Inicio > Endocrinología y Nutrición > Consumo de azúcar y su asociación con el estado anímico en estudiantes Universitarios

Consumo de azúcar y su asociación con el estado anímico en estudiantes Universitarios

Consumo de azúcar y su asociación con el estado anímico en estudiantes Universitarios

Autora principal: Ciciolil Morales Moreno

Vol. XVI; nº 7; 320

Sugar consumption an its association with mood in Universitary students

Fecha de recepción: 27/10/2020

Fecha de aceptación: 12/04/2021

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVI. Número 7 –  Primera quincena de Abril de 2021 – Página inicial: Vol. XVI; nº 7; 320

Autores:

Ciciolil Morales Moreno, Enrique Cerón Ferrer, Elizabeth Verde Flota, Fernanda Negrete Fonseca, Viviana González Marín.

Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Xochimilco. Ciudad de México, México.

Resumen

Introducción: Los carbohidratos son compuestos orgánicos formados por carbono, hidrógeno y oxígeno. La sacarosa es un carbohidrato tipo disacárido, aunque su consumo es necesario para el desarrollo de diversas funciones en el metabolismo celular, su ingesta excesiva puede ser nociva para la salud. Diversos autores sugieren que existe una relación entre el consumo de azúcares y el estado emocional. Objetivo: Conocer la frecuencia de consumo de sacarosa y comprender las implicaciones sociales- emocionales que conllevan a la ingesta de azúcar en los estudiantes de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. Método: Se realizó un estudio Analítico, transversal, cualitativo. Se integró una muestra de 992 alumnos que fueron encuestados mediante un instrumento de evaluación consta de 25 ítems que evalúan la frecuencia de consumo de azúcar, su relación con el estado anímico y diferentes eventos sociales. Resultados: 162 (16.3%) encuestados fueron de la carrera de medicina, el rango de edad que más se presentó fue el de 19 a 20 años con 258 alumnos (26%). En lo referente al sexo, 521 participantes fueron mujeres, 409 varones y 62 personas omitieron la respuesta. El (35.1%) ingiere una cantidad adecuada de sacarosa de acuerdo con las recomendaciones internacionales, sin embargo, los estudiantes expusieron que los carbohidratos les generan placer tras su consumo en un 39.6%, también el 34.7% suele consumir productos dulces cuando se sienten cansados y la mayor parte de ellos, el 43.7%, adiciona este endulzante a sus bebidas. Conclusión: A pesar de que la mayor parte de la población estudiada no presenta un consumo excesivo de sacarosa, cabe mencionar que se presentó un sesgo de auto-reporte. Pese a ello una gran proporción presenta consumo relacionado a su estado anímico. No obstante, la sacarosa es indispensable para el metabolismo celular, motivo por el que recomendamos su consumo moderado.

Palabras clave: Sacarosa, azúcar, carbohidratos, Universidad Autónoma Metropolitana, estado anímico.

Abstract

Introduction: Carbohydrates are organic compounds made up of carbon, hydrogen and oxygen. Sucrose is a disaccharide-type carbohydrate, although its consumption is necessary for the development of various functions in cellular metabolism, its excessive intake can be harmful to health, increasing the risk of obesity, diabetes, hypertension, cancer, hyperlipidemia, fatty liver, cardiovascular diseases, caries. Objective: To know the sucrose consumption frequency and undestand the social and emotional implications that lead to sugar intake in students of the Universidad Autónoma Metropolitana. Method: An analytical, cross-sectional, qualitative study was carried out with a sample of 992 students that were evaluated by an instrument  composed by 25 items that rate the sugar consumption frequency and its relationship with mood and different social events. Results: 162 (16.3%) were students of the medical career, being those who most participated in the study. The age range that was presented the most was 19 to 20 years with 258 students (26%). Regarding sex, 521 participants were women, 409 men and 62 people omitted the answer. (35.1%) ingest an adequate amount of sucrose in accordance with international recommendations, however, students reported that carbohydrates generate pleasure after it´s consumption in 39.6%, also 34.7% usually consume sweet products when they feel tired and most of them, 43.7%, add this sweetener to their drinks. Conclusion: Despite the fact that most of the studied population does not presents excessive sucrose ingest, it is worth mentioning that there was a self-report bias. Despite this, a large proportion present consumption related to their mood. However, sucrose is essential for cellular metabolism, which is why we recommend its moderate consumption.

