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Buenas prácticas en el cuidado enfermero durante el embarazo y el puerperio: revisión bibliográfica

Buenas prácticas en el cuidado enfermero durante el embarazo y el puerperio: revisión bibliográfica

Autora principal: Patricia Cortés Egeda

Vol. XX; nº 17; 907

Best practices in nursing care during pregnancy and the postpartum period: a literature review

Fecha de recepción: 30 de julio de 2025
Fecha de aceptación: 31 de agosto de 2025

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 17 – Primera quincena de Septiembre de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 17; 907

Autores:

Patricia Cortés Egeda, Enfermera Especialidad HOP Teruel
Ana María Luca Simón, Enfermera Especialidad HOP Teruel
Marta Gascón, Enfermera Especialidad HOP Teruel
Irene Sanz Gómez, Enfermera Especialidad HOP Teruel
Irene Torán Bellido, Enfermera Especialidad HOP Teruel
Andrea Ibáñez Romero, Enfermera Especialidad HOP Teruel

Resumen

El cuidado enfermero durante el embarazo y el puerperio desempeña un papel fundamental en la promoción de la salud materna y neonatal. Esta revisión bibliográfica tiene como objetivo identificar y analizar las buenas prácticas de enfermería que contribuyen a mejorar los resultados clínicos, emocionales y sociales en mujeres gestantes y puérperas. Para ello, se llevó a cabo una revisión sistemática de literatura científica publicada entre 2013 y 2024, utilizando bases de datos como PubMed, Scopus, SciELO y CINAHL. Se seleccionaron 52 estudios que cumplían con los criterios de inclusión, centrados en intervenciones enfermeras basadas en evidencia, educación prenatal, apoyo emocional, continuidad del cuidado y detección temprana de riesgos. Los resultados evidencian que la implementación de cuidados individualizados, la participación activa de la mujer en su proceso de salud y el fortalecimiento de la relación enfermera-paciente son elementos clave en la calidad del cuidado. Se concluye que la aplicación de prácticas enfermeras fundamentadas en la evidencia durante el embarazo y el puerperio contribuye significativamente a reducir complicaciones, fortalecer la autonomía de la madre y facilitar una adaptación saludable al proceso de maternidad.

Palabras clave

cuidado enfermero, embarazo, puerperio, buenas prácticas, salud materna, empoderamiento.

Abstract

Nursing care during pregnancy and the puerperium plays a vital role in promoting maternal and neonatal health. This literature review aims to identify and analyze nursing best practices that contribute to improved clinical, emotional, and social outcomes in pregnant and postpartum women. A systematic review of scientific literature published between 2013 and 2024 was conducted using databases such as PubMed, Scopus, SciELO, and CINAHL. A total of 52 studies meeting the inclusion criteria were selected, focusing on evidence-based nursing interventions, prenatal education, emotional support, continuity of care, and early risk detection. The findings highlight the importance of individualized care, the active involvement of women in their health processes, and the strengthening of the nurse-patient relationship as key factors in ensuring high-quality care. It is concluded that implementing evidence-based nursing practices during pregnancy and the puerperium significantly contributes to preventing complications, enhancing maternal autonomy, and supporting a healthy transition to motherhood.

Keywords

nursing care, pregnancy, puerperium, best practices, maternal health, empowerment.

Introducción

Tanto el embarazo como el puerperio representan momentos cruciales y delicados en la vida de la mujer, caracterizados por transformaciones significativas a nivel físico, emocional, social y familiar. Durante estos periodos, la atención sanitaria adquiere un carácter prioritario, ya que las decisiones tomadas en torno al cuidado materno-infantil tienen un impacto directo tanto en la salud de la madre como en el desarrollo del recién nacido. En este contexto, la enfermería desempeña un papel protagónico como disciplina que, además de brindar cuidados clínicos, aporta una visión holística centrada en la persona, sus necesidades, creencias y entorno.

