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Valoración clínica y técnicas diagnósticas en el cáncer de pulmón

Una vez completado el estudio con técnicas de imagen, hay que realizar una fibrobroncoscopia, para completar la estadificación. La broncoscopia consiste en la exploración directa del árbol bronquial, mediante un sistema de fibra óptica, para ello utilizamos un broncoscopio, tubo delgado que se inserta por la nariz o la boca y permite visualizar el interior del árbol tráqueo-bronquial. Esta técnica es de suma importancia para la correcta estadificación del tumor, para estudiar su resecabilidad y posibilitar la obtención de material para su análisis anatomo-patológico, proceso denominado biopsia, y así llegar a un diagnostico definitivo. Cuando no es posible realizar la biopsia por este método, por ejemplo porque el tumor es muy periférico, se puede tomar la misma a través de los bronquios (punción transbronquial) o con una punción a través de la pared torácica (punción transtorácica).

Baena y Ojeda (1992) han informado sobre el valor del lavado bronquial pre y post biopsia y cepillado. El aspirado subcarinal es un método de utilidad para la estadificación.

Menos exacto, aunque muchas veces orientativo, es el estudiar al microscopio la existencia de células tumorales en los esputos (citología del esputo). Es un método más sencillo y menos agresivo que permite el diagnóstico histológico, aunque esto no evita la necesidad de broncoscopia. El análisis de tres esputos seriados permite establecer el diagnóstico entre el 20 y el 70% de los casos. Cuando no es posible obtener un diagnostico histológico, debido a la localización o al tamaño de la lesión, se procederá a realizar una toracotomía.

En ocasiones hay que realizar otros procedimientos diagnósticos más agresivos, para descartar la presencia de tumor en los ganglios linfáticos situados en el mediastino, algo que puede ser de extraordinaria relevancia a la hora de plantear un tratamiento quirúrgico. La mediastinoscopia es una intervención que se realiza bajo anestesia general, y consiste en practicar una incisión en la piel de la parte superior del esternón e insertar un tubo delgado e iluminado en el pecho. Se pueden tomar muestras de tejido y de nódulos linfáticos para una biopsia.

La mediastinoscopia cervical, permite la exploración del espacio pretraqueal hasta las regiones parahiliares y la toma de biopsias hiliomediastinales, con una morbilidad mínima. La mediastinostomía anterior o mediastinotomía paraesternal se practica a través de una incisión a nivel del segundo espacio intercostal sobre la línea paraesternal con resección de un fragmento de 1 cm del segundo o tercer cartílago. El procedimiento permite la exploración y biopsia de las regiones para-aórticas y subcarinales inferiores.

En ocasiones, puede ser recomendado la realización de otros estudios diagnósticos adicionales en función de los hallazgos o síntomas, como puede ser una espirometría para conocer su función respiratoria.

A partir de estas pruebas diagnósticas podemos conocer los diferentes estadios en los que puede encontrarse el cáncer de pulmón. Es necesario conocerlos para así poder establecer un pronóstico y plantear las posibilidades terapéuticas. Para ello existe una normativa internacional conocida como TNM. Estas siglas hacen referencia a tres aspectos del cáncer: la T se refiere al tamaño y localización del tumor, la N a la afectación de los ganglios linfáticos y la M a la afectación o no de otros órganos. A partir de esto, diferenciamos los cuatro estadios del cáncer:

  • En la etapa I, el cáncer sólo se encuentra en el pulmón y rodeado de tejido normal. En esta etapa no están afectados los ganglios linfáticos, ni tampoco existen metástasis en otras localizaciones.
  • En la etapa II, el cáncer se ha diseminado a ganglios linfáticos cercanos o puede afectar a la pleura visceral. Se divide en etapa IIA y etapa IIB, según el tamaño del tumor y la presencia de afectación o no de los ganglios linfáticos.

Los pacientes con tumores en estadio I y II son potencialmente candidatos a cirugía y tienen el mejor pronóstico.

  • En la etapa III, el cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos del mediastino, a los ganglios linfáticos del pulmón contrario o los ganglios del cuello. Asimismo, puede afectar a estructuras del tórax como el diafragma, pleura mediastínica o pericardio. Se divide en etapa IIIA (que algunas veces se trata con cirugía) y etapa IIIB (que en raras ocasiones se trata con cirugía).

Este grupo en general, recibe tratamiento con radioterapia o con radioterapia más quimioterapia, aunque algunos pacientes pueden ser tratados eficazmente solo con cirugía. En aquellos pacientes con derrame pleural maligno se administra quimioterapia exclusiva.

  • En la etapa IV, el cáncer se ha diseminado a otras partes del organismo, incluyendo a otros lóbulos del mismo o del otro pulmón; es lo que se denomina metástasis a distancia.

Este grupo puede tratarse con radioterapia o quimioterapia para aliviar los síntomas. La quimioterapia mejora la calidad de vida del paciente y, frecuentemente, prolonga la supervivencia.

Además podemos encontrar otras formas diferentes de clasificar los tumores, aunque la más aceptada a nivel internacional es el sistema TNM según lo muestra la literatura científica. Por ejemplo, el cáncer de pulmón de célula pequeña utiliza otra clasificación que divide a los pacientes en:

  • Enfermedad limitada: el cáncer se localiza únicamente en un pulmón o en los ganglios linfáticos cercanos (regionales) del mismo lado del tórax. Suele encontrarse confinado en un área que es lo suficientemente pequeña como para ser tratada con radioterapia.
  • Enfermedad diseminada: el cáncer se ha extendido al otro pulmón, a los ganglios linfáticos del otro lado del tórax o a órganos distantes.

Conclusión: El cáncer de pulmón tiene síntomas principales como son la tos, la hemoptisis, el dolor torácico, etc. Cuando aparecen estos síntomas hay que realizar técnicas diagnósticas, que comienzan por pruebas radiológicas, y una exploración. Seguidas de análisis anatomo-patológicos. A partir de estas pruebas diagnósticas se conocen los diferentes estadios en los que puede encontrarse el cáncer de pulmón, y establecer un diagnostico y tratamiento. La clasificación internacional utilizada para el cáncer es la TNM, a partir de la cual diferenciamos los cuatro estadios del cáncer.

Bibliografía:

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