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Eficacia de la resonancia magnética multiparamétrica en la estadificación del cáncer de próstata

Eficacia de la resonancia magnética multiparamétrica en la estadificación del cáncer de próstata

Autora principal: Deyliana Araya Astúa

Vol. XX; nº 14; 838

Effectiveness of multiparametric magnetic resonance imaging in the staging of prostate cancer

Fecha de recepción: 25 de junio de 2025
Fecha de aceptación: 22 de julio de 2025

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 14 – Segunda quincena de Julio de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 14; 838

Autores:

Deyliana Araya Astúa, Médico general, investigadora Independiente. Guadulpe, Cartago, Costa Rica. Orcid: https://orcid.org/0009-0009-9330-5519. Código Médico: 17643
Melani Enríquez Barrantes, Médico general, investigadora Independiente. Paraiso, Cartago, Costa rica. Orcid: https://orcid.org/0009-0000-0171-4572. Código Médico: 17383
Isaías José Núñez Pérez, Médico general, investigador Independiente. Heredia, Costa Rica. Orcid: https://orcid.org/0009-0004-0157-6711. Código Médico: 18051

Resumen

La resonancia magnética multiparamétrica ha transformado significativamente el paradigma diagnóstico del cáncer de próstata al combinar secuencias de imágenes anatómicas, funcionales y metabólicas que facilitan una caracterización más matizada de la glándula prostática. La secuencia ponderada en el T2 destaca especialmente por su excepcional resolución espacial, que ayuda a delinear la próstata e identificar tumores clínicamente significativos, especialmente en la zona periférica. Además, las imágenes ponderadas por difusión y el mapeo del coeficiente de difusión aparente introducen métricas funcionales que permiten diferenciar entre tejidos benignos y malignos mediante el análisis del movimiento de las moléculas de agua y la densidad celular. Además, la resonancia magnética dinámica con contraste mejorado ofrece información sobre la perfusión tumoral y la angiogénesis, que son determinantes cruciales para evaluar la agresividad neoplásica. Aunque se emplea con menos frecuencia, la espectroscopia proporciona información metabólica que mejora la precisión del diagnóstico en casos complejos. En conjunto, estas secuencias de imágenes permiten deducir las características histopatológicas de las lesiones sin necesidad de procedimientos invasivos.

En el contexto de la estadificación local, la resonancia magnética multiparamétrica ha demostrado una eficacia variable para detectar la extensión extracapsular y la invasión de las vesículas seminales, al tiempo que presenta ventajas diagnósticas con respecto a otras modalidades, como la tomografía por emisión de positrones con galio 68. Su integración en la toma de decisiones clínicas ha facilitado la personalización de los protocolos de tratamiento, ha reducido la incidencia de intervenciones innecesarias y ha mejorado la planificación quirúrgica. No obstante, siguen existiendo desafíos relacionados con la variabilidad entre observadores, la accesibilidad tecnológica y las restricciones financieras. Se están llevando a cabo iniciativas en curso destinadas a estandarizar su aplicación mediante marcos como el sistema PI-RADS para reforzar su posición en el ámbito de la práctica de la oncología clínica.

Palabras clave

resonancia magnética multiparamétrica, estadificación del cáncer de próstata, PI-RADS, imágenes ponderadas por difusión, resonancia magnética dinámica con contraste mejorado, espectroscopía de resonancia magnética, extensión extracapsular, invasión de vesículas seminales, metástasis ganglionares, tomografía por emisión de positrones, gammagrafía ósea.

Abstract

Multiparametric MRI has significantly transformed the diagnostic paradigm for prostate cancer by combining anatomical, functional, and metabolic imaging sequences that facilitate a more nuanced characterization of the prostate gland. T2-weighted imaging is particularly notable for its exceptional spatial resolution, which helps delineate the prostate and identify clinically significant tumors, especially in the peripheral zone. Furthermore, diffusion-weighted imaging and apparent diffusion coefficient mapping introduce functional metrics that differentiate between benign and malignant tissues by analyzing water molecule movement and cell density. Furthermore, contrast-enhanced dynamic MRI offers information on tumor perfusion and angiogenesis, which are crucial determinants for assessing neoplastic aggressiveness. Although less commonly used, spectroscopy provides metabolic information that improves diagnostic accuracy in complex cases. Together, these imaging sequences allow the histopathological characteristics of lesions to be deduced without the need for invasive procedures.