Keywords: Sucrose, sugar, carbohydrates, Universidad Autónoma Metropolitana, mood.

Introducción.

Los carbohidratos, también conocidos como azúcares, sacáridos o glúcidos; son compuestos orgánicos formados por carbono, hidrógeno y oxígeno. Desde el punto de vista quí­mico, se definen como derivados aldehídicos o cetónicos de alcoholes polihídricos. Aunque su consumo es necesario para el desarrollo de diversas funciones en el metabolismo celular, tales como el almacén de energía y como intermediarios metabólicos, su ingesta excesiva puede ser contraproducente e incluso nociva para la salud. (1, 2)

La sacarosa, o comúnmente llamada azúcar de mesa se trata de un disacárido de rápida absorción cuyo consumo es de distribución mundial. Tal es el panorama que se estima que su ingesta presenta una tendencia a incrementar al rededor del planeta, de forma que el consumo per‐cápita global ha mostrado un aumento, al pasar de 23.5 kg en 2010 a 24.5 kg en 2014. En 2014, el consumo per cápita de este carbohidrato en México fue de 38.9Kg; de tal manera que se puede catalogar como excesivo, siendo 4 veces mayor al uso recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que es de 25 gramos al día. (3, 4,5)

Larocca, sugiere que existe una dependencia a este hidrato de carbono que se inicia desde la niñez, debido a que tanto el azúcar por sí sola, como la adicionada a diferentes productos, tales como jugos, refrescos y dulces, están presentes en los momentos de la vida cotidiana e importantes de los niños, como lo son las fiestas de cumpleaños, presentando componentes emocionales ya que se asocia su dulzura a sentimientos de felicidad, celebración o regocijo. (6)

Se ha observado que la sociedad occidental es la mayor consumidora de azúcar a pesar de conocer los riesgos que implica su ingesta excesiva, debido a la constante presión social que se ejerce mediante la incesante publicidad y mercadotecnia de grandes empresas, y que, a su vez, adicionan a más productos este disacárido para generar adicción y por lo tanto tener una mayor demanda del producto en cuestión. (6)

Desde hace algunos años científicos han estudiado los mecanismos mediante los cuales se produce la “adicción” a esta sustancia y sus implicaciones metabólicas. Flaskesrud H. menciona que la comida puede influir en las emociones mediante diferentes procesos bioquímicos, en su estudio menciona que el ingerir productos con altos niveles de carbohidratos aumentan los niveles de glucosa en la sangre causando a su vez un incremento de diferentes sustancias tales como la adrenalina y el triptófano. (7)

En la teoría de la serotonina se explica cómo se ve afectado nuestro humor por el consumo de ciertos productos. Se establece que el consumir altos niveles de carbohidratos modifica los niveles de ciertos aminoácidos en la sangre, entre ellos el triptófano el cual es el precursor de la serotonina, que como se sabe, se trata del neurotransmisor implicado en la regulación del sueño, apetito y estado anímico. Gracias a esta teoría se establece la relación directa entre la ingesta de carbohidratos, elevación de triptófano sanguíneo, mayor síntesis de serotonina en el sistema nervioso central y el consiguiente cambio de humor. (7)

En su estudio Rada P. et al, demostraron a través de la experimentación con ratas, que el azúcar comparte los mismos sistemas neurales con algunas drogas de adicción, tales como la cocaína, anfetaminas y la morfina, al liberar opioides endógenos.  Encontraron que   los sujetos de prueba aumentaron progresivamente la ingesta de la sustancia (tolerancia), aumentaron su motricidad de manera similar a las ratas adictas a otras drogas tales como anfetaminas; observaron cambios en los receptores dopaminérgicos y opioide mu del núcleo acumbens parecidos a los obtenidos por adicción a la cocaína, y confirmaron la presencia de abstinencia semejante a la presentada por la dependencia a opioides como la morfina. (8)

