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Plan de cuidados de Enfermería en el paciente con epilepsia

2.1.1 Necesidad de respirar normalmente

  • Constantes vitales, patologías respiratorias previas y hábito tabáquico.
  • Tras una crisis, debe valorarse la presencia y la capacidad de expulsar las secreciones, así como las características de éstas.
  • Riesgo de aspirar sus propias secreciones o alimentos si en ese momento estaba comiendo o bebiendo. Debido a esto y a la propia crisis se podría presentar neumonía por aspiración e hipoxia.
  • El paciente puede presentar dificultad respiratoria durante una crisis, manifestada por cianosis.

2.1.2 Necesidades de comer y beber adecuadamente

  • Costumbres alimentarias e hidratación para prevenir desequilibrios hidroelectrolíticos y mantener la temperatura corporal.
  • Estado dental y de la mucosa bucal, si usa dentadura postiza, náuseas, vómitos, anorexia, etc.
  • No hay alimentos epileptógenos pero la ingesta de ciertas bebidas puede disminuir el umbral convulsivo. Las bebidas gaseosas pueden interaccionar con ciertas presentaciones de valproato.
  • Habrá que preguntar sobre el consumo de bebidas alcohólicas. El riesgo más grave de presentar crisis en relación con el consumo de alcohol es durante la privación. La abstinencia del alcohol reduce el umbral convulsivo, un efecto que puede estar relacionado con la dosis de alcohol, la rapidez de la retirada y la cronicidad de la exposición.

2.1.3. Necesidad de eliminar por todas las vías corporales

  • Patrón de eliminación urinaria y fecal: cantidad, frecuencia, descripción (color, olor, consistencia).
  • Si es mujer en edad fértil, habrá que valorar si existe alguna alteración menstrual.
  • Recoger información sobre la existencia de relajación de esfínteres durante los episodios que nos pueda orientar sobre el tipo de crisis.

2.1.4 Necesidad de moverse y mantener posturas adecuadas

  • Habrá que valorar la actividad física que realiza (frecuencia, intensidad, supervisión), ya que puede repercutir sobre la aparición de las crisis.
  • Problemas podológicos, equilibrio, restricciones a la movilidad y recursos para paliarla (bastones, muleta, andador, etc.)
  • Se valorará su postura durante la aparición de una crisis, movimientos tónicos o clónicos, etc. Se tendrá en cuenta también si se encuentra acompañado por una persona con las habilidades necesarias para movilizarlo si se presenta una crisis.

2.1.5 Necesidad de dormir y descansar

  • Patrón de sueño y calidad del mismo: horas, horario, número de despertares nocturnos, etc. Algunas crisis pueden aparecer durante el sueño y/o después de la privación del mismo.
  • Valorar la sensación subjetiva de descanso al levantarse.
  • Se tendrá en cuenta la medicación que toma. Algunos antiepilépticos alteran el sueño.

2.1.6 Necesidad de escoger ropa adecuada: vestirse y desvestirse

  • Una ropa fácil de retirar o aflojar es útil para facilitar la respiración ante un ataque epiléptico.

2.1.7 Necesidad de mantener la temperatura corporal dentro de límites normales, adecuando la ropa y modificando el ambiente

  • Valorar la temperatura corporal. Sobre todo en niños, la fiebre elevada puede desencadenar convulsiones.
  • Se tendrán en cuenta las condiciones ambientales en las que vive el paciente.
  • Las sensaciones de frío/calor y la falta de uniformidad en la temperatura corporal pueden ser indicativos de un aura.

2.1.8 Necesidad de mantener la higiene corporal y la integridad de la piel

  • Hábitos de higiene: frecuencia, modalidad, útiles. Interviene en esto el aspecto psicológico y la voluntad del paciente.
  • Valorar si mantiene una buena higiene de la boca, ya que medicamentos como la fenitoína dañan la mucosa oral. Si hay prurito o rash cutáneo (puede ser debido a los efectos adversos de la medicación antiepiléptica).
  • Sensaciones de hormigueo, entumecimiento en las articulaciones, etc., pueden indicar un aura.