El cuidado enfermero en estas etapas no solo se limita al control de signos vitales o la vigilancia del crecimiento fetal, sino que abarca también la promoción de la salud, la prevención de complicaciones, el acompañamiento emocional, la educación sanitaria y la garantía de una atención continua, accesible y humanizada. La enfermera actúa como agente facilitador de procesos saludables, promueve la autonomía de la mujer gestante, refuerza su rol en la toma de decisiones y establece un vínculo de confianza que favorece una experiencia positiva del embarazo, el parto y el posparto.

En los últimos años, la atención perinatal ha evolucionado hacia un modelo más centrado en la evidencia, en el que se reconocen y valoran las buenas prácticas como pilares fundamentales para mejorar los resultados de salud materna y neonatal. Estas buenas prácticas, definidas como intervenciones clínicamente eficaces, éticamente aceptadas y culturalmente apropiadas, han demostrado contribuir a una reducción significativa de la morbilidad y mortalidad asociadas al embarazo y al puerperio. Asimismo, estas prácticas promueven la equidad en la atención, refuerzan la seguridad de quienes reciben cuidados y contribuyen a una experiencia satisfactoria por parte de las usuarias.

Diversos organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y asociaciones de profesionales de enfermería, han emitido recomendaciones basadas en evidencia que orientan la práctica enfermera en el ámbito perinatal. Dentro de estas recomendaciones se contemplan elementos clave como el enfoque en la mujer como centro del cuidado, la garantía de sus derechos reproductivos, la continuidad en la atención, el uso adecuado de tecnologías, la identificación oportuna de factores de riesgo y la promoción de su participación activa en decisiones relacionadas con su salud.

A pesar de los avances en la formulación de guías clínicas y protocolos de actuación, persisten importantes brechas entre la teoría y la práctica, especialmente en contextos con limitaciones de recursos, desigualdades de acceso o carencias formativas. Por ello, resulta indispensable revisar de manera sistemática el estado actual de las intervenciones enfermeras durante el embarazo y el puerperio, con el fin de identificar aquellas prácticas que han demostrado mayor eficacia y viabilidad en distintos entornos.

La presente revisión bibliográfica tiene como objetivo analizar en profundidad las buenas prácticas en el cuidado enfermero durante el embarazo y el puerperio, a partir de estudios recientes publicados entre 2013 y 2024. A través del análisis de estas evidencias, se busca aportar una visión integral sobre el rol de la enfermería en la promoción de la salud materno-infantil, destacando aquellas intervenciones que pueden ser replicadas, adaptadas o fortalecidas en los diferentes niveles del sistema sanitario. Asimismo, se pretende poner en valor la importancia de consolidar un modelo de atención enfermera que combine ciencia, humanización y compromiso ético en cada etapa del proceso reproductivo.

Metodología

Para el desarrollo de esta revisión bibliográfica se adoptó un enfoque metodológico de tipo cualitativo, basado en el análisis documental de fuentes secundarias. Se llevó a cabo una revisión sistemática de fuentes científicas con el propósito de localizar, analizar, valorar y reunir la evidencia existente relacionada con las prácticas enfermeras más efectivas durante el embarazo y el periodo posparto. Este enfoque permitió reunir información relevante y actualizada, con el fin de generar una visión integradora sobre las intervenciones enfermeras que han demostrado efectividad en la mejora de la salud materna y neonatal.

La estrategia de búsqueda se realizó entre los meses de febrero y mayo del año 2025, abarcando publicaciones comprendidas entre los años 2013 y 2024. Se utilizaron las bases de datos científicas más reconocidas en el ámbito de las ciencias de la salud: PubMed, Scopus, SciELO y CINAHL, seleccionadas por su alto grado de especialización, accesibilidad y calidad en la indexación de literatura académica revisada por pares. Además, se consultaron manualmente algunos repositorios institucionales y revistas especializadas en salud materno-infantil y enfermería.

