Inicio > Ginecología y Obstetricia > Esterilización tubárica ¿Existe evidencia para realizar salpinguectomía bilateral de primera elección?

Esterilización tubárica ¿Existe evidencia para realizar salpinguectomía bilateral de primera elección?

Esterilización tubárica ¿Existe evidencia para realizar salpinguectomía bilateral de primera elección?

Autora principal: María Jesús Puente Luján

Vol. XVIII; nº 7; 363

Tubal sterilization. Is there evidence to perform first-choice bilateral salpingectomy?

Fecha de recepción: 19/02/2023

Fecha de aceptación: 30/03/2023

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVIII. Número 7 Primera quincena de Abril de 2023 – Página inicial: Vol. XVIII; nº 7; 363

Autores:

  • Puente Luján, María Jesús1
  • Giménez Molina, Claudia1
  • Navarro Sierra, Javier2
  • Barberá Pérez, Luis Daniel3
  • Salas Trigo, Eva María4
  • Giménez Molina, Virginia4
  • Laliena Oliva, Clara5

Centro de Trabajo:

  1. Hospital Universitario San Jorge. Huesca. España.
  2. Hospital de Barbastro. Huesca. España
  3. Centro de Salud Illueca. Zaragoza. España
  4. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. España
  5. Centro de Salud Fidel Pagés Miravé. Huesca. España

Resumen:

La última evidencia científica ha demostrado que las trompas de Falopio son el origen de un gran porcentaje de casos de cáncer de ovario. Esto a supuesto que la comunidad científica haya estudiado si la salpinguectomía bilateral, durante una cirugía benigna o en el parto por cesárea, puede ser preventiva para la población general.

Con los datos que disponemos hasta la fecha, si una mujer consulta por un método anticonceptivo definitivo, se debe informar de los riesgos y beneficios de la salpinguectomía bilateral. La salpinguectomía ha demostrado una mayor eficacia que las técnicas tradicionales en su objetivo principal, evitar embarazos no deseados y gestaciones ectópicas. Además, la paciente debería ser informada de que la salpinguectomía supone un factor protector frente a la mayoría de subtipos de cáncer de ovario y en especial del seroso de alto grado. Por contrapartida los estudios revelan un pequeño aumento del tiempo quirúrgico, aunque no significativo y un mínimo impacto en la morbilidad respecto a otras técnicas. La salpinguectomía no parece afectar a la reserva ovárica ni edad de la menopausia y no supone un mayor riesgo de complicaciones quirúrgicas mayores.

Por todo ello, la salpinguectomía oportunista para la esterilización femenina definitiva debe ofrecerse ya que es segura, factible y costo-efectiva.

Palabras clave: Salpinguectomía, esterilización, prevención del cáncer de ovario, cirugía profiláctica, resultados quirúrgicos.

Abstract:

The latest scientific evidence has shown that the fallopian tubes are the origin of a large percentage of ovarian cancer cases. This assumes that the scientific community has studied whether bilateral salpingectomy, during benign surgery or cesarean delivery, can be preventive for the general population.

With the data available to date, if a woman consults for a definitive contraceptive method, she should be informed of the risks and benefits of bilateral salpingectomy. Salpinguectomy has shown greater efficacy than traditional techniques in its main objective, avoiding unwanted pregnancies and ectopic gestations. In addition, the patient should be informed that salpingectomy is a protective factor against most subtypes of ovarian cancer, and especially high-grade serous cancer. On the other hand, the studies reveal a small increase in surgical time, although not significant, and a minimal impact on morbidity compared to other techniques. Salpingectomy does not appear to affect ovarian reserve or age at menopause and does not pose an increased risk of major surgical complications.

For all these reasons, opportunistic salpingectomy for definitive female sterilization should be offered as it is safe, feasible, and cost-effective.

Keywords: Salpingectomy, sterilization, ovarian cancer prevention, prophylactic surgery, surgical outcomes.

Declaración de buenas prácticas

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El manuscrito es original y no contiene plagio.

El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista. Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.

