El zinc como micronutriente esencial en nuestra vida. Revisión bibliográfica
Autora principal: Tania Lorenzo González
Vol. XX; nº 24; 1141
Zinc as an essential micronutrient in our lives. A literature review
Fecha de recepción: 13 de noviembre de 2025
Fecha de aceptación: 15 de diciembre de 2025
Fecha de publicación: 18 de diciembre de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 24 – Segunda quincena de Diciembre de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 24; 1141 – DOI: https://doi.org/10.64396/24-1141 – Cómo citar este artículo
Autores:
Tania Lorenzo González. Dietista – Nutricionista. Sergas (Galicia). Área Sanitaria de A Coruña. España.
Resumen
El zinc es un micronutriente esencial que desempeña un papel fundamental en numerosos procesos biológicos del ser humano. Interviene en la actividad de más de trescientas enzimas y participa en funciones vitales como la síntesis de ADN y proteínas, la cicatrización de tejidos, el crecimiento y desarrollo, y el fortalecimiento del sistema inmunológico. Además, contribuye al adecuado funcionamiento neurológico, la regulación hormonal y la protección antioxidante. La ingesta adecuada de zinc a través de la alimentación, especialmente a través de carnes, mariscos, lácteos, frutos secos y legumbres, es indispensable para mantener un estado de salud óptimo. Su deficiencia puede generar alteraciones en el crecimiento, debilitamiento inmunológico, problemas dermatológicos, disminución del apetito y trastornos de cicatrización. Este trabajo analiza la importancia del zinc en la vida humana, sus funciones fisiológicas, las fuentes dietéticas principales y las consecuencias de su insuficiencia nutricional.
Palabras clave
Zinc, oligoelementos, sistema inmunológico, absorción de minerales, biodisponibilidad, dieta equilibrada, minerales esenciales.
Abstract
Zinc is an essential micronutrient that plays a fundamental role in numerous biological processes in humans. It is involved in the activity of more than three hundred enzymes and participates in vital functions such as DNA and protein synthesis, tissue healing, growth and development, and strengthening the immune system. Furthermore, it contributes to proper neurological function, hormonal regulation, and antioxidant protection. Adequate zinc intake through diet, especially from meat, seafood, dairy products, nuts, and legumes, is essential for maintaining optimal health. Zinc deficiency can lead to growth impairment, weakened immunity, dermatological problems, decreased appetite, and impaired wound healing. This study analyzes the importance of zinc in human life, its physiological functions, the main dietary sources, and the consequences of zinc deficiency.
Keywords
Zinc, trace elements, immune system, mineral absorption, bioavailability, balanced diet, essential minerals.
1. INTRODUCCIÓN
El zinc es un micronutriente esencial que el organismo humano requiere en pequeñas cantidades, pero cuya presencia es indispensable para el funcionamiento adecuado de numerosos procesos fisiológicos. Como mineral traza, participa tanto en la estructura como en la actividad de una amplia variedad de proteínas y enzimas, lo que le confiere un papel central en el mantenimiento de la salud y la homeostasis.
El metabolismo del zinc comprende los procesos mediante los cuales el organismo absorbe, transporta, utiliza y elimina este mineral. La absorción ocurre principalmente en el intestino delgado (duodeno y yeyuno) y depende de la cantidad ingerida y de la presencia de sustancias que la favorecen (como proteínas animales) o la dificultan (como los fitatos de cereales y legumbres).
Una vez absorbido, el zinc viaja por la sangre unido a proteínas como la albúmina y se distribuye por los tejidos. Se almacena en pequeñas cantidades en músculos, huesos, hígado, páncreas y pelo, aunque no existen reservas grandes, por lo que debe consumirse de forma diaria.
Una vez dentro de las células, el zinc participa en cientos de reacciones enzimáticas, regula la expresión genética, contribuye al funcionamiento adecuado del sistema inmune, la cicatrización y el metabolismo energético. La eliminación del zinc se realiza principalmente a través de las heces, y en menor medida por orina, sudor y descamación cutánea.
Debido a su carácter esencial participando en cientos de reacciones enzimáticas en el organismo, y desempeñando funciones estructurales, catalíticas y reguladoras que permiten desde el crecimiento y la reparación de tejidos hasta el correcto funcionamiento del sistema inmunológico, el zinc debe incorporarse diariamente a través de la alimentación, ya que el cuerpo no posee mecanismos de almacenamiento a largo plazo que garanticen reservas suficientes, lo que hace que la ingesta adecuada sea un factor determinante para mantener la salud. Entre las principales funciones del zinc, podemos destacar:
- Refuerzo del sistema inmunitario. Ayuda a la maduración y funcionamiento de las células de defensa, reduciendo la susceptibilidad a infecciones. Fortalece las defensas del cuerpo.