In the context of local staging, multiparametric MRI has demonstrated variable efficacy in detecting extracapsular extension and seminal vesicle invasion, while presenting diagnostic advantages over other modalities, such as gallium-68 positron emission tomography. Its integration into clinical decision-making has facilitated the personalization of treatment protocols, reduced the incidence of unnecessary interventions, and improved surgical planning. However, challenges related to interobserver variability, technological accessibility, and financial constraints remain. Ongoing initiatives aimed at standardizing its application through frameworks such as the PI-RADS system are underway to strengthen its position in clinical oncology practice.

Keywords

multiparametric MRI, prostate cancer staging, PI-RADS, diffusion-weighted imaging, dynamic contrast-enhanced MRI, magnetic resonance spectroscopy, extracapsular extension, seminal vesicle invasion, lymph node metastasis, positron emission tomography, bone scintigraphy.

Introducción

El cáncer de próstata constituye un importante problema de salud pública mundial, ya que representa aproximadamente el 15% de todos los diagnósticos de cáncer entre la población masculina. Es probable que esta proporción aumente debido al envejecimiento de la población y al continuo aumento de la esperanza de vida, factores que contribuyen a aumentar la incidencia de los diagnósticos anuales. A la luz de esta situación, las técnicas tradicionales de estadificación han demostrado ser inadecuadas en varias dimensiones. Los instrumentos como el examen rectal digital, la medición del antígeno prostático específico (APE) y la ecografía transrectal, a pesar de su accesibilidad y aplicación generalizada, presentan limitaciones notables en cuanto a la sensibilidad y la especificidad diagnóstica. Estas deficiencias pueden provocar un sobrediagnóstico de tumores clínicamente insignificantes y, por lo tanto, un tratamiento excesivo, sometiendo innecesariamente a los pacientes a procedimientos invasivos y a efectos adversos evitables1,2.

Entre estas técnicas convencionales, la exploración rectal digital proporciona una sensibilidad mínima para la detección temprana de tumores y, a menudo, pasa por alto las de mayor importancia clínica. Por el contrario, si bien el ensayo del APE ha demostrado cierta eficacia a la hora de reducir las tasas de mortalidad en aproximadamente un 20%, ha recibido críticas por su inadecuado valor predictivo positivo en ciertos contextos clínicos, lo que puede conducir a resultados falsos positivos e intervenciones injustificadas para los tumores que muestran un comportamiento indolente. En cuanto a la ecografía transrectal, su capacidad para determinar con precisión la extensión del tumor es limitada, por lo que es necesario complementarla con frecuencia con otras modalidades de diagnóstico por imágenes más sensibles y específicas1.

En vista de estas limitaciones, la resonancia magnética multiparamétrica (mpMRI) se ha convertido en una modalidad diagnóstica prometedora que ha revolucionado significativamente la evaluación del cáncer de próstata. Esta metodología, basada en la adquisición de secuencias de imágenes funcionales junto con las morfológicas, ha demostrado una mayor eficacia para la detección y caracterización de tumores clínicamente pertinentes. La mpMRI permite una localización más precisa de las lesiones sospechosas, lo que facilita las biopsias específicas y reduce la frecuencia de intervenciones innecesarias3.

Además, la resonancia magnética multiparamétrica desempeña un papel crucial en la estratificación del riesgo, ya que distingue eficazmente entre las lesiones de riesgo bajo y alto con mayor fiabilidad, lo que orienta las decisiones terapéuticas hacia enfoques más personalizados4. Si bien su eficacia como única modalidad de estadificación sigue siendo objeto de debate, la evidencia existente aboga por su incorporación en los marcos de vigilancia activa y monitorización longitudinal, lo que arroja información pertinente sobre la progresión de la enfermedad en pacientes con diagnósticos establecidos5.

El objetivo de este artículo es analizar la eficacia de la resonancia magnética multiparamétrica en la estadificación del cáncer de próstata, evaluando su capacidad para superar las limitaciones de los métodos tradicionales mediante una mejor detección de lesiones clínicamente significativas, una estratificación más precisa del riesgo y un aporte relevante en la toma de decisiones terapéuticas y en la vigilancia activa de la enfermedad.

