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Coriorretionopatía serosa central

Coriorretionopatía serosa central

Autora principal: Dra. Camila Sánchez Rivera

Vol. XVIII; nº 13; 646

Central Serous Chorioretinopathy

Fecha de recepción: 05/06/2023

Fecha de aceptación: 03/07/2023

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVIII. Número 13 Primera quincena de Julio de 2023 – Página inicial: Vol. XVIII; nº 13; 646

Autoras

Dra. Camila Sánchez Rivera A

Dra. Fiorela Badilla Peralta B

Dra. Valeria Calvo Vargas C

Dra. Elena Vega Peña D

Dra. Ana Gabriela Alvarado Montero E

  1. Médico general, investigador independiente, Universidad de Ciencias Médicas, San José, Costa Rica.
  2. Médico general, investigador independiente, Universidad de Ciencias Médicas, San José, Costa Rica.
  3. Médico general, investigador independiente, Universidad de Ciencias Médicas, San José, Costa Rica.
  4. Médico general, investigador independiente, Universidad de Iberoamérica, San José, Costa Rica.
  5. Médico general, investigador independiente, Universidad Autónoma de Centro América, San José, Costa Rica.

Resumen

La coriorretinopatía serosa central (CSC) es una enfermedad corioretinal idiopática común que se caracteriza por un desprendimiento seroso de retina y es una de las causas más importantes de disminución de la agudeza visual en pacientes menores de 60 años. La CSC afecta más a hombres que a mujeres, y se asocia con estrés, hipercortisolismo y otros factores sistémicos. Los pacientes afectados con CSC describen una sintomatología variable y las imágenes multimodales son esenciales para la confirmación del diagnóstico. En la mayoría de casos la CSC es aguda, pero puede ser crónica o recurrente y el manejo debe ser individualizado.

Palabras clave: coriorretinopatía serosa central, estrés psicológico, retina, enfermedad de la coroides

Abstract

Central serous chorioretinopathy (CSC) is a common idiopathic  chorioretinal disease characterized by serous retinal detachment, and is one of the main causes of impaired visual acuity in patients younger than 60 years. It affects men greater than women, and is associated with stress, hypercortisolism and other systemic factors. Patients affected by CSC describe a variety of symptoms, and multimodal imaging are essential in order to accurately diagnosis. In most cases, CSC is acute, however, it can be chronic or recurrent, and the management must be individualized.

Keywords: central serous chorioretinopathy, psychological stress, retina, choroidal disease

Declaración de Buenas Prácticas

Los autoras de este manuscrito declaran que todas ellas han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses. La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS). El manuscrito es original y no contiene plagio. El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.

Introducción

La CSC fue descrita por primera vez en 1866 por Albrecht von Graefe como una retinitis recurrente. Actualmente se conoce como una patología idiopática que causa un desprendimiento seroso de retina asociado a defectos en el epitelio pigmentario de la retina (EPR) por engrosamiento e hiperpermeabilidad de la coroides (1). Es un trastorno oftalmológico común que puede cursar con una sintomatología variable y se considera una de las causas más importantes de disminución de la agudeza visual en personas menores de 60 años, la misma afecta predominantemente a hombres entre 25 y 50 años (1, 2, 3).

En la mayoría de los casos la afectación es unilateral, correspondiendo al 71.6% de los casos en personas menores de 50 años y al 50% en personas mayores a esta edad (4). Este artículo tiene como objetivo reunir datos relevantes de la CSC, incluyendo fisiopatología, sintomatología, factores asociados, clasificación, diagnóstico y tratamiento con base en artículos científicos actualizados.

Metodología

La metodología empleada fue la revisión bibliográfica de artículos médicos en las bases de datos PubMed, Elsevier. Se tomaron en cuenta únicamente los artículos publicados durante los últimos cinco años, disponibles en los idiomas inglés o español o traducidos en estos idiomas, descartando aquellos que no cumplieran con la totalidad de estas características. Para la búsqueda se utilizaron los siguiente términos de búsqueda: “coriorretinopatía cerosa central», “tratamiento», “factores de riesgo” y “estrés”.

