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Percepción y registro de Cuidados Invisibles por Enfermería en centros de salud urbano y rural

DISCUSIÓN

La puntuación alta recogida en la escala CIBISA muestra una elevada concienciación por parte de los enfermeros con los CI, lo que refuerza la idea de que estos profesionales tienen en cuenta las tres dimensiones del cuidado (bienestar, autonomía y seguridad), haciendo que el abordaje sea biopsicosocial. Esto concuerda con los resultados de Isabel Huércanos en 2011 (13) que muestran la satisfacción de los pacientes/familiares hacía el cuidado recibido por parte de las enfermeras/os a lo largo de su vida con una media de 8,04.

Asimismo, lo más importante para el 50% de los pacientes/familiares durante el ingreso fue recibir un trato adecuado (la delicadeza, el cariño, la humanidad, la amabilidad y paciencia recibida por parte del personal de Enfermería). De la misma manera, el 43,3% de las personas conocen el nombre de alguna enfermera/o por su humanidad, amabilidad, cariño, cercanía…entre otros (13).

De ahí la importancia de los cuidados invisibles que incluye el triángulo de los cuidados. Según Germán, Orkaizagirre, Huércanos y Hueso en 2015 (14) se puede observar la importancia de abordar las tres dimensiones del triángulo que implica tener una perspectiva cuidadora centrada en el enfermo y familia donde se realizan cuidados holístico.

Sin embargo, los hallazgos de estos estudios no apoyan las conclusiones obtenidas por el artículo de Baurtista en 2008 (15) que demuestra que los comportamientos más importantes percibidos por los usuarios están relacionados con habilidades del personal como: administrar al paciente los tratamientos y las medicinas oportunamente, saber aplicar inyecciones, manipular equipos de uso parenteral (sueros), las máquinas de succión y otros equipos. Los comportamientos menos importantes son: preguntar al paciente cómo prefiere que lo llamen, sentarse con éste, ser jovial, ofrecer alternativas razonables y encontrar la mejor oportunidad para hablarle sobre los cambios de su estado de salud.

Esta diferencia de resultados puede deberse al modelo presente en cada uno de los lugares (España y Colombia) donde se han realizado los estudios, ya que las diferencias socioculturales e históricas entre los territorios del mundo hacen que el pensamiento enfermero sea diverso, avanzando de diferente manera (16). Tal y como aparece en el libro llamado “Reflexiones entre dos orillas” de Waldow (17), el bajo reconocimiento social de la profesión debido a que los cuidados han estado asociados históricamente y de forma inherente a las mujeres, en el ámbito privado y de forma gratuita, ha hecho que la Enfermería carezca de valor de mercado dentro del modelo biomédico. Consecuentemente, a lo largo del tiempo ha existido un mayor reconocimiento de las acciones técnicas dentro de la Enfermería, tanto por los profesionales como por los pacientes.

De la misma manera, en el presente estudio la zona de trabajo (rural o urbano) no ha mostrado asociación estadísticamente significativa con la puntuación global del cuestionario, lo que indica que la atención en ambas zonas es parecida. Estos resultados difieren de los encontrados por Isabel Huércanos en 2011 (13), que evidencia que los usuarios que residen en zonas rurales otorgan valoraciones positivas con mucha mayor frecuencia que los de zonas urbanas.

Esta diferencia puede deberse a que en el estudio de Isabel Huércanos en 2011 (13), los resultados pueden estar sesgadas, ya que en la zona rural a menudo enfermeras y pacientes o familiares se conocen previamente y resulta difícil separar los sentimientos de la materia evaluada (18).

Igual que en el estudio de Isabel Huércanos en 2011 (13) la edad (mayor y menor de 50 años) tampoco ha mostrado asociación estadísticamente significativa con la puntuación global del cuestionario. Aun así, hay que tener en cuenta, que se han comparado dos poblaciones diferentes por lo que es conveniente realizar más estudios acerca de este tema, así como aumentar la muestra de nuestro estudio para observar si la pequeña diferencia observada en la puntuación global del cuestionario según la edad es estadísticamente significativa o no.