- Crecimiento y reparación celular. Interviene en la síntesis de ADN y proteínas, así como en la cicatrización y regeneración de tejidos, por ello se utiliza en cremas y pomadas para heridas o irritaciones.
- Metabolismo energético y de nutrientes. Participa en reacciones enzimáticas (el funcionamiento de más de 300 enzimas depende del zinc) y participa en el metabolismo de carbohidratos, proteínas y grasas.
- Función neurológica. Contribuye a la comunicación entre neuronas, e influye en funciones cognitivas como la memoria y el aprendizaje.
- Reproducción y fertilidad. Es necesario para la producción hormonal y la formación de espermatozoides en hombres, y para el funcionamiento adecuado del sistema reproductivo femenino, participando en la ovulación y en el equilibrio hormonal.
- Sentido del gusto y del olfato. Mantiene el funcionamiento normal de los receptores sensoriales.
- Crecimiento y desarrollo. Especialmente importante durante el embarazo, la infancia y la adolescencia.
Dado que el cuerpo no es capaz de producir y de almacenar zinc en grandes cantidades, es fundamental incluirlo diariamente en la alimentación para mantener un adecuado funcionamiento del organismo.
Para obtener un aporte óptimo de zinc, es recomendable consumir una variedad de alimentos ricos en este mineral. Las mejores fuentes son los productos de origen animal, ya que su zinc se absorbe con mayor facilidad. Entre ellos destacan las carnes rojas, las aves, mariscos (especialmente las ostras), así como los lácteos y los huevos. También es posible obtener zinc de alimentos de origen vegetal como las legumbres (garbanzos, lentejas, frijoles), los frutos secos (nueces, almendras, avellanas), las semillas (calabaza, sésamo) y los cereales integrales, aunque su absorción puede ser menor que en los alimentos de origen animal, debido a la presencia de fitatos.
Esta diferencia es especialmente relevante en poblaciones que basan su alimentación principalmente en productos vegetales y en personas con requerimientos aumentados, como niños, adolescentes, mujeres embarazadas y adultos mayores.
La deficiencia de zinc es una condición nutricional que ocurre cuando la ingesta, absorción o utilización de este micronutriente esencial es insuficiente para cubrir las necesidades fisiológicas del organismo. Debido a que el zinc participa en numerosos procesos biológicos, su carencia puede producir una amplia variedad de alteraciones funcionales y estructurales.
Entre las causas principales de la deficiencia se encuentran una ingesta dietética insuficiente, especialmente dietas pobres en productos de origen animal, la presencia de fitatos en alimentos vegetales que disminuyen la absorción del mineral, trastornos gastrointestinales que limitan su absorción y estados fisiológicos de mayor demanda (embarazo, lactancia, infancia, adolescencia…).
Los síntomas clínicos asociados incluyen debilitamiento del sistema inmunológico, mayor susceptibilidad a infecciones, retraso en el crecimiento y desarrollo, pérdida de apetito, alteraciones del gusto y del olfato, caída del cabello, problemas dermatológicos como dermatitis o cicatrización lenta, y en casos severos, alteraciones reproductivas y trastornos cognitivos.
La prevención y el tratamiento de la deficiencia de zinc se basan fundamentalmente en una alimentación equilibrada que incluya fuentes adecuadas de este mineral. En situaciones de riesgo elevado o deficiencia comprobada, puede requerirse la suplementación bajo supervisión profesional para evitar tanto la carencia como el exceso, que también puede ser perjudicial.
En este sentido, el exceso de zinc, también conocido como toxicidad por zinc, es una condición que se produce cuando la ingesta de este micronutriente supera los niveles tolerables para el organismo, ya sea por consumo excesivo de suplementos, exposición ocupacional o, con menos frecuencia, por dietas muy desequilibradas. Aunque el zinc es esencial para numerosas funciones biológicas, su presencia en cantidades excesivas puede alterar diversos procesos metabólicos y provocar efectos adversos significativos.
