Comparación entre la inmovilización y el vendaje funcional en el tratamiento del esguince de tobillo: revisión bibliográfica en enfermería
Autora principal: Marta Gascón Sánchez
Vol. XX; nº 16; 884
Comparison between immobilization and functional bandage in the treatment of ankle sprains: literature review in nursing
Fecha de recepción: 20 de julio de 2025
Fecha de aceptación: 19 de agosto de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 16 – Segunda quincena de Agosto de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 16; 884
Autores:
Marta Gascón Sánchez, Enfermera Especialidad HOP Teruel, Hospital Obispo Polanco de Teruel, España.
Irene Sanz Gómez, Enfermera Especialidad HOP Teruel, Hospital Obispo Polanco de Teruel, España.
Irene Torán Bellido, Enfermera Especialidad HOP Teruel, Hospital Obispo Polanco de Teruel, España.
Andrea Ibáñez Romero, Enfermera Especialidad HOP Teruel, Hospital Obispo Polanco de Teruel, España.
Patricia Cortés Egeda, Enfermera Especialidad HOP Teruel, Hospital Obispo Polanco de Teruel, España.
Ana María Luca Simón, Enfermera Especialidad HOP Teruel, Hospital Obispo Polanco de Teruel, España.
Resumen
El esguince de tobillo es una lesión frecuente que representa una proporción significativa de las consultas en urgencias. Su tratamiento adecuado es clave para evitar secuelas funcionales. Existen dos enfoques conservadores principales: la inmovilización rígida y el vendaje funcional. El rol de la enfermería es fundamental tanto en la aplicación como en el seguimiento de estas intervenciones.
El objetivo fue comparar la eficacia clínica del vendaje funcional frente a la inmovilización en el tratamiento de esguinces de tobillo grado I y II, e identificar implicaciones para la práctica de enfermería. Se realizó una revisión bibliográfica integrativa en bases de datos como PubMed, CINAHL, Scopus y Cochrane. Se incluyeron artículos en inglés y español publicados entre 2013 y 2024.
La mayoría de los estudios revisados favorecen el vendaje funcional por sus beneficios en la recuperación funcional, reducción del dolor, prevención de recaídas y mejora de la calidad de vida. El personal de enfermería desempeña un papel clave en la correcta aplicación del tratamiento y la educación del paciente.
Como conclusión, el vendaje funcional es la opción terapéutica preferente para esguinces leves y moderados. Su implementación adecuada por parte del personal de enfermería mejora significativamente los resultados clínicos.
Palabras clave
esguince de tobillo, vendaje funcional, inmovilización, enfermería, recuperación funcional.
Abstract
Sprained ankle is a common injury that accounts for a significant proportion of emergency room visits. Its proper treatment is key to preventing functional sequelae. There are two main conservative approaches: rigid immobilization and functional bandaging. The role of nursing is fundamental in both the implementation and follow-up of these interventions.
The objective was to compare the clinical efficacy of functional bandages versus immobilization in the treatment of grade I and II ankle sprains, and identify implications for nursing practice. An integrative literature review was performed in databases such as PubMed, CINAHL, Scopus and Cochrane. Included articles in English and Spanish published between 2013 and 2024.
Most of the reviewed studies favor functional bandaging for its benefits in functional recovery, pain reduction, relapse prevention and improved quality of life. Nurses play a key role in the correct application of treatment and patient education.
In conclusion, functional bandaging is the preferred therapeutic option for mild to moderate sprains. Its proper implementation by nursing staff significantly improves clinical outcomes.
Keywords
ankle sprain, functional bandage, immobilization, nursing, functional recovery.
Introducción
El esguince de tobillo representa una de las lesiones musculoesqueléticas más comunes tanto en contextos deportivos como en la vida cotidiana. Se estima que hasta un 20% de las lesiones atendidas en los servicios de urgencias están relacionadas con traumatismos de tobillo, siendo los esguinces laterales –específicamente los del ligamento peroneoastragalino anterior– los más frecuentes. Aunque en muchos casos se considera una lesión leve, su abordaje terapéutico adecuado es esencial para evitar complicaciones a medio y largo plazo, como la inestabilidad crónica del tobillo, el dolor persistente, o el aumento del riesgo de recaídas.
Desde el punto de vista fisiopatológico, el esguince ocurre cuando se produce una distensión o ruptura parcial de los ligamentos que estabilizan la articulación tibiotarsiana, generalmente como resultado de un movimiento de inversión forzada del pie. Esta lesión suele clasificarse en tres grados de severidad: el grado I implica un estiramiento leve sin ruptura ligamentosa; el grado II incluye desgarros parciales; y el grado III representa una ruptura completa del ligamento, que en ocasiones requiere tratamiento quirúrgico. La mayoría de los esguinces tratados en atención primaria y servicios de enfermería corresponden a grados I y II, los cuales son susceptibles de manejo conservador.