Los sistemas de información clínica electrónica se han incorporado al trabajo diario de Enfermería en los últimos años, con el objetivo de facilitar el registro de datos clínicos. En este estudio se propuso con el objetivo, entre otros, de evaluar las razones por las que las enfermeras no registran adecuadamente los cuidados invisibles que realizan diariamente, obteniendo que únicamente el 25% de las enfermeras registraban estos cuidados en su totalidad. Es sorprendente que entre los participantes del estudio, son los jóvenes los que consideran que registran más.

Dentro del cuestionario se incluyó una pregunta abierta donde se expresaron una gran variedad de opiniones con respecto a las razones del hecho de no registrarlos. Entre ellas, resulta interesante que la gran mayoría de las enfermeras declare la falta de tiempo y de formación en el uso de los registros informáticos y los CI, como algunas de las dificultades. Esto no contradice el hecho de que los registros informáticos no sean una buena herramienta de registro, ya que en estudios encontrados como el de Gonzalez, Cosgaya, Simón y Blesa en 2004 (19) confirma que este sistema es un método de registro más completo que el denominado registro “bolígrafo-papel” y además es visto favorablemente por el personal de Enfermería.

Es necesario considerar una serie de limitaciones importantes de este estudio: en primer lugar, debido a que nos encontramos frente a un estudio piloto, la limitación más importante radica en el hecho de que la muestra es muy pequeña, lo que supone que los resultados del estudio deben ser interpretados con cautela. Por otro lado, es importante tener en cuenta que se ha encontrado poca bibliografía acerca de los cuidados invisibles de Enfermería, lo que supone una dificultad añadida para comparar resultados y aumentar el conocimiento en esta área.

Los autores de este artículo recomiendan que se emprendan investigaciones en el área de cuidados invisibles, conjugando los mismos con la prevención, curación y rehabilitación de la enfermedad y consecuentemente el aumento de la calidad de vida (CV). También sería imprescindible realizar estudios acerca de la percepción de los mismos por parte de los demás profesionales y pacientes en plantas donde sean registrados y en las que no, pudiendo así aumentar su visibilidad e incrementando por tanto el reconocimiento de su importancia por parte de otros profesionales, aumentando así la calidad asistencial (20).

CONCLUSIONES

Según los resultados, la actitud de las enfermeras hacía los CI en su práctica diaria es buena tanto en el ámbito rural como en el urbano, al obtener una media alta en la escala CIBISA y no existir diferencias estadísticamente significativas. No obstante, un participante cree que no se presta la atención adecuada a los CI, y que esto empeora cuanto más grande es el centro de asistencia sanitaria.

Se observa cómo dicha actitud es ligeramente mayor en las enfermeras menores de 50 años, aunque la diferencia de medias sigue sin ser estadísticamente significativa. Dado el pequeño tamaño muestral, sería interesante realizar un estudio con el objetivo de observar si existen diferencias significativas entre la distribución de CIBISA para diferentes grupos de edad.

Se sabe que, lo que no se registra no existe, pero aun así solo el 25% de los individuos refiere registrar todos los cuidados realizados. Entre las dificultades para registrar se encontraron la falta de tiempo y la imposibilidad de registrar todo por ausencia de los CI en el OMI.

Además resulta curioso saber, que la diferencia entre el registro según la edad es estadísticamente significativa. Esto puede ser debido a que las generaciones más jóvenes están más concienciados de la importancia de los CI, quizás por el hecho de haber vivenciado un contexto histórico diferente. A pesar de la importancia demostrada de los CI, ninguno de los participantes ha recibido formación en este campo.

En este sentido se propone formar a los profesionales de Enfermería a cerca de los CI para conseguir un abordaje biopsicosocial, con su consecuente aumento de la calidad de vida. Para ello, es necesaria más formación continuada de comunicación terapéutica con el usuario o receptor de servicios sanitarios para que los profesionales tengan los recursos y las herramientas necesarias para poder desarrollar una tarea que genera cada vez mayores dificultades en su labor diaria, debido a la complejidad del sistema y su constante cambio.

Además, se recomienda seguir estudiando en el tema para poder mejorar los registros estandarizados con los recursos y herramientas usadas en nuestra práctica enfermera diaria con el objetivo de visibilizar la disciplina enfermera, aumentado así su reconocimiento. No debemos olvidar que registrar las intervenciones enfermeras en las que se desarrollan acciones de acompañamiento, ayuda y colaboración, demuestra como dijo Isabel Huércanos en 2012: “el cuidado más humanizado es tanto o más importante que el manejo de técnicas para procurar el mayor bienestar posible para los pacientes”.