Para delimitar los estudios incluidos en la revisión, se establecieron criterios de inclusión y exclusión. Los criterios de inclusión fueron los siguientes: artículos originales, revisiones sistemáticas o narrativas y guías clínicas centradas en prácticas de enfermería durante el embarazo y el puerperio; publicaciones en español, inglés o portugués; disponibilidad de texto completo; y que los estudios estuvieran fundamentados en evidencia científica. Por otro lado, se excluyeron aquellos trabajos duplicados, informes sin revisión por pares, publicaciones con sesgo comercial, estudios sin pertinencia temática o con escasa rigurosidad metodológica.

La combinación de términos y descriptores MeSH utilizada incluyó: «nursing care», «pregnancy», «postpartum period», «maternal health», «evidence-based practice», «prenatal education», «patient-centered care», entre otros. Se aplicaron operadores booleanos (AND, OR) para optimizar los resultados y filtrar las publicaciones más pertinentes según los objetivos del estudio.

Una vez obtenidos los resultados iniciales, se procedió a una lectura crítica de los títulos y resúmenes para realizar una primera depuración. A continuación, se realizó un análisis detallado de los textos íntegros con el fin de valorar la solidez metodológica, la pertinencia del contenido y su aporte al entendimiento del tema investigado. Para la valoración crítica de los estudios se aplicaron herramientas como la escala CASPe para estudios cualitativos y la guía PRISMA para revisiones sistemáticas.

El proceso de selección permitió identificar un total de 52 estudios que cumplían con los criterios establecidos. Estos trabajos fueron organizados en una matriz de análisis que contempló variables como autor, año de publicación, país, tipo de estudio, población abordada, tipo de intervención enfermera, resultados obtenidos y principales conclusiones. La organización de la información permitió contrastar los resultados obtenidos, reconocer tendencias compartidas entre los estudios y derivar recomendaciones significativas a partir del análisis.

El proceso de revisión se llevó a cabo siguiendo principios éticos, asegurando el respeto por la autoría intelectual, el uso adecuado de las referencias bibliográficas y la integridad del contenido de los estudios analizados. No se involucraron personas ni se utilizaron datos sensibles, por lo que no fue necesario recurrir a un comité de ética en investigación. Sin embargo, se mantuvo el rigor académico y la responsabilidad científica en todo el proceso de revisión y análisis de la información.

Resultados

Del total de 52 estudios incluidos en esta revisión bibliográfica, se identificaron diversas prácticas de enfermería que han mostrado una contribución significativa a la mejora de la atención durante el embarazo y el puerperio. Estas prácticas fueron agrupadas en cinco ejes temáticos principales: educación prenatal, detección y manejo temprano de riesgos, apoyo emocional y psicosocial, continuidad del cuidado y promoción de la autonomía de la mujer. A continuación, se describen los principales hallazgos en cada una de estas áreas.

1. Educación prenatal basada en evidencia

Varios de los estudios revisados destacaron con frecuencia el desarrollo de iniciativas de educación prenatal coordinadas y ejecutadas por personal de enfermería. Estas intervenciones demostraron ser efectivas en la mejora del conocimiento de las gestantes sobre los procesos fisiológicos del embarazo, las señales de alarma, el parto y los cuidados del recién nacido. Además, la educación prenatal contribuyó a reducir los niveles de ansiedad y miedo relacionados con el parto, aumentando la confianza y la preparación emocional de las mujeres. Los estudios coincidieron en que las sesiones grupales e individuales, personalizadas según las necesidades de cada gestante, permiten generar un espacio seguro para resolver dudas, compartir experiencias y fortalecer el vínculo con el personal de salud.

2. Identificación precoz de riesgos y complicaciones

Otra de las buenas prácticas identificadas fue la capacidad del personal de enfermería para detectar precozmente factores de riesgo tanto en la madre como en el feto. La aplicación sistemática de valoraciones clínicas, escalas de riesgo obstétrico y entrevistas estructuradas permitió identificar condiciones como hipertensión gestacional, diabetes, riesgo de parto prematuro, entre otras. La intervención oportuna mediante derivaciones y seguimiento permitió evitar complicaciones mayores y mejorar los desenlaces clínicos. Además, se destacó la utilidad de las consultas domiciliarias realizadas por enfermeras, especialmente en contextos rurales o con acceso limitado a servicios de salud.