INTRODUCCIÓN

La esterilización tubárica es el método anticonceptivo más utilizado en el mundo, con una prevalencia del 19% del total de mujeres entre los 15 y 49 años. Las tasas más elevadas de esta técnica se encuentran en Sudamérica y las islas del caribe con un 26%, seguido por el continente asiático con un 23,4% y Norteamérica con un 20,6 según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)1.

En Europa esta técnica es la utilizada por el 3,8% de las mujeres en dicho rango de edad a pesar de que existe un aumento en la demanda debido a los flujos migratorios. Las tasas más bajas con 1,7% se presentan en los países africanos claramente condicionado por la dificultad en el acceso a asistencia sanitaria.

Se han realizado a lo largo de la historia diferentes técnicas de esterilización definitiva, como son la electrocoagulación con monopolar, bipolar, clips endoscópicos o exéresis de las fimbrias.

La última evidencia científica aboga por que la salpinguectomia bilateral aporta una mayor tasa de éxito desde el punto de vista anticonceptivo y supone una disminución del riesgo de cáncer de ovario por lo que diferentes estudios y sociedades han evaluado si está debería ser la técnica de elección hoy en día para la esterilización femenina definitiva.

REVISIÓN DE LA EVIDENCIA CIENTÍFICA

Dentro de la esterilización femenina disponemos de diferentes tipos y métodos para la misma. Se podría clasificar en dos tipos de esterilización, la esterilización postparto, es decir en el curso de una cesárea o en las primeras veinticuatro horas tras un parto vaginal, y la esterilización de intervalo cuando se realiza de forma independiente a una gestación.

Los métodos utilizados son principalmente cuatro, la electrocoagulación bipolar mediante técnica laparoscópica, la inserción de clips laparoscópicos, la esterilización mediante histeroscopia y finalmente la salpinguectomía laparoscópica. La vía laparotómica en nuestro medio es solamente reservada en el caso de una esterilización postparto mediante cesárea, ya que el desarrollo de las técnicas mínimamente invasivas nos permite realizar esta técnica asumiendo un riesgo quirúrgico menor.

El caso de la esterilización histeroscópica tiene unas connotaciones especiales puesto que el 7 de agosto de 2017 la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) publicó una nota informativa anunciando el cese en la comercialización en todos los países salvo Estados Unidos del dispositivo permanente “Essure”2. En dicha nota informativa consta que el cese de la comercialización es una decisión del fabricante, de forma voluntaria y por motivos comerciales. La AEMPS determina que los datos de los estudios existentes hasta la fecha siguen sin cuestionar la relación beneficio/riesgo del dispositivo, por lo que no se aconseja su retirada ni modificar las pautas de seguimiento de las personas portadoras. Las pacientes que experimenten algún síntoma deben consultar individualmente a su médico2.

Dentro de las técnicas laparoscópicas, clips o electrocoagulación bipolar la más utilizada en España es esta última. Como es bien sabido la tasa de éxito de la esterilización tubárica no es del 100%. El estudio CREST con un seguimiento a 10 años sobre 10.685 mujeres a las que se realizó una ligadura bilateral laparoscópica, señaló que, aunque la esterilización tubárica es altamente efectiva, el riesgo de fracaso es mayor del que por norma general se notifica. Este riesgo persiste durante años tras el procedimiento y varía según el método utilizado de oclusión tubárica y la edad de la paciente en el momento de la realización.

Desde el punto de vista de la edad, existe mayor riesgo de forma inversamente proporcional a la edad de la paciente en el momento de la cirugía, a menor edad mayor riesgo, es decir es dependiente de los años restantes de fertilidad potencial de las pacientes. Respecto a la técnica, la salpinguectomía bilateral presentaba el menor riesgo de gestación posterior en todos los rangos de edad, seguido por la electrocoagulación y finalmente por los clips/bandas de silicona laparoscópicas que presentaban el mayor riesgo de las 3 técnicas3.

La salpiguectomía bilateral laparoscópica hasta hace pocos años se reservaba para aquellos casos en los que la oclusión tubárica fallaba y se consideraba el método de elección para garantizar un tratamiento definitivo. Sin embargo, las últimas evidencias en la fisiopatología del cáncer epitelial de ovario, ha supuesto un cambio en el paradigma de la técnica de elección en la esterilización tubárica.