2.1.9 Necesidad de evitar los peligros ambientales y evitar lesionar a otras personas

  • Comprobar si toma las medidas para mantener su salud: controles rutinarios, revisiones, vacunaciones, si toma adecuadamente su medicación. Es importante documentar en la recogida de datos tanto los hábitos de higiene personal (si se utiliza bañera para el aseo existe la posibilidad de ahogamiento durante las crisis que cursan con pérdida de conciencia) como los hábitos tóxicos (consumo de drogas en general), así como los momentos en que ha padecido crisis (mientras cocina, al cruzar la calle, etc.).
  • Valorar signos de disminución de la alerta, disminución de la consciencia, desorientación, disminución de la memoria, errores de percepción, depresión, ansiedad, delirios, etc.
  • Valorar el riesgo ante una pérdida de consciencia: caídas, ambiente con objetos que puedan causar daños o traumatismos, si tiene barandillas en la cama, uso de maquinarias o vehículos, actividades deportivas peligrosas, etc.
  • Cambios recientes en su vida: pérdidas, cambios de residencia, enfermedades asociadas, complicaciones, etc.
  • Verificar que sus cuidadores principales están bien entrenados.
  • Conducción de vehículos y/o maquinaria. Valorar si conoce la legislación al respecto.

2.1.10 Necesidad de comunicarse con los demás expresando emociones, necesidades, temores u opiniones

  • Ver si expresa sus deseos y opiniones. Circunstancias que influyen en su comunicación: estatus cultural, pertenencia a un grupo social, presencia o ausencia de grupo de apoyo, soledad, dificultades para pedir ayuda.
  • Valorar déficits sensoriales, así como la percepción de ruidos, luces u olores raros previos a las crisis, que pueden indicar un aura.
  • Núcleo de convivencia.
  • Capacidad de expresar y vivir la sexualidad.
  • Después de las crisis, durante el período poscrítico, algunos pacientes pueden presentar desorientación témporo-espacial o afasia. Debemos conocer si ello les ha supuesto algún problema en su ámbito social, trabajo, colegio, etc.

2.1.11 Necesidad de vivir de acuerdo con los propios valores y creencias

  • Percepción actual de su situación de salud y bienestar.
  • Facilidad/dificultad para vivir según sus creencias y valores.
  • Importancia de la religiosidad/espiritualidad en su vida.

2.1.12 Necesidad de ocuparse en algo de tal forma que su labor tenga un sentido de realización personal

  • Actividad/trabajo. Según el estudio LINCE del grupo de epilepsia de la Sociedad Española de Neurología (SEN), un 44% de pacientes con epilepsia farmacorresistente no trabaja a causa de su enfermedad. De los que trabajan, un 44% tuvo que reducir su jornada laboral y el 33% acumuló al menos una baja laboral en los últimos 6 meses.
  • Si el paciente está en activo es importante saber qué tipo de trabajo realiza y el riesgo que puede padecer (no es lo mismo para la seguridad de una persona afectada de epilepsia trabajar en un andamio que trabajar en una oficina).
  • Repercusiones de su situación de salud en las diferentes áreas de su vida y de su núcleo familiar.
  • Circunstancias que influyen en su realización personal: autoconcepto/imagen, actitud familiar, el cansancio del cuidador habitual.

2.1.13 Necesidad de participar en actividades recreativas

  • Hábitos culturales y de ocio.
  • Práctica de deporte. Se debe desaconsejar los deportes de riesgo: alpinismo, senderismo en soledad, natación, etc. En los que ante la aparición de una crisis sea difícil obtener ayuda.
  • Cierto tipo de crisis se desencadenan por estímulos luminosos, es decir, son fotosensibles, y deberán ser tenidas en cuenta si se utiliza el ordenador o si acuden a la discoteca. Valorar si la enfermedad le crea rechazo y/o aislamiento social.

2.1.14 Necesidad de aprender, descubrir o satisfacer la curiosidad que conduce al desarrrollo normal y a usar los recursos disponibles

  • Interés por su entorno sociosanitario.
  • Comportamientos indicativos de interés por aprender y resolver problemas.
  • Circunstancias que influyen en su aprendizaje: nivel de instrucción, limitaciones, etc.
  • Recursos que usa para conseguir esto: grado de conocimiento de su actual estado de salud, fuente usual de su aprendizaje (médico, enfermera, amigos, libros, internet, etc.).
  • Conocimiento de los factores desencadenantes, tratamiento, reconocimiento del aura, etc.
  • Tendremos en cuenta la edad del paciente, los años desde el debut de la epilepsia, la forma en que afecta y la periodicidad de las crisis en su vida. Algunos niños con epilepsia ven disminuido su rendimiento escolar por la Además, debe considerarse la salud reproductiva en las mujeres con epilepsia y preguntar sobre:
  • Anticonceptivos orales: ¿está tomando? ¿Toma el más adecuado? La mayoría de fármacos antiepilépticos interactúan con los anticonceptivos orales, debiendo escoger anticonceptivos con alto contenido en estrógenos para evitar embarazos indeseados.
  • Planificación del embarazo: la mujer con epilepsia puede tener hijos, pero debe planificar su embarazo.
  • La mayoría de fármacos antiepilépticos producen teratogenicidad, es aconsejable la monoterapia y, si no fuera posible por aumento de las crisis, debe buscarse la combinación farmacológica más adecuada. En ningún caso la mujer con epilepsia debe abandonar la medicación durante el embarazo.

