Endometriosis una enfermedad ginecológica crónica que en ocasiones pasa desapercibida: revisión bibliográfica
Autora principal: Alexia Samantha Gray Ortega
Vol. XX; nº 04; 134
Endometriosis, a chronic gynecological disease that sometimes goes unnoticed: literature review
Fecha de recepción: 27/01/2025
Fecha de aceptación: 24/02/2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XX. Número 04 Segunda quincena de Febrero de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 04; 134
Autores:
- Alexia Samantha Gray Ortega. Médica Cirujana. Investigadora independiente. San José, Costa Rica. https://orcid.org/0009-0003-9231-2377
- Betzi Alejandra Montero Jiménez. Médica Cirujana. Investigadora independiente. San José, Costa Rica. https://orcid.org/0009-0000-2081-1933
- María Isabel Sandí Ramírez. Médica Cirujana. Investigadora independiente. San José, Costa Rica. https://orcid.org/0009-0008-2884-3030
- María Andrea Morales Villalobos. Médica Cirujana. Investigadora independiente. San José, Costa Rica. https://orcid.org/0009-0007-8652-8509
- Nancy Elena Ramírez Varela. Médica Cirujana. Investigadora independiente. San José, Costa Rica. https://orcid.org/0009-0001-3005-3408
- Camilo José Gómez Díaz. Médico Cirujano. Investigadora independiente. San José, Costa Rica. https://orcid.org/0009-0006-4213-3081
- María Celeste Arguello Carvajal. Médica Cirujana. Investigadora independiente. San José, Costa Rica. https://orcid.org/0009-0000-9146-7623
Resumen:
La endometriosis es una afección ginecológica crónica que se caracteriza por el crecimiento anómalo de tejido endometrial fuera de la cavidad uterina. Este tejido ectópico, que imita el endometrio que normalmente recubre el interior del útero, puede encontrarse en diversas localizaciones, incluyendo los ovarios, las trompas de Falopio, el revestimiento de la pelvis e, incluso, en otros órganos a lo largo del tracto reproductivo y en la cavidad abdominal. La presencia de este tejido fuera de su ubicación habitual puede provocar una serie de síntomas debilitantes, entre los que destacan el dolor pélvico crónico, que suele intensificarse durante el ciclo menstrual, dolor durante las relaciones sexuales, dolor al defecar o al orinar, y sangrado menstrual abundante o irregular.
Este artículo ofrece una revisión exhaustiva de la endometriosis, abordando en profundidad las causas subyacentes de la enfermedad, los síntomas típicos y los factores de riesgo asociados. Se examinan las teorías actuales sobre los mecanismos patológicos que contribuyen al desarrollo de la endometriosis, incluyendo factores hormonales, inmunológicos y genéticos. Además, se destaca la importancia de un diagnóstico precoz, ya que la detección temprana puede ser crucial para el manejo efectivo de la enfermedad y para la reducción de sus impactos negativos en la calidad de vida de las pacientes.
El conocimiento de los factores de riesgo, como predisposición genética y exposición a estrógenos, es fundamental para entender la endometriosis. Aunque la causa exacta aún no está clara.
Se recomienda un enfoque multidisciplinario en el manejo de la endometriosis, que incluya la participación de diferentes especialistas para abordar los diversos aspectos de la enfermedad. La educación, la concienciación y un estilo de vida saludable pueden contribuir a una mejor gestión de la enfermedad. La investigación continua es esencial para avanzar en el tratamiento y mejorar la calidad de vida de las pacientes.
Palabras Clave: Endometriosis, Tejido endometrial, Dolor pélvico crónico, Síntomas debilitantes, Diagnóstico precoz, Tratamiento médico, Tratamiento quirúrgico, Mecanismos patológicos.
Summary:
Endometriosis is a chronic gynecological condition characterized by abnormal growth of endometrial tissue outside the uterine cavity. This ectopic tissue, which mimics the endometrium that normally lines the inside of the uterus, can be found in various locations, including the ovaries, fallopian tubes, lining of the pelvis, and even in other organs along the reproductive tract and in the abdominal cavity. The presence of this tissue outside its usual location can cause a series of debilitating symptoms, including chronic pelvic pain, which often intensifies during the menstrual cycle, pain during sexual intercourse, pain when defecating or urinating, and bleeding. heavy or irregular menstrual cycle.