Dentro de los tumores de ovario, el 90% son de origen epitelial y dentro de estos el subtipo seroso de alto grado representa el 70-80% de los mismos. Seguido por el endometrioide, células claras y mucinosos con prevalencias similares cercanas al 10% y el seroso de bajo grado que supone menos de un 5% de los casos4. El cáncer de ovario epitelial es la segunda neoplasia ginecológica más frecuente en los países desarrollados, después del cáncer de endometrio, y la primera causa de muerte por cáncer ginecológico ya que es diagnosticada con frecuencia en estadios avanzados4.

Diferentes estudios han demostrado que los factores protectores para el cáncer epitelial de ovario son el embarazo, la lactancia y el uso de anticoncepción hormonal combinada. Sin embargo, son factores de riesgo el síndrome de ovario poliquístico, la nuliparidad y la menopausia.

Existen dos hipótesis de su etiopatogenia ampliamente aceptadas, por un lado, la hipótesis de las gonodotropinas, es decir, la exposición excesiva del epitelio ovárico a las hormonas foliculoestimulante (FSH) y luteínizante (LH) conduce a la proliferación y malignización de las células del ovario. Otra de las hipótesis es la postulada por Fathalla en 1971 conocida como la “ovulación incesante”, es probable que como en cada ovulación supone una rotura folicular, eso suponga una lesión en el epitelio celómico generando quistes de inclusión en la corteza ovárica (CICs) generando un incesante daño en el ADN e inflamación crónica, promoviendo así la metaplasia de dicho epitelio y finalmente la displasia y neoplasia epitelial de ovario.

Se han propuesto otras teorías para entender como el epitelio celómico deriva en metaplasia y finalmente displasia como que el cistoadenoma ovárico sea una lesión premaligna que pueda progresar a tumores de tipo borderline y finalmente a carcinomas de bajo grado. Sin embargo, la progresión de un carcinoma seroso de bajo grado a uno de alto grado es extremadamente rara, por lo que las teorías tradicionales no explican con claridad la etiología del carcinoma seroso de alto grado. Por otro lado, en la endometriosis existe evidencia de existir una mayor prevalencia de carcinomas de células claras y de tipo endometrioide.

Hasta la fecha, podemos afirmar que no se ha identificado un claro precursor del cáncer de ovario epitelial, por lo que establecer un protocolo de cribado es difícil. En las últimas décadas, se ha prestado más atención al diagnóstico temprano pero esta estrategia no ha demostrado un impacto en la supervivencia de las pacientes, de hecho, a pesar de los avances en la cirugía radical y la quimioterapia, la supervivencia global del cáncer de ovario seroso de alto grado no se ha modificado en los últimos 50 años5.

Sin embargo, en los últimos años, a raíz del estudio anatomopatológico exhaustivo de las salpingooforectomías profilácticas en portadoras del gen BRCA 1 o 2, se han descubierto lesiones hiperplásicas y displásicas en las trompas muy similares al cáncer de ovario seroso de alto grado sin invasión, estas lesiones están presentes a lo largo de toda la trompa y no solo en las fimbrias como se creía al inicio dado que era la zona más próxima al ovario.

Podemos decir que en la última década se ha descrito una nueva teoría de la etiología del cáncer de ovario, la vía del origen tubárico. Esta vía se iniciaría en un precursor benigno denominado SCOUT (secretory cell outgrowths), que está compuesto, por al menos 30 células epiteliales secretoras de aspecto pseudoestratificado, con un índice de profilferación bajo (Ki67 bajo) y sin expresión de la proteína p53. Estas células, podrían evolucionar a una lesión intraepitelial serosa llamada STIL (serous tubal intraepitelial lesión) que finalmente desarrollara atípia nuclear y tendrá capacidad de invasión pasando a ser un carcinoma intraepitelial o STIC (serous tubal intraepitelial carcinoma) siendo este último la antesala al carcinoma invasor6.

