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Envejecimiento activo y sus repercusiones en salud

Envejecimiento activo y sus repercusiones en salud

INTRODUCCIÓN: España se enfrenta a un gran cambio demográfico como es el envejecimiento poblacional. Este cambio representa un grande triunfo y también un grande desafío; de manera que exige adecuación de las políticas.

AUTORES 

Carlos Manuel Marín Cañado

Saray Mojarro Girol

Marta Rodríguez García

Diplomados y Másters en Ciencias de la Enfermería

RESUMEN

OBJETIVOS: Describir la situación actual del envejecimiento en España; describir los conceptos del envejecimiento activo; analizar su repercusión en el contexto español.

MÉTODO: Se llevó a cabo una revisión sistemática de artículos en diferentes bases de datos.

DESARROLLO DEL TEMA:

El envejecimiento activo es el proceso de optimización de oportunidades de salud, participación y seguridad con el objetivo de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen, de tal modo que permita que las personas desarrollen su potencial de bienestar físico, social y mental a lo largo de toda la vida y participen conforme a sus necesidades, deseos y capacidades. Este proceso está provocando grande inquietud en lo que se refiere a los gastos públicos, ya que repercutirá de forma significativa en el sector más costoso del estado de bienestar de la población.

En cuanto a la salud, la sanidad española ha de hacer frente a un aumento de los costes debido a la incidencia significativa de problemas de salud y la demanda de cuidados relativa a las enfermedades crónicas y a la discapacidad. Pero es necesario cambiar el enfoque y pasar a considerar  el envejecimiento como un logro de una  sociedad desarrollada, eso sí, haciéndose necesaria la reprogramación de acciones económicas, políticas y sociales. El futuro del envejecimiento depende tanto de factores económicos, de empleo y de la productividad, como de los compromisos de la sociedad.

Palabras clave: envejecimiento; envejecimiento activo; salud.

  1. INTRODUCCIÓN

España al igual que el resto de los países europeos se enfrenta a un gran cambio demográfico como es el envejecimiento poblacional, es decir, el aumento en el número de personas mayores. Este cambio representa un grande triunfo y también un grande desafío, pues supone un aumento en la población pasiva lo que supone el aumento de la discapacidad y el gasto sanitario. De manera que el envejecimiento poblacional exige adecuación de las políticas públicas económicas y sociales y, en especial, de las  políticas sanitarias.

En los últimos años se ha trabajado estimulando el envejecimiento activo desde distintos ámbitos sociales y políticos españoles, haciendo énfasis en el fomento y la manutención de la capacidad funcional de las personas mayores.

  1. OBJETIVOS

Como objetivos del presente artículo nos proponemos:

  • Describir la situación actual del envejecimiento en España.
  • Describir los conceptos del envejecimiento activo.
  • Analizar la repercusión del envejecimiento activo en el actual contexto político-sanitario español.
  1. MÉTODO

Se llevó a cabo una revisión sistemática de artículos en las bases de datos Medline, Cuiden y Google Académico mediante la utilización de las palabras claves: envejecimiento, envejecimiento activo y salud. Realizando una filtración entre los resultados hallados, en la cual sólo fueron seleccionados los artículos centrados en la situación Española.

  1. DESARROLLO DEL TEMA
    • ENVEJECIMIENTO EN ESPAÑA

Entre los años 2000 y 2050 la población mundial mayor de 60 años se triplicará, ya que gracias a los avances científicos, al alto nivel de la sanidad pública y al desarrollo de políticas sociales se ha producido un incremento de la esperanza de vida, lo que unido a la disminución de la natalidad, aumenta aún más la proporción de personas mayores (1). España será en 2050 el segundo país del mundo más viejo tras Japón (2). Por primera vez en la historia de España se ha producido una inversión demográfica, es decir, hay mayor número de personas de más de 65 años que niños entre 0 y 14 años (3).

  • ENVEJECIMIENTO ACTIVO

La OMS (1998) ha definido al envejecimiento activo como: “El proceso de optimización de oportunidades de salud, participación y seguridad con el objetivo de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen, de tal modo que permita que las personas desarrollen su potencial de bienestar físico, social y mental a lo largo de toda la vida y participen conforme a sus necesidades, deseos y capacidades” (1).

Al hablar de “activo” se refiere a la participación de la persona en actividades no solo físicas, sino también sociales, económicas, políticas, culturales y espirituales tendiendo a la mejora en su calidad de vida. La capacidad de desempeñar roles en cada una de estas áreas de manera autónoma se traduce como capacidad funcional. Abarca desde las actividades físicas más simples de la vida diaria hasta las más complejas (toma de decisiones, manejo de finanzas, etc.) (4). La meta de este modelo de envejecimiento es crear más oportunidades para los ancianos para permanecer más en el trabajo, contribuir más en la sociedad como voluntarios y cuidadores, y permanecer independiente durante tanto tiempo como sea posible.

  • ENVEJECIMIENTO ACTIVO, ECONOMÍA Y POLÍTICA SANITARIA ESPAÑOLA

El proceso de envejecimiento está provocando grande inquietud en lo que se refiere a los gastos públicos en sus ámbitos políticos, económicos y sociales, con la preocupación de que el envejecimiento conllevará un importante gasto en sanidad y atención a las personas mayores. La mayoría de los expertos afirma que el envejecimiento de la población repercutirá de forma significativa en el sector más costoso del Estado de Bienestar entre los que se encuentra el sector sanitario (5). Tal afirmación se basa en que, generalmente, a medida que las personas envejecen, las enfermedades crónicas no transmisibles se convierten en las principales causas de morbilidad, discapacidad y mortalidad, unido a un aumento la demanda de medicamentos que se usan para retrasar y tratar las enfermedades crónicas, aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida. Tal situación exige el esfuerzo de las políticas públicas para aumentar el acceso asequible a medicamentos y nuevas tecnologías sanitarias (6).