This article provides a comprehensive review of endometriosis, addressing in depth the underlying causes of the disease, typical symptoms, and associated risk factors. Current theories on the pathological mechanisms that contribute to the development of endometriosis are examined, including hormonal, immunological and genetic factors. Furthermore, the importance of early diagnosis is highlighted, since early detection can be crucial for the effective management of the disease and for reducing its negative impacts on the quality of life of patients.
Knowledge of risk factors, such as genetic predisposition and exposure to estrogen, is essential to understanding endometriosis. Although the exact cause is still unclear, theories include retrograde menstruation and immunological disturbances.
A multidisciplinary approach is recommended in the management of endometriosis, including the participation of different specialists to address the various aspects of the disease. Education, awareness and a healthy lifestyle can contribute to better management of the disease. Continued research is essential to advance treatment and improve patients’ quality of life.
Keywords: Endometriosis, Endometrial tissue, Chronic pelvic pain, Debilitating symptoms, Early diagnosis, medical treatment, Surgical treatment, Pathological mechanisms.
Declaración de buenas prácticas.
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.
Introducción
La endometriosis es una afección ginecológica crónica que afecta a una proporción significativa de mujeres en edad reproductiva. Se caracteriza por la presencia de tejido endometrial, similar al que recubre el interior del útero, en ubicaciones fuera de la cavidad uterina. Este tejido ectópico puede encontrarse en diversas áreas del tracto reproductivo y en la cavidad abdominal, incluyendo los ovarios, las trompas de Falopio, el revestimiento de la pelvis y, en casos más raros, en otros órganos. La presencia de este tejido fuera de su ubicación normal puede causar una serie de problemas de salud, afectando significativamente la calidad de vida de las pacientes.
El principal síntoma de la endometriosis es el dolor pélvico crónico, que suele ser más intenso durante el ciclo menstrual. Además del dolor pélvico, las pacientes pueden experimentar dolor durante las relaciones sexuales, dolor al defecar o al orinar, y sangrado menstrual abundante o irregular. La severidad de los síntomas puede variar ampliamente entre las pacientes, con algunas mujeres experimentando síntomas graves que afectan su capacidad para realizar actividades diarias, mientras que otras pueden tener síntomas más leves o incluso ser asintomáticas.
La endometriosis se asocia con diversos factores de riesgo, incluyendo predisposición genética, factores hormonales y anomalías en el sistema inmunológico. Aunque la causa exacta de la endometriosis sigue sin estar completamente clara, se han propuesto varias teorías, como la retrogradación menstrual, la diseminación hematógena o linfática, y la metaplasia celómica, que sugieren diferentes mecanismos patológicos subyacentes a la enfermedad.
Este artículo proporciona una revisión exhaustiva de la endometriosis, abordando las causas, los síntomas y los factores de riesgo asociados con la enfermedad. Se analiza la importancia del diagnóstico precoz, ya que una detección temprana puede ser crucial para el manejo efectivo de la enfermedad y para minimizar su impacto en la calidad de vida de las pacientes. Además, se revisan las opciones de tratamiento disponibles, que incluyen tanto enfoques médicos, como el uso de medicamentos hormonales y analgésicos, como quirúrgicos, con técnicas para la extirpación del tejido endometrial ectópico.
La afectación sigue siendo un desafío médico significativo, debido a su naturaleza crónica y a la variabilidad en la presentación de los síntomas. Por lo tanto, se requiere un enfoque multidisciplinario que involucre a ginecólogos, especialistas en dolor, psicólogos y otros profesionales de la salud para proporcionar un cuidado integral y mejorar la calidad de vida de las pacientes afectadas.
Método
Para investigar en profundidad el tema de la endometriosis, se ha implementado una metodología exhaustiva que combina la recopilación detallada de datos con un análisis crítico de la información disponible. Este enfoque bibliográfico es particularmente adecuado para el estudio de la endometriosis, ya que proporciona una base teórica sólida y permite una evaluación reflexiva de la literatura existente sobre la enfermedad.
El proceso metodológico comenzó con una búsqueda sistemática de fuentes confiables en bases de datos académicas y plataformas médicas especializadas. Se llevó a cabo una revisión minuciosa de la literatura actualizada, priorizando fuentes que ofrecieran información relevante y precisa sobre la endometriosis. La búsqueda incluyó artículos científicos, estudios de caso, revisiones sistemáticas y directrices clínicas publicadas en revistas especializadas y sitios web médicos verificados.