Por lo tanto, en la actualidad se postula una nueva teoría unificadora de la etiología del cáncer de ovario, en la cual, las trompas tienen un protagonismo que previamente no se había imaginado. El ovario y la trompa tienen una relación anatómica estrecha en el momento de la ovulación, como hemos comentado durante la ovulación el epitelio de la corteza ovárica se rompe y se expulsa el ovocito transfiriéndose a las fimbrias. Desde el punto de vista del análisis microscópico, los tumores serosos son muy similares al epitelio de la trompa de Falopio. A día de hoy, se puede afirmar que el carcinoma seroso de alto grado es debido a una mutación de la proteína TP53 a partir de un quiste de inclusión o por diseminación directa de células STIC de la trompa sobre la superficie del ovario6.

De lo contrario, un carcinoma seroso de bajo grado y el carcinoma endometrioide o de células claras deriva de un origen distinto, como la mutación de los genes KRAS, BRAF o ERRB2 en el primero y la teoría de la menstruación retrógrada en los últimos, por lo que existe un modelo dual de la carcinogénesis ovárica7.

Tras una estricta revisión, se realizó un metaanálisis de 13 estudios sobre la reducción del riesgo de cáncer de ovario en las pacientes con ligadura tubárica, demostrando una reducción del riesgo de cáncer de ovario epitelial de hasta el 34%, incluso en el subgrupo de pacientes que se habían realizado el proceso hacia más de 10 a 14 años. Además, la reducción de riesgo se confirmó para el subtipo seroso con un riesgo relativo (RR) de 0,73 y del endometrioide con un RR de 0,40, sin embargo, no se pudo demostrar una disminución en el caso del subtipo mucinoso8.

Un estudio posterior, recopiló los datos primarios de 13 estudios casos control, incluyendo a 10.157 pacientes con cáncer de ovario y 13.904 controles y concluyó que los efectos protectores de la ligadura tubárica sobre el cáncer de ovario eran específicos del subtipo tumoral, por lo tanto, estos hallazgos apoyan la existencia de diferentes etiologías del cáncer de endometrio y los mecanismos subyacentes a los efectos protectores de la ligadura de trompas. Los datos de este estudio apoyarían el modelo dual, donde los tumores endometrioides y de células claras provienen de células endometriales exfoliadas y sin embargo, el carcinoma seroso de alto grado parece surgir de células de la porción distal de la trompa. Por lo tanto, para disminuir sustancialmente el riesgo de cáncer seroso de alto grado, la porción distal de la trompa debe ser extirpada9.

Yendo más allá, también se ha demostrado que el efecto sobre el riesgo de cáncer de ovario seroso y peritoneal primario es dependiente de la técnica utilizada en el proceso de esterilización tubárica. Un estudio de casos controles con un seguimiento de 40 años, se demostró que existía un mayor porcentaje de esterilización tubárica o procedimiento escisional de las trompas en los controles, es decir, pacientes sin cáncer de ovario, confirmando de nuevo su papel protector. Pero este estudio además objetivó que el riesgo ajustado para cáncer de ovario seroso y peritoneal primario se redujo en un 64% en los métodos escisionales con una odds ratio (OR) de 0,36 en comparación con aquellas pacientes sin ninguna técnica de esterilización o con esterilización tubárica sin escisión, por lo que, podemos afirmar que los métodos de escisión pueden conferir una mayor reducción del riesgo que otros métodos de esterilización10.

En los métodos no escisionales, la disminución del riesgo de cáncer de ovario es debido a que la interrupción bilateral tubárica tiene efectos sobre la vascularización ovárica afectando a su irrigación y proliferación. Además, actúa como barrera mecánica frente a carcinógenos vaginales ascendentes y células de la porción proximal de la trompa o procedentes de endometrio. Por otro lado, los métodos escisionales, además de interrumpir dicho paso, eliminan el tejido con principal riesgo de malignización, el epitelio tubárico.

Dado que el 60-75% de los carcinomas serosos de alto grado de ovario se asocian con el carcinoma intraepitelial tubárico (STIC), es decir, su origen es a partir de lesiones precursoras localizadas mayoritariamente en la porción distal de la trompa de Falopio y que se ha demostrado en diversos estudios que las técnicas tradicionales de esterilización tubárica suponen un factor protector, es lógico pensar si podemos mejorar esta protección con una técnica escisional, en este caso, la salpinguectomía bilateral.

