanguíneo. Este fenómeno se conoce como intestino permeable.
  • Absorción de nutrientes: la mucosa también tiene un papel crucial en la absorción de nutrientes y en la regulación de la inflamación local.
  • Regeneración celular: la regeneración de la mucosa es un proceso constante. Las células epiteliales intestinales se renuevan rápidamente, lo que permite mantener la integridad de la barrera. Sin embargo, factores como el estrés, la dieta inapropiada, las infecciones o el uso de ciertos medicamentos (como los antiinflamatorios no esteroides – AINEs) pueden interferir en este proceso, lo que compromete la función de la mucosa.

Factores que favorecen la regeneración:

  • Alimentos ricos en antioxidantes y antiinflamatorios: como los frutos rojos, la cúrcuma, el jengibre y los alimentos ricos en ácidos grasos omega-3.
  • Probióticos y prebióticos: los probióticos pueden ayudar a equilibrar la microbiota y promover la regeneración de la mucosa. Los prebióticos, como la fibra, alimentan las bacterias beneficiosas y también ayudan en la restauración de la mucosa intestinal.
  • Glutamina: este aminoácido es fundamental para la regeneración de las células intestinales y para mantener la integridad de la barrera intestinal.

Relación entre disbiosis y toxicidad

La disbiosis intestinal se refiere a un desequilibrio en la microbiota intestinal, donde predominan las bacterias patógenas o dañinas sobre las bacterias beneficiosas. Este desequilibrio puede provocar una serie de efectos negativos para la salud, incluyendo la alteración de la función digestiva y aumento de la permeabilidad intestinal.

Cómo la disbiosis contribuye a la toxicidad:

  • Liberación de toxinas: las bacterias patógenas y desequilibradas en el intestino pueden producir toxinas como amoniaco, ácidos grasos de cadena corta dañinos y lipopolisacáridos. Estos compuestos pueden ingresar al torrente sanguíneo si la barrera intestinal se ve comprometida, causando un estado de toxicidad sistémica e inflamación crónica.
  • Inflamación intestinal: la disbiosis promueve un entorno inflamatorio en el intestino, lo que altera la mucosa intestinal y contribuye al síndrome del intestino permeable. La inflamación intestinal crónica puede aumentar la liberación de citoquinas inflamatorias, lo que contribuye a la toxicidad y puede dañar otros órganos.
  • Alteración en la detoxificación: una microbiota intestinal desequilibrada puede interferir con los mecanismos de detoxificación del cuerpo, ya que algunos patógenos intestinales producen sustancias que inhiben la función hepática o alteran la absorción de nutrientes clave para la detoxificación, como el selenio o el zinc.

Efectos de la toxicidad sistémica:

  • Fatiga crónica: la toxicidad relacionada con la disbiosis puede llevar a un sentimiento general de cansancio y fatiga, ya que el cuerpo lucha contra la inflamación constante y la sobrecarga de toxinas.
  • Afecciones metabólicas: la toxicidad sistémica también está vinculada a enfermedades metabólicas como la resistencia a la insulina, el síndrome metabólico y la obesidad.

Importancia de la probiosis

La probiosis se refiere al uso de microorganismos beneficiosos, conocidos como probióticos, que se añaden al cuerpo para promover la salud intestinal. Estos probióticos pueden ayudar a restaurar el equilibrio de la microbiota intestinal y prevenir o tratar la disbiosis.

Efectos de los probióticos en la disbiosis y la toxicidad intestinal:

  • Restauración del equilibrio microbiano: los probióticos promueven el crecimiento de bacterias beneficiosas (como Lactobacillus, Bifidobacterium, Saccharomyces boulardii), que ayudan a restablecer el equilibrio intestinal y a reducir la proliferación de bacterias patógenas.
  • Protección de la barrera intestinal: los probióticos ayudan a fortalecer la barrera intestinal, lo que puede reducir la permeabilidad intestinal y, por lo tanto, disminuir la absorción de toxinas y bacterias dañinas.
  • Regulación de la inflamación: los probióticos tienen efectos antiinflamatorios al regular la respuesta inmune en el intestino y reducir la producción de citoquinas inflamatorias. Esto puede reducir la toxicidad sistémica y mejorar la función general del sistema digestivo.
  • Mejora de la digestión: los probióticos también mejoran la digestión de los alimentos, lo que puede reducir los problemas asociados con la disbiosis, como la fermentación excesiva y la producción de gases.