Tras la obtención de las fuentes, se realizó una lectura detallada y crítica de los materiales seleccionados para comprender los aspectos fundamentales de la endometriosis, tales como sus causas, síntomas, mecanismos patológicos, diagnóstico y opciones de tratamiento. Esta lectura crítica permitió identificar y seleccionar las fuentes más pertinentes y actuales para el marco teórico del estudio, asegurando que la información utilizada fuera relevante y reflejara los últimos avances en el campo.
El método empleado en este trabajo es de tipo bibliográfico, centrado en la literatura existente que ofrece una base teórica robusta para la investigación. Las conclusiones del artículo se basarán en los datos y evidencias recopiladas, proporcionando una visión integral de la endometriosis y contribuyendo a una mejor comprensión y manejo de la enfermedad.
Epidemiología y factores de riesgo
La prevalencia de la endometriosis es difícil de determinar debido a los desafíos en su diagnóstico, los cuales se deben a la variedad de síntomas y su gravedad, además de que un número significativo de pacientes no presenta síntomas. Se estima que afecta entre el 6% y el 10% de las mujeres en edad reproductiva, entre el 50% y el 60% de las mujeres y adolescentes con dolor pélvico, y hasta el 50% de las mujeres que experimentan infertilidad. La prevalencia de mujeres asintomáticas varía entre un 2% y un 50%, dependiendo de los criterios diagnósticos empleados y la población estudiada (1,2).
La variabilidad en la prevalencia de la endometriosis refleja la complejidad de su diagnóstico, influenciado por factores como la diversidad en los síntomas y la presencia de casos asintomáticos. Esto subraya la necesidad de enfoques diagnósticos más precisos y estandarizados para mejorar la identificación y manejo de esta condición.
La edad más común para el diagnóstico de endometriosis es aproximadamente a los 40 años, aunque este dato proviene de un estudio de cohorte realizado con mujeres que asisten a clínicas de planificación familiar. Entre los factores de riesgo asociados a la endometriosis se encuentran la obstrucción del flujo menstrual (como las anomalías müllerianas), la exposición al dietilbestrol durante la vida intrauterina, la exposición prolongada a estrógenos endógenos (como una menarca temprana, menopausia tardía u obesidad), ciclos menstruales cortos, bajo peso al nacer y la exposición a sustancias que alteran el sistema endocrino (3)
Estudios familiares y en gemelos indican la existencia de un componente genético en la endometriosis. El consumo de carne roja y grasas trans está relacionado con un mayor riesgo de desarrollar endometriosis confirmada por laparoscopia, mientras que la ingesta de frutas, vegetales verdes y ácidos grasos n-3 de cadena larga está asociada con una disminución del riesgo. La lactancia prolongada y la multiparidad son factores protectores. Además, la endometriosis se vincula con un riesgo elevado de enfermedades autoinmunes y de ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de ovario endometrioide y de células claras, así como con otros tipos de cáncer, incluidos el linfoma no Hodgkin y el melanoma (2).
La relación entre factores genéticos y ambientales en la endometriosis pone de manifiesto la complejidad de su etiología. El impacto de la dieta y los hábitos reproductivos, junto con la predisposición genética, sugiere que tanto las intervenciones nutricionales como las decisiones relacionadas con la maternidad podrían influir en el riesgo de desarrollar la enfermedad. Además, la asociación de la endometriosis con enfermedades autoinmunes y varios tipos de cáncer resalta la importancia de un seguimiento médico riguroso en mujeres con esta condición.
Patogénesis
La patogenia de la endometriosis es multifactorial e involucra varios factores, como la presencia de tejido endometrial ectópico, la acción hormodependiente, alteraciones en la proliferación y apoptosis celular, un sistema inmune alterado, factores genéticos y la disfunción de la señalización endocrina. Existen varias teorías que explican la génesis de la endometriosis, entre las cuales se incluyen las siguientes:
La patogénesis de la endometriosis sigue siendo desconocida, pero las principales teorías incluyen la menstruación retrógrada, la alteración del sistema inmunitario, la metaplasia del epitelio germinal y la diseminación metastásica. Estudios recientes también sugieren la implicación de células madre y posibles orígenes genéticos en el desarrollo de la enfermedad (4).
No existe consenso sobre el origen histológico de la endometriosis. Sampson propuso que los fragmentos de endometrio menstrual se desplazan de manera retrógrada a través de las trompas de Falopio, se implantan en las superficies peritoneales y persisten allí. Este mecanismo fue demostrado en modelos primates, observado en humanos y confirmado por el hecho de que la endometriosis ocurre exclusivamente en especies que menstrúan, como los humanos y otros primates (5).