BIBLIOGRAFÍA

1- Huércanos Esparza I. El cuidado invisible, una dimensión de la profesión enfermera. Biblioteca Lascasas. 2010;6(1).

2- Germán C. Género y Enfermería. Índex Enfermería. 2004;13(46):78.

3- Fajardo Trasobares ME, Germán Bes C. Influencia del género en el reconocimiento de los cuidados enfermeros visibles e invisibles. Índex Enfermería. 2004;13(46):912.

4- Huércanos Esparza I. Cuidado Invisible: donde los medicamentos no llegan. Index de Enfermería. 2013;22(12):56.

5- Germán Bes C. El Cuidado Enfermero, un proceso cósmico. Razones de su invisibilidad. En: VII Encuentros Internacionales de la Casa de Mágina Invescom 13 – III Reunión Internacional de Investigación en Salud Comunitaria – Seminario en las Orillas del Conocimiento. Granada: Fundación Index; 2013. Pp.1-10. Disponible en http://www.index-f.com/para/media/cgerman_ivescom13.zip (Acceso: 18/4/2016).

6- Baggio MA, Erdmann AL. The (in)visibility of caring and of the profession of nursing in the relations space. Acta Paul Enferm. 2010;23(6):745-50.

7- Orkaizagirre Gómara A. Visibilizando los Cuidados enfermeros a través de la Relación de Cuidado. Index de Enfermería [Index Enferm] (edición digital) 2013; 22(3). Disponible en http://www.index-f.com/index-enfermeria/v22n3/1246.php (Acceso: 25/4/2016)

8- De la Rosa Eduardo R, Zamora Monge G. Cuidados invisibles: ¿son suficientemente reconocidos? Index de Enfermería. 2012;21(4):219-223.

9- Huércanos Esparza I. El cuidado invisible de la enfermera. Aproximación a un caso hospitalario. Arch Memoria. 2012; (9 fasc.4). Disponible en http://www.indexf.com/memoria/9/9415.php (Acceso: 18/4/2016).

10- Gasch Gallen Á, Orkaizagirre Gómara A, Urcola Pardo F, Anguas Gracia A, Germán Bes C. Evaluación del aprendizaje de los Cuidados Invisibles en prácticas clínicas. Rev Paraninfo Digital. 2014;21.

11- Larson P. Comportamientos de cuidado de la enfermera percibida como importantes para los pacientes con cáncer. ONF. 1984; 11(6):46-50.

12- World Medical Association Declaration of Helsinki: ethical principles for medical research involving human subjects. Jama. 2013;310(20):2191-4.

13- Huercanos Esparza I. Estudio piloto para la validación de un cuestionario acerca de la percepción de los pacientes sobre la calidad del cuidado invisible de Enfermería. Biblioteca Lascasas. 2011; 7(1). Disponible en: http://www.index-f.com/lascasas/documentos/lc0567.php

14- Germán Bes C, Orkaizagirre Gómara A, Huércanos Esparza I, Hueso Navarro F. ¿Provocan las enfermeras su propia invisibilidad? Index Enferm. 2015;24(3):139-43.

15- Bautista Rodríguez, LM. Percepción de la calidad del cuidado de Enfermería en la ESE Francisco de Paula Santander. Aquichán. 2008;8(1):74-84.

16- Choperena Armendáriz A. Una aproximación a la historia de la profesionalización de la Enfermería, desde la historia de los conceptos. Temperamentvm. 2015; 21.

17- Waldow VR. Cuidados de Enfermería: reflexiones entre dos orillas. Granada: 2014. Fundación Index- Gr.AuroraMAS.

18- Llanos Zavalaga F, Rosas Aguirre Á, Mendoza Requena D, Contreras Ríos C. Comparación de las escalas Likert y Vigesimal para la evaluación de satisfacción de atención en un hospital del Perú. Rev Med Hered. 2001;12(2):52-57.

19- Gonzalez Sánchez JA, Gosgaya García O, Simón García MJ, Blesa Malpica AL. Registros de Enfermería: convencional frente a informatizado. Unidad de cuidados críticos. Enferm Intensiva. 2004;15(2):53-62.

20- Allen D. Making visible the unseen elements of nursing. Nursing Time. 2015;111(46):17-20.