Metodología

Para avanzar en este estudio sobre la eficacia de la resonancia magnética multiparamétrica (mpMRI) en la estadificación del cáncer de próstata, se llevó a cabo una revisión exhaustiva de la literatura con el objetivo de evaluar su valor diagnóstico, yuxtaponerlo con las técnicas de estadificación convencionales y determinar sus implicaciones clínicas para las decisiones de tratamiento y la monitorización activa de la enfermedad. Esta revisión abarcó elementos críticos como la sensibilidad y la especificidad asociadas con la modalidad, su eficacia para identificar neoplasias malignas clínicamente significativas, su aplicación en la estratificación del riesgo y su potencial para minimizar el sobrediagnóstico y el sobretratamiento.

Para garantizar la integridad y pertinencia de la información recopilada, se utilizaron prestigiosas bases de datos científicas, como PubMed, Scopus y Web ofScience, dada su amplia cobertura en los campos de la medicina, la oncología y el diagnóstico por imágenes. Se formularon criterios estrictos de inclusión y exclusión. Los estudios seleccionados fueron los publicados entre 2020 y 2025, en inglés o español, que evaluaron la precisión diagnóstica de la mPMRI, su correlación con los resultados histopatológicos y su impacto en la estadificación y el tratamiento clínico del cáncer de próstata. Se omitieron sistemáticamente las investigaciones con datos incompletos, duplicados o no revisados por pares.

La búsqueda sistemática preliminar dio como resultado la identificación de 30 fuentes pertinentes, que incluían artículos de investigación originales, revisiones sistemáticas, ensayos clínicos y guías de práctica clínica. Utilizando estas fuentes, se realizó un análisis cualitativo y comparativo de los hallazgos, organizado en categorías temáticas. Esta metodología permitió identificar los puntos fuertes y las limitaciones de la resonancia magnética multiparamétrica en comparación con los métodos tradicionales, lo que subraya su importancia en evolución en el tratamiento holístico del cáncer de próstata.

Fundamentos técnicos de la resonancia magnética multiparamétrica

La mpMRI ha revolucionado la metodología de diagnóstico y la estadificación del cáncer de próstata, principalmente debido a su capacidad para fusionar varias secuencias que proporcionan información anatómica, funcional y metabólica sobre el tejido prostático. La piedra angular de esta técnica de diagnóstico por imágenes es la secuencia ponderada en el T2, que es un elemento fundamental debido a su excelente resolución espacial y a su mayor sensibilidad a la hora de detectar las fluctuaciones en el contenido de agua de los tejidos. Esta secuencia facilita la delimitación precisa de los bordes anatómicos de la próstata y la identificación de las regiones sospechosas, especialmente en la zona periférica, donde suelen manifestarse tumores malignos clínicamente significativos. Su aplicabilidad también se extiende a otros sitios anatómicos, como el cerebro y los riñones, donde ayuda a identificar los edemas y a caracterizar las masas, acentuando así las diferencias matizadas en la microarquitectura de los tejidos6,7.

Además de los datos morfológicos, las imágenes ponderadas por difusión (IPD) introducen un aspecto funcional pertinente al cuantificar el movimiento browniano de las moléculas de agua dentro de los tejidos. Este parámetro se modifica en un contexto de elevada celularidad tumoral, un rasgo característico de las lesiones malignas. A partir del IPD, se elaboran mapas del coeficiente de difusión aparente (CDA), que miden la restricción de la difusión y permiten diferenciar entre el tejido sano, las lesiones benignas y la infiltración tumoral. La reducción de los valores del CDA se ha asociado con un aumento de la agresividad histológica, lo que proporciona una perspectiva no invasiva del comportamiento biológico del tumor6,7.

Por el contrario, la resonancia magnética dinámica con contraste mejorado introduce una perspectiva vascular al evaluar los patrones de perfusión y absorción de los agentes de contraste en el tejido prostático. Esta modalidad es crucial para analizar la angiogénesis tumoral, un rasgo característico del desarrollo neoplásico. La resonancia magnética dinámica con contraste mejorado permite diferenciar las lesiones malignas, que suelen presentar una mejora temprana y una pérdida rápida del contraste, de las benignas que presentan patrones más moderados o prolongados. En consecuencia, el análisis de perfusión permite conocer mejor la densidad vascular y contribuye a perfeccionar la clasificación del riesgo de tumores6,7.

