Deficiencia de vitamina D y su impacto en la salud ósea e inmunológica. Revisión bibliográfica
Autora principal: Tania Lorenzo González
Vol. XX; nº 23; 1102
Vitamin D deficiency and its impact on bone and immune health. A literature review
Fecha de recepción: 30 de octubre de 2025
Fecha de aceptación: 1 de diciembre de 2025
Fecha de publicación: 10 de diciembre de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 23 – Primera quincena de Diciembre de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 23; 1102 – DOI: https://doi.org/10.64396/23-1102 – Cómo citar este artículo
Autores:
Tania Lorenzo González. Dietista – Nutricionista. Sergas, Galicia. Área Sanitaria de A Coruña, España.
Resumen
La vitamina D es un micronutriente esencial que desempeña un papel muy importante en la regulación del metabolismo del calcio y el fósforo, fundamentales para la salud ósea y dental. Aunque tradicionalmente se ha asociado con el metabolismo óseo y la homeostasis del calcio y fósforo, en las últimas décadas se ha evidenciado su papel relevante en la modulación del sistema inmunitario, actuando como una hormona liposoluble, esencial para múltiples funciones fisiológicas.
Su obtención proviene tanto de la exposición a la radiación solar como del consumo de alimentos naturales (como pescados grasos, hígado y yema de huevo) y productos fortificados.
La deficiencia de vitamina D, que se ha convertido en un problema de salud pública mundial, afectando a más del 40 % de la población global, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se asocia con alteraciones óseas, debilidad muscular y mayor susceptibilidad a enfermedades, mientras que su exceso, generalmente por suplementación inadecuada, puede causar hipercalcemia y daño renal.
Mantener niveles adecuados de vitamina D mediante una combinación equilibrada de dieta, exposición solar y, cuando sea necesario, suplementación, es fundamental para preservar la salud general y prevenir enfermedades metabólicas y óseas.
Palabras clave
Vitamina D, deficiencia de vitamina D, salud ósea, osteoporosis, osteomalacia, sistema inmunológico, prevención de fracturas, exposición solar.
Abstract
Vitamin D is an essential micronutrient that plays a crucial role in regulating calcium and phosphorus metabolism, which are fundamental for bone and dental health. Although traditionally associated with bone metabolism and calcium and phosphorus homeostasis, in recent decades its significant role in modulating the immune system has become evident, acting as a fat-soluble hormone essential for multiple physiological functions.
It is obtained through both exposure to sunlight and the consumption of natural foods (such as fatty fish, liver, and egg yolks) and fortified products.
Vitamin D deficiency, which has become a global public health problem affecting more than 40% of the world’s population, according to the World Health Organization (WHO), is associated with bone abnormalities, muscle weakness, and increased susceptibility to disease, while excess, generally due to inadequate supplementation, can cause hypercalcemia and kidney damage. Maintaining adequate levels of vitamin D through a balanced combination of diet, sun exposure and, when necessary, supplementation, is essential to preserve overall health and prevent metabolic and bone diseases.
Keywords
Vitamin D, vitamin D deficiency, bone health, osteoporosis, osteomalacia, immune system, fracture prevention, sun exposure.
1. Introducción
Actualmente existe controversia en cuanto a la definición de vitamina D. La vitamina D es un micronutriente esencial, una vitamina liposoluble que cumple múltiples funciones en el organismo, siendo especialmente importante en el mantenimiento de una buena salud ósea y el funcionamiento adecuado del sistema inmunitario. Hoy en día, sabemos además que se comporta como una hormona, cuya acción más estudiada se relaciona con la salud ósea. A diferencia de otras vitaminas, la vitamina D es la única que puede obtenerse no solo a través de la dieta, sino también mediante la síntesis cutánea que ocurre cuando la piel se expone a la radiación ultravioleta del sol. En determinadas situaciones, la síntesis cutánea no es del todo eficaz. Sin embargo, diversos factores como el estilo de vida, la edad, la pigmentación de la piel o la exposición solar limitada, pueden reducir su producción natural, haciendo necesario un aporte adecuado mediante los alimentos o suplementos.
La vitamina D comprende un grupo de compuestos con actividad biológica similar, siendo las formas principales la vitamina D2 (ergocalciferol) y la vitamina D3 (colecalciferol). Se obtiene a través de la exposición solar, de la dieta y de suplementos. Tras su síntesis o ingesta, se convierte en 25 – hidroxivitamina D en el hígado y posteriormente en 1,25 – dihidroxivitamina D (calcitriol) en los riñones, su forma activa.
El papel más conocido de la vitamina D es su participación en la homeostasis del calcio y fósforo, y en la mineralización ósea. Por su parte, el calcitriol (la forma activa), aumenta la absorción intestinal de calcio y fósforo, estimula la diferenciación de osteoblastos (las células formadoras de hueso) y regula la expresión del colágeno tipo I, fundamental en la matriz ósea. Además, inhibe la secreción de hormona paratiroidea (PTH), reduciendo la resorción ósea excesiva.
Por otro lado, el descubrimiento de receptores de vitamina D en células del sistema inmune – linfocitos T y B, macrófagos y células dendríticas – ha permitido comprender su influencia innata y adaptativa. Por tanto, la vitamina D promueve la producción de péptidos antimicrobianos, como la catelicidina y las defensinas, que fortalecen la primera línea de defensa frente a bacterias, virus y hongos. Además, modula la actividad de macrófagos y monocitos, mejorando su capacidad fagocítica y de presentación antigénica. Por tanto, las principales funciones de la vitamina D son:
Salud ósea. La vitamina D facilita la absorción del calcio y del fósforo, minerales esenciales para el desarrollo y mantenimiento de huesos y dientes fuertes y saludables.