3. Apoyo emocional y contención psicosocial

Los resultados también mostraron que la presencia de la enfermera como figura de apoyo emocional constante tiene un impacto positivo durante el embarazo y el puerperio. Las mujeres que recibieron atención centrada en la escucha activa, el respeto y la empatía, manifestaron sentirse más acompañadas, comprendidas y seguras. Este acompañamiento fue especialmente valorado en casos de embarazos adolescentes, gestaciones de alto riesgo, duelos perinatales y situaciones de violencia de género. La capacidad de la enfermería para generar un entorno de confianza favoreció la expresión de emociones, la adherencia al control prenatal y la construcción de redes de apoyo.

4. Continuidad y coordinación del cuidado

Varios estudios subrayaron la importancia de garantizar una atención continua desde la etapa prenatal hasta el posparto, coordinada entre distintos niveles de atención. La figura de la enfermera como gestora del cuidado facilitó la transición entre servicios, el seguimiento personalizado y la disminución de eventos adversos. Se evidenció que los modelos de atención donde la misma profesional acompaña a la mujer en todas las etapas fortalecen la relación terapéutica y permiten una intervención más integral. Asimismo, la colaboración interdisciplinaria fue clave para optimizar los tiempos de atención, reducir duplicidad de intervenciones y garantizar una atención centrada en las necesidades reales de cada mujer y su entorno familiar.

5. Promoción de la autonomía y participación activa de la mujer

Uno de los hallazgos más relevantes fue el papel de la enfermería en el fomento de la toma de decisiones informadas por parte de la mujer. A través del acceso a información clara y comprensible, el acompañamiento respetuoso y la validación de sus emociones y elecciones, las gestantes se sintieron más empoderadas para participar activamente en su proceso de salud. Esta participación no solo mejoró la experiencia del embarazo y el parto, sino que también se relacionó con mejores prácticas de autocuidado, mayor satisfacción con los servicios recibidos y fortalecimiento del rol materno en el posparto.

Análisis transversal de los hallazgos

En términos generales, los estudios revisados coinciden en que las intervenciones enfermeras basadas en la evidencia, centradas en la mujer y adaptadas a cada contexto sociocultural, tienen un impacto positivo en los indicadores de salud materna y neonatal. Se destaca, además, la necesidad de fortalecer la formación continua del personal de enfermería, así como la creación de protocolos institucionales que faciliten la implementación de estas buenas prácticas en los distintos niveles del sistema de salud.

En cuanto a la distribución geográfica de los estudios, se observó una mayor concentración de investigaciones en países de América Latina y Europa, aunque también se incluyeron experiencias significativas de Asia, África y Oceanía. Esto permitió contar con una perspectiva amplia y diversa sobre la aplicabilidad de las prácticas enfermeras en distintos escenarios y realidades sanitarias.

Finalmente, se identificaron algunas barreras recurrentes para la implementación efectiva de estas prácticas, tales como la sobrecarga laboral del personal, la escasez de recursos, la falta de políticas institucionales de apoyo y la escasa participación del entorno familiar en los procesos de cuidado. Estos factores deben ser considerados al momento de diseñar estrategias que busquen mejorar la calidad de la atención perinatal desde la enfermería.

Discusión

Los hallazgos de esta revisión bibliográfica permiten reflexionar sobre el papel estratégico que desempeña la enfermería en el cuidado integral de la mujer durante el embarazo y el puerperio. Las buenas prácticas identificadas evidencian que una atención enfermera fundamentada en la evidencia científica y centrada en la persona puede generar impactos positivos tanto en los resultados clínicos como en la experiencia subjetiva de las usuarias. La educación prenatal, la detección precoz de riesgos, el acompañamiento emocional, la continuidad asistencial y la promoción de la autonomía de la mujer emergen como pilares fundamentales de una atención de calidad durante el proceso reproductivo.

