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El aseo en una persona encamada

El aseo en una persona encamada

Las personas dependientes que se encuentran encamadas, van a necesitar la ayuda de otra u otras personas para la realización de una tarea tan cotidiana en nuestra vida diaria como el aseo.

RESUMEN Y PALABRAS CLAVE

Las personas dependientes que se encuentran encamadas, van a necesitar la ayuda de otra u otras personas para la realización de una tarea tan cotidiana en nuestra vida diaria como el aseo. Esta labor no va a resultar nada fácil, ya que entramos en la esfera de la intimidad de la persona, y nuestra actitud va a requerir de un gran respeto y decoro, ya que, si no es así, el paciente puede sentirse violentado y pasar un mal momento. Es muy importante que integre este momento en su rutina diaria y el aseo le permita encontrarse mejor, ya que el sentirnos limpios proporciona una gran sensación de confort y puede evitar muchas complicaciones en el paciente, desde, por ejemplo, el mal olor, restos de suciedad que dañen la piel, exceso de humedad…

Por ello, las personas encargadas del paciente, deben conocer la importancia de llevar a cabo la higiene de manera adecuada, como realizarla, en qué orden, el material que resulta necesario, la importancia que tiene todo el proceso, en sí, y como se realice, en el bienestar del paciente.

Somos los profesionales sanitarios los que debemos dar la importancia que se merece a esta labor e instruir a las personas que, en un futuro, o a partir de este momento se van a encargar del aseo de sus familiares, con lo que más les podemos ayudar son con demostraciones en vivo del proceso, ya que hasta que no lo pones en práctica no te queda del todo clara la actividad. Debemos mostrarnos también, accesibles en todo momento para resolver las dudas que vayan surgiendo, así como realizar cursos a familiares sobre estos cuidados periódicamente, ya que el que hoy es cuidador de su familiar en un futuro puede ser el que necesite ayuda.

Palabras clave: aseo, higiene, paciente, encamado.

SUMMARY AND KEYWORDS

Dependent people who are bedridden will need the help of one or more other people to carry out such an everyday task in our daily lives as cleaning. This task is not going to be easy, since we are entering the sphere of the person’s intimacy, and our attitude is going to require great respect and decorum, since, if this is not the case, the patient may feel violated and have a bad time. It is very important that you integrate this moment into your daily routine and the cleanliness allows you to feel better, since feeling clean provides a great sense of comfort and can avoid many complications in the patient, from, for example, bad smell, dirt that damages the skin, excess moisture …

Therefore, the people in charge of the patient, must know the importance of carrying out the hygiene in an appropriate way, how to do it, in what order, the material that is necessary, the importance that the whole process has, in itself, and how it is done, in the well-being of the patient.

We health professionals who must give the importance it deserves to this work and instruct people who, in the future, or from this moment will be responsible for the cleaning of their families, what we can help them most is with live demonstrations of the process, because until you do not put it into practice is not entirely clear the activity. We must also show ourselves, accessible at all times to resolve the doubts that may arise, as well as conducting courses to family members on this care regularly, as the one who is caring for your family today in the future may be the one who needs help.

Key words: cleanliness, hygiene, patient, bedding.

AUTORA

IRANTZU RIPA AISA. GRADUADA EN ENFERMERIA.

LA TECNICA DEL ASEO

Es una técnica sencilla, pero hay que conocerla y saber el porqué de cada paso para evitar complicaciones.

Cuando vayamos a realizar el aseo en cama del paciente dependiente, lo primero que debemos contemplar es prepararnos todo el material necesario: la palangana, el agua, la esponja, el jabón, la toalla, la crema hidratante, la ropa limpia, el peine y el cepillo dental, así como crema para la higiene bucal, y así no dejar en ningún momento solo al paciente. Es importante realizar la higiene de la boca, ya que muchas veces pasa desapercibida y se pueden dar muchas complicaciones de su no realización, además de que es algo muy importante para que el paciente se sienta bien.

Una vez todo el material esté preparado, es de vital importancia explicarle a la persona el procedimiento que vamos a realizar y el porqué, ya que lo debe entender y aceptar, dentro de sus posibilidades.

El orden de la limpieza sería de arriba a abajo dejando la zona genital para el final, cada parte se lava, se aclara y se seca antes de pasar a la siguiente, dejando solo expuesta la zona que estamos lavando. En la cara y la zona genital no se administraría jabón, con agua es suficiente. Usar una toalla distinta para el secado del área genital. Se deja la zona genital para el final ya que, es la zona más sucia.

Aprovechando este procedimiento podemos realizar el cambio de la ropa de cama, además de realizar una valoración completa del estado de la piel de la persona. Las personas encamadas debido a que carecen de la capacidad de realizar movimientos amplios, que les permitan cambiar de posición, junto con la presión ejercida, principalmente, por el colchón sobre las prominencias óseas, o entre ellas mismas, les hace mucho más vulnerables a sufrir ulceras por presión, por ello el aseo es el mejor momento del día para revisar toda la integridad de la piel del paciente y si es necesario buscar ayuda profesional.

El orden del aseo será de la siguiente manera; la cara se limpiará lo primero, dar importancia a los ojos, la nariz y las orejas que también se pueden lavar en este momento, la toalla que debemos usar para la cara también debe ser distinta a la del resto del cuerpo, seguiremos por el cuello y los hombros. Después pasaremos al miembro superior comenzado por las manos, después los brazos y luego las axilas, ya que así la suciedad presente en las axilas no la descendemos a las manos. Proseguiremos por el tórax y el abdomen, hay que tener mucho cuidado con las mamas en las mujeres, ya que en el pliegue mamario no se debe acumular humedad ni restos de jabón y el secado deberá ser minucioso. Tras el abdomen continuaremos con el miembro inferior, piernas y pies. Tras ello daremos la vuelta al paciente para colocarlo de decúbito lateral y proceder a la limpieza de la espalda y por ultimo de las nalgas; una vez lo volvamos de nuevo a decúbito supino concluiremos con la limpieza de los genitales, como he dicho anteriormente, sin jabón y con una toalla especial para esa zona.