La espectroscopia de resonancia magnética (ERM), aunque se emplea con menos frecuencia, proporciona una perspectiva metabólica adicional. Esta técnica identifica alteraciones en las concentraciones de metabolitos como la colina, la creatina y el citrato, que son indicativas de la viabilidad del tumor y de la alteración del metabolismo celular. Su importancia es pronunciada en contextos clínicos específicos, especialmente cuando otras secuencias no permiten caracterizar de forma definitiva las lesiones. En esta capacidad, la MRS puede mejorar la precisión del diagnóstico y reforzar la toma de decisiones clínicas en escenarios inciertos7.

En última instancia, la resonancia magnética multiparamétrica sirve como una herramienta fundamental para establecer una relación directa entre las características derivadas de las imágenes y los atributos histopatológicos de las neoplasias. Parámetros como la densidad celular, los niveles de vascularización y la actividad metabólica se manifiestan en varias secuencias, lo que convierte a esta modalidad en un activo esencial para deducir las bases biológicas del carcinoma de próstata sin recurrir inmediatamente a técnicas invasivas. Esta capacidad de interpretación biológica no solo mejora la precisión de la estadificación, sino que también facilita las estrategias terapéuticas personalizadas, optimizando así el equilibrio entre la eficacia clínica y la minimización de los efectos secundarios6,7.

Aplicación clínica en la estadificación local

La evaluación precisa de la extensión del cáncer de próstata más allá de los límites glandulares constituye un aspecto crucial en la estadificación preoperatoria y en la planificación terapéutica individualizada. En este contexto, la resonancia magnética multiparamétrica ha emergido como una herramienta fundamental, aunque su desempeño diagnóstico varía según el parámetro evaluado y el contexto clínico. En cuanto a la detección de la extensión extracapsular, diversos estudios han revelado un rendimiento moderado de la resonancia magnética. Por ejemplo, un metanálisis reciente reportó una sensibilidad del 53% y una especificidad del 75% para la identificación de la extensión extracapsular en pacientes con recurrencia del cáncer de próstata posterior a radioterapia, lo que sugiere que si bien puede ser útil para descartar enfermedad avanzada, su capacidad para identificar todos los casos positivos es limitada8.

No obstante, otros hallazgos apuntan a una superioridad relativa de la resonancia magnética sobre técnicas de imagen molecular. Un estudio comparativo reveló que la sensibilidad de la resonancia magnética multiparamétrica para detectar extensión extracapsular alcanzó el 83%, superando ampliamente a la tomografía por emisión de positrones con galio 68 unido al antígeno prostático específico de membrana, cuya sensibilidad fue del 44%. Esta ventaja sugiere que la resonancia magnética podría tener un papel destacado en la identificación de la diseminación local del tumor antes de la cirugía, particularmente en pacientes con enfermedad clínicamente significativa9.

En lo que respecta a la detección de invasión de vesículas seminales, la eficacia diagnóstica de la resonancia magnética también ha sido variable. Según un estudio, la sensibilidad para detectar este tipo de invasión fue del 53% con una especificidad considerablemente mayor, del 88%, lo que indica que, aunque la técnica tiende a subestimar algunos casos, sus hallazgos positivos son generalmente fiables8. Sin embargo, en esta categoría, la tomografía por emisión de positrones con galio 68 y AMP ha demostrado un mejor rendimiento diagnóstico, con una sensibilidad del 75% frente al 55% alcanzado por la resonancia magnética9.

La correlación de los hallazgos por imagen con los datos histopatológicos posquirúrgicos ha permitido establecer vínculos pronósticos relevantes. Tanto la extensión extracapsular como la invasión de vesículas seminales observadas en la resonancia magnética se han asociado con una menor supervivencia sin metástasis y con una disminución de la supervivencia global, lo que refuerza su valor como indicadores de agresividad tumoral10. A pesar de esto, se ha reconocido que la capacidad predictiva de la resonancia magnética para anticipar con precisión las características patológicas tras la prostatectomía es limitada. En entornos clínicos reales, se ha reportado una sensibilidad deficiente, aunque acompañada de una especificidad adecuada, lo cual sugiere que si bien la técnica es confiable para confirmar hallazgos, puede no detectar todos los casos relevantes2.

Finalmente, debe subrayarse que, a pesar de sus avances tecnológicos y su creciente integración clínica, la resonancia magnética multiparamétrica no puede considerarse una herramienta de estadificación independiente. Su precisión diagnóstica está profundamente influenciada por la estratificación del riesgo individual de los pacientes y por tanto debe emplearse en combinación con otras estrategias diagnósticas, en especial la biopsia prostática sistemática, que continúa siendo el estándar para la confirmación histológica de la enfermedad2.