Fisiopatología

A pesar de que la fisiopatología de la CSC aún no es del todo conocida, hay mecanismos que se han propuesto dentro de los cuales resaltan la isquemia, la inflamación y la estasis vascular en los vasos de la coroides con la consecuente alteración en el EPR. El engrosamiento coroideo asociado a esta patología (principalmente a la presentación aguda) permite clasificarla dentro de las enfermedades paquicoroideas, también se ha descrito una hiperpermeablidad coroidea. Estos hallazgos son evidenciados mediante la tomografía de coherencia óptica (OCT) y la angiografía fluoresceína (AFG) respectivamente. El resultado de estos cambios es el aumento en la presión hidrostática que provoca daños a nivel del EPR (descompensación de la barrera), lo que predispone a la acumulación de líquido subrretiniano (LSR) (3).

Síntomas

Esta patología se puede presentar con visión borrosa (generalmente unilateral), escotoma central que puede ser más prominente al despertar o al parpadear con frecuencia, metamorfopsia (distorsión de la imagen), micropsia (reducción del tamaño aparente de los objetos), discromatopsia (percepción anormal del color) y reducción de la sensibilidad al contraste, sin embargo la presentación de la CSC es ampliamente variable y es importante mencionar que en algunas ocasiones puede ser asintomática (3, 5).

Factores sistémicos asociados

El uso de corticoesteroides exógenos es probablemente el factor de riesgo más reconocido para la CSC. También se ha descrito una asociación con el hipercortisolismo endógeno secundario a  ciertas patologías como por ejemplo el Síndrome de Cushing o tumores ectópicos. Incluso se han expuesto casos en los que esta coriorretinopatía es la primera manifestación de la enfermedad (4), y gracias a esta asociación algunos autores proponen la detección oftalmológica estándar en estos pacientes (6).

El estrés psicosocial y/o la ansiedad se consideran factores precipitates, algunos estudios han propuesto también una asociación a el tratamiento de esta última, es decir, los fármacos ansiolíticos (4,7).

 Existe una posible correlación entre la infección por la bacteria Helycobacter pylori y la CSC, quizás debido a que se ha observado que muchos de los pacientes con ambas condiciones comparten algunas características de personalidad. Sin embargo se requieren más estudios con respecto a esta relación (8).

Se ha demostrado una mayor incidencia mayor de CSC en personas con Síndrome de Apnea Obstructiva del sueño (SAOS) en comparación con la población general, esto posiblemente se justifique por el aumento de los niveles de epinefrina, norepinefrina y corticoesteroides presentes en el SAOS (9).

Los cambios fisiológicos que ocurren en el embarazo, como el aumento de los niveles de progesterona, estrógeno, andrógenos y glucocorticoides, pueden ocasionar alteración del flujo sanguíneo a nivel de la coroides, lo que predispone  a una CSC. La incidencia en la población gestante es mayor durante el tercer trimestre, y esta aumenta en mujeres con preeclampsia  posiblemente porque el incremento en la variabilidad de la presión arterial es otro de los factores que se han visto asociados, es por esto que algunos estudios incluso consideran a la hipertensión arterial sistémica (HTA) por sí sola un factor influyente en esta patología coroidea  (4, 10, 11).

Clasificación

No existe un sistema de clasificación universal, sin embargo habitualmente se utilizan los términos aguda, crónica o recurrente, ya que resulta útil para establecer el manejo en cada uno de los casos. Esta clasificación se basa en la duración de la persistencia del LSR. La CSC aguda es la forma de presentación más común y cursa generalmente con resolución espontánea en un lapso de 3 a 6 meses, clásicamente se presenta como un desprendimiento de la mácula, asociado a pequeños desprendimientos del epitelio pigmentario (4).

Por otro lado cuando el líquido subrretiniano persiste después de este tiempo se clasifica como crónica, esta clasificación representa hasta el 15% de los casos de pacientes con esta patología y se han descrito diferentes factores de riesgo asociados, dentro de los cuales se encuentran un espesor coroidal subfoveal igual o mayor a 500 μm, una elevación del epetelio pigmentario en sitios de fuga igual o mayor a 50 μm, edad igual o mayor a 40 años y aumento de la cantidad de material subrretiniano (4).

Los casos en los que ocurre un nuevo episodio después de uno previo con resolución completa se trata de una CSC recurrente. Los factores de riesgo para la CSC recurrente son espesor coroidal subfoveal aumentado, un patrón menos intenso de fuga de fluoresceína y un trabajo por turnos. (2,4).