En la práctica clínica, existen dos enfoques principales para el tratamiento conservador: la inmovilización rígida (mediante férulas, yesos u ortesis) y el vendaje funcional, que permite cierto grado de movimiento articular controlado. La inmovilización se ha utilizado históricamente como el estándar inicial en lesiones agudas con el objetivo de reducir el dolor, limitar el movimiento y proteger la articulación durante la fase inflamatoria. Sin embargo, estudios recientes han cuestionado esta estrategia al asociarla con mayores tiempos de recuperación, rigidez articular, pérdida de masa muscular y dificultad para retomar la actividad física.
Por otro lado, el vendaje funcional –como las cintas de kinesiotape, los vendajes elásticos en ocho o los dispositivos semirrígidos– ha demostrado ventajas en la recuperación funcional temprana, al permitir una carga progresiva y mantener el estímulo propioceptivo durante el proceso de cicatrización ligamentosa. Este tipo de tratamiento se alinea con las actuales tendencias en rehabilitación activa, las cuales promueven el movimiento controlado desde etapas tempranas como medio para evitar secuelas y fomentar una recuperación más eficaz.
En este contexto, el rol de enfermería cobra particular relevancia. Los profesionales de enfermería, especialmente en áreas como urgencias, atención primaria y medicina del deporte, son frecuentemente los encargados de realizar el triaje inicial, aplicar las técnicas de vendaje, educar al paciente sobre el autocuidado y monitorear la evolución clínica de la lesión. Por ello, es fundamental que el personal de enfermería conozca las indicaciones, ventajas y limitaciones de cada tipo de tratamiento, así como las habilidades prácticas para aplicar vendajes funcionales de forma segura y eficaz.
Además, la elección entre inmovilización o vendaje funcional no solo debe basarse en la severidad de la lesión, sino también en factores individuales como la edad del paciente, el nivel de actividad física, las comorbilidades asociadas y el acceso a seguimiento clínico. En muchas ocasiones, los vendajes funcionales pueden ser una alternativa más viable y efectiva, siempre que se realice una evaluación adecuada y se cuente con la educación suficiente para garantizar su correcto uso.
Diversas guías clínicas internacionales, como las del National Institute for Health and Care Excellence (NICE) y la guía de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), recomiendan cada vez más el uso de estrategias funcionales en el manejo de esguinces grado I y II, reservando la inmovilización para casos más graves o inestables. Esta tendencia ha influido directamente en los protocolos de atención enfermera, los cuales buscan combinar efectividad clínica con un enfoque centrado en el paciente y la autonomía funcional.
La presente revisión bibliográfica tiene como propósito analizar la evidencia científica existente respecto al uso de inmovilización versus vendaje funcional en el tratamiento del esguince de tobillo. Asimismo, se pretende identificar las implicaciones de esta elección terapéutica en la práctica enfermera y su repercusión en el proceso de recuperación. Comprender cuál de estas estrategias ofrece mejores resultados clínicos es esencial no solo para optimizar los cuidados de enfermería, sino también para reducir la morbilidad y mejorar la calidad de vida de los pacientes que sufren este tipo de lesiones.
Objetivos
Comparar la efectividad clínica entre la inmovilización y el vendaje funcional en el tratamiento del esguince de tobillo.
Analizar el impacto de cada intervención en el tiempo de recuperación y reincorporación funcional.
Evaluar las implicaciones del rol de enfermería en la aplicación y seguimiento de estas intervenciones.
Metodología
Se llevó a cabo una revisión bibliográfica de la literatura. Se consultaron las bases de datos PubMed, Scopus, CINAHL, Cochrane Library y LILACS entre febrero y julio de 2025. Se utilizaron términos MeSH y descriptores en salud: ankle sprain, functional bandage, immobilization, nursing care y rehabilitation.
Se incluyeron estudios en inglés o español, que compararan vendaje funcional versus inmovilización rígida (férula, yeso, ortesis) en esguinces de tobillo grados I y II. Se excluyeron lesiones grado III, fracturas asociadas y estudios enfocados en intervenciones quirúrgicas. La calidad metodológica se evaluó con la herramienta CASPe.
Tras aplicar los criterios de selección, se incluyeron 13 artículos en total.
Resultados
La revisión bibliográfica incluyó un total de 13 estudios, entre ellos ensayos clínicos aleatorizados (ECA), revisiones sistemáticas, guías de práctica clínica y estudios observacionales que abordaron la comparación entre la inmovilización y el vendaje funcional en el tratamiento de esguinces de tobillo grados I y II. En conjunto, los hallazgos indican que el vendaje funcional ofrece ventajas clínicas y funcionales significativas sobre la inmovilización rígida, especialmente en los primeros 4 a 6 semanas posteriores a la lesión.