Como la disbiosis puede favorecer la inflamación intestinal, la endotoxemia y las intolerancias alimentarias

La disbiosis intestinal, que se refiere a un desequilibrio en la microbiota intestinal, puede tener múltiples efectos negativos sobre la salud, entre ellos la inflamación intestinal, la endotoxemia y el desarrollo de intolerancias alimentarias. Estos problemas están interconectados y pueden tener repercusiones significativas para la salud general.

Disbiosis y su relación con la inflamación intestinal

La inflamación intestinal es un proceso clave en muchas afecciones gastrointestinales, como el síndrome del intestino irritable (SII), la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), la enfermedad celíaca, y otras. La disbiosis juega un papel crucial en la inducción y exacerbación de la inflamación intestinal.

Mecanismos de la disbiosis en la inflamación intestinal:

  • Alteración de la barrera intestinal: un desequilibrio en la microbiota intestinal puede afectar la integridad de la barrera intestinal. Normalmente, esta barrera está formada por una capa de células epiteliales que están unidas por uniones estrechas, las cuales evitan el paso de sustancias no deseadas (como toxinas y patógenos) al torrente sanguíneo. En presencia de disbiosis, las bacterias patógenas o desequilibradas pueden dañar estas uniones estrechas, aumentando la permeabilidad intestinal y permitiendo el paso de sustancias inflamatorias hacia el interior del cuerpo.
  • Producción de citoquinas proinflamatorias: las bacterias patógenas, presentes en un intestino disbiótico, pueden activar el sistema inmunológico y estimular la liberación de citoquinas proinflamatorias (como TNF-α, IL-6, IL-1β). Estas citoquinas son moléculas de señalización que provocan y mantienen la inflamación en el intestino. Este proceso está relacionado con el desarrollo de diversas enfermedades inflamatorias intestinales.
  • Desequilibrio de la flora bacteriana: la presencia de bacterias patógenas como Firmicutes, Proteobacterias, y Bacteroides en un estado disbiótico aumenta la producción de metabolitos inflamatorios como los lipopolisacáridos. Estos metabolitos pueden activar la respuesta inmunitaria en el intestino, lo que agrava la inflamación.

Disbiosis y endotoxemia

La endotoxemia se refiere a la presencia de endotoxinas (como los lipopolisacáridos) en el torrente sanguíneo. Estas endotoxinas son liberadas por bacterias gramnegativas que, en el contexto de la disbiosis, proliferan en el intestino.

Cómo la disbiosis favorece la endotoxemia:

  • Liberación de lipopolisacáridos (LPS): Los LPS son componentes de la membrana celular de las bacterias gramnegativas. En un intestino sano, la mayoría de estas bacterias no atraviesan la barrera intestinal, pero en un estado de disbiosis, la permeabilidad intestinal aumenta, lo que permite que los LPS lleguen a la circulación sistémica. Una vez en la sangre, los LPS pueden desencadenar una respuesta inmune sistémica, causando inflamación crónica y contribuyendo a condiciones como la resistencia a la insulina, enfermedades cardiovasculares, y otras afecciones inflamatorias sistémicas.
  • Activación del sistema inmunológico: la endotoxemia crónica activa el sistema inmunológico de forma persistente, lo que puede resultar en una inflamación generalizada en el cuerpo (no solo a nivel intestinal). Esta inflamación está asociada con el daño a los órganos, el aumento de la permeabilidad vascular, y el deterioro de la función inmunitaria.
  • Efectos sobre el metabolismo: la endotoxemia puede alterar el metabolismo, lo que contribuye a enfermedades metabólicas como la obesidad, diabetes tipo 2, y la hipertensión. Los LPS también se han relacionado con el desarrollo de estrés oxidativo y disfunción endotelial, factores clave en muchas de estas enfermedades.