2.2 Diagnósticos de Enfermería

La epilepsia es una patología que produce repercusiones multisistémicas, siendo numerosos los diagnósticos de Enfermería que se derivan de ella. Así pues, se van a desarrollar los diagnósticos principales.

2.2.1 (00035) Riesgo de lesión r/c disminución del nivel de conciencia durante las crisis (parciales complejas y generalizadas) y en el poscrítico.

NOC:

  • Control de las convulsiones (1620)
  • Control del riesgo (1902)
  • Ambiente seguro del hogar (1910)

NIC:

  • Precauciones contra las convulsiones (2690)
  • Identificación de riesgos (6610)
  • Enseñanza: proceso de enfermedad (5602)

Actividades de Enfermería:

  • Ayudar a los pacientes a identificar correctamente sus tipos de crisis es fundamental (parciales simples, parciales complejas y generalizadas). Ya que en ocasiones las crisis parciales simples o “auras” son el aviso de crisis con pérdida de la conciencia y si el paciente es capaz de identificar el aura, podrá adoptar los mecanismos necesarios para evitar lesiones. Ejemplo: dejar de cocinar para evitar quemaduras, avisar a alguien a su alrededor de la proximidad de la crisis, etc.
  • Se desaconsejará el uso de bañera en aquellos pacientes que sufran crisis parciales complejas o generalizadas por el riesgo de ahogamiento. Así pues se recomendará la ducha sentado para evitar traumatismos.
  • Se informará al paciente y a la familia sobre la legislación respecto a la conducción de vehículos. En España una persona que presenta esta enfermedad debe probar no haber tenido crisis durante 12 meses para la obtención de un permiso de conducción (permisos A, A1, B, B+E y ciclomotores), concediéndose en este caso un carné con una validez de 2 años. En el caso de conductores profesionales, deben tener un período libre de crisis de 5 años. En el caso de mioclonías que puedan afectar a la seguridad de la conducción, deberá existir un período libre de crisis de al menos 3 meses. Por último, si se trata de un episodio único de crisis o secundario a sustancias tóxicas o drogas deberá acreditarse un periodo libre de crisis de al menos 6 meses.
  • Se desaconsejará la práctica de deporte en solitario, especialmente aquellos extenuantes. En caso de deportes en grupo, o dentro de centros deportivos, los entrenadores o monitores del centro deberán estar informados sobre la enfermedad del paciente y la actuación a seguir en caso de crisis.
  • Se informará a la familiar o cuidador que en caso de crisis no se abandonará al paciente y se valorará la orientación y el estado neurológico al finalizar la crisis para evaluar la duración del período poscrítico. Si el paciente no está hospitalizado y no recupera la conciencia o no es capaz de responder durante un período de 30 min se deberá trasladar al centro sanitario más cercano ante la sospecha de un estatus convulsivo.
  • En caso de crisis generalizadas, explicar a la familia o cuidador que la conducta a seguir será:
  1. Mantener la calma.
  2. Evitar la obstrucción de la vía aérea, lateralizar al paciente.
  3. No forzar la apertura de la boca por riesgo de lesión mandibular por espasmo muscular durante las crisis.
  4. No intentar sujetar las extremidades pues se podrían producir luxaciones.
  5. Evitar que el paciente se golpee repetidamente contra el suelo en la fase clónica.
  6. No introducir ningún objeto en la boca. Tradicionalmente se introducían objetos para evitar la mordedura de la lengua, produciéndose más lesiones que las provocadas por la mordedura en sí, las cuales tampoco se producen en todas las crisis.
  7. Las crisis generalizadas suelen durar 3-4 min, aunque normalmente parece que duren mucho más. Si pasado este tiempo no ceden trasladar al paciente al centro sanitario más próximo, ante la posibilidad de estatus convulsivo.
  • En el caso de epilepsias reflejas (crisis fotosensibles o desencadenadas por ruidos) se aconsejará al paciente mantenerse a una distancia considerable de la televisión. Además deberá verla con suficiente luz, evitando mirarla fijamente cuando se encienda o apague, utilizando mando a distancia. En el caso de los videojuegos se aconsejará jugar en una habitación iluminada y con pantallas protectoras; también se recomendará no jugar más de una hora seguida. Cuando se acuda a las discotecas, mantenerse de espalda a los focos de luz y evitar los centelleos.