Se ha observado que del ser retirada esta sustancia por completo de la dieta de un individuo que la consumía con regularidad genera los mismos síntomas y, según algunos de los sujetos de prueba, con mayor intensidad que la adicción a drogas tales como la cocaína y heroína. Síntomas como tolerancia, ansiedad y síndrome de abstinencia. (8)

La adaptación a la vida universitaria supone todo un reto en los individuos que atraviesan esta etapa. Debido a las exigencias que supone el estudiar este grado académico, los jóvenes modifican su estilo de vida, incluyendo hábitos alimentarios, ejercicio y conductas de descanso. Es por ello que autores como Jiménez Diez et al.  señalan que los universitarios “son un grupo vulnerable a sufrir estragos en la salud y rendimiento académico, secundario a factores como las extensas jornadas de clases, escasez de tiempo y dinero”. (9)

Wattick et al. expusieron mediante un análisis realizado en estudiantes universitarios de la región de los Apalaches la relación entre la dieta y el estado de salud. Definieron el concepto de inseguridad alimentaria, que se refiere a la falta de estabilidad en el acceso a comida saludable a precios asequibles. Encontraron que la presencia de dicho factor influye de manera evidente en la ingesta de comida y por lo tanto en la salud mental. Hallaron que los hombres con depresión presentaban un consumo menor de frutas, en contraste a los hombres sin alteraciones emocionales. Respecto al consumo de azúcar añadida, se encontró que tanto hombres como mujeres aumentaban la ingesta en estados depresivos; de igual forma, ambos sexos exhibieron incremento del consumo de sacarosa cuando sufrían de ansiedad. Se observó que la seguridad alimentaria condiciona a una mayor prevalencia de depresión y ansiedad, y que éste es un factor presente en la población universitaria. (10)

Como ya se mencionó, la progresión a la Universidad implica una etapa de cambios en la que los jóvenes se independizan, y son sometidos a estresantes jornadas de estudio. Se ha establecido que la “comida confortable” es aquella que proporciona alivio psicológico o emocional. Además, ésta suele poseer un alto contenido en azúcar o carbohidratos. El artículo escrito por Spence, demuestra que la comida confortable es consumida principalmente, cuando las personas experimentan emociones negativas, tales como la ansiedad, soledad y estrés. También demostró que la comida confortable elegida, presenta variaciones dependiendo del género y la edad; siendo los jóvenes (18-34 años) quienes prefieren los productos dulces, tales como el helado y galletas, sobre otros productos alimenticios. Así mismo, se encontró que las mujeres tienen mayor afinidad por los alimentos dulces que los hombres. Se dice que la comida confortable se consume con la finalidad de mejorar el estado anímico mediante la evocación de recuerdos del hogar y de la niñez. (11)

Trujillo, explica que el exceso de azúcar por sí mismo genera deterioro del estado de salud ya que produce metabolitos tales como el ácido carbónico que de no ser neutralizados se expresan en síntomas como fatiga, calambres, espasmos musculares, astenia y adinamia, insomnio e irritación, además de los problemas dentales que conlleva su consumo. (12)

Aunado a lo previamente mencionado, el consumo excesivo de esta sustancia conlleva a la aparición y desarrollo de diversas enfermedades tales como la obesidad y la diabetes, esteatosis hepática, enfermedades cardiovasculares, entre otras, las cuales pueden presentar graves complicaciones que pueden conducir incluso a la muerte. (6)

Por lo anterior los objetivos que pretende cumplir esta investigación son conocer la frecuencia de consumo de sacarosa y comprender las implicaciones sociales- emocionales que conllevan a la ingesta de azúcar en los estudiantes de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.

Metodología

Se trata de un estudio Analítico, transversal, cualitativo. Se integró una muestra de 992 alumnos que establece un nivel de confianza del 95% y un margen de error del 3% en el estudio. Se utilizaron los siguientes criterios de inclusión: Alumnos nivel licenciatura de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco que concedieran la autorización de usar la información proporcionada con fines estadísticos, asegurándoles el anonimato conforme a la normativa establecida en Ley general de salud en materia de investigación (artículos 13,14,20,21 y 22). Los criterios de exclusión fueron: aquellos que sean egresados o alumnos de posgrado.  El instrumento de evaluación consta de 25 ítems que evalúan la frecuencia de consumo de azúcar y su relación con el estado anímico y diferentes eventos sociales, con base al diseño de elementos tipo Likert. Se realizó una prueba piloto del instrumento en un grupo muestra de 20 personas, quienes efectuaron diferentes observaciones, que se tomaron en cuenta para la corrección y presentación final del instrumento. Con el fin de validar dicho instrumento, se analizó su contenido en base a diferentes fuentes bibliográficas y se sometió a revisión por parte de personal del área de la salud.