Entre los hallazgos más significativos se destaca el fortalecimiento de la educación prenatal como un recurso fundamental para promover la autonomía y preparación de las mujeres durante la gestación. Los estudios coinciden en que, cuando las mujeres reciben información clara, pertinente y adaptada a su contexto, se sienten más preparadas para enfrentar los desafíos del embarazo, el parto y el cuidado del recién nacido. Esto coincide con lo planteado por organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), que reconocen el valor de la educación en salud como estrategia para reducir la morbimortalidad materna y neonatal. Asimismo, el protagonismo de la enfermera en la planificación y ejecución de estas intervenciones formativas refuerza su rol como educadora y agente promotora de salud.

En cuanto a la detección oportuna de riesgos y complicaciones, se reafirma la importancia del seguimiento cercano por parte del personal de enfermería, especialmente en poblaciones vulnerables. La implementación de protocolos de cribado, valoraciones periódicas y derivaciones adecuadas permite actuar con anticipación ante posibles complicaciones, mejorando significativamente el pronóstico materno-infantil. Esta labor cobra aún más relevancia en contextos con escasa cobertura médica, donde la enfermera muchas veces representa el primer punto de contacto con el sistema de salud.

Por otra parte, el apoyo emocional y psicosocial proporcionado por las enfermeras aparece como un componente esencial en la experiencia de la mujer durante el proceso de maternidad. La contención afectiva, la validación de emociones y el acompañamiento respetuoso permiten reducir el impacto de factores estresantes y fortalecen el vínculo terapéutico. La literatura científica señala que brindar un cuidado basado en la empatía no solo incrementa el nivel de satisfacción de las usuarias, sino que también contribuye al bienestar psicológico materno, ayudando a prevenir trastornos como la depresión postnatal. Este enfoque humanizado, centrado en la escucha activa y el respeto, debe ser considerado un estándar de calidad en la atención perinatal.

Igualmente, la continuidad asistencial, concebida como la conexión eficiente entre los distintos ámbitos del sistema sanitario, resulta esencial para proporcionar una atención completa y coordinada a la mujer durante el embarazo y el puerperio. Cuando las gestantes y puérperas reciben un seguimiento sostenido, con profesionales de referencia que conocen su historia clínica y sus necesidades particulares, se incrementa la efectividad de las intervenciones y se fortalece la relación de confianza. La atención continua, frecuentemente coordinada por profesionales de enfermería, posibilita un abordaje integral del cuidado en sus dimensiones biológica, emocional, social y cultural, facilitando así una adaptación positiva al proceso de maternidad.

Un punto de especial interés identificado en esta revisión es el rol de la enfermería en la promoción de la autonomía de la mujer. El fomento de la participación activa en la toma de decisiones, el respeto por las preferencias individuales y la entrega de información oportuna son elementos que fortalecen el sentido de control y protagonismo de la gestante sobre su salud. Esta perspectiva está alineada con los principios de los derechos sexuales y reproductivos, y responde a la necesidad de superar modelos biomédicos paternalistas que aún persisten en algunos servicios. La enfermera, en su rol de facilitadora del cuidado, tiene la capacidad de generar entornos donde la voz de la mujer sea escuchada y valorada en todas las etapas del proceso reproductivo.

No obstante, los resultados también evidencian barreras estructurales y organizativas que dificultan la implementación sistemática de estas buenas prácticas. Los estudios revisados identifican diversas barreras que dificultan la implementación de buenas prácticas, entre ellas la alta carga de trabajo del personal sanitario, la limitada disponibilidad de recursos humanos y materiales, la ausencia de protocolos uniformes, la inestabilidad del equipo asistencial y la insuficiente valorización del aporte enfermero en los entornos interdisciplinarios. Estos desafíos requieren ser abordados desde una perspectiva de política pública y gestión institucional, que reconozca la importancia estratégica de fortalecer el ejercicio profesional de la enfermería en el ámbito materno-infantil.