Diagnóstico

El diagnóstico de la CSC se realiza mediante imágenes multimodales, estos estudios también son de gran utilidad para evaluar la gravedad, el pronóstico y la cronicidad de la enfermedad (12,13).

La tomografía de coherencia óptica (OCT) confirma la presencia de desprendimiento seroso y proporciona información con respecto a anomalías retinianas externas y el grosor de la coroide, que este último es mayor a nivel nasal. Este método es el de elección para la evaluación y el seguimiento de los pacientes con CSC, debido a que no es invasivo. Generalmente el LSR se encuentra a un nivel mácular, empero en ocasiones es posible encontrar LSR en múltiples sitios. En las pruebas de contraste como la angiografía fluoresceínica (AFG) y la tinción coroidea en la angiografía con verde de indocianina (AVI) se documentan los puntos de fuga, alteraciones en el EPR y alteraciones de la vasculatura de la coroides. Las fotografías de fondo de ojo son de gran utilidad para valorar la extensión de dicha enfermedad (4, 13).

Tratamiento

Se han propuesto diversas opciones para el manejo de la CSC. La finalidad del tratamiento es resolver el desprendimiento seroso, estabilizar o mejorar la agudeza visual y prevenir la recurrencia y la decisión de tratar siempre debe de ser consensuada con el paciente. A diferencia de la CSC aguda que puede resolver sin intervención con resultados favores, las presentaciones crónica y recurrente deben de tratarse en la totalidad de los casos. Lo anterior para evitar deterioro a largo plazo (4, 12).

Dentro de las propuestas terapéuticas más relevantes se encuentra la terapia fotodinámica, la terapia de fotocoagulación con láser, la aplicación de fármacos antiangiogénicos intravítreos y los antagonistas de receptores con corticoesteroides, sin embargo es importante aclarar que no existe  un consenso con respecto a la forma de tratamiento más aceptada (12).

La terapia fotodinámica con la administración intravenosa de 6 mg/m2 de verteporfina (agente sensibilizador) y la posterior estimulación con luz sobre la zona macular con una fluencia de 50 J/cm2, es eficaz para disminuir el LSR presente en estos pacientes. Se deben considerar, como en todos los procedimientos, los efectos adversos, ya que es estos pueden llegar a ser importantes. Dentro de los posibles efectos secundarios, cabe destacar la disminución de la perfusión coriocapilar, la atrofia del EPR y la disminución de la agudeza visual. Se ha demostrado que es posible prevenir o minimizar estas posibles consecuencias negativas del procedimiento utilizando la mitad de la dosis usual y/o la mitad de la fluencia (2).

Otra de las opciones de manejo de la CSC es el tratamiento con fotocoagulación láser, ya que esta  puede acelerar la resolución de la CSC con fugas extrafoveales. Se ha descrito que al tratar un defecto focal en el EPR, se produce la inducción de la migración de las células del EPR sanas, de manera que se restaura la función de barrera en el sitio de la fuga. En casos agudos o recurrentes, se debe de tomar en cuenta el riesgo, aunque bajo y dependiente de la localización de las lesiones, de escotomas relativos y neovascularización secundaria (3, 4, 12).

La aplicación de fármacos antiangiogénicos intravítreos ha demostrado ser útil en los casos de CSC con membranas neovasculares coroideas secundarias, que pueden evidenciarse en las imágenes multimodales (4).

El uso de antagonistas de los receptores de mineralocorticoides como la Eplerenona es la terapia oral que más ha demostrado utilidad en algunos casos del manejo de la CSC, sin embargo, recientemente se demostró que estos fármacos no aportan en realidad ningún beneficio en el tratamiento de esta patología, por lo que en la actualidad se desaconseja su empleo en estos pacientes (4, 14, 15).

Conclusión

La CSC es una patología oftalmológica común con una fisiopatología poco clara, asociada a factores oftalmológicos y sistémicos,   dentro de los cuales algunos son modificables y otros no modificables. Estos se deben conocer para dar las recomendaciones  y/o realizar las intervenciones pertinentes a cada caso. Las imágenes multimodales tienen un papel fundamental, ya que a pesar de que no existe un consenso establecido con respecto a la clasificación y el tratamiento, es el pilar en el seguimiento de estos pacientes a la hora de tomar decisiones.

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