Se aplicó el cuestionario a la población antes mencionada y se procedió a la codificación de las respuestas para la posterior captura de datos en el programa de análisis estadístico Statistical Package for Social Sciences (SPSS) y la realización de las gráficas de los diferentes ítems en Excel.

Resultados

Como se mencionó previamente la muestra estudiada fue de 992 alumnos de los cuales 162 (16.3) fueron de la carrera de medicina, siendo la licenciatura que más participó en el estudio. El rango de edad que más se presentó fue el de 19 a 20 años con 258 alumnos (26%). En lo referente al sexo, 521 participantes fueron mujeres, 409 varones y 62 personas omitieron la respuesta.

En nuestro primer grafico se aprecia que la mayor parte de la muestra (37.5%) refiere no presentar una mejoría en el estado de ánimo tras consumir dulces cuando está de mal humor o triste. Sin embargo, una considerable proporción de estudiantes (el 27.1%) modifica su humor positivamente tras su ingesta. Ver Gráfico nº1: Relación humor-azúcar (al final del artículo).

Se puede observar que un 35.1 % establece que la mayor parte del tiempo consume menos de 25 gramos de sacarosa al día.  Sin embargo, una proporción significativa de la muestra (32.4%) refirió que consume más de esta cantidad de sacarosa al día, siendo ellos los más susceptibles a sufrir alguna de las afectaciones que implica su ingesta excesiva. Ver Gráfico nº2: Consumo recomendado de azúcar (al final del artículo).

Los resultados muestran que el 38% de los encuestados han intentado reducir, de manera constante la cantidad de azúcar que consumen. Ver Gráfico nº3: Reducción del consumo de azúcar (al final del artículo).

Respecto a la asociación con festividades contrario a lo que algunos autores señalan, la mayor parte de la muestra 45.6%, no tiene ningún inconveniente con celebrar un cumpleaños o festividad sin la presencia de pastel o dulces. Ver Gráfico nº4: Celebraciones y azúcar (al final del artículo).

En cuanto a la frecuencia con la que los estudiantes adicionan sacarosa en sus bebidas para endulzarlas, encontramos que el 43.7% de ellos adicionan de manera habitual este carbohidrato en sus bebidas. Ver Gráfico nº5: Frecuencia de adición del azúcar a bebidas (al final del artículo).

Los resultados señalan el efecto energizante que tienen los productos dulces en los alumnos, al ser consumidos en 34.7% de manera frecuente para recuperar energías cuando se sienten exhaustos. Ver Gráfico nº6: Cansancio y azúcar (al final del artículo).

El 39.6% de los encuestados reportaron que los carbohidratos les generaban una sensación de placer tras su consumo, en contraste con 25.9% que no lo considera así. Ver Gráfico nº7: Carbohidratos y placer (al final del artículo).

Como se percibe, la mayor parte de los participantes consumía dulces de manera regular durante su infancia con un 40.6%, datos que concuerdan con lo sugerido por Larroca (6). Ver Gráfico nº8: Frecuencia de consumo en infancia (al final del artículo).

Con respecto al conocimiento de lo recomendable en la frecuencia de consumo de azúcares, el 46.1% de la muestra estableció que estos deben ser ingeridos de manera ocasional. Ver Gráfico nº9: Frecuencia y hábito saludable (al final del artículo).

