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Evaluación de la infertilidad: procedimientos diagnósticos en el laboratorio

Evaluación de la infertilidad: procedimientos diagnósticos en el laboratorio

Autora principal: Claudia Abadía Molina

Vol. XX; nº 16; 859

Infertility Evaluation: Diagnostic Procedures in the Laboratory

Fecha de recepción: 4 de junio de 2025
Fecha de aceptación: 12 de agosto de 2025

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 16 – Segunda quincena de Agosto de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 16; 859

Autores:

Claudia Abadía Molina. Laboratorio de análisis clínicos. Hospital de Barbastro. Carretera Nacional 240, s/n, 22300 Barbastro, Huesca, Huesca. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-7122-6192

Resumen

La infertilidad es un problema de salud creciente en los países desarrollados. La organización mundial de la salud la define como la incapacidad de conseguir embarazo después de 12 meses o más de relaciones sexuales regulares sin protección. Las causas son diversas e involucran factores endocrinos, anatómicos, genéticos y de estilo de vida. El diagnóstico pasa por realizar una anamnesis con exploración física, pruebas de imagen y pruebas de laboratorio. El objetivo de esta revisión es, partiendo del estudio básico de fertilidad, resumir algunas de las pruebas que se realizan en el laboratorio de análisis clínicos y que orientan al clínico al diagnóstico de infertilidad, basado en una revisión de guías de práctica clínica y artículos sobre fertilidad.

Palabras clave

infertilidad, diagnóstico de laboratorio, análisis clínico.

Abstract

Infertility is a growing health problem in developed countries. The World Health Organization defines it as the inability to conceive after 12 months or more of regular unprotected sexual intercourse. The causes are diverse and involve endocrine, anatomical, genetic, and lifestyle factors. Diagnosis involves a history taking with a physical examination, imaging tests, and laboratory tests. The objective of this review, based on a basic fertility study, is to summarize some of the tests performed in the clinical analysis laboratory that guide the clinician in diagnosing infertility. This review is based on a review of clinical practice guidelines and articles on fertility.

Keywords

infertility, laboratory diagnosis, clinical analysis.

Introducción

Según la World Health Organization (WHO) se define como infertilidad o esterilidad «un trastorno del aparato reproductor, tanto del masculino como del femenino, consistente en la incapacidad para lograr el embarazo después de 12 meses o más de relaciones sexuales regulares sin protección». Se habla de infertilidad primaria a la incapacidad de lograr embarazo, y de infertilidad secundaria cuando no se puede conseguir embarazo después de una concepción previa. Este trastorno afecta en torno a 48 millones de parejas y 186 millones de personas en todo el mundo1.

Hay varias causas potenciales de infertilidad, factores endocrinos, anatómicos genéticos o de estilo de vida. En el caso de infertilidad femenina la causa más común suelen ser los trastornos ovulatorios, la mala calidad ovocitaria o enfermedades/anomalías anatómicas en los órganos pélvicos (útero, trompas de faopio, etc.). En el caso de los hombres la infertilidad suele estar asociada a oligospermia/azospermia que puede ser debida a insuficiencia testicular por factores endocrinos o genéticos, o bien a problemas anatómicos [2,3]. En función de las causas de infertilidad las parejas pueden englobarse en dos grupos: aquellas hipofértiles que con el tiempo conseguirán concebir sin tratamiento, y aquellas que no pueden concebir sin tratamiento o que requerirán técnicas de reproducción asistida [4]

Según la SEF el estudio básico de fertilidad se inicia con la anamnesis de ambos miembros de la pareja, para determinar antecedentes obstétrico-ginecológicos y otros antecedentes no ginecológicos que tengan repercusión reproductiva [5,6].

La exploración física incluye el cálculo del índice de masa corporal y la exploración de genitales en ambos miembros de la pareja, en la mujer incluirá una exploración ginecológica con citología cervical, ecografía transvaginal, histeroscopia, sonohisterografia o histerosalpingografía. También se solicitará una analítica sanguínea general con niveles hormonales, serología y determinación de grupo sanguíneo y Rh, y en el caso de los hombres se realizará además un seminograma. Adicionalmente, como estudio complementario podrían realizarse estudios genéticos como determinación del cariotipo, estudio de mutaciones de fibrosis quística o microdelecciones del cromosoma Y) [5-8].

El laboratorio de análisis clínico tiene un papel fundamental en el diagnóstico de la infertilidad. El propósito de esta revisión es recoger las principales pruebas de diagnóstico de infertilidad que se realizan en el laboratorio de análisis clínico recogidas en guías de práctica clínica y artículos sobre fertilidad.

Análisis hormonal

Factor Femenino

Evaluación de la función y reserva ovárica

La determinación de los niveles de la hormona folículo estimulante (FSH), hormona luetinizante (LH) y estradiol en los tres primeros días del ciclo, ha sido una prueba determinante no solo para valorar la función del eje hipotálamo-hipofisario-gonadal sino para poder establecer la reserva ovárica y la respuesta a la estimulación ovárica por las gonadotropinas [9].

A nivel hipotalámico se secreta la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) de forma pulsátil a través de la circulación portal hipotálamo-hipofisis. La GnRH actúa a través del receptor de GnRH (GnRHR) en los gonadotropos hipofisarios para estimular la síntesis y secreción de LH y FSH, que posteriormente estimulan la esteroidogénesis gonadal y regulan la gametogénesis [10]. LA elevación de niveles séricos de LH y FSH con niveles bajos de esteroides sexuales (hipogonadismo hipergonadotrófico) puede indicar hipogonadismo primario. Por otro lado, niveles de FSH <10 mUI/mL se consideran normales, mientras que niveles >20 mUI/mL junto con niveles de estradiol >65 pg/mL sugiere baja respuesta a la estimulación, ya que, se asocian a una disminución en el número de ovocitos recuperados, y, por tanto, mal pