Actitudes y conocimientos del personal de enfermería frente a la donación de órganos
Autor principal: Teodoro Álvarez Mateos
Vol. XX; nº 17; 917
Attitudes and knowledge of nursing staff towards organ donation
Fecha de recepción: 10 de agosto de 2025
Fecha de aceptación: 4 de septiembre de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 17 – Primera quincena de Septiembre de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 17; 917
Autores:
Teodoro Álvarez Mateos, Enfermero Quiron Prevencion y Loga Salud
Verónica Vidal Villanueva, Enfermera Centro Salud Alcorisa
Catalina Cazacu, Enfermera Centro de Salud Alcorisa
Andrea Vidal Villanueva, Enfermera Hospital de Alcañiz, Teruel
Sergio Méndez Valle, Enfermero Hospital de Alcañiz, Teruel
Ana Subirats Valls, Enfermera Hospital de Alcañiz, Teruel
Elena Nina Tomiuc, Enfermera Centro de Salud Caspe
Resumen
Este estudio transversal describe las actitudes y el nivel de conocimientos del personal de enfermería respecto a la donación de órganos. A través de encuestas aplicadas en un hospital de tercer nivel, se identifican percepciones, mitos y vacíos informativos que influyen en la disposición del personal para participar en el proceso de donación. Se concluye que una formación específica en el área mejora significativamente la actitud positiva hacia la donación.
Palabras clave
Donación de órganos, enfermería, actitudes, conocimiento.
Abstract
This cross-sectional study describes the attitudes and knowledge levels of nursing staff regarding organ donation. Surveys conducted in a tertiary-level hospital identified perceptions, myths, and knowledge gaps that influence nurses’ willingness to engage in the donation process. The study concludes that targeted training significantly improves positive attitudes toward organ donation.
Keywords
Organ donation, nursing, attitudes, knowledge.
Introducción
La escasez de órganos para trasplantes representa un reto crítico para los sistemas de salud. El personal de enfermería desempeña un papel fundamental en la identificación de potenciales donantes, la comunicación con las familias y el manejo del proceso. Sin embargo, sus actitudes y conocimientos pueden facilitar o limitar estas acciones. Comprender estos factores permite desarrollar estrategias educativas eficaces y sensibilizar al personal sanitario.
La donación de órganos no es únicamente una cuestión médica, sino también ética, social y cultural. El personal de salud, especialmente el de enfermería, puede actuar como un puente clave entre los potenciales donantes y los equipos de trasplante. Por ello, es vital investigar las percepciones y conocimientos de este colectivo profesional. Además, múltiples estudios han demostrado que la formación específica influye positivamente en la actitud hacia la donación, permitiendo un mayor número de trasplantes efectivos.
Metodología
Se realizó un estudio transversal descriptivo en un hospital de tercer nivel en México. Se aplicó un cuestionario validado a 120 profesionales de enfermería entre enero y marzo de 2025. El instrumento evaluó tres dimensiones: conocimientos sobre la donación de órganos, actitudes frente al proceso y disposición para participar activamente.
El cuestionario constaba de 25 preguntas de opción múltiple, divididas en los siguientes apartados: a) conocimientos básicos sobre muerte encefálica, criterios de donación y legislación vigente; b) actitudes y creencias personales sobre la donación; c) disposición a actuar como promotores o facilitadores del proceso.
Los datos se analizaron mediante estadística descriptiva (frecuencias y porcentajes) y pruebas de correlación de Pearson entre variables sociodemográficas (edad, años de experiencia, nivel académico, formación previa) y los resultados obtenidos.
Resultados
Los resultados del estudio muestran que, aunque la mayoría del personal de enfermería tiene una actitud positiva hacia la donación de órganos (78%), existen importantes brechas en el conocimiento técnico y práctico. Esta diferencia es significativa, ya que aunque se reconoce el valor ético y social de la donación, el desconocimiento puede limitar la capacidad real para actuar eficazmente en la promoción y facilitación del proceso.
Al analizar la distribución por años de experiencia, se observó que el 85% de los enfermeros con más de 10 años en la profesión mostraron un nivel adecuado de conocimiento, mientras que solo el 45% de los enfermeros con menos de 5 años alcanzó esta puntuación. Esto sugiere que la experiencia práctica contribuye al aprendizaje, aunque también revela que la formación académica actual podría no ser suficiente.
En cuanto a las fuentes de información, el 42% mencionó a los medios de comunicación como su principal fuente, seguido por la formación continua (30%) y la universidad (28%). Esta dependencia de fuentes no formales puede generar información incompleta o errónea, reflejándose en los mitos detectados. Por ejemplo, un 25% cree que la donación puede efectuarse sin diagnóstico confirmado de muerte encefálica, y un 30% manifestó dudas sobre la legislación vigente, lo que puede generar inseguridad y vacilación en la práctica.
El estudio también reveló que el 65% de los participantes estarían dispuestos a involucrarse activamente en la promoción de la donación si recibieran capacitación adecuada. Sin embargo, solo el 40% reportó haber recibido algún tipo de formación formal relacionada con la donación durante su carrera o en el entorno laboral.
Otra barrera relevante fue el miedo al rechazo por parte de las familias, mencionado por el 55% de los encuestados. Esto evidencia la necesidad de fortalecer las habilidades comunicativas y éticas del personal para abordar conversaciones difíciles y sensibilizar a los familiares en momentos críticos. La falta de protocolos claros también fue señalada por un 48%, indicando que la institucionalización y estandarización del proceso pueden mejorar el desempeño del personal.