Utilidad en la estadificación regional y a distancia

En última instancia, a pesar de los considerables avances en la obtención de imágenes por resonancia magnética multiparamétrica para la evaluación del cáncer de próstata, siguen existiendo importantes limitaciones, en particular en la identificación de las metástasis ganglionares. Se ha descubierto que la sensibilidad de esta modalidad de imagen para detectar metástasis en los ganglios linfáticos es inferior en comparación con otras técnicas de imagen molecular. En una investigación comparativa, la resonancia magnética funcional mostró una sensibilidad del 30% para reconocer las metástasis ganglionares, mientras que la tomografía por emisión de positrones con galio 68 unido al antígeno de la membrana prostática (AMP) demostró una sensibilidad del 50%, lo que puso de relieve una marcada ventaja de este último en contextos de estadificación precisos9.

Un inconveniente principal de la resonancia magnética es su limitación para detectar ganglios linfáticos metastásicos que no presentan agrandamiento morfológico, algo frecuente durante las primeras etapas de la enfermedad. Por el contrario, la tomografía por emisión de positrones combinada con la tomografía computarizada guiada por el AMP ha demostrado una mayor eficacia a la hora de identificar estos ganglios no agrandados, lo que aumenta significativamente la sensibilidad diagnóstica y facilita una evaluación más temprana y precisa de la estadificación del tumor11.

Además, las modalidades convencionales de diagnóstico por imágenes, como la tomografía computarizada y la gammagrafía ósea, presentan limitaciones notables a la hora de identificar las metástasis tanto en los huesos como en los ganglios. Estos enfoques tradicionales tienen una sensibilidad restringida, lo que puede afectar negativamente a la selección de las estrategias terapéuticas quirúrgicas, lo que lleva a subestimar la carga metastásica y contribuye a que la toma de decisiones clínicas no sea óptima. En este contexto, la tomografía por emisión de positrones combinada con la resonancia magnética dirigida por el AMP se ha convertido en una alternativa más ventajosa. Esta modalidad híbrida ha demostrado una capacidad superior para detectar metástasis ganglionares y óseas, superando tanto a la resonancia magnética como a la gammagrafía ósea en términos de sensibilidad y especificidad12.

A la luz de esta situación, se ha establecido una nueva metodología de diagnóstico que integra la resonancia magnética multiparamétrica con la tomografía por emisión de positrones dirigida por el AMP. Esta fusión tecnológica no solo mejora la precisión de la localización anatómica de los tumores, sino que también optimiza la detección de la extensión extraprostática y la invasión de las vesículas seminales. Estudios recientes han indicado que esta combinación presenta una sensibilidad significativamente mayor que cualquiera de las técnicas individuales, lo que promueve una estadificación más precisa del cáncer de próstata y facilita una planificación terapéutica más congruente con las características biológicas del tumor9,11.

Rendimiento diagnóstico

Numerosos estudios han indicado que esta técnica de diagnóstico por imágenes proporciona una sensibilidad combinada del 82% y una especificidad del 62% para identificar diversas formas de cáncer de próstata, parámetros que mejoran notablemente en los casos de cáncer de próstata clínicamente significativo, donde la sensibilidad puede ascender al 88%13. No obstante, a pesar de estas ventajas en la detección inicial, la utilidad de la mpMRI disminuye significativamente en los contextos de estadificación, especialmente cuando se evalúa la extensión extracapsular y la invasión de vesículas seminales, donde los valores de sensibilidad notificados muestran una variabilidad considerable, que oscila entre el 2,9% y el 49,2%, lo que pone de relieve las limitaciones sustanciales durante esta fase del continuo diagnóstico3,14.

En cuanto a los valores predictivos, tanto el valor predictivo positivo como el valor predictivo negativo muestran una variabilidad sustancial en los diferentes estudios. Por ejemplo, en el contexto de la detección de la extensión extracapsular, el valor predictivo positivo es de aproximadamente el 58%, mientras que el valor predictivo negativo alcanza el 72%15. Por el contrario, si nos concentramos en la identificación del cáncer clínicamente significativo, el valor predictivo negativo puede llegar al 87,5%, lo que subraya la eficacia de la resonancia magnética funcional a la hora de excluir enfermedades clínicamente relevantes en escenarios de baja sospecha16.

