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Agresiones contra el profesional de Enfermería en el entorno laboral: una realidad poco conocida

organización colegial o sindicato según procediese).

  • Si no denunció la agresión, qué motivos le disuadieron de ello: percepción de falta de apoyo organizacional; ausencia de agresión física o sexual (solo verbal o psicológica); consideración de que la violencia es parte normal del trabajo de Enfermería; pensar que puede afectar a la calidad asistencial; creer que la denuncia es un signo de debilidad; opinar que la agresión es consecuencia de la incompetencia del profesional; considerar que nadie denuncia las agresiones; miedo a represalias por parte de la organización; miedo a la venganza del paciente / acompañante o temor a una reacción hostil por parte de compañeros.

Solo mediante el registro de las agresiones, se podría estudiar con una mayor profundidad este fenómeno, y así, se podrían tomar determinadas medidas como establecer protocolos de actuación para los profesionales, evitando estos problemas, o atajándolos cuando se presenten.

  1. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

La violencia es un peligroso fenómeno creciente que ha ganado, en los últimos tiempos, la consideración de problema de salud pública. Este problema, que en principio afectaba principalmente a ciertos ámbitos y sectores de riesgo de la sociedad, está cada vez más extendido, afectando también al ámbito laboral.

Según la Organización Internacional del Trabajo, la violencia en el ámbito laboral es especialmente prevalente en el sector sanitario (25% de los casos) y, atendiendo a resultados obtenidos por el Consejo Internacional de Enfermería, el perfil profesional más afectado es el personal de Enfermería.

La distribución de los eventos violentos no es para nada homogénea y depende de las característica de los mismos: tipo de agresión (verbal, física y multimedia); agente agresor (siendo los más frecuentes pacientes y familiares); servicio asistencial (más prevalente en urgencias); motivos desencadenantes.

Las consecuencias potenciales de la violencia sobre el trabajador están asociadas a una importante morbilidad y pueden ser incluso letales. Dichas consecuencias pueden ser de índole física, psicológica y/o social y también pueden tener una repercusión importante sobre la organización y la calidad asistencial.

A pesar de que el personal de Enfermería es el  sector más afectado y la gravedad potencial de los eventos violentos, algunos autores indican que existe una importante tasa de infradenuncia. Esta situación infravalora la magnitud del problema y minimiza su visibilidad, con la consecuente falta de actuaciones para su resolución.

Por todos estos motivos, consideramos que una solución para evaluar y comprender la magnitud real del problema (y poder tomar medidas específicas encaminadas a resolverlo), consistiría en el registro y caracterización de los eventos violentos. En este artículo se proponen los parámetros que, a nuestro juicio, son esenciales para el registro adecuado de este fenómeno, siendo estos los siguientes: Datos de filiación del trabajador; aspectos relativos con puesto de trabajo y factores relacionados con la agresión: tipo de agresión; signos prodrómicos; agente agresor; motivos supuestos; consecuencias de la agresión  y si la agresión ha sido denunciada (y en caso contrario qué motivos disuaden al profesional de hacerlo).

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