También se ha estudiado en una cohorte, de base poblacional, el efecto reductor de riesgo de la salpinguectomía por diferentes indicaciones benignas, en el cáncer de ovario. En este trabajo se estudió la electrocoagulación tubárica, la sapinguectomía unilateral o bilateral, la histerectomía y la salpingooforectomía y su relación con la aparición de cáncer de ovario posterior. Hubo un riesgo significativamente menor desde el punto de vista estadístico de cáncer de ovario entre las mujeres con salpingectomía previa (HR = 0,65, IC del 95 % = 0,52 a 0,81) en comparación con la población no expuesta. Además, se observaron reducciones de riesgo estadísticamente significativas entre mujeres con histerectomía previa (HR = 0,79, IC del 95 % = 0,70 a 0,88), electrocoagulación (HR = 0,72, IC del 95 % = 0,64 a 0,81) e histerectomía con salpingooforectomía (HR = 0,06, IC del 95 % = 0,03 a 0,12).

La salpinguectomía bilateral se asoció con una disminución del 50 % en el riesgo de cáncer de ovario en comparación con el procedimiento unilateral (HR = 0,35, IC del 95 % = 0,17 a 0,73 y 0,71, IC del 95 % = 0,56 a 0,91, respectivamente). Estos datos sugieren que la exéresis de las trompas de Falopio solas, o formando parte de otra cirugía benigna, son una medida eficaz para reducir el riesgo de cáncer de ovario en la población general11.

Es evidente que tiene sentido ofrecer una salpinguectomía oportunista, en mujeres que vayan a ser sometidas a una cirugía benigna por otro motivo, con el fin de disminuir el riesgo de cáncer de ovario cuando el deseo genésico ya se ha cumplido. En este caso la relación riesgo beneficio no da lugar a duda. Sin embargo, nos puede plantear dudas cuando el fin de la cirugía es la esterilización tubárica, más en un medio, donde los métodos anticonceptivos abundan en variedad y son de fácil acceso. Aun así, si la paciente está decida a la utilización de un método definitivo e irreversible, debemos de informar sobre los beneficios adicionales de la salpinguectomía bilateral respecto a las técnicas tradicionales. Dentro de las posibles complicaciones se encuentran el riesgo de embarazo ectópico posterior, el riesgo de lesión del tejido ovárico adyacente o el mayor riesgo de complicaciones quirúrgicas.

Un estudio multicéntrico con 17.685 mujeres valoró el riesgo acumulado de embarazo ectópico a los 10 años de la esterilización tubárica. Se observó que la probabilidad acumulada a 10 años de embarazo ectópico, para todos los métodos de esterilización tubárica combinados, fue 7,3 por 1000 y varió sustancialmente según el método de esterilización y la edad de la mujer en el momento de la esterilización. Las mujeres esterilizadas mediante electrocoagulación tubárica bipolar antes de los 30 años tuvieron una probabilidad de embarazo ectópico 27 veces mayor que aquellas de edad similar que se sometieron a una salpinguectomía parcial postparto12.

Un ensayo clínico aleatorizado, estudió 186 mujeres sometidas a cirugía laparoscópica por mioma uterino (n = 143) o esterilización quirúrgica tubárica (n = 43) con el objetivo de estudiar los efectos de la escisión amplia de los tejidos blandos adyacentes al ovario y la trompa de Falopio sobre la función ovárica y los resultados quirúrgicos en mujeres sometidas a salpingectomía profiláctica bilateral laparoscópica. Las pacientes se dividieron aleatoriamente en dos grupos.

En el grupo A (n = 91) se realizó salpinguectomía estándar. En el grupo B (n = 95), se extrajo el mesosálpinx junto con las trompas. Los resultados fueron que no se observaron diferencias significativas entre los grupos para la hormona antimülleriana (AMH), la hormona foliculoestimulante (FSH), el índice vascular y el índice de flujo del ovario. Además, los grupos fueron similares en cuanto al tiempo operatorio, hemoglobina postoperatoria, estancia hospitalaria, retorno a la actividad normal y tasa de complicaciones. Por lo que se concluyó, que aun cuando la escisión quirúrgica incluye la extirpación del mesosálpinx, no existe un daño la reserva ovárica ni las complicaciones quirúrgicas13.

