Educación nutricional en pacientes con fibromialgia. Revisión bibliográfica.
Autora principal: Tania Lorenzo González
Vol. XX; nº 23; 1074
Nutritional education in patients with fibromyalgia. Literature review.
Fecha de recepción: 22 de octubre de 2025
Fecha de aceptación: 21 de noviembre de 2025
Fecha de publicación: 1 de diciembre de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 23 – Primera quincena de Diciembre de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 23; 1074 – https://doi.org/10.64396/23-1074 – Cómo citar este artículo
Autores:
Tania Lorenzo González. Dietista-Nutricionista. Sergas (Galicia). Área Sanitaria de A Coruña, España
Resumen
La fibromialgia es un síndrome que se caracteriza por dolor musculoesquelético crónico y generalizado, a menudo acompañado de otros síntomas, como la fatiga, trastornos intestinales, mala higiene del sueño y alteraciones en el estado de ánimo. Actualmente, se estima que entre el 2 – 8 % de la población mundial, se ve afectada por esta patología.
Desde el punto de vista médico, esta patología aún es la gran desconocida. Se sabe que es causada por un fenómeno de sensibilización central, y también se ha relacionado con factores inflamatorios, inmunológicos, endocrinos, genéticos y psicosociales.
El tratamiento debe ser multidisciplinar e individualizado, comenzando por la educación y la información al paciente. Antes de comenzar cualquier terapia farmacológica, deben identificarse la comorbilidades asociadas, así como plantear un programa de ejercicio físico adecuado al pacientes, ya que se ha demostrado que es una de las medidas más efectivas para mejorar la calidad de vida.
Hasta el momento, la mayoría de guías recomiendan que el tratamiento inicial de la fibromialgia debe realizarse desde la Atención Primaria.
Palabras clave
Fibromialgia, terapia, dolor crónico, alimentación y dieta, inflamación, estrés oxidativo.
Abstract:
Fibromyalgia is a syndrome characterized by chronic, widespread musculoskeletal pain, often accompanied by other symptoms such as fatigue, bowel disorders, poor sleep hygiene, and mood swings. Currently, it is estimated that between 2% and 8% of the world’s population is affected by this condition.
From a medical perspective, this condition remains largely unknown. It is known to be caused by a central sensitization phenomenon and has also been linked to inflammatory, immunological, endocrine, genetic, and psychosocial factors.
Treatment should be multidisciplinary and individualized, beginning with patient education and information. Before starting any pharmacological therapy, associated comorbidities should be identified, and an appropriate exercise program should be established for the patient, as it has been shown to be one of the most effective measures for improving quality of life.
To date, most guidelines recommend that initial treatment of fibromyalgia should be carried out in primary care.
Keywords:
Fibromyalgia, therapy, chronic pain, nutrition and diet, inflammation, oxidative stress.
1. Introducción
La fibromialgia (FM) es un síndrome multifactorial, caracterizado por dolor crónico generalizado, centrado especialmente en el aparato locomotor, hiperalgesia a la presión, alteraciones del sueño, alteraciones cognitivas, rigidez, fatiga y astenia y trastornos psicológicos. Esta patología es considerada como un síndrome de sensibilización central, con base neurobiológica. Es más frecuente en mujeres, y aparece en todos los grupos de edad, siendo más frecuente su aparición entre los 20 y los 40 años de edad.
Los síntomas principales incluyen:
Dolor generalizado. El dolor asociado con la fibromialgia la mayoría de veces se describe como un dolor leve, un poco molesto pero constante, que dura al menos 3 meses. Para que un dolor pueda ser considerado generalizado, debe sentirse en ambos lados del cuerpo, y tanto por encima como por debajo de la cintura.
Fatiga. Las personas que sufren fibromialgia, con frecuencia se despiertan muy cansadas, aunque tengan un buen descanso nocturno. Con frecuencia, el sueño se interrumpe por el dolor, y muchos pacientes tienes otros trastornos del sueño, como síndrome de las piernas inquietas y apnea del sueño.
Dificultades cognitivas. Un síntoma comúnmente llamado «fibroniebla» que dificulta la capacidad de enfoque, atención y concentración mental.
Trastornos intestinales.
