El edema óseo
La primera descripción del síndrome de edema óseo transitorio (SEOT) la hizo Curtis en 1959 y la completó Lequesne en 1968, denominándola osteoporosis transitoria de la cadera. En 1969 Duncan acuñó el término de osteoporosis migratoria regional (OMR) para referirse a la variedad poliarticular de esta enfermedad. La osteoporosis transitoria se caracteriza por ser un proceso autolimitado que se manifiesta como dolor articular y osteopenia. Se observa radiológicamente semanas después del inicio de la sintomatología. El primero en usar el término de edema óseo transitorio fue Wilson en 1988.
Autores:
María José Álvarez Padilla, DUE Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba.
Isabel Ortiz Ramírez, DUE Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba.
Eva María Castro Rizos, DUE Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba.
DEFINICIÓN
El edema óseo es un proceso producido por una disminución del riego sanguíneo y del aporte de oxígeno principalmente, cuya sintomatología es de tipo moderada apareciendo después del proceso agudo (isquemia subaguda difusa ósea).
PALABRAS CLAVE
Edema óseo. Osteonecrosis. Síndrome del edema óseo transitorio de médula ósea. Microtraumatismos. Fracturas de insuficiencia, Síndrome del dolor regional complejo tipo I.
ETIOLOGÍA
La etiopatogenia, de forma precisa, es desconocida. Existen varios mecanismos que, actuando solos o de forma conjunta, se postulan como responsables. Entre ellos están los procesos biomecánicos, microtraumatismos, isquemia tisular por daño microvascular, compresión neurogénica, obstrucción del retorno venoso y respuesta vasomotora anómala. Aunque es controvertido, algunos autores identifican el SEOT con el síndrome de dolor regional complejo tipo I (SDRC). El edema óseo se puede encontrar en procesos traumáticos, degenerativos, infecciosos, tumorales e isquémicos.
SINTOMATOLOGÍA
Se trata de un proceso autolimitado en semanas o meses. El edema óseo suele acompañarse de derrame articular y edema de partes blandas. El paciente refiere habitualmente dolor articular que se inicia de forma espontánea sin evidencia de traumatismo previo. Puede ser agudo o de instauración progresiva. Afecta típicamente a caderas, rodillas, tobillos o pies.
Los síntomas principales son inespecíficos: dolor que aumenta al cargar la articulación, inflamación e impotencia funcional. El edema puede migrar hacia otra zona articular o a otras articulaciones entre el 5 y 41%, con un intervalo de tiempo variable e impredecible. Normalmente la articulación más cercana a la zona afecta suele ser la siguiente en afectarse. Es una patología que aparece sobre todo en hombres de mediana edad, raramente en mujeres. En ellas lo típico es que ocurra en el tercer trimestre del embarazo o en el postparto inmediato con afección no migratoria de cadera.
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico del edema óseo es por exclusión. Se debe descartar infección, traumatismo proporcionado al grado de edema, osteonecrosis, artrosis y enfermedades inflamatorias o sistémicas. Las pruebas de imagen, especialmente la resonancia magnética (RM), son la base para el diagnóstico diferencial:
-La radiología convencional (Rx) se usa para ver el grado de desmineralización que puede acompañar a este síndrome, pero es insuficiente para observar bien el edema. La osteopenia, con espacio articular conservado y sin lesiones subcondrales, se hace evidente entre 3 y 8 semanas después del inicio de los síntomas. En ocasiones la resorción ósea es tan intensa que desaparece la arquitectura ósea dando una imagen “fantasma”. La remineralización completa es la norma, pero puede retrasarse desde unas cuantas semanas hasta dos años después de que el paciente queda asintomático.
– La gammagrafía ósea es una prueba en desuso debido a su escasa información que aporta para la detección y el diagnóstico diferencial frente a otras pruebas como la resonancia magnética (RM).
– La tomografía computarizada (TC) no es de utilidad para detectar el SEOT. En aquellos casos en que la resonancia magnética (RM) está contraindicada por razones técnicas, puede ser útil para mostrar la desmineralización inicial cuando las RX son normales.
– La resonancia magnética (RM) es la técnica de elección para el estudio de las alteraciones en la médula ósea. En el SEOT permite detectar el edema óseo que no se observa en RX ni TC. El SEOT se manifiesta en la RM como un edema óseo intenso y extenso, focal o multifocal, que comienza en el hueso subcondral precozmente (a las 48 horas del inicio de los síntomas) y que se extiende por la médula ósea hacia zonas más alejadas (p.ej cuello femoral, región intertrocantérica, cóndilo, etc.). Puede haber derrame o proliferación sinovial articular y edema de tejidos blandos periarticulares en algunos casos. Habitualmente no existe lesión focal del hueso subcondral y cura espontáneamente en un plazo variable que oscila entre semanas y meses.
– Por último la densitometría ósea (DMO) es de utilidad ya que varios autores han relacionado la osteoporosis generalizada con la osteopenia observada en algunos casos de SEOT. Sin embargo, es improbable que los varones de edad media afectados habitualmente por SEOT padezcan además una osteoporosis sistémica. Un estudio reciente mostró que la osteoporosis u osteopenia generalizada en pacientes con SEOT no traumático de rodilla, se asociaba con un riesgo de colapso óseo mayor y, por tanto, la DMO podría usarse como factor predictivo en algunos casos. Algunos autores sugieren la utilidad de la DMO (DEXA de ambas caderas) para el diagnóstico de los SEOT en esta localización. Por un lado detectaría la osteopenia pre-radiológica al objetivar una desmineralización significativa de la cadera afecta respecto a la contralateral y, por otro lado, ayudaría a distinguirlo de otros trastornos con edema óseo sin osteopenia como la osteonecrosis.
TRATAMIENTO
El principal objetivo es la reabsorción total del edema óseo en el menor tiempo posible, ya que su presencia puede desembocar en una patología más grave y de peor solución como la osteonecrosis. El paciente debe saber que si inicia un programa de fortalecimiento e incluso estiramiento muscular, o emplea tratamientos agresivos antes de la reabsorción total del edema, el cuadro patológico es muy probable que empeore. Mientras exista edema óseo, las estructuras adyacentes (tendón, ligamento, músculo, cartílago, etc) no van a tener un correcto funcionamiento, con lo cual el tratamiento principal será el reposo de la articulación.
La mayoría de los pacientes con edema ósea presentan dolor en grado variable. Desde el punto de vista sintomático son útiles la mayor parte de los analgésicos. Se emplean siguiendo una pauta de escalada terapéutica similar a la que se emplea en la artrosis. No obstante hay que tener en cuenta que la sobrecarga física es un factor que puede precipitar una evolución desfavorable y, en este sentido, el dolor es un buen aliado ya que limita la actividad del paciente. Por tanto es aconsejable tratar el dolor convenientemente, pero sin olvidar una explicación adecuada de la enfermedad para evitar, de este modo, que la desaparición del dolor repercuta en un desenlace negativo.
El fortalecimiento muscular es muy importante pero siempre después de la desaparición del edema óseo. Una vez que desaparezca el edema, el resto de estructuras volverán poco a poco a su funcionamiento normal con un trabajo fisioterápico adecuado.
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