En estudios como el de Lamb et al. (2009), un ensayo clínico multicéntrico publicado en The Lancet, se observó que los pacientes tratados con un vendaje funcional semirrígido (como ortesis tipo Aircast) presentaron una recuperación más rápida, menor dolor residual y un retorno a la actividad física en menor tiempo, en comparación con aquellos tratados con yeso o férula. Asimismo, el grupo que utilizó inmovilización presentó mayor rigidez articular y más complicaciones leves, como edema persistente o pérdida de rango de movimiento.
Otro metaanálisis importante, realizado por Doherty et al. (2017), analizó más de 20 estudios con una muestra total superior a 2.000 pacientes. En él se concluyó que la inmovilización rígida se asocia con un mayor riesgo de inestabilidad crónica del tobillo y recidivas, mientras que el vendaje funcional mejora significativamente la propiocepción y estabilidad postural. Esto tiene implicaciones directas sobre la funcionalidad y sobre la prevención de futuras lesiones, especialmente en pacientes jóvenes o deportistas.
Además, se identificó que el uso de vendajes funcionales permite una mayor movilidad desde fases tempranas, lo cual estimula la circulación, reduce el edema y disminuye el riesgo de trombosis venosa profunda, una complicación asociada a la inmovilización prolongada. Esta movilidad temprana también favorece la conservación de la masa muscular y facilita la rehabilitación posterior, elementos que resultan clave en el enfoque actual de recuperación activa.
En varios estudios incluidos, se destaca también el papel de la enfermería como factor decisivo en la aplicación y efectividad del tratamiento. Además, el personal de enfermería entrenado en técnicas de vendaje funcional logra una aplicación más uniforme y segura, lo que se traduce en mejores resultados clínicos y mayor satisfacción del paciente. Asimismo, la educación proporcionada por el equipo de enfermería sobre el uso del vendaje, el apoyo al caminar y los ejercicios de movilidad temprana incide directamente en la reducción del dolor y en la mejora de la función del tobillo.
En cuanto al dolor reportado por los pacientes, varios estudios coinciden en que la diferencia no es clínicamente significativa en las primeras 48 horas, pero a partir del tercer día, quienes fueron tratados con vendaje funcional refieren menos molestias y mayor capacidad para apoyar el pie afectado.
Cabe destacar que, en ciertos estudios, como el de Vuurberg et al. (2018), se propone un enfoque mixto en casos de esguince grado II, donde se recomienda inmovilizar de forma breve (2-3 días) con el objetivo de controlar el dolor agudo, y luego pasar a un tratamiento funcional con vendaje elástico o semirrígido. Este enfoque progresivo ha demostrado ser útil para combinar el beneficio analgésico inicial con las ventajas del vendaje funcional.
Desde el punto de vista de la calidad de vida, los pacientes tratados con vendaje funcional reportaron mayor autonomía, mejor adherencia al tratamiento y una percepción más positiva del proceso de recuperación. Estos factores también impactan en aspectos psicosociales como el retorno al trabajo o la práctica deportiva, especialmente en población joven o activa.
Por otro lado, los estudios que apoyan la inmovilización lo hacen en contextos específicos: pacientes mayores, lesiones con sospecha de inestabilidad grave, o falta de acceso a seguimiento clínico adecuado. En estas situaciones, la inmovilización puede brindar mayor contención inicial, aunque debe evaluarse el riesgo de rigidez y la necesidad de fisioterapia posterior.
En resumen, los resultados de la literatura revisada respaldan de manera consistente que el vendaje funcional es más efectivo que la inmovilización rígida en esguinces leves y moderados, en términos de recuperación funcional, tiempo de reintegro a la actividad y prevención de complicaciones. Además, se evidencia que el rol del personal de enfermería es fundamental en la correcta aplicación, monitoreo del tratamiento y educación del paciente, lo que refuerza la importancia de la formación específica en técnicas de contención funcional y en protocolos de seguimiento clínico.
Conclusión
A partir de la revisión bibliográfica realizada, se concluye que el vendaje funcional representa una alternativa terapéutica más efectiva y segura que la inmovilización rígida en el tratamiento conservador de esguinces de tobillo de grado I y II. La evidencia demuestra que este enfoque favorece una recuperación más rápida, mejora la funcionalidad del tobillo, reduce el dolor a mediano plazo y disminuye el riesgo de complicaciones como la rigidez articular, la atrofia muscular y la inestabilidad crónica. Además, promueve una reintegración más temprana a las actividades cotidianas y deportivas, lo que impacta positivamente en la calidad de vida del paciente.
Desde el ámbito de la enfermería, el uso del vendaje funcional no solo requiere conocimientos técnicos específicos para su correcta aplicación, sino también habilidades educativas para capacitar al paciente en el uso del soporte, las medidas de autocuidado y la prevención de recaídas. La enfermería desempeña un papel crucial en el seguimiento clínico, la identificación de signos de alerta y la promoción de una recuperación activa.
En este sentido, se recomienda fomentar la formación continua del personal de enfermería en técnicas de vendaje funcional, así como la inclusión de protocolos basados en evidencia para optimizar la atención integral del paciente con esguince de tobillo.
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