Por otro lado, la hipótesis de la metaplasia celómica sugiere que las lesiones endometriósicas dentro de la cavidad peritoneal se originan a partir de la diferenciación de células mesoteliales en tejido similar al endometrio (5).
Una tercera hipótesis plantea que el tejido menstrual de la cavidad endometrial se desplaza a otros sitios a través de venas o vasos linfáticos. Además, se ha propuesto que las células sanguíneas circulantes originadas en la médula ósea podrían diferenciarse en tejido endometriósico en diferentes lugares del cuerpo (5).
Probar o refutar estas hipótesis es complicado debido a la dificultad de crear modelos clínicamente relevantes. La hipótesis de implantación de Sampson es un mecanismo plausible para la mayoría de las lesiones endometriales, pero no explica por qué la endometriosis se desarrolla en algunas mujeres y no en la mayoría. Aunque la mayoría de las mujeres experimentan reflujo menstrual en la cavidad peritoneal, la endometriosis solo se presenta en un 5% a 10% de los casos (5).
Defectos moleculares o anomalías inmunológicas podrían ser responsables de la implantación exitosa del reflujo endometrial en la superficie peritoneal. Además, hay diferencias moleculares claras entre el tejido endometrial y el tejido endometriósico, como la sobreproducción de estrógenos, prostaglandinas y citoquinas en este último (5).
Lo anterior muestra un análisis detallado de las principales teorías sobre la patogénesis de la endometriosis, subrayando la complejidad y las múltiples vías posibles para su desarrollo. Las hipótesis, como la implantación retrógrada de Sampson, la metaplasia celómica y la diseminación linfática o hematógena, ofrecen diferentes perspectivas sobre cómo el tejido endometrial podría localizarse fuera de su sitio habitual. Sin embargo, la falta de un consenso claro resalta las dificultades para comprender completamente la etiología de la enfermedad. La presencia de diferencias moleculares entre el tejido endometrial normal y el endometriósico también sugiere que factores adicionales, como anomalías inmunológicas o defectos moleculares, podrían jugar un papel crucial en la aparición de la endometriosis. Esta diversidad en las hipótesis refuerza la idea de que la endometriosis es una condición multifactorial y heterogénea, lo que hace que su estudio y tratamiento continúen siendo un desafío significativo en la medicina ginecológica.
Factores de riesgo
Existen varios factores que pueden contribuir a la manifestación de la endometriosis. Por otro lado, también hay factores «protectores» que están asociados con un menor riesgo de desarrollar la enfermedad. Entre los factores de riesgo, se destacan los antecedentes familiares. Se ha observado que las mujeres con familiares de primer grado que padecen endometriosis tienen una prevalencia aumentada del 6% al 9%, e incluso hasta un 15% en casos de enfermedad severa (6).
Además, la exposición prolongada a estrógenos endógenos también contribuye a la aparición de la endometriosis. Esto se asocia con condiciones como la nuliparidad, una menarquia temprana (antes de los 11 años), ciclos menstruales cortos (menos de 26 días) y una menopausia tardía (después de los 55 años). La obstrucción del flujo menstrual, como ocurre en las anomalías müllerianas, también favorece la menstruación retrógrada. Otros factores de riesgo, aunque de menor magnitud, incluyen un índice de masa corporal bajo, el consumo de carne y grasas trans insaturadas, y la exposición al dietilestilbestrol (7,8).
Manifestaciones clínicas
Existen diversas formas clínicas que pueden guiar en relación con la etiología mencionada anteriormente, entre ellas se encuentran la adenomiosis, que afecta al miometrio; los quistes de ovario, que se conocen como endometriomas; en el peritoneo se puede detectar el hallazgo de endometriosis peritoneal, en el tórax la endometriosis torácica, y por último la endometriosis profunda o del tabique rectovaginal (9). El cuadro clásico de endometriosis se presenta en mujeres en sus años reproductivos, asociando dolor pélvico generalizado, dismenorrea, dispareunia, masa ovárica (endometrioma) y datos sugestivos de infertilidad (10).