Las evaluaciones comparativas con modalidades de diagnóstico por imágenes alternativas han puesto de manifiesto disparidades notables. La tomografía por emisión de positrones en la que se utiliza un antígeno de membrana prostático específico ha demostrado una sensibilidad superior a la mipMRI a la hora de identificar el cáncer de próstata, en particular en relación con la estadificación y la detección de las lesiones intraprostáticas, aunque ambas metodologías muestran una eficacia comparable en cuanto a la localización del tumor17,18. Además, la resonancia magnética funcional supera a la tomografía computarizada en la identificación de metástasis ganglionares y muestra una eficacia comparable a la gammagrafía ósea para detectar metástasis óseas, lo que indica su potencial como una herramienta eficiente para minimizar la necesidad de estudios complementarios en el proceso de estadificación19.

Numerosos elementos pueden influir en la precisión diagnóstica de la resonancia magnética multiparamétrica. Un factor particularmente importante es la dimensión tumoral: en las lesiones con volúmenes inferiores a 0,5 mililitros, se produce una disminución sustancial de la sensibilidad diagnóstica, lo que limita su eficacia en las fases más incipientes de la enfermedad20. Por el contrario, si bien no está documentado explícitamente en los estudios antes mencionados, es plausible afirmar que la competencia del radiólogo responsable de interpretar las imágenes tiene un impacto en los resultados, particularmente en lo que respecta al reconocimiento de manifestaciones sutiles o atípicas. En cuanto a la tecnología empleada, la intensidad del campo magnético del equipo, ya sea de 1,5 o 3 teslas, no parece alterar significativamente la precisión de la puesta en escena; sin embargo, los equipos con mayor potencia pueden proporcionar una resolución espacial mejorada, lo que puede mejorar la evaluación anatómica en casos específicos3.

Impacto clínico en la toma de decisiones terapéuticas

La mpMRI se ha convertido en un instrumento esencial en la personalización del tratamiento del cáncer de próstata, debido a su capacidad para caracterizar con precisión las lesiones prostáticas, lo que facilita la optimización de las decisiones clínicas adaptadas a los perfiles de riesgo individuales. En concreto, su relevancia se destaca en la estratificación de los pacientes con cáncer de próstata incidental identificado tras la enucleación prostática mediante láser de holmio. En estos casos, la resonancia magnética funcional permite diferenciar más claramente entre los pacientes que pueden beneficiarse de una vigilancia activa y los que requieren una acción terapéutica inmediata. De hecho, con frecuencia se considera que las personas que presentan puntuaciones de Gleason bajas y resultados favorables en la resonancia magnética son las candidatas óptimas para la vigilancia activa, lo que mitiga los riesgos asociados con el tratamiento excesivo y sus consiguientes consecuencias adversas21.

En el ámbito del cáncer de próstata de alto riesgo, la resonancia magnética multiparamétrica tiene un impacto significativo en la planificación quirúrgica. Los conocimientos obtenidos con esta modalidad influyen directamente en la preservación de las estructuras neurovasculares y en el alcance de la disección de los ganglios linfáticos, lo que facilita una determinación más precisa de las indicaciones de la prostatectomía radical o de las vías terapéuticas alternativas22,23.

Además, además de guiar la toma de decisiones clínicas, la resonancia magnética multiparamétrica ha demostrado su eficacia a la hora de minimizar los procedimientos invasivos innecesarios, especialmente entre los pacientes diagnosticados con enfermedades de bajo riesgo. Su capacidad para delinear la extensión y las características de las lesiones con gran precisión permite identificar con seguridad a los pacientes que podrían beneficiarse de un tratamiento conservador, lo que reduce la necesidad de realizar biopsias o intervenciones quirúrgicas repetidas de inmediato24. Esta selectividad diagnóstica aumenta aún más cuando se emplea la resonancia magnética durante la vigilancia endoscópica, ya que sus hallazgos permiten perfeccionar la monitorización activa, reservando los procedimientos invasivos únicamente para los pacientes que presenten signos inequívocos de progresión tumoral25.

Además, la resonancia magnética multiparamétrica constituye un activo importante en la planificación quirúrgica del cáncer de próstata de alto riesgo. Su capacidad para determinar la extensión local del tumor y su relación con las estructuras anatómicas críticas permiten la formulación de estrategias quirúrgicas más individualizadas. En concreto, facilita técnicas más seguras para preservar los nervios y disecciones de los ganglios linfáticos adaptadas a las necesidades oncológicas de cada paciente, lo que optimiza tanto el control del tumor como los resultados funcionales. Esta meticulosa planificación quirúrgica se pone de manifiesto en la reducción de los márgenes quirúrgicos positivos, lo que indica un aumento de la radicalidad de la resección sin comprometer la funcionalidad del paciente22,23.