La fibromialgia a menudo aparece con otras afecciones, como puede ser: Síndrome de colon irritable, Síndrome de fatiga crónica, Migraña y otros dolores de cabeza, Cistitis intersiticial o síndrome de vejiga dolorosa, Trastornos de la articulación temporomandibular, Ansiedad, Depresión, Síndrome de taquicardia postural.
Causas
Actualmente, la mayoría de estudios científicos consideran que, en personas con fibromialgia, la estimulación nerviosa repetida provoca algunos cambios en el cerebro y en la médula espinal. Estes cambios estarían relacionados con un aumento de los niveles de ciertas sustancias químicas en el cerebro que transmiten señales de dolor.
Además, los receptores del dolor del cerebro desarrollan un especie de «memoria del dolor», y se hacen cada vez más sensibles, lo que significa que pueden reaccionar de manera desproporcionada antes las señales de dolor y no dolor.
Entre estos factores, se incluyen:
Genética. La fibromialgia puede ser hereditaria, por lo que podría haber ciertas mutaciones genéticas que probablemente nos hagan ser más vulnerables.
Infecciones. Algunas enfermedades parecen desencadenar o agravar esta patología.
Sucesos físicos o emocionales. La fibromialgia puede llegar a ser desencadenada por un suceso físico (un accidente, por ejemplo), y en caso, también debido a un estrés psicológico prolongado en el tiempo.
Factores de riesgo
Entre los factores predisponentes de la fibromialgia, se pueden destacar:
Antecedentes familiares. Tener familiares de primer grado con fibromialgia, aumenta el riesgo (predisposición genética).
Sexo. La fibromialgia se diagnostica con más frecuencia en el sexo femenino (alrededor del 80 – 90 % de los casos).
Alteraciones en neurotrasmisores: bajos niveles de algunos neurotransmisores que intervienen en la modulación del dolor, como la serotonina, la dopamina o la noradrenalina.
Trastornos del sueño. El insomnio, el sueño poco reparador o la apnea del sueño, pueden favorecer su desarrollo.
Otros trastornos. Algunas patologías como la osteoartritis, la artritis reumatoide o el lupus, pueden favorecer el desarrollo de la fibromialgia.
Factores psicológicos y emocionales
Los factores psicológicos y emocionales tiene un papel determinante en la aparición y evolución de la fibromialgia. Algunas investigaciones sugieren que las alteraciones en la respuesta al estrés, las experiencias traumáticas y los trastornos del estado de ánimo, pueden modificar los mecanismos de percepción y regulación del dolor, incrementando su intensidad y persistencia.
Estrés crónico. La exposición prolongada a situaciones de tensión emocional o psicológica provoca una activación continua del eje hipotálamo – hipófisis – adrenal. Esta alteración genera desequilibrios en los niveles de cortisol y otros neurotransmisores implicados en la modulación del dolor, lo que contribuye al desarrollo de una mayor sensibilidad dolorosa.
Eventos traumáticos. Experiencias como el abuso físico o emocional, la pérdida de seres queridos o la exposición a situaciones de violencia o guerra, pueden actuar como desencadenantes. Estos eventos, debido a la profunda huella emocional que dejan, pueden alterar el procesamiento del dolor y la respuesta al estrés.
Trastornos afectivos. Alguna condiciones como la depresión, la ansiedad o el trastorno de pánico se presentan con frecuencia en personas con fibromialgia. Estas alteraciones, además de aumentar la percepción del dolor, también interfieren en la calidad del sueño, las energías, y en general, en la calidad de vida del paciente.
Recomendaciones nutricionales
Un adieta equilibrada puede ayudar a disminuirlos procesos inflamatorios, mejorar la función muscular y reducir el estrés oxidativo, factores estrechamente relacionados con el dolor y la sensación de cansancio. Si bien, como se ha dicho antes, no existe una pauta alimentaria específica para todos los pacientes con fibromialgia, la evidencia disponible resalta ciertos patrones dietéticos y nutrientes que pueden resultar beneficiosos.
Recomendaciones nutricionales generales:
Mantener una dieta variada y equilibrada. Priorizar alimentos naturales y frescos, evitando en lo posible los productos ultraprocesados.
Incluir alimentos con propiedades antiinflamatorias: Frutas y verduras variadas, ricas en antioxidantes y compuestos bioactivos. Pescados grasos (salmón, sardina, caballa) por su contenido en ácidos grasos Omega – 3. Aceite de oliva virgen extra, frutos secos y semillas.
