Cáncer cérvico-uterino detección oportuna desde la atención primaria
Las características especiales del cáncer cérvico-uterino hacen que éste sea, posiblemente, la neoplasia sobre la que más se haya estudiado en relación con su historia natural, lo cual ha hecho que mucho se haya avanzado en este campo.
Cáncer cérvico-uterino detección oportuna desde la atención primaria
Ensayo
AUTOR: Robert Augusto Ortega Villamagua1 Dra. Paulina Raquel Quinche-Granda 2, MsC. Dr. Daniel Ramón Gutiérrez-Rodríguez 3, Dra. Paola Guadalupe Ureña-Guachizaca 4, y MsC. Dra. Cleyne Rodríguez Pardillo 5.
1 Doctor en Medicina y Cirugía Postgradista en Medicina Familiar y Comunitaria
2 Dra. en Medicina. Residente de la especialidad de medicina familiar y Comunitaria.
3 Dr. En Medicina. Especialista de primer grado en Alergología. Especialista de primer y segundo grado en Medicina General Integral. Máster en Ciencias en Longevidad Satisfactoria. Coordinador de investigaciones del postgrado de Medicina Familiar Universidad Nacional de Loja.
4 Dra. en Medicina. Especialista En Atención Primaria de Salud, Residente de la especialidad de medicina familiar y Comunitaria.
5 Dr. en Medicina. Especialista de primer grado en Medicina General Integral. Máster en Ciencias en Longevidad Satisfactoria.
UNIVERSIDAD NACIONAL DE LOJA. AREA DE TALENTO HUMANO. POSTGRADO DE MEDICINA FAMILIAR
INTRODUCCIÓN
Desde 1969, Richart y Barron demostraron que existe un progreso citológico aparente hasta llegar al cáncer: comienza con neoplasia intracervical (NIC) I a NIC III y carcinoma insitu, hasta finalmente el cáncer invasor. Dichos autores publicaron los tiempos de transición citológicos, que empezaron con las lesiones de bajo grado, después las lesiones de alto grado, a los 3 ó 4 años siguientes, aparecerá el carcinoma in situ y más tarde el cáncer invasor; pero no todas las lesiones progresaron e, incluso, algunas regresaron. (Richart & Wright, 2003)
El cáncer cérvico-uterino (CCU) sigue teniendo enormes repercusiones para las mujeres de todo el mundo, según La Organización Mundial de la Salud (OMS) (Departamento de Salud Reproductiva e Investigaciones Conexas de la Organización Mundial de la Salud, 2007) en 2005 hubo más de 500 000 casos nuevos de cáncer cervical, de los cuales más del 90% ocurrieron en países en desarrollo.
Se estima que más de un millón de mujeres tienen actualmente cáncer cervical en todo el mundo, a la mayoría de ellas no se les ha diagnosticado o no tienen acceso al tratamiento que podría curarlas o prolongar sus vidas. En 2005, casi 260 000 mujeres murieron por esa enfermedad y cerca del 95% de esas muertes fueron en países en desarrollo, lo que hace del cáncer cervical uno de las amenazas más serias a la vida de las mujeres. (Cabezas Cruz, y otros, 2001)
Según la Sociedad Americana contra el Cáncer cada año en Estados Unidos se diagnostican más de 10000 nuevos casos de cáncer cervical y 3700 muertes por esta causa. (American Cancer Society, 2005)
En el año 2000, la Organización Mundial de la Salud (OMS) cifro en 470000 el número de mujeres que padecieron de cáncer cérvico-uterino, de ellas 233000 murieron por esta causa. Según las proyecciones de la OMS, en 2005 hubo más de 500 000 casos nuevos de cáncer cervical, de los cuales más del 90% ocurrieron en países en desarrollo. Se estima que más de un millón de mujeres tienen actualmente cáncer cervical en todo el mundo, a la mayoría de ellas no se les ha diagnosticado o no tienen acceso al tratamiento que podría curarlas o prolongar sus vidas. En 2005, casi 260 000 mujeres murieron por esa enfermedad y cerca del 95% de esas muertes fueron en países en desarrollo, lo que hace del cáncer cervical uno de las amenazas más serias a la vida de las mujeres. (Sankaranayanan, Mandhukar, & Rajkumar, 2001) En América Latina, según los datos disponibles en la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la incidencia estimada de neoplasias malignas del cuello uterino, ajustada, en el año 2000, se encontraba en un rango entre 10,3 (Puerto Rico) y 61,1 (Nicaragua), además de estos países, las demás cifras más bajas se reportaban en Uruguay (13,9) y Argentina (14,2) y las más altas en Ecuador (44,2) y Bolivia (58,1); Cuba, en ese año, tenía una incidencia de 23,9. (Organización Panamericana de la Salud, 2007)
En Perú, el cáncer cérvico-uterino constituye la principal causa de muerte por cáncer entre las mujeres. La tasa estimada de incidencia del cáncer cérvico-uterino es de 48,2 por 100.000 y la tasa estimada de mortalidad es de 24,6 por 100.000. (Departamento de Salud Reproductiva e Investigaciones Conexas de la Organización Mundial de la Salud, 2007)
El cáncer cérvico-uterino constituye una prioridad nacional y hace ya más de 30 años que existen servicios de tamizaje. En 1998 el Ministerio de Salud empezó aplicar el Plan Nacional para la Prevención del Cáncer Ginecológico, que incluía cáncer de mama y cáncer cérvico-uterino. En el 2000, se publicó el Manual de Normas y Procedimientos para la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, que incluye además de la prueba de Papanicolaou, la Inspección Visual con Acido Acético como método de tamizaje y la crioterapia como método de tratamiento. El cáncer cervical resulta muy frecuente entre los tumores malignos ginecológicos y es una de las 5 primeras localizaciones de cáncer en Cuba. Su distribución mundial demuestra la estrecha relación que guarda con el nivel de desarrollo socioeconómico pues su incidencia tiende a disminuir en los países desarrollados y permanece alta en los países subdesarrollados Es uno de los pocos cánceres para los que existe un diagnóstico preclínico técnicamente sencillo, con el que pueden detectarse y tratarse tempranamente; mediante el test de Papanicolaou se pueden detectar tanto lesiones pre cancerosas como la neoplasia incipiente. (Instituto Nacional de Cancerología, 1999)
La experiencia en los países desarrollados ha