Por todo ello, la salpinguectomía oportunista parece ser segura y factible y no se reportan más complicaciones mayores que en aquellas pacientes a quién no se les realiza, ya sea en el contexto de una cirugía ginecológica o respecto a las pacientes a las que se le realiza una técnica de esterilización tradicional.

Para mayor seguridad en Canadá se realizó un estudio de cohortes retrospectiva de 49.275 mujeres sometidas a histerectomía sola o con salpinguectomía bilateral y mujeres sometidas a ligadura tubárica o salpinguectomía bilateral como método anticonceptivo con el objetivo de establecer si existía una mayor tasa de complicaciones menores. No se observó un aumento en la tasa de infección, complicaciones quirúrgicas menores, mayor necesidad de pruebas complementarias de imagen o laboratorio ni un mayor uso de antibióticos. Tan solo se objetivo un 20% de mayor riesgo de prescripción de analgésicos en las dos semanas posteriores a la cirugía14.

Una oportunidad excelente para la realización de una salpinguectomía oportunista es en transcurso de una cesárea. Un estudio clínico aleatorizado intento estimar si la realización de la salpinguectomía en comparación con la ligadura de trompas estándar para la esterilización en el momento del parto por cesárea aumenta el tiempo quirúrgico o las tasas de complicaciones.

De 44 mujeres, 19 se sometieron con éxito a salpinguectomía y 18 se sometieron a ligadura de trompas estándar. La salpinguectomía no se pudo completar en 1 de 20 pacientes debido a múltiples adherencias. El tiempo del procedimiento de salpinguectomía no fue inferior al de la ligadura de trompas estándar, con una diferencia media de 0,5 minutos. El tiempo medio del procedimiento de esterilización fue de 5,6 minutos en el grupo de salpinguectomía y de 6,1 minutos en el grupo de ligadura de trompas estándar. No hubo diferencias en la mediana del tiempo quirúrgico total o la pérdida de sangre estimada15.

En resumen, una paciente que desee una esterilización tubárica debe conocer la menor tasa de gestación ectópica tras salpinguectomía respecto a electrocoagulación, que no se ha demostrado un daño en la reserva ovárica inclusive si existe una mayor extirpación de tejido, ni un mayor tiempo quirúrgico y finalmente no existe una tasa superior de complicaciones mayores. Como excepción se ha demostrado un mayor uso de analgésicos en el postoperatorio.

A la luz de estos hallazgos, las principales organizaciones de Ginecología y Obstetricia se han posicionado al respecto como es el caso del Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología (ACOG) que reunió un comité de expertos en abril de 2019 para posicionarse en este tema.

Las conclusiones y recomendaciones de este comité de expertos fueron las siguientes: la salpinguectomía como método de esterilización tubárica parece ser segura y no aumenta el riesgo de complicaciones como transfusiones, reingresos y complicaciones postoperatorias en comparación a la ligadura de trompas; la función ovárica no parece verse afectada por la salpinguectomía según los datos de marcadores séricos subrogados o la respuesta a la fertilización in vitro; los riesgos y beneficios de la salpinguectomía deben discutirse con las pacientes que desean una esterilización permanente, del mismo modo que la salpinguectomía debe informarse y ofrecerse en pacientes con riesgo poblacional que vaya a ser sometidas a una histerectomía sin ooforectomía; aunque los datos son limitados, la salpinguectomía postparto y en el momento de la cesárea parecen factibles y seguras; finalmente los planes para realizar un salpinguectomía oportunista no deben alterar la vía prevista de la histerectomía16.

Finalmente, un dato muy importante, es si el procedimiento resulta coste-efectivo. Dos estudios realizados uno sobre salpinguectomías oportunistas en el tiempo de una cirugía por causa benigna y el otro durante el parto por cesárea determinan que se trata de una intervención coste-efectiva. La reducción en la incidencia de cáncer de ovario que conlleva cirugías radicales, tratamiento quimioterápico y gastos en cuidados paliativos, así como la interrupción de embarazos no deseados supone un gran motivo para declinar la balanza a favor de la técnica. La disminución de la mortalidad y el aumento de los años de vida ajustados por calidad (QUALY) en caso de contraer la enfermedad tiene un gran peso en la rentabilidad de la salpinguectomía bilateral oportunista17,18.