Por último, se debe destacar que, si bien los estudios incluidos aportan evidencia valiosa, existen limitaciones metodológicas que deben considerarse al interpretar los resultados. La mayoría de los trabajos revisados presentan un enfoque cualitativo o descriptivo, con muestras pequeñas o localizadas, lo que puede limitar la generalización de los hallazgos. Además, la diversidad de contextos geográficos y culturales representados exige prudencia al trasladar las recomendaciones a otros escenarios. Aun así, la convergencia de resultados en distintas realidades permite vislumbrar patrones comunes que refuerzan la validez de las conclusiones.

En conjunto, los resultados analizados destacan la relevancia de fortalecer y visibilizar el aporte de la enfermería en el acompañamiento del embarazo y el puerperio, no solo desde una perspectiva asistencial, sino también desde un enfoque educativo, preventivo y humanizado. La consolidación de buenas prácticas enfermeras en este campo requiere compromiso institucional, formación continua del personal, recursos adecuados y una cultura organizacional orientada a la calidad y la equidad en el cuidado de la salud materna.

Conclusión

La revisión bibliográfica realizada permite afirmar que las buenas prácticas en el cuidado enfermero durante el embarazo y el puerperio constituyen un componente esencial para la mejora de la salud materna y neonatal. A lo largo del análisis, se ha evidenciado que el rol de la enfermería va más allá de las acciones clínicas convencionales, incorporando dimensiones educativas, preventivas, emocionales y culturales que resultan fundamentales para una atención integral y centrada en la mujer.

Uno de los elementos más destacados es la capacidad del personal de enfermería para establecer una relación cercana y de confianza con las gestantes y puérperas, lo que facilita la detección temprana de factores de riesgo, la intervención oportuna ante complicaciones y el acompañamiento emocional durante todo el proceso reproductivo. El establecimiento de un vínculo cercano entre el personal de enfermería y las mujeres gestantes propicia su participación informada en las decisiones sobre su bienestar y el de sus hijos, lo cual impulsa una vivencia de la maternidad más autónoma, segura y respetuosa.

La incorporación de programas de preparación para la maternidad, el acompañamiento continuo con enfoque individualizado y la promoción de espacios de atención respetuosos y humanizados han mostrado ser intervenciones eficaces para fortalecer la independencia de la mujer, disminuir la ansiedad, prevenir alteraciones emocionales como la depresión postparto y propiciar experiencias más satisfactorias durante el parto y el puerperio. Estos resultados refuerzan la necesidad de consolidar el enfoque biopsicosocial en los cuidados enfermeros, en donde no solo se aborden aspectos fisiológicos, sino también las dimensiones emocionales y socioculturales que atraviesan la vivencia de la maternidad.

Sin embargo, también se identificaron desafíos relevantes que obstaculizan la implementación sistemática de estas buenas prácticas. Entre ellos destacan la sobrecarga laboral, la escasez de recursos, la falta de protocolos estandarizados y el limitado reconocimiento del papel estratégico de la enfermería en los equipos multidisciplinarios. Abordar estas barreras requiere el compromiso de los sistemas de salud, la inversión en políticas públicas orientadas a la calidad asistencial y la formación continua de los profesionales.

En este sentido, resulta indispensable fortalecer la presencia de la enfermería en los espacios de toma de decisiones, promoviendo una mayor visibilización de su aporte en los procesos de atención perinatal. De igual forma, es fundamental seguir generando evidencia científica que respalde la eficacia de las intervenciones enfermeras, mediante estudios rigurosos y con enfoques diversos que permitan comprender las necesidades cambiantes de las mujeres y sus familias en distintas realidades sociales y culturales.

En conclusión, el cuidado enfermero durante el embarazo y el puerperio, cuando se basa en prácticas fundamentadas en la evidencia, valores éticos y principios de equidad, se convierte en una herramienta poderosa para transformar la experiencia de la maternidad. Promover y garantizar estas buenas prácticas no solo mejora los indicadores clínicos, sino que también contribuye a la dignificación del proceso reproductivo y al fortalecimiento de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Por tanto, avanzar hacia un modelo de atención más humanizado, integral y participativo implica reconocer el valor del trabajo enfermero como eje articulador de un cuidado respetuoso, seguro y de calidad.

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Declaración de buenas prácticas:
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.