Discusión

Aunque en nuestro estudio únicamente el 27.1% de la población refiere que, comer dulces o azúcares, frecuentemente provoca un mejoramiento en su estado anímico al encontrarse tristes o molestos, autores como Pilska y Nesterowicz establecen que las emociones regulan la ingesta alimenticia. Explican que se ha observado que las emociones positivas generalmente orientan hacia el consumo de alimentos salados y grasos, mientras que, por otra parte, las emociones negativas están íntimamente relacionadas con el consumo de productos dulces de bajo valor nutricional. Ellos mencionan que estas reacciones frente a las variaciones emocionales, sobre todo las relacionadas a emociones positivas se presentan con mayor frecuencia en personas obesas (13). Lo anterior concuerda plenamente con los datos arrojados por la investigación de Bray G. quien mediante su artículo “Is sugar Addictive?” explicó que “el hipotálamo, que está implicado en la regulación del consumo de alimentos, se activa por el consumo de glucosa y fructosa en adolescentes con obesidad, pero no en aquellos delgados”. De la misma Manera, Bray G. establece que los centros de placer o de recompensa que se encuentran en el sistema límbico también son activados por dichos monosacáridos, componentes de la sacarosa, en adolescentes con obesidad (14). Por lo establecido por los autores previamente mencionados podemos inferir que la mayor parte de la población que refirió presentar mejoría del estado del humor posterior al consumo de sacarosa se encuentra en algún rango de sobrepeso u obesidad que permiten que se activen estos sistemas de recompensa.

Gracias al  gráfico 2 (al final del artículo) podemos observar que el 35.1 %de los encuestados refiere consumir menos de la cantidad de sacarosa recomendada por la OMS al día, sin embargo este dato difiere con los presentados por el panorama agroalimentario de los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA), que como ya se mencionó, exponen que en México el uso promedio per cápita de azúcar es 4 veces mayor al recomendado por la OMS, lo que nos hace suponer que los alumnos no contabilizan de manera adecuada la cantidad de sacarosa que poseen los productos que consumen de manera cotidiana. (3)

Respecto a la gráfica 3 (al final del artículo) podemos inferir que el 38% que ha intentado reducir su consumo de azúcar con frecuencia, se encuentra probablemente dentro del porcentaje de aquellos que la consumen en exceso, y que, además, conocen las afectaciones que la ingesta excesiva de este producto puede ocasionar.

Al encontrarse que en las celebraciones llevadas a cabo por el 45.6% de la muestra no hay presencia de productos dulces se puede inferir que la mayor parte de la población universitaria prefiere el consumo de otros productos alimenticios sobre éstos. Sin embargo, una importante fracción de los encuestados (36.5%) informó que en sus festejos si participan alimentos adicionados con sacarosa, corroborando de esta forma que, si existe una relación entre el consumo de estos productos y las celebraciones, tal como sugieren autores como Larroca. (6)

El 43.7% de la muestra estableció que frecuentemente añaden sacarosa a sus bebidas o que consumen bebidas endulzadas con dicha sustancia, datos que concuerdan con lo demostrado por Cabezas C et al. quienes expresan que el consumo más elevado de bebidas azucaradas se encuentra en México con 163.3 litros/persona/año, por encima de Estados Unidos de América y los demás países Latinoamericanos. (15)

 Más de un tercio de la población refirió que con frecuencia ingieren productos adicionados con sacarosa cuando se encuentran cansados, conducta concordante con lo que señala Zamora S. y Pérez F quienes establecen que la sacarosa favorece el aporte rápido de glucosa al cerebro y al músculo, siendo un glúcido indispensable en el desarrollo de las funciones cognitivas y de la actividad física. Sin embargo, los autores también hacen hincapié en que la sacarosa debe ser consumida de manera restringida en una dieta equilibrada para no sufrir los daños que ocasiona su consumo excesivo. (16)

Como ya se mencionó previamente, el 39.6% de los encuestados que experimenta una sensación de placer tras el consumo de productos azucarados pueden presentar una activación de los centros de placer del sistema límbico debido a su condición física o a diversas causas psicológicas como el estar cursando estrés, dolor, fatiga o para mejorar el mal humor, tal como señalan Ahmed et al. que mencionan que en algunos estudios los adictos a la cocaína reportaron que ansiaban y les gustaba la comida tanto como la misma droga o como el sexo. (17)