Sistema inmunitario. Cumple un papel fundamental en el fortalecimiento del sistema inmunológico, ayudando al organismo a defenderse frente a virus y bacterias.
Función muscular y nerviosa. Resulta necesaria para el correcto funcionamiento de los músculos y para la adecuada transmisión de impulsos nerviosos.
Prevención de enfermedades. Contribuye a prevenir trastornos como el raquitismo en la infancia y la osteomalacia en la edad adulta. Además se investiga su posible implicación en la prevención de enfermedades como la diabetes y ciertas afecciones autoinmunes.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2023), se estima que alrededor del 40 % de la población mundial presenta niveles insuficientes de vitamina D, por lo que la convierte en una de las deficiencias nutricionales más comunes. Los factores de riesgo incluyen:
Exposición solar limitada
Piel oscura
Envejecimiento
Obesidad
Dietas pobres en alimentos fortificados
Estudios observacionales recientes sugieren que dietas pobres en vitamina D puede influir de forma negativa en la salud metabólica y cardiovascular, aunque la evidencia causal aún se está consolidando.
La carencia de vitamina D se asocia con:
Raquitismo en niños y osteomalacia u osteoporosis en adultos.
Debilidad muscular y mayor riesgo de caídas.
Alteraciones inmunológicas e incremento del riesgo de infecciones respiratorias.
La literatura revisada demuestra de forma consistente que la deficiencia de vitamina D se asocia con una menor absorción de calcio, hiperparatiroidismo secundario y un mayor riesgo de osteopenia, osteoporosis y fracturas. Además, la vitamina D ejerce un efecto inmunomodulador al influir en las respuestas inmunes innata y adaptativa, promoviendo la síntesis de péptidos antimicrobianos y regulando la diferenciación de las células T. Su deficiencia se ha vinculado con una mayor susceptibilidad a infecciones y con el desarrollo de enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple, la artritits reumatoide y la diabetes mellitus 1.
La deficiencia de vitamina D impacta negativamente tanto en la integridad ósea como en la función inmunológica. Garantizar niveles adecuados de vitamina D mediante una exposición solar adecuada, una alimentación equilibrada y suplementación cuando sea necesario resulta esencial para mantener la salud del sistema óseo y optimizar la respuesta inmunitaria. Las estrategias de salud pública deben priorizar la detección temprana y la corrección de esta deficiencia con el fin de reducir la carga asociada de enfermedades.
En la dieta, existen principalmente dos formas de obtenerla:
Vitamina D2 (ergocalciferol): de origen vegetal (en hongos expuestos al sol).
Vitamina D3 (colecalciferol): de origen animal
Los alimentos naturalmente ricos en vitamina D son escasos. Entre los más relevantes, se incluyen:
Pescados grasos como el salmón (ahumado o fresco), las sardinas, el atún y la caballa.
Yema de huevo
Productos lácteos fortificados, como la leche y el yogur.
Cereales fortificados.
Verduras de hoja verde: col rizada, hojas de nabo…
Otros alimentos, como los champiñones, el aguacate, el aceite de hígado de bacalao e hígado de res.
En muchos países, la principal fuente dietética proviene de alimentos fortificados, como leche, yogures, margarinas, cereales y bebidas vegetales, que aportan entre el 15 – 30 % de la ingesta diaria recomendada.
La evidencia científica demuestra que la vitamina D desempeña un papel un doble papel en la salud humana, manteniendo la integridad estructural del esqueleto mediante la regulación del metabolismo mineral, y por otro lado, modula el sistema inmunológico promoviendo una respuesta equilibrada frente a infecciones y reduciendo el riesgo de autoinmunidad.
2. Objetivos
El objetivo del presente trabajo es analizar la evidencia científica actual sobre los efectos que tiene la deficiencia de vitamina D en la salud ósea y la función inmunológica, así como sus posibles implicaciones en la prevención de enfermedades crónicas y autoinmunes.
3. Metodología
Para la realización de este trabajo, se ha llevado a cabo una investigación consistente en una revisión bibliográfica, búsqueda y análisis de diferentes artículos. Se realizó una revisión bibliográfica de artículos científicos publicados en las dos últimas décadas, mediante las bases de datos Pubmed, Scielo, Elsevier y Google Académico. La selección incluyó artículos originales, revisiones sistemáticas y metaanálisis que abordaran la relación entre los niveles de vitamina D, el metabolismo óseo y la regulación inmunitaria, entre otros.
Las palabras clave que se han utilizado para la revisión fueron: vitamina D, deficiencia de vitamina D, salud ósea, osteoporosis, osteomalacia, sistema inmunológico, prevención de fracturas, exposición solar.
4. Resultados y Conclusión
En conclusión, un estilo de vida saludable y una buena adherencia a la dieta, junto con una exposición solar adecuada, constituye la vía principal para mantener un estado adecuado de vitamina D.
Debido a la limitada presencia natural de esta vitamina en los alimentos, la fortificación y la suplementación son estrategias efectivas para prevenir la deficiencia, especialmente en grupos vulnerables (niños, adultos mayores, personas con obesidad o con baja exposición solar).
Promover una alimentación que incluya pescados grasos, huevos, lácteos fortificados y hongos, es fundamental para sostener una adecuada salud ósea e inmunológica.
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Declaración de buenas prácticas:
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.