Aunque no sería lo más correcto, también se podría contemplar dejar la espalda para el final y aprovechar el giro del paciente para realizar el cambio de la ropa de cama; así evitaremos apoyar la espalda ya limpia nuevamente sobre las sábanas sucias para limpiar los genitales. En este caso se dejaría la espalda para el final, una vez lavada toda la persona se le giraría a decúbito lateral para limpiar la espalda y se le retiraría enrollando sobre sí misma la ropa de cama y poniendo la nueva, girando al paciente nuevamente en decúbito lateral del lado contrario, para así, retirar la ropa sucia del todo por el otro lado y colocando la nueva.

Al acabar todo el proceso hay que aplicar crema hidratante por todo el cuerpo, pero sin excesos. No es necesario el uso de colonias, ya que irritan la piel, a no ser que el paciente lo desee.

Otra parte del aseo que podemos incluir es el corte de las uñas, se deben cortar después de mantenerlas durante unos 5 minutos en remojo, siempre rectas, no muy cortas y con utensilios que eviten cortes y heridas.

DISPOSITIVOS DE AYUDA

Existen numerosos dispositivos de ayuda para el aseo, desde para personas con cierto grado de dependencia como para personas encamadas. Para personas que solo sufren una pequeña dependencia, pero pueden realizar el aseo por si solas, habrá que comenzar por recomendar reformas en el baño, como, por ejemplo, el cambio de la bañera por un plato de ducha, colocar un inodoro más alto, agarraderos en la ducha, retirar objetos peligrosos. Por otro lado, también existen utensilios que facilitan la labor como cepillos extensibles para llegar a zonas de difícil acceso como pies o espalda, peines con alargadores, soportes para el secador…aunque si hay una labor complicada, sobretodo en personas encamadas con el pelo largo, es el lavado del cabello. Se puede realizar el lavado en seco, pero los pacientes al final siempre acaban reclamando el levado con agua y champú; ya que el confort es mayor. Existen, por ejemplo, lava cabezas hinchables que se adaptan al cuello y dejan la cabeza aislada, aunque también es posible realizar la técnica con hules y bolsas impermeables, retirando si el posible el cabecero del paciente y colocándonos detrás.

CONSIDERACIONES GENERALES

Lo primero ante una persona es respetar su autonomía, lo que pueda hacer él o ella que lo haga, tarde lo que tarde, no meterle prisa, no agobiarle, no hacerle sentir que no vale para nada. Estamos para darle seguridad y aumentar su confort. Antes de llegar al encamamiento las personas suelen pasar por distintos grados de dependencia y cuanto más se tarde en perder la independencia mucho mejor para el cuidador, pero, sobre todo, mucho mejor para el paciente, que no va a ver tan mermada su calidad de vida, se va a sentir útil y no va a sentir que es una carga para nadie, favoreciendo esto el mantenimiento de una buena autoestima.

Una vez que el paciente realmente necesite ayuda para el aseo, respetaremos en todo momento su intimidad (exponiéndole físicamente lo menos posible, al mínimo de personas…). No tenemos que despersonalizarlo, hay que tener en cuenta todos sus gustos, preferencias, costumbres y respetarlas.

Crearemos también rutinas y horarios para la higiene y el baño, así la persona integrará estos momentos como uno más de su rutina.

Para que la persona se encuentre tranquila y no sea un momento estresante para ella, mantendremos la calma en todo momento, crearemos un ambiente agradable (temperatura adecuada, música si le tranquiliza, silencio, evitaremos gritar, luz adecuada…) y respetaremos sus gustos en cuanto a temperatura del agua, olores de los geles, champú….

Tendremos en cuenta siempre sus sentimientos y sus reacciones, si se resiste no lo forzaremos y retrasamos el aseo, ya que si le forzamos podemos hacer que viva un momento desagradable que nos haga mucho más difícil realizar el aseo en próximas ocasiones ya que puede revivir la situación desagradable. Hay que intentar que, no se ponga nervioso distrayendo su atención.

CONCLUSIONES

Como hemos visto el aseo es algo muy íntimo, que debemos respetar al máximo, que dejen tu cuerpo al descubierto y alguien proceda a limpiarlo no es algo agradable para la persona encamada, ni muchas veces para el cuidador, pero es algo totalmente necesario en la vida del paciente.

El aseo debe ser una rutina que debe estar integrada en nuestra vida, y como parte de ella, debemos aprender, en la manera de lo posible, a disfrutar de ese momento y conseguir que sea algo cercano con nuestro paciente o familiar. Es importante, también, conocer la técnica y realizarla correctamente para que el proceso sea algo seguro para él o ella. Además, debe ser algo agradable, ya que va a ayudarle a sentirse mejor. También es, a su vez algo sano, donde le ayudamos a preservar su salud y su piel.

BIBLIOGRAFIA

  • Higiene de la persona encamada. Hospital de Guadarrama. Comunidad autónoma de Madrid. 2ª edición. 2014.
  • Capítulo V: procedimientos relacionados con el aseo y la higiene. Guía de actuación de procedimientos de enfermería. HGUA.
  • Higiene del paciente en cama. Manual de protocolos y procedimientos generales de enfermería. Hospital Universitario Reina Sofía. 2010.