Limitaciones y desafíos actuales

Los errores diagnósticos no solo comprometen la precisión del estudio, sino que también influyen directamente en la selección terapéutica, pudiendo conducir a decisiones clínicas inadecuadas. La interpretación subjetiva de las imágenes puede dar lugar a clasificaciones erróneas, lo que se traduce en subtratamiento de lesiones significativas o en intervenciones innecesarias frente a hallazgos benignos mal interpretados26,27. En este contexto, se han impulsado revisiones al sistema de reporte y datos de imagen en resonancia prostática, particularmente con la implementación de la versión 2.1 del PI-RADS. Esta versión busca refinar los criterios diagnósticos mediante una definición más clara de las zonas de interés y la mejora en la evaluación dinámica con contraste. No obstante, persisten limitaciones, especialmente en la caracterización de la zona de transición y en la estandarización de los parámetros de realce dinámico27.

Paralelamente, la variabilidad interobservador constituye otra limitación significativa para el uso uniforme de esta técnica. Las discrepancias en la puntuación PI-RADS entre centros académicos y no académicos han demostrado afectar las tasas de detección de cáncer de próstata clínicamente significativo, generando incertidumbre diagnóstica y divergencias terapéuticas28,29. Esta variabilidad se atribuye a múltiples factores, incluyendo las diferencias en la experiencia del radiólogo, el tipo de equipo utilizado y las técnicas de adquisición de imagen empleadas. En respuesta a ello, se han iniciado iniciativas dirigidas a la estandarización de la formación y la certificación en imagenología prostática, con el objetivo de reducir la dispersión diagnóstica y garantizar una mayor uniformidad en los hallazgos30.

No obstante, más allá de las limitaciones técnicas y humanas, existen barreras estructurales que afectan la implementación equitativa de la resonancia magnética multiparamétrica. Los altos costos operativos y la disponibilidad limitada del recurso, especialmente en contextos sanitarios no académicos o con menos recursos, restringen su uso generalizado. Esta disparidad tecnológica tiene implicaciones directas sobre la equidad diagnóstica, pues amplía la brecha en la calidad del tratamiento entre diferentes regiones y sistemas de salud29. Además, la necesidad de equipos de alta gama y de personal altamente especializado refuerza los obstáculos de accesibilidad, dejando a muchos pacientes sin acceso a esta herramienta diagnóstica de vanguardia28.

A pesar de estas dificultades, los esfuerzos por estandarizar la interpretación de la resonancia multiparamétrica continúan evolucionando. La versión 2.1 del PI-RADS representa un avance en la estructuración del informe radiológico y en la definición de parámetros diagnósticos, pero aún se requieren mejoras adicionales para aumentar su aplicabilidad clínica. Entre las propuestas más relevantes se encuentra el desarrollo de métricas cuantitativas y plantillas estructuradas de informe que minimicen la subjetividad y refuercen la reproducibilidad26,27. Las investigaciones en curso y las próximas revisiones del PI-RADS tienen como propósito mejorar la precisión diagnóstica, reducir la variabilidad interobservador y promover una práctica clínica más coherente en el manejo del cáncer de próstata30.

Conclusiones

La resonancia magnética multiparamétrica se ha consolidado como una herramienta diagnóstica avanzada en el cáncer de próstata, al integrar imágenes anatómicas, funcionales y metabólicas que permiten una caracterización precisa de las lesiones, optimizando tanto la detección como la estratificación del riesgo clínico.

Aunque su rendimiento en la estadificación local presenta limitaciones, especialmente en la detección de la extensión extracapsular y la invasión de vesículas seminales, la resonancia multiparamétrica supera a métodos convencionales y mejora la toma de decisiones terapéuticas, al facilitar la selección de pacientes candidatos a vigilancia activa o tratamiento radical personalizado.

Persisten desafíos importantes para su implementación clínica uniforme, como la variabilidad interobservador, el costo elevado y la necesidad de estandarización diagnóstica, lo cual subraya la importancia de seguir perfeccionando marcos como el PI-RADS y fomentar el acceso equitativo a esta tecnología en distintos contextos sanitarios.

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Declaración de buenas prácticas: Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
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El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.