Disbiosis e intolerancias alimentarias

Las intolerancias alimentarias son reacciones adversas a ciertos alimentos que no implican al sistema inmunológico (a diferencia de las alergias alimentarias). La disbiosis puede desempeñar un papel importante en el desarrollo de intolerancias alimentarias debido a su impacto en la digestión y la permeabilidad intestinal.

Mecanismos de la disbiosis en las intolerancias alimentarias:

  • Alteración en la digestión de alimentos: un microbioma intestinal desequilibrado puede interferir con la digestión de los alimentos. Por ejemplo, la disbiosis puede reducir la capacidad de las bacterias beneficiosas para descomponer adecuadamente ciertos nutrientes, como los hidratos de carbono complejos o las proteínas. Esto puede llevar a una fermentación excesiva de estos nutrientes, lo que genera gases, hinchazón y malestar abdominal. Esta alteración en la digestión puede simular síntomas similares a los de las intolerancias alimentarias.
  • Aumento de la permeabilidad intestinal: cuando la barrera intestinal se ve comprometida debido a la disbiosis, fragmentos de proteínas no digeridas pueden atravesar la mucosa intestinal y llegar al torrente sanguíneo. Esto puede desencadenar una respuesta inmune en el cuerpo, creando una inflamación local y sistémica. En el caso de las intolerancias alimentarias, algunas proteínas de los alimentos no se descomponen correctamente debido a este proceso, lo que lleva a reacciones inmunológicas o inflamatorias que pueden desencadenar síntomas de intolerancia.
  • Desregulación de la respuesta inmune: la disbiosis también puede interferir con el equilibrio del sistema inmune en el intestino. Un desequilibrio en las bacterias intestinales puede inducir una respuesta inmune inapropiada, lo que puede agravar los síntomas de intolerancias alimentarias, como los relacionados con la lactosa o el gluten.
  • Desbalance de la microbiota y alergias alimentarias: aunque las alergias alimentarias involucran una respuesta inmune, las disbiosis también puede estar involucrada en el desarrollo de hipersensibilidad alimentaria. Un desequilibrio en las bacterias intestinales puede alterar la regulación inmunitaria, lo que favorece la aparición de síntomas relacionados con ciertos alimentos.

Conclusiones

La salud digestiva es un componente esencial para el bienestar general del organismo, ya que no solo se encarga de la digestión y absorción de nutrientes, sino también de la regulación del sistema inmunológico y la protección contra patógenos. El equilibrio de la microbiota intestinal es crucial para el funcionamiento óptimo del tracto digestivo, y su alteración puede desencadenar una serie de problemas, como la disbiosis intestinal.

La disbiosis es un desequilibrio en la microbiota intestinal, donde las bacterias patógenas o dañinas superan a las bacterias beneficiosas. Este desequilibrio puede afectar la función digestiva y provocar una respuesta inmune anómala, dando lugar a trastornos intestinales, inflamación crónica, permeabilidad intestinal aumentada, y endotoxemia. Estas alteraciones pueden contribuir a enfermedades como el síndrome del intestino irritable, enfermedad inflamatoria intestinal (EII), y otras afecciones sistémicas como resistencia a la insulina y enfermedades cardiovasculares.

El pH estomacal adecuado es fundamental para mantener un equilibrio microbiano saludable en el intestino. Las alteraciones en este pH pueden ser un factor importante en el desarrollo de la disbiosis intestinal. Es esencial cuidar la salud digestiva en general y evitar los factores que alteran el pH estomacal para prevenir el desequilibrio de la microbiota.

Existen diversas estrategias para restaurar y mantener un sistema digestivo saludable. Una dieta equilibrada que incluya alimentos ricos en fibra prebiótica, probióticos y antioxidantes es esencial para alimentar a las bacterias beneficiosas y promover un microbioma intestinal equilibrado. Además, mantenerse bien hidratado, reducir el estrés, y realizar actividad física regular son factores clave que favorecen la digestión y previenen la disbiosis.