CONCLUSIONES

Si una mujer desea un método anticonceptivo definitivo se debe informar de los riesgos y beneficios de la salpinguectomía bilateral laparoscópica y su comparación con otras técnicas de esterilización tubárica.

La salpinguectomía tiene una mayor eficacia que las técnicas tradicionales en su fin principal, evitar embarazos no deseados y gestaciones ectópicas.

Además, las pacientes deben de ser informadas que, con la evidencia actual, la salpinguectomía supone un factor protector frente a la mayoría de subtipos de cáncer de ovario y en especial del seroso de alto grado al que, por su mayor prevalencia y agresividad, debemos prestarle especial importancia.

Los estudios revelan un mínimo impacto en la morbilidad, respecto a otras técnicas, no significativa. La salpinguectomía no parece afectar a la reserva ovárica ni estado menopaúsico de las pacientes y no supone un mayor riesgo de complicaciones quirúrgicas. Por todo ello, la salpinguectomía oportunista para la esterilización femenina definitiva debe ofrecerse ya que es segura, factible y costo-efectiva.

BIBLIOGRAFÍA

  1. United Nations, Department of Economic and Social Affairs, Population Division (2015). Trends in Contraceptive Use Worldwide 2015 (ST/ESA/SER.A/349).
  2. Actualización de la información sobre el cese de la comercialización del anticonceptivo permanente Essure. Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, AEMPS. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
  3. Peterson HB, Xia Z, Hughes JM, Wilcox LS, Tylor LR, Trussell J. The risk of pregnancy after tubal sterilization: findings from the U.S. Collaborative Review of Sterilization. Am J Obstet Gynecol. 1996 Apr;174(4):1161-8; discussion 1168-70. doi: 10.1016/s0002-9378(96)70658-0. PMID: 8623843.
  4. Colombo N, Sessa C, du Bois A, Ledermann J, McCluggage WG, McNeish I, et al. ESMO-ESGO consensus conference recommendations on ovarian cancer: pathology and molecular biology, early and advanced stages, borderline tumours and recurrent diseaseAnn Oncol. 2019 May 1;30(5):672-705.
  5. Kurman RJ, Shih IeM. Molecular pathogenesis and extraovarian origin of epithelial ovarian cancer–shifting the paradigm. Hum Pathol. 2011 Jul;42(7):918-31. doi: 10.1016/j.humpath.2011.03.003. PMID: 21683865; PMCID: PMC3148026.
  6. Chene G, Rahimi K, Mes-Masson AM, Provencher D. Surgical implications of the potential new tubal pathway for ovarian carcinogenesis. J Minim Invasive Gynecol. 2013 Mar-Apr;20(2):153-9. doi: 10.1016/j.jmig.2012.11.010. Epub 2013 Jan 16. PMID:
  7. Kurman RJ, Shih IeM. The origin and pathogenesis of epithelial ovarian cancer: a proposed unifying theory. Am J Surg Pathol. 2010 Mar;34(3):433-43. doi: 10.1097/PAS.0b013e3181cf3d79. PMID: 20154587; PMCID: PMC2841791.
  8. Cibula D, Widschwendter M, Májek O, Dusek L. Tubal ligation and the risk of ovarian cancer: review and meta-analysis. Hum Reprod Update. 2011 Jan-Feb;17(1):55-67. doi: 10.1093/humupd/dmq030. Epub 2010 Jul 15. PMID: 20634209.