Un 40.6% de la muestra consumía de manera frecuente dulces durante la infancia, convirtiendo está etapa en la de mayor riesgo para generar adicción al azúcar, dado su cotidiana ingesta, y el escaso o nulo razonamiento del infante respecto a las consecuencias que implica para su salud. Concordando, nuevamente con lo sugerido por Larroca quien establece que ésta es la etapa de mayor exposición a la sacarosa. (6)

El 44.9% de los encuestados considera que no es sano consumir sacarosa de manera convencional, idea que se encuentra errada, ya que como se mencionó este carbohidrato cumple con funciones esenciales en el cuerpo humano. A pesar de ello, es necesario llevar una dieta equilibrada para evitar el consumo excesivo y las consecuencias que ello implica.

A pesar de que la mayor parte de la población estudiada no presenta un consumo excesivo de sacarosa, y que la relación entre su consumo y alteraciones emocionales no es tan elevada como se esperaba, cabe mencionar que se presentó un sesgo de auto-reporte, que no se tomaron en cuenta otros factores que puedan modificar la conducta alimenticia, tales como la inseguridad alimenticia, condiciones económicas, disponibilidad de tiempo, entre otras.

Conclusión

Al ser México un país con una alta prevalencia de obesidad, y las comorbilidades que esta conlleva, reportado así por la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018 (18), en la población de adultos de 20 años y más presentando los siguientes resultados: 75.2% con sobrepeso y obesidad; 10.3% con diabetes; y 18.4% con hipertensión, consideramos indispensable hacer de conocimiento universal a la sociedad los daños a la salud física y psicológica que conlleva el consumo excesivo de sacarosa, tal como señala Knûppel A. et al, quienes encontraron una fuerte relación entre el consumo de azúcar y el desarrollo posterior de enfermedades mentales, entre ellas depresión. (19)

Así mismo consideramos que es menester continuar con las investigaciones que permitan esclarecer los mecanismos bajo los cuales se produce una dependencia a esta sustancia. A su vez, consideramos de suma importancia proseguir con los estudios que ilustran acerca de los daños que ocasiona tanto física como psicológicamente.

La sacarosa es un disacárido compuesto por glucosa y fructosa, indispensable para el metabolismo celular, motivo por el que no recomendamos su exclusión total de la dieta, sin embargo, si aconsejamos el consumo moderado de la misma.

Creemos necesario que el gobierno intervenga en pos de la salud de sus ciudadanos estableciendo políticas públicas y  tomando medidas más estrictas respecto a la regulación en el etiquetado y restricción de la venta de productos adicionados con este carbohidrato ya que en la actualidad “la autorregulación de la publicidad de alimentos y bebidas no alcohólicas dirigida al público infantil (Código PABI) proporciona directrices  detalladas sobre la publicidad de alimentos dirigida a los niños, pero no incluye ninguna restricción”. (15)

Y por último exhortamos a que cada individuo vele por su salud, de tal manera que busque el establecimiento de una dieta equilibrada con un reducido consumo de azúcares como la sacarosa, prefiriendo el consumo de carbohidratos complejos sobre ella.

Conflictos de intereses

No se informaron posibles conflictos de interés relevantes para este artículo.

Agradecimientos

A la comunidad universitaria, alumnos y profesores, quienes hicieron posible mediante su participación la realización de este estudio.