La regeneración de la mucosa gastrointestinal es esencial para mantener una barrera intestinal saludable. La disbiosis y la toxicidad intestinal son procesos interrelacionados que pueden comprometer esta barrera y afectar la salud general. Probióticos y prebióticos juegan un papel fundamental al mejorar la función intestinal y fortalecer la barrera intestinal, reduciendo la inflamación, mejorando la digestión y protegiendo contra la toxicidad sistémica. Suplementos digestivos como las enzimas digestivas y la glutamina pueden ser útiles en casos específicos para mejorar la digestión y la reparación de la mucosa intestinal.

El abordaje integrativo se basa en tratar al cuerpo como un todo, restaurando el equilibrio de la microbiota intestinal mientras se abordan factores emocionales, ambientales y físicos.

Bibliografía

  1. Lloyd-Price, J., Mahurkar, A., Rahnavard, G., et al. (2016). «Strains, functions and dynamics in the expanded Human Microbiome Project.» Nature, 536(7615), 57-65. DOI: 10.1038/nature19057
  2. Zhao, L., Zhang, F., Ding, X., et al. (2019). «Gut microbiota in health and disease.» Science, 365(6452), 1220-1226. DOI: 10.1126/science.aaw1808
  3. Rothschild, D., Weissbrod, O., Barkan, E., et al. (2018). «Environment dominates over host genetics in shaping human gut microbiome.» Nature, 555(7695), 210-215. DOI: 10.1038/nature25973
  4. Mörkl, S., Mühlbacher, J., & Fiala, C. (2017). «The role of gut microbiota in chronic inflammatory diseases: A review.» Clinical Nutrition ESPEN, 17, 14-26. DOI: 10.1016/j.clnesp.2017.02.005
  5. Bermudez-Brito, M., Plaza-Díaz, J., Moreno, J., & Gil, A. (2012). «Probiotics in health: A review of their applications in intestinal health and disease.» Frontiers in Microbiology, 3, 264. DOI: 10.3389/fmicb.2012.00264
  6. Cani, P. D., & van Hul, M. (2018). «The gut microbiome in the first decade of life.» Trends in Microbiology, 26(6), 502-514. DOI: 10.1016/j.tim.2018.02.009
  7. Tremaroli, V., & Bäckhed, F. (2012). «Functional interactions between the gut microbiome and host metabolism.» Nature, 489(7415), 242-249. DOI: 10.1038/nature11552
  8. Parvez, S., Kang, J. H., & Kim, H. Y. (2015). «Probiotics and their fermented food products are beneficial for health.» Journal of Medicinal Food, 18(1), 1-7. DOI: 10.1089/jmf.2014.0079
  9. Bajaj, J. S., & Gavis, E. A. (2019). «Gut microbiome and liver disease.» Hepatology, 69(2), 789-801. DOI: 10.1002/hep.30294
  10. Sonnenburg, E. D., & Sonnenburg, J. L. (2019). «The ancestral human microbiome.» Current Biology, 29(4), R126-R128. DOI: 10.1016/j.cub.2019.01.054
  11. Murray, P. R., Rosenthal, K. S., & Pfaller, M. A. (2016). Medical Microbiology (9th ed.). Elsevier Health Sciences. ISBN: 978-0323243472
  12. Lund, M., & Melander, O. (2020). «Role of prebiotics and probiotics in the microbiome-gut-brain axis.» Current Opinion in Clinical Nutrition and Metabolic Care, 23(4), 319-325. DOI: 10.1097/MCO.0000000000000677
  13. Sarkar, A., Harty, S., & Murphy, A. (2016). «Microbiota-gut-brain communication and its impact on health.» Microorganisms, 4(2), 33. DOI: 10.3390/microorganisms4020033
  14. Mayo Clinic. (2020). «Gut health: How to keep your digestive system healthy.» URL: https://www.mayoclinic.org
  15. Harvard T.H. Chan School of Public Health. (2020). «The Gut Microbiome: How Diet Affects Gut Health.» URL: https://www.hsph.harvard.edu

Declaración de buenas prácticas:
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.