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Clasificación inicial de víctimas en catástrofes

  • Dinámico: Manteniendo una cadena de atención ininterrumpida, eficiente, regular, sin interrupciones dilatadas.
  • Permanente, reevaluando de manera continua a cada víctima.
  • Adaptado al número de pacientes, el nivel de preparación de quien realiza el triaje y los medios disponibles.
  • Rápido: 30 segundos para identificar a una víctima como muerta, 1 minuto como leve y 3 minutos para clasificarla como grave o muy grave.
  • Completo: ninguna víctima debe evacuarse antes de ser clasificada a excepción de oscuridad, meteorología adversa o riesgo potencial para el reanimador y el paciente.
  • Preciso y seguro: Las categorías de prioridad deben de quedar bien establecidas, empleando una terminología uniforme. Ante la duda, incluir a la víctima en una categoría asistencial superior.
  • Personalizado
  • Socialmente aceptable.
  • En sentido anterógrado: no se volverá hacia atrás hasta haber examinado a todos.

El método START:

El método START (Simple Triage and Rapid Treatment) fue desarrollado en 1984 por un grupo de trabajo de médicos, enfermeras y bomberos destinado a la clasificación de heridos en accidentes de múltiples víctimas por parte de personal no sanitario. Su desarrollo permitía que los primeros intervinientes evaluasen en menos de 60 segundos cada paciente en esta clase de accidentes.

Es un método funcional sencillo, rápido de aplicar y con una alta sensibilidad en la detección de heridos graves. Como inconvenientes, tiende a clasificar por exceso la gravedad de los heridos, y no es tan sensible en la edad pediátrica precoz.

El método START es especialmente útil como primer triaje, y debe de ser aprendido por todos los profesionales dedicados a las urgencias y emergencias que puedan convertirse en primeros intervinientes en caso de catástrofe: médicos, enfermeros, técnicos, policías, bomberos…

El método evalúa cuatro sencillos parámetros: Si el paciente deambula, respiración, perfusión y mental.

Durante la realización del triaje sólo se permite la realización de dos medidas salvadoras: abrir la vía aérea y cohibir hemorragias. Para abrir la vía aérea se permite la posición lateral de seguridad incluso en pacientes traumatológicos.

La realización del triaje debe de ser fluido, continuo y ordenado.

El procedimiento para la clasificación de víctimas según este método es el siguiente, teniendo en cuenta que una vez establecida la prioridad (color), no se continua evaluando al paciente, sino que se pasa a clasificar a otra víctima.:

  1. Se pide a los pacientes que se levanten y caminen. Aquellos que lo entiendan y sean capaces de cumplir la órden serán clasificados como VERDE, y por lo tanto, pueden esperar.
  2. Si no comprenden la orden o no pueden caminar, se cuentan las respiraciones.
    1. Si no respira se abre vía aérea. Si así respira, será clasificado como ROJO; se le dejará en posición lateral de seguridad y se continuará la clasificación de otras víctimas. Si al abrir la vía aérea no respira, el paciente es NEGRO, y por lo tanto, fallecido.
    2. Si la frecuencia respiratoria es superior a 30, el paciente será ROJO.
    3. Si la frecuencia respiratoria es inferior a 30, se continuará evaluando la perfusión.
  3. Si no tiene pulso radial o su frecuencia cardiaca es superior a 120, el paciente será ROJO. Si presenta pulso radial y su frecuencia cardiaca es inferior a 120, se valorará el estado mental.
  4. El estado mental se evalúa con dos preguntas simples. Si no responde o está confuso, será ROJO. Si responde adecuadamente es AMARILLO.

El método START está reconocido internacionalmente, siendo uno de los más utilizados por los servicios de emergencias extrahospitalarias gracias a su facilidad de uso.

El método short:

Las letras del acrónimo SHORT son las iniciales de los pasos a seguir:

S: sale caminando

H: habla sin dificultad

O: Obedece órdenes sencillas

R: Respira

T: Taponar hemorragias

El método SHORT no requiere control de constantes vitales ni la realización de cálculos numéricos, por lo cual es un método sencillo que permite ahorrar tiempo y agilizar así el triaje. La sencillez de su uso permite la utilización por personal no sanitario con una mínima formación en el mismo.

En estudios comparativos del método SHORT con otras escalas, se ha demostrado que es eficaz para discriminar de manera genérica a las víctimas en estado crítico, siendo útil para personal no adiestrado en la exploración clínica. El número de falsos positivos es muy bajo. Como limitaciones, no es eficaz ante personas mudas, con afasias previas, con un importante estado de shock emocional ni en edades pediátricas precoces.

Así este método funciona de la siguiente manera, recordando taponar hemorragias graves durante el proceso:

  1. Si la víctima puede caminar, se le asignará el color VERDE. Si no puede caminar se pasará a evaluar el siguiente apartado
  2. Si la víctima habla sin dificultad y obedece órdenes sencillas (ambas cosas) se le asignará el color AMARILLO. En caso de que una de las dos cosas no la pueda realizar se pasará al siguiente apartado.
  3. Si el paciente respira y muestra signos de circulación, se le asignará el color ROJO, en caso contrario, el color NEGRO.

Los colores tienen el mismo significado explicado en otras clasificaciones.

Tarjetas de identificación:

Las tarjetas de triaje sirven para clasificar a las víctimas en los mismos colores establecidos en el Código Internacional de Colores. Deben de ser colocadas a la víctima en cuello, muñeca o tobillo, nunca en la ropa, y deberán de mantenerse con el paciente hasta el hospital. Su uso es necesario para asegurar un cuidado continuo. Este método es de fácil visibilidad, y permite la identificación rápida de los datos del paciente y la prioridad otorgada para su tratamiento y transporte.

Cada tarjeta debe de contener los siguientes datos:

  • Nombre y dirección del paciente
  • Edad y sexo
  • Señalización de las zonas lesionadas en un diagrama
  • Administración de medicación

El uso de estas tarjetas ofrece grandes ventajas: Permite controlar la asistencia y evitar así la duplicidad de esfuerzos, establecer un flujo ordenado de las víctimas, controlar la cadena de evaluación, controlar los pacientes que van a cada hospital y evitar las evacuaciones salvajes y desorganizadas. La tarjeta de clasificación es más un elemento organizativo que asistencial. Sin embargo su uso no carece de inconvenientes, ya que no siempre se dispone de ellas cuando se necesitan, se puede producir su pérdida durante el traslado de los pacientes, se deterioran con la humedad, y es necesario utilizar una letra legible para que sean eficaces.

Conclusiones:

Un adecuado triaje desde el primer momento es esencial para reducir las cifras de morbi-mortalidad en caso de incidentes múltiples, por ello el conocimiento de los métodos simples de triaje (tipo SHORT o START) es importante para todo el personal que puede ser primer interviniente en una catástrofe para poder hacer una primera clasificación. Estos métodos son sencillos de aprender y de utilizar, también bajo presión. Una clasificación más especializada en el puesto médico avanzado es esencial para establecer la rueda de traslados. La introducción de la categoría de “insalvables” o “expectantes”, si bien es muy lógica desde el punto de vista teórico, contiene unas implicaciones morales para aquella persona responsable de realizar la clasificación, que requiere que sea alguien con gran conocimiento y experiencia en este tipo de desastre, lo cual no es habitual dado el carácter excepcional de la situación por definición.

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