Uno de los mecanismos principales de la toxicidad es la competencia del zinc con otros minerales, especialmente el cobre y el hierro. Una ingesta elevada de zinc puede interferir con la absorción de cobre, provocando deficiencia secundaria, anemia, disminución de la función inmunológica y alteraciones neurológicas. Además, niveles muy altos pueden afectar el metabolismo del hierro e inducir desequilibrios hematológicos.
Los síntomas del exceso de zinc dependen de la magnitud y el tiempo de exposición. En casos agudos, suelen aparecer náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea, dolor de cabeza y fatiga. La exposición clínica a dosis elevadas puede llevar a una reducción del colesterol HDL, alteraciones del gusto y del olfato, debilitamiento del sistema inmune y deficiencia de cobre. En situaciones más severas pueden ocurrir daños gastrointestinales y cambios en la función pancreática.
La principal causa del exceso de zinc es la suplementación inadecuada, especialmente cuando se consumen dosis muy por encima de las recomendaciones sin supervisión profesional. Los alimentos, por sí solos, rara vez producen toxicidad debido a los mecanismos reguladores del organismo y a los niveles relativamente moderados de zinc presentes en ellos.
Una dieta equilibrada que combine diversas fuentes de zinc, junto con una buena preparación de alimentos, ayuda a garantizar niveles adecuados de este nutriente. En caso de necesidades aumentadas, como embarazo, lactancia o dietas muy restrictivas, puede considerarse la supervisión de un profesional de salud para evaluar la necesidad de suplementos.
Por todo ello, el zinc no solo debe considerarse un simple nutriente, sino un elemento crucial para preservar la salud integral. Reconocer su papel en la fisiología humana, así como las causas y consecuencias de sus deficiencias, nos permite apreciar la relevancia de incorporar fuentes adecuadas de este mineral en la alimentación diaria. Esto resulta esencia para fomentar hábitos nutricionales que contribuyan al bienestar, la prevención de enfermedades y el óptimo desarrollo a lo largo de las distintas etapas de la vida.
2. OBJETIVOS
El objetivo del presente trabajo es analizar la evidencia científica disponible sobre la importancia del zinc como nutriente esencial en la dieta, evaluando sus funciones biológicas, requerimientos nutricionales, fuentes alimentarias, factores que afectan a su absorción, las consecuencias de su deficiencia y los beneficios de una adecuada ingesta para la salud humana.
3. METODOLOGÍA
Para la realización de este trabajo, se ha llevado a cabo una investigación consistente en una revisión bibliográfica, búsqueda y análisis de diferentes artículos. Para ello se emplearon las bases de datos más conocidas (Pubmed, Scielo, Elservier, Medline y Google Académico). Se revisaron para el estudio publicaciones en varios idiomas (español e inglés), siendo un motivo excluyente la fecha de publicación.
Las palabras clave que se han utilizado para la revisión fueron: zinc, oligoelementos, sistema inmunológico, absorción de minerales, biodisponibilidad, dieta equilibrada, minerales esenciales.
4. RESULTADOS Y CONCLUSIÓN
El análisis del papel del zinc en la vida humana demuestra que este mineral es indispensable para múltiples funciones biológicas. Se observa que participa en la actividad de cientos de enzimas, interviniendo directamente en procesos como la síntesis de ADN y proteínas, la cicatrización, la función inmunológica, el metabolismo energético y el desarrollo neurológico. Asimismo, se confirma que su presencia adecuada es fundamental en etapas de alta demanda, como el embarazo, la infancia y la adolescencia.
Los resultados también muestran que la deficiencia de zinc puede provocar alteraciones importantes, entre ellas disminución de las defensas, retraso en el crecimiento, problemas dermatológicos, trastornos del gusto y del olfacto, y afectaciones en la fertilidad. Por otro lado, se verifica que una alimentación variada, que incluya fuentes animales y vegetales de zinc, es suficiente para cubrir los requerimientos diarios en la mayoría de las personas.
En conclusión, el zinc es un nutriente esencial para la vida humana, vital para el mantenimiento del sistema inmunológico, la reparación de tejidos y el correcto funcionamiento metabólico. Debido a que el organismo no puede almacenarlo en grandes cantidades, su aporte diario a través de la dieta es indispensable. Consumir alimentos ricos en zinc y mantener un patrón alimentario equilibrado permite prevenir deficiencias y asegurar un estado óptimo de salud.
El reconocimiento de la importancia del zinc y de sus funciones clave subraya la necesidad de promover hábitos alimentarios adecuados y, cuando sea necesario, supervisar el uso de suplementos bajo orientación profesional.
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Declaración de buenas prácticas:
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.