El actual sistema sanitario español, basado en los conceptos de Servicio Nacional de Salud, tiene como principios la  cobertura universal y la equidad de las políticas sanitarias, siendo financiado con impuestos. Este sistema de sustentación establece un valor mínimo que las Comunidades Autónomas españolas deben asignar anualmente para financiar las cuestiones sanitarias acuerdo al criterio per cápita. En este contexto la sanidad española ha de hacer frente a un aumento de los costes debido a la incidencia significativa de problemas de salud y que el crecimiento de esta franja poblacional hará que aumente la demanda de cuidados de larga duración relativa a las enfermedades crónicas y a la discapacidad (5).

La actual situación económica española puso el envejecimiento poblacional bajo un enfoque negativo, como un peso para el sistema sanitario y social. Se hace necesario cambiar el enfoque salir de la perspectiva que ve el envejecimiento como un problema y pasar a considerarlo como un logro de una  sociedad desarrollada, siendo sí necesaria la reprogramación de acciones económicas, políticas y sociales (4). El futuro del envejecimiento depende tanto de factores económicos, como el empleo y la productividad, como de los compromisos de la sociedad en la cobertura de riesgos, o sea, de las políticas de redistribución de la renta y el riesgo (7).

Además de este enfoque global también es necesario reforzar que el aumento de los gastos sanitarios se relacionan con otros factores que no el envejecimiento poblacional, como lo son las ineficacias de los proveedores asistenciales, la construcción de muchos hospitales sin real necesidad, sistemas de pago que fomentan estancias hospitalarias largas, el excesivo número de intervenciones médicas y el uso inadecuado de tecnologías de alto costo. Tampoco tienen en cuenta que muchas de las enfermedades crónicas no transmisibles pueden prevenirse o retrasarse (6). Así, los responsables de las políticas sanitarias pueden actuar en muchos de estos problemas, mejorando la efectividad del sistema sanitario y, consecuentemente, disminuyendo los despilfarros en el ámbito de la gestión sanitaria.

De esta manera los costes de la asistencia de larga duración pueden administrarse si las políticas y los programas toman en consideración la prevención y el papel de la asistencia informal, las políticas sanitarias deberían salir del ámbito curativo, priorizando la medicina preventiva (7). Esto requiere una nueva orientación de los sistemas de salud.

Por lo que la aceptación del envejecimiento activo permitiría que los mayores alarguen su vida de forma activa y libre de discapacidad, permaneciendo sanas y necesitando menos tratamientos médicos y servicios sanitarios. Así los países pueden afrontar el envejecimiento con ventajas económicas si los gobiernos, las organizaciones internacionales y la sociedad fomentan políticas y programas que promuevan el envejecimiento activo.

  1. CONCUSIONES

Es importante recordar que el aumento en la esperanza de vida es un logro de las sociedades desarrolladas y con sistemas sanitarios avanzados.

El envejecimiento poblacional es un hecho que la sociedad española debe afrontar y para el cual necesita prepararse de manera que este cambio demográfico sea beneficioso para toda la sociedad. Dentro del contexto económico y sanitario, la promoción del envejecimiento activo debe ser uno de los pilares fundamentales en los que deben centrarse las políticas de promoción y prevención para evitar el aumento incontrolable de la demanda sanitaria y así, mantener los gastos sanitarios bajo control.

Desde el punto de vista biológico disminuye  el riesgo de padecer enfermedades crónicas, a la vez que mejora la movilidad y el estado físico general  contribuyendo, por tanto, a la disminución de la discapacidad. Desde la salud mental contribuye a la disminución de la ansiedad y depresión. Socialmente aumenta el relacionamiento de las personas mayores y su autonomía frente a las diversas actividades de la vida diaria, lo que provoca un aumento del bienestar general. Económicamente contribuye a la disminución del gasto sanitario global ya que la demanda de atención de salud sería menor por reducción de dolencias que se presentan en el envejecimiento secundario y enfermedades crónicas no transmisibles.

Dentro de lo que rige el envejecimiento activo en el período de crisis en el que España se encuentra, la implantación de ajustes no sólo en las políticas sanitarias, sino también en la socioeconómica es la manera de garantizar el mantenimiento de la atención sanitaria a los mayores sin el aumento de los costes.

Cabe destacar la necesidad de que los dirigentes políticos evalúen los resultados cuantitativos y cualitativos de la adopción del proceso de envejecimiento activo en el ámbito sanitario, teniendo en cuenta sus múltiples factores determinantes.

  1. BIBLIOGRAFÍA
  • OMS (1998): Envejecimiento saludable, el envejecimiento y la actividad física en la vida diaria, OMS, Ginebra, 1998.
  • Moreno Millán, E. (s.f.): “Cambios demográficos y sostenibilidad del sistema sanitario público español”, Economía de la salud, 71(3): 94-97.
  • Abellán García, A. y Esparza Catalán, C. (2011): “Un perfil de las personas mayores en España, 2011. Indicadores estadísticos básicos”, Informes Portal Mayores, Madrid, 127.
  • Fundación General CSIC (2010): Informe de la I+D+i sobre envejecimiento, CSIC, Madrid, 2010.
  • Martinez-Ramos, C. (2009): “Nuevos retos el sistema sanitario”, Reduca Serie Medicina, Madrid, 1 (1): 19‐39, 2009.
  • (2002). Envejecimiento activo: un marco político. Revista Especialista en Geriatría y Gerontología, 37(S2), 74–105.
  • Ministerio de Sanidad y Política Social (2010): Presentación y Resumen del Libro Blanco del Envejecimiento Activo -Temas para el Debate-, MSC, Madrid, 2010.