Atención enfermera en la colocación de una sonda Sengstaken-Blakemore
RESUMEN:
La hemorragia digestiva alta es una patología que requiere una rápida intervención por parte de los profesionales del hospital. Generalmente cursa con melenas y hematemesis grave derivado de diferentes causas: úlceras pépticas, tumores, coagulopatías, varices esofágicas, etc.
AUTORES:
Rosa María Zamorano Antonio. DUE. Master Oficial en Cuidados Críticos. Servicio de Dermatología. Hospital Universitario de Torrejón. Madrid.
Amparo Camacho Reyes. DUE. Oncología pediátrica. Hospital Universitario La Paz de Madrid.
María del Rocío Ruiz Calzado. DUE. Hospital Reina Sofía. Facultad de Enfermería de Córdoba.
PALABRAS CLAVE: Enfermería, sonda, sengstaken, atención enfermera.
De todas estas causas, la más grave son las varices esofágicas, que requieren una intervención inmediata por parte de los profesionales involucrados en el proceso. Estas se encuentran presentes en el 60 % de los pacientes cirróticos.
DESARROLLO:
La sonda de Sengstaken-Blakemore consiste en una sonda con tres luces (ver IMAGEN 1.):
- una luz para lavado gástrico
- una luz gástrica con un balón
- una luz esofágica con un balón
Esta sonda está indicada en pacientes con diagnóstico de hemorragia por varices esofágicas en las cuales la ligadura mediante bandas o escleroterapia no están disponibles o han fracasado, con el objetivo de realizar hemostasia, drenar la cavidad gástrica e introducir medicamentos. Sin embargo, está contraindicada en pacientes con cirugía esofágica reciente o estenosis esofágica.
El material necesario para su colocación es el siguiente:
- Agua y jabón
- Mesa auxiliar
- Sonda de Sengstaken-Blakemore
- lubricante
- Jeringa de 50ml cono ancho
- pinzas
- Manómetro (hemos de ver cual utilizamos porque no conectaba ninguno)
- bata
- Mascarilla
- Guantes estériles y no estériles
- Fonendoscopio
- Paños, gasas y compresas
- Esparadrapo
- Batea
- Bolsas de aspiración y soporte
- Cuerda y pesas para hacer tracción si es necesario
El procedimiento de colocación de la sonda sería el siguiente:
- Se informará al paciente de la técnica a realizar.
- El paciente se colocará en posición sentada o semifowler.
- Lavado correcto de manos.
- Comprobar la integridad de los balones con agua y aire.
- Colocarse bata, mascarilla y guantes.
- Lubricar la sonda.
- Introducir la sonda con los balones deshinchados por una fosa nasal con presión firme hasta que la punta este en la faringe posterior.
- Animar al paciente a que trague o darle a beber un poco de agua, indicándole que la retenga en la boca hasta que se le indique.
- Introducir la sonda hasta la marca de 50cm, midiendo previamente a su colocación.
- Confirmar que la sonda está en estómago con una jeringa de 50ml aspirando contenido gástrico o inyectar 20ml de aire auscultando con el fonendoscopio. Si la sonda está bien colocada se oirá un borboteo. Si no se ausculta nada hay que retirar la sonda e introducirla nuevamente.
- Inflar lentamente el balón gástrico con 50-100ml de aire. Si el paciente se queja de dolor podría indicar que el balón se encuentra a nivel del esófago. Si fuera así, desinflar e introducir la sonda 10cm más. Repetir proceso.
- Inflar por completo el balón gástrico (200-250ml de aire). Pinzar
- Tirar de la sonda hasta notar resistencia
- Ejercer tensión suave por medio de una cuerda y un peso de 0,5 a 1kg unido a la sonda.
- Marcar la longitud de la sonda a la salida del orificio nasal con esparadrapo.
- Comprobar la posición de la sonda con una radiografía.
- Realizar un lavado gástrico. Si no hay datos de sangrado activo, el balón esofágico puede permanecer desinflado.
- Si el sangrado persiste, inflar el balón esofágico hasta una presión de 35 a 45mmHg (150ml de aire aproximadamente). Comprobar la presión con un manómetro y pinzar.
- Verificar que el paciente no se queje de dolor retroesternal, lo que indicaría que la presión del balón es muy alta.
- Conectar la sonda a bolsa o aspiración según indicación médica.
Los cuidados enfermeros tras la inserción de la sonda son:
- Colocar al paciente en posición cómoda.
- Control estricto del paciente y sus signos vitales.
- Vigilar la tracción de la sonda, fugas de balón y desplazamiento.
- Realizar lavados gástricos para mantener la sonda permeable.
- Comprobar la presión de los balones y la situación del punto de marcado a la salida del orificio nasal.
- Aspirar secreciones si las hubiera.
- Mantener la presión 72 horas como máximo.
- Desinflar el balón esofágico 30 minutos cada 12 horas para evitar la necrosis de la mucosa esofágica.
- Si hay control de la hemorragia, a las 24 horas se desinfla el balón esofágico y se suelta la tracción y si a las 36-48 horas no hay sangrado se desinfla el balón gástrico sin retirar la sonda.
- Retirar la sonda si no hubiera sangrado en las siguientes 24 horas.
- Los balones se inflan con aire, nunca se debe utilizar agua ni otra solución, ya que el peso deforma el balón y la tracción no se produce de manera uniforme en las varices que convergen en esta región.
- La retirada de la sonda puede producir sangrado.
- Si accidentalmente el balón se desplaza cuando esta insuflado, se debe actuar rápidamente cortando la sonda para evitar problemas de asfixia u otra complicación.
Las principales complicaciones que nos podemos encontrar son:
- Dolor torácico.
- Obstrucción de la vía aérea.
- Dificultad para su inserción.
- Difícil control del sangrado.
- Neumonía por aspiración.
- Rotura esofágica.
- Mediastinitis
- Necrosis o erosión esofágica.
CONCLUSIONES:
La colocación de una sonda Sengstaken-Blakemore resulta imprescindible en el manejo del paciente que acude al hospital con varices esofágicas sangrantes. Es de vital importancia conocer bien el procedimiento de su colocación y manejo por parte del personal de Enfermería.
Esta técnica podría salvar la vida a un enfermo mientras se logra estabilizar y hacer un tratamiento definitivo.
IMAGEN 1.
BIBLIOGRAFÍA:
- Colocación y cuidados de la sonda de Sengstaken-Blakemore. Comisión de cuidados del área de Salud de Badajoz. Elaboración Uci del Hospital Infanta Cristina de Badajoz. Revisión Diciembre 2010. Disponible en: areasaludbadajoz.com.
- Bohnacker S, Maydeo A, Soehendra N. variceal bleeding and portal hypertension: still a therapeutic challenge? Endoscopy 1999; 31 (1): 26-37.
- S Ghosh1, Watts D and M Kinnear. Management of gastrointestinal haemorrhage. Postgraduate Medical Journal 2002; 78:4-14