Finalmente, los datos sugieren que la actitud positiva no siempre se traduce en acción. Solo un 35% había participado directamente en algún proceso de donación, lo que puede estar relacionado con la falta de formación, apoyo institucional o confianza para actuar. El 20% de los encuestados expresó que la carga emocional de participar en estos procesos influye en su disposición, un aspecto que debe considerarse en la planificación de capacitaciones y apoyo psicológico.
Discusión
Los resultados obtenidos confirman la importancia de las actitudes positivas para la promoción de la donación de órganos, pero también evidencian que estas deben ir acompañadas de un conocimiento sólido y formación continua para lograr un impacto real en la práctica clínica. Esta dualidad entre disposición y capacidad es fundamental para entender las barreras y facilitadores en el ámbito de la donación.
La brecha entre conocimientos y actitudes detectada en este estudio coincide con otras investigaciones latinoamericanas y mundiales. Por ejemplo, estudios en países como Colombia, Argentina y España han reportado que, aunque el personal de enfermería reconoce la importancia de la donación, los vacíos formativos y la desinformación generan inseguridad y limitan la participación efectiva (Sánchez-Moreno et al., 2020; Delgado-Ruiz et al., 2021).
La elevada influencia de fuentes no formales como los medios de comunicación para obtener información puede resultar en la perpetuación de mitos y errores conceptuales, tal como se observó en el 25-30% de los participantes. Esto enfatiza la necesidad de que las instituciones de salud y educación provean información clara, actualizada y basada en evidencia para el personal sanitario.
Por otra parte, la diferencia en el conocimiento según años de experiencia indica que la práctica diaria contribuye al aprendizaje, pero también que el sistema educativo debe actualizarse para incorporar contenidos específicos sobre donación y trasplantes en los currículos de enfermería. Esto no solo facilitaría el desempeño profesional sino que podría aumentar la confianza y seguridad del personal en escenarios reales.
Las barreras identificadas, como el miedo al rechazo familiar y la falta de protocolos claros, tienen un impacto importante en la actitud y desempeño del personal. En este sentido, se hace necesario implementar programas que no solo transmitan conocimientos técnicos, sino que también desarrollen habilidades comunicativas, manejo del duelo y trabajo interdisciplinario. La comunicación efectiva con las familias es crucial para mejorar las tasas de donación y requiere formación específica en empatía, ética y manejo de conflictos.
Asimismo, la carga emocional manifestada por algunos profesionales debe ser abordada institucionalmente mediante apoyos psicológicos, supervisión y espacios de reflexión para evitar el desgaste y burnout. Esto también contribuye a mejorar la calidad de la atención y la permanencia del personal en el área.
La implementación de protocolos claros y estandarizados para el manejo del proceso de donación es otra medida prioritaria. Estos protocolos facilitan la coordinación entre los equipos médicos, de enfermería y los coordinadores de trasplantes, asegurando que cada paso se realice con rigor científico y ético. Además, fortalecen la confianza del personal en sus acciones y reducen la incertidumbre que puede generar la falta de directrices.
Finalmente, la predisposición del 65% del personal para capacitarse es un dato alentador que debe aprovecharse. Las instituciones deben diseñar programas de formación continua que incluyan talleres prácticos, simulaciones y actualización normativa. La colaboración con coordinadores de trasplantes y expertos en bioética puede enriquecer estas capacitaciones, fomentando una cultura organizacional favorable a la donación.
En conclusión, aunque las actitudes positivas hacia la donación de órganos son una base sólida, la formación integral, el apoyo institucional y la sensibilización ética y emocional son elementos indispensables para transformar esa disposición en una práctica efectiva y comprometida. Solo así se logrará mejorar las tasas de donación, beneficiar a más pacientes en lista de espera y fortalecer el sistema de salud en su conjunto.
Conclusiones
El presente estudio evidencia que, si bien el personal de enfermería presenta una actitud mayormente positiva hacia la donación de órganos, existe un déficit significativo en sus conocimientos técnicos y prácticos relacionados con el proceso. Esta brecha limita la capacidad del personal para participar de manera efectiva y segura en la identificación, promoción y facilitación de la donación, lo cual es fundamental para incrementar las tasas de trasplantes y mejorar los resultados en salud.
La disposición para involucrarse activamente en el proceso aumenta considerablemente cuando se ofrece formación específica, lo que subraya la necesidad urgente de incorporar módulos de capacitación obligatorios y continuos dentro del entorno laboral y académico. Los programas educativos deben abordar no solo los aspectos técnicos y legales, sino también las habilidades comunicativas, éticas y emocionales necesarias para manejar con sensibilidad las conversaciones con las familias de potenciales donantes.
Además, el estudio pone en evidencia la influencia negativa que tienen los mitos, la información errónea y la falta de protocolos claros sobre la confianza y seguridad del personal de enfermería. Por tanto, es imperativo que las instituciones de salud establezcan directrices claras, estandarizadas y respaldadas por evidencia científica para el manejo integral del proceso de donación. Esto ayudará a mitigar la incertidumbre y facilitará una coordinación efectiva entre los diferentes actores involucrados.
También resulta crucial reconocer la carga emocional que conlleva participar en procesos de donación, por lo que se recomienda implementar apoyos psicológicos y espacios de reflexión para el personal, con el fin de prevenir el desgaste profesional y promover el bienestar emocional.
Finalmente, fortalecer la cultura de la donación dentro de los centros de salud, promoviendo un liderazgo comprometido y un trabajo colaborativo interdisciplinario, es clave para transformar la actitud positiva en acción efectiva. Solo mediante un enfoque integral que combine educación, protocolos claros, apoyo institucional y sensibilización ética se podrá lograr un impacto real en el proceso de donación y trasplante, beneficiando a pacientes y comunidades.
Referencias
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Declaración de buenas prácticas:
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.