  9. Sieh W, Salvador S, McGuire V, Weber RP, Terry KL, Rossing MA, Risch H, Wu AH, Webb PM, Moysich K, Doherty JA, Felberg A, Miller D, Jordan SJ; Australian Cancer Study (Ovarian Cancer); Australian Ovarian Cancer Study Group; Goodman MT, Lurie G, Chang-Claude J, Rudolph A, Kjær SK, Jensen A, Høgdall E, Bandera EV, Olson SH, King MG, Rodriguez-Rodriguez L, Kiemeney LA, Marees T, Massuger LF, van Altena AM, Ness RB, Cramer DW, Pike MC, Pearce CL, Berchuck A, Schildkraut JM, Whittemore AS; Ovarian Cancer Association Consortium. Tubal ligation and risk of ovarian cancer subtypes: a pooled analysis of case-control studies. Int J Epidemiol. 2013 Apr;42(2):579-89. doi: 10.1093/ije/dyt042. PMID: 23569193; PMCID: PMC3619957.
  10. Lessard-Anderson CR, Handlogten KS, Molitor RJ, Dowdy SC, Cliby WA, Weaver AL, Sauver JS, Bakkum-Gamez JN. Effect of tubal sterilization technique on risk of serous epithelial ovarian and primary peritoneal carcinoma. Gynecol Oncol. 2014 Dec;135(3):423-7. doi: 10.1016/j.ygyno.2014.10.005. Epub 2014 Oct 12. PMID: 25316178; PMCID: PMC4268072.
  11. Falconer H, Yin L, Grönberg H, Altman D. Ovarian cancer risk after salpingectomy: a nationwide population-based study. J Natl Cancer Inst. 2015 Jan 27;107(2): dju410. doi: 10.1093/jnci/dju410. PMID: 25628372.
  12. Peterson HB, Xia Z, Hughes JM, Wilcox LS, Tylor LR, Trussell J. The risk of ectopic pregnancy after tubal sterilization. U.S. Collaborative Review of Sterilization Working Group. N Engl J Med. 1997 Mar 13;336(11):762-7. doi: 10.1056/NEJM199703133361104. PMID: 9052654.
  13. Venturella R, Morelli M, Lico D, Di Cello A, Rocca M, Sacchinelli A, Mocciaro R, D’Alessandro P, Maiorana A, Gizzo S, Zullo F. Wide excision of soft tissues adjacent to the ovary and fallopian tube does not impair the ovarian reserve in women undergoing prophylactic bilateral salpingectomy: results from a randomized, controlled trial. Fertil Steril. 2015 Nov;104(5):1332-9. doi: 10.1016/j.fertnstert.2015.08.004. Epub 2015 Aug 31. PMID: 26335129.
  14. Hanley GE, Kwon JS, Finlayson SJ, Huntsman DG, Miller D, McAlpine JN. Extending the safety evidence for opportunistic salpingectomy in prevention of ovarian cancer: a cohort study from British Columbia, Canada. Am J Obstet Gynecol. 2018 Aug;219(2):172.e1-172.e8. doi: 10.1016/j.ajog.2018.05.019. Epub 2018 May 28. PMID: 29852159.
  15. Garcia C, Moskowitz OM, Chisholm CA, Duska LR, Warren AL, Lyons GR, Pettit KE. Salpingectomy Compared With Tubal Ligation at Cesarean Delivery: A Randomized Controlled Trial. Obstet Gynecol. 2018 Jul;132(1):29-34. doi: 10.1097/AOG.0000000000002674. PMID: 29889755.
  16. Opportunistic salpingectomy as a strategy for epithelial ovarian cancer prevention. ACOG Committee Opinion No. 774. American College of Obstetricians and Gynecologists. Obstet Gynecol 2019;133:e279-84.
  17. Dilley SE, Havrilesky LJ, Bakkum-Gamez J, Cohn DE, Michael Straughn J Jr, Caughey AB, Rodriguez MI. Cost-effectiveness of opportunistic salpingectomy for ovarian cancer prevention. Gynecol Oncol. 2017 Aug;146(2):373-379. doi: 10.1016/j.ygyno.2017.05.034. Epub 2017 Jun 1. PMID: 28577884.
  18. Venkatesh KK, Clark LH, Stamilio DM. Cost-effectiveness of opportunistic salpingectomy vs tubal ligation at the time of cesarean delivery. Am J Obstet Gynecol. 2019 Jan;220(1):106.e1-106.e10. doi: 10.1016/j.ajog.2018.08.032. Epub 2018 Aug 28. PMID: 30170036.