Reducir el consumo de alimentos proinflamatorios: Azúcares refinados, harinas blancas y productos industriales. Grasas trans y saturadas en exceso. Alcohol y bebidas con cafeína en exceso.
Asegurar una adecuada hidratación. Mantener una ingesta suficiente de agua favorece la función muscular y la eliminación de desechos metabólicos.
Evitar deficiencias nutricionales frecuentes: Las concentraciones bajas de vitamina D, magnesio, selenio y zinc son comunes en pacientes con fibromialgia. La suplementación debe evaluarse de forma individualiza y bajo supervisión médica.
Patrones dietéticos con evidencia de beneficios:
Dieta Mediterránea: rica en frutas, verduras y hortalizas, legumbres, cereales integrales, aceite de oliva y pescado azul. Diversos estudios asocian este patrón con una menor inflamación y una mejora en los niveles de dolor y fatiga.
Dieta vegetariana o vegana. Puede ayudar a disminuir los niveles de estrés oxidativo y favorecer el bienestar general, aunque debe estar bien estructura, para evitar carencias nutricionales.
Dieta baja en fodmaps. Puede resultar útil en pacientes con fibromialgia que también presentan algún tipo de síntoma gastrointestinal, como el síndrome de colon irritable.
La respuesta a las intervenciones nutricionales varía de un paciente a otro, por lo que toda recomendación debe adaptarse a las necesidades y características individuales de cada paciente. La alimentación, junto con la práctica regular de ejercicio físico, el manejo del estrés y el apoyo psicológico, constituye un pilar fundamental dentro del abordaje de la fibromialgia.
Adoptar hábitos alimentarios saludables no sustituye el tratamiento médico y farmacológico, pero puede ayudar a contribuir de forma significativa y mejorar la calidad de vida.
2. Objetivos
El objetivo de este trabajo es analizar la evidencia científica disponible sobre la relación entre la alimentación y la fibromialgia, a través de una revisión bibliográfica, con el fin de identificar patrones dietéticos, nutrientes o intervenciones nutricionales que puedan influir en la sintomatología y la calidad de vida de las personas que padecen esta enfermedad.
3. Metodología
Para la realización de este trabajo, se ha llevado a cabo una investigación consistente en una revisión bibliográfica, búsqueda y análisis de diferentes artículos. Para ello se emplearon las bases de datos más conocidas (Pubmed, Scielo, Elservier, Medline y Google Académico). Se revisaron para el estudio publicaciones en varios idiomas (español e inglés), siendo un motivo excluyente la fecha de publicación.
Las palabras clave que se han utilizado para la revisión fueron: fibromialgia, terapia, dolor crónico, alimentación y dieta, inflamación, estrés oxidativo.
4. Resultados y conclusión
La fibromialgia es un síndrome complicado caracterizado por dolor crónico, rigidez articular, fatiga, interrupción del sueño, disfunción cerebral y depresión.
La alimentación desempeña un papel relevante en el manejo de la fibromialgia, aunque actualmente no existe una dieta única y específica para todos los pacientes. Diversos estudios y revisiones científicas coinciden en que una alimentación equilibrada, rica en frutas, verduras y hortalizas, cereales integrales, ácidos grasos Omega – 3, y baja en productos ultraprocesados, puede contribuir a reducir la inflamación sistémica y mejorar algunos de los síntomas más comunes, como el dolor, la fatiga y la calidad del sueño.
Se ha observado que ciertas intervenciones nutricionales – como la dieta Mediterránea, vegetariana o vegana, o la dieta baja en Fodmaps – pueden ofrecer beneficios en determinados casos, siempre que estén adaptadas a las necesidades individuales del paciente. No obstante, la evidencia científica aún es limitada y muy heterogénea, por lo que se requieren más estudios controlados y de mayor calidad metodológica, para establecer recomendaciones nutricionales firmes.
En conclusión, la alimentación debe considerarse un componente complementario dentro del tratamiento integral de la fibromialgia, en conjunto con la terapia médica, el ejercicio físico y el apoyo psicológico, con el objetivo de mejorar la calidad de vida y el bienestar general de las personas afectadas.
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Declaración de buenas prácticas:
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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Han preservado las identidades de los pacientes.