Ver anexo

Bibliografía

  1. Trejo, Alfonso & Chavarría, Anahí. Química de los Carbohidratos. (Internet) (2013). Bioquímica de Laguna. Manual Moderno. ResearchGate. Consultado el 28/01/2020. Disponible en:  https://www.researchgate.net/publication/286640492_Quimica_de_los_Carbohidratos.
  2. (Internet) Consultado el 04/02/2020. Disponible en: http://depa.fquim.unam.mx/amyd/archivero/Carbohidratos_1-5_1585.pdf
  3. Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA). Panorama Agroalimentario. Azúcar 2015. (internet). Consultado el 20/11/2019. Disponible en: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/61947/Panorama_Agroalimentario_Az_car_2015.pdf
  4. Organización Mundial de la Salud (internet). Centro de prensa. La OMS abre una consulta pública acerca del proyecto de directrices sobre los azúcares. Consultado el 16/12/2019. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/detail/05-03-2014-who-opens-public-consultation-on-draft-sugars-guideline
  5. Organización Mundial de la Salud (internet). Ingesta de azúcares para adultos y niños (resumen) 2015. Consultado el 11/12/2019. Disponible en: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/154587/WHO_NMH_NHD_15.2_spa.pdf;jsessionid=DF64E9CBAEF523BF816B2C6EC873FCB4?sequence=2
  6. Larocca FE. La adicción al azúcar: Amarga metáfora de nuestros tiempos. ResearchGate (internet). 2014. Consultado el 3/ 07/2019. Disponible en: www.researchgate.net/publication/269987125_La_adiccion_al_azucar_Amarga_metafora_de_nuestros_tiempos
  7. Flaskerud J.H. Mood and Food. Issues in Mental Health Nursing (internet) 2015. Consultado el 18/11/2019. 36:307-310. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/277086669_Mood_and_Food
  8. Rada P, Avena NM, Hoebel BG. “Adicción” al azúcar: ¿Mito o realidad? Revisión. Rev Venez Endocrinol Metab 2005. Consultado el 20/11/2019. 3 (2):2-12. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=375540017002
  9. Jiménez Diez O, Ojeda López R. Estudiantes universitarios y el estilo de vida. Revista Iberoamericana de Producción Académica y Gestión Educativa (internet). 2017 (consultado el 23/05/2020). Disponible en: https://www.pag.org.mx/index.php/PAG/article/view/723/1009
  10. Wattick R, Hagedorn R, Olfert M. Relationship between Diet and Mental Health in a Young Adult Appalachian College Population. Nutrients (internet). 2018 (consultado el 18/04/2020). 10(8): 957. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6115820/
  11. Spence Charles. Comfort food: A review. International Journal of Gastronomy and Food Science (internet). 2017 (consultado el 20/04/2020) 105–109. Disponible en: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1878450X16300786
  12. Trujillo D. Azúcar blanco, la droga silenciosa. Consultado el 09/07/2019. Disponible en: https://archivo.argentina.indymedia.org/uploads/2012/10/azucar_blanco__la_droga_silenciosa.pdf
  13. Pilska M, Nesterowicz J. Emotional Determinants of Sweets Consumption. Journal of Nutrition and Health Sciences. (internet). 2016. Consultado el 31/10/19; 3(4). Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/311776912_Emotional_Determinants_of_Sweets_Consumption
  14. Bray G. Is sugar addictive? Diabetes (internet). 2016. Consultado el 14/11/19. Vol. 65. Disponible en: https://www.semanticscholar.org/paper/Is-Sugar-Addictive-Bray/fc78766614656acdcc5d823cfb8a88aa4888e927
  15. Cabezas C., Hernández B, Vargas M. Azúcares adicionados a los alimentos: efectos en la salud y regulación mundial. Revisión de la literatura. Rev. Fac. Med. (internet) 2016. Consultado 12/02/20. 64(2). Disponible en : https://revistas.unal.edu.co/index.php/revfacmed/article/view/52143/56514
  16. Zamora S, Pérez Importancia de la sacarosa en las funciones cognitivas: conocimiento y comportamiento. Nutr Hosp  (internet) 2013  (consultado el  22/02/2020). 28(4). Disponible en: http://scielo.isciii.es/pdf/nh/v28s4/13articulo13.pdf
  17. Ahmed H, Guillem K, Vandaele Y. Sugar addiction: Pushing the drug- sugar analogy to the limit. Curr Opin Clin Nutr Metab Care. (Internet) 2013 (consultado el  18/10/19). 16 (4): 434-9.Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23719144.
  18. Instituto Nacional de Salud Pública. Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018. Presentación de resultados. (Internet). (Consultado el 21/11/2019). Disponible en: https://www.inegi.org.mx/app/buscador/default.html?q=Obesidad
  19. Knüppel A, Shipley M, Llewellyn C, Brunner E. Sugar intake from sweet food and beverages, common mental disorder and depression: prospective findings from the Whitehall II study. Nature (internet) 2017 (consultado el 22/09/19). 7 (6287). Disponible en : https://www.nature.com/articles/s41598-017-05649-7