La cita anterior proporciona una visión general de las diversas formas clínicas en las que la endometriosis puede manifestarse, lo que es crucial para comprender su complejidad y su impacto en diferentes áreas del cuerpo. Cada manifestación clínica, como la adenomiosis, los endometriomas, y las formas peritoneal, torácica o profunda de la endometriosis, contribuye a un cuadro clínico que puede variar ampliamente entre las pacientes. Esta diversidad en la presentación resalta la importancia de un enfoque diagnóstico detallado y personalizado, que permita identificar la forma específica de la enfermedad y orientar el tratamiento adecuado. La combinación de síntomas como el dolor pélvico, la dismenorrea, la dispareunia y la infertilidad es indicativa de la naturaleza sistémica y multifacética de la endometriosis, lo que hace que su manejo requiera un enfoque multidisciplinario para abordar las diferentes dimensiones de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de las pacientes.
En casos de dismenorrea, las pacientes suelen describir un dolor pélvico sordo o tipo cólico que comienza aproximadamente dos días antes de la menstruación, persiste durante el período y puede continuar unos días después de que este finaliza. Si se presenta una sensación de presión, esto podría indicar la presencia de una masa anexial, ya que este es un síntoma comúnmente asociado (11).
La dispareunia se puede ver asociada en caso de endometriosis peritoneal o profundamente infiltrante; en estos casos, los tejidos ectópicos se encuentran en ligamentos uterosacros, en el fornix vaginal posterior, pared rectal anterior, tabique rectovaginal y en la bolsa de Douglas (11). Entre los síntomas menos frecuentes se encuentran la fatiga crónica, disfunción intestinal (cambios en el patrón intestinal desde diarrea hasta estreñimiento y cólicos), disfunción vesical (síntomas urinarios inespecíficos como disuria o polaquiuria), lumbalgia, sangrado uterino anormal y neumotórax espontáneo recurrente conocido como catamenial, debido a implantes en la pleura. Estos síntomas pueden ocurrir solos o en conjunto (13,14).
Diagnóstico
El diagnóstico de endometriosis se realiza mediante laparoscopía diagnóstica, este es el método más utilizado; permite evaluar las estructuras retroperitoneales, visualizar las lesiones involucradas de cada órgano, delimitar el tejido que se encuentra afectado, toma de biopsias para estudio histológico y resección quirúrgica como tratamiento (14). La confirmación visual por un experto tiene un valor limitado, presenta una sensibilidad de 94% a 97% y especificidad de entre 77% y 85%. Las características de las lesiones clásicas de la endometriosis suelen observarse como lesiones tipo quemaduras o con coloración marrón – rojizo con distorsión anatómica, opacidades blanquecinas, decoloraciones de color marrón amarillento, aparición de lesiones de color tipo azul marrón que se conocen como «quemaduras por pólvora”, también se pueden observar placas y nódulos (14).
Es importante señalar que, aunque la laparoscopia diagnóstica es el método más confiable para confirmar la presencia de endometriosis, el procedimiento no está exento de limitaciones y riesgos. La naturaleza invasiva de la laparoscopia, junto con la posibilidad de errores en la interpretación visual, subraya la necesidad de desarrollar y mejorar métodos diagnósticos no invasivos. Avances recientes en la investigación apuntan a la identificación de biomarcadores en sangre, orina y otros fluidos corporales que podrían facilitar un diagnóstico temprano y menos invasivo, mejorando así el pronóstico y manejo de la enfermedad. Sin embargo, estos métodos aún están en desarrollo y requieren validación adicional antes de ser implementados en la práctica clínica rutinaria.
Tratamiento médico
El objetivo del tratamiento médico es controlar el dolor del paciente durante el mayor tiempo posible, y así limitar el número de intervenciones quirúrgicas.
Antiinflamatorios no esteroideos: los antiinflamatorios no esteroideos (AINES), tratamiento de primera línea en pacientes con dolor leve a moderado y sin evidencia ecográfica de endometrioma, que desean tener un embarazo, ya que son medicamentos de bajo riesgo, con pocos efectos secundarios y además mejoran el cuadro clínico en cuanto al dolor. Se deben evitar los inhibidores selectivos de la COX-2 (por ejemplo: celecoxib) en pacientes que pretenden quedar embarazadas, debido a que estos medicamentos pueden prevenir o retrasar la ovulación (15).
Anticonceptivos hormonales combinados, es el tratamiento de primera línea para pacientes con dolor asociado a la endometriosis porque se pueden utilizar por tiempo prolongado. En general, son bien tolerados, sencillos de usar, no suelen ser tan costosos, brindan beneficios adicionales como anticonceptivo y disminuyen el riesgo de cáncer de endometrio y ovario (15).
Su mecanismo de acción es al abolir la función ovárica, decidualiza y atrofia el tejido endometrial, por lo que reduce la actividad y el dolor de la endometriosis. Se utilizan más que todo en casos de pacientes que no pueden ser intervenidas quirúrgicamente o para evitar la progresión y recurrencia de la enfermedad posterior a procedimiento quirúrgico (15).
Tratamiento quirúrgico
Se reserva la intervención quirúrgica a mujeres quienes, a pesar del tratamiento médico brindado con las dosis adecuadas, no responden, persisten con síntomas y persiste la afectación de calidad de vida. El gold standard es por medio de cirugía laparoscópica, y la intervención puede ser conservadora (ablación o resección de lesiones), definitiva (histerectomía con o sin ovariectomía más la resección de endometriosis) o radical (extracción de todos los implantes visibles en el momento de la cirugía) (15).
Conclusiones
Al finalizar la revisión sobre la endometriosis, se concluye que esta afección ginecológica crónica y compleja afecta a una proporción significativa de mujeres en edad reproductiva, presentando desafíos tanto para el diagnóstico como para el tratamiento. La endometriosis se caracteriza por la presencia de tejido endometrial fuera de su ubicación normal, lo que puede provocar una variedad de síntomas debilitantes, con el dolor pélvico crónico siendo uno de los más prominentes.
Aunque la causa exacta de la endometriosis sigue siendo un tema de debate, las teorías predominantes incluyen la retrogradación menstrual, las alteraciones en el sistema inmunológico y la influencia de factores genéticos. La retrogradación menstrual, en la que el tejido endometrial se desplaza hacia la cavidad pélvica en lugar de ser expulsado durante la menstruación, es una explicación plausible, pero no explica completamente por qué algunas mujeres desarrollan la enfermedad mientras que otras no. Las anomalías en la respuesta inmune y las predisposiciones genéticas también contribuyen al desarrollo de esta condición, sugiriendo que la interacción entre múltiples factores es crucial para su aparición.
La endometriosis está estrechamente relacionada con un mayor riesgo de infertilidad, lo cual exacerba su impacto en la calidad de vida de las pacientes. Este aspecto destaca la necesidad de una identificación temprana y un manejo efectivo para minimizar las consecuencias sobre la fertilidad y el bienestar general.
El diagnóstico precoz de la endometriosis es crucial para un manejo adecuado y eficaz. La laparoscopia continúa siendo el estándar de oro debido a su capacidad para permitir la visualización directa de las lesiones endometriósicas y la toma de biopsias para confirmación histológica. No obstante, dada la invasividad del procedimiento, es imperativo que se continúen desarrollando y validando métodos menos invasivos para facilitar una detección temprana más accesible y menos traumática.
En cuanto al tratamiento, se presentan opciones tanto médicas como quirúrgicas. Los enfoques médicos se centran en el alivio de los síntomas a través del uso de analgésicos y terapias hormonales, mientras que el tratamiento quirúrgico se reserva para los casos más graves o aquellos que no responden adecuadamente a la terapia médica. La elección del tratamiento debe ser individualizada, considerando la severidad de los síntomas, la edad de la paciente y sus deseos respecto a la fertilidad futura. La combinación de estrategias médicas y quirúrgicas, junto con un enfoque multidisciplinario que involucre ginecólogos, especialistas en dolor y otros profesionales de la salud, es fundamental para ofrecer un cuidado integral y mejorar la calidad de vida de las pacientes con endometriosis.
Finalmente, se requiere una mayor investigación para comprender completamente la etiología de la endometriosis y para desarrollar nuevas y mejores opciones de tratamiento. La colaboración entre investigadores, clínicos y pacientes es esencial para avanzar en el conocimiento de esta compleja enfermedad y en la mejora de las estrategias de manejo y tratamiento.
Recomendaciones
En función de los datos recopilados y analizados en esta revisión, se recomienda un enfoque multidisciplinario para el manejo de la endometriosis. Este enfoque debe incluir la participación de ginecólogos, especialistas en dolor, nutricionistas y psicólogos para abordar los múltiples aspectos de la enfermedad. Es importante fomentar la educación y la concienciación sobre la endometriosis tanto entre las pacientes como entre los profesionales de la salud, con el fin de mejorar la detección temprana y el manejo de la enfermedad.
Asimismo, se sugiere la adopción de un estilo de vida saludable como medida preventiva, incluyendo una dieta rica en frutas, vegetales y ácidos grasos omega-3, así como la reducción del consumo de carne roja y grasas trans. La promoción de la lactancia prolongada y la planificación familiar también pueden contribuir a reducir el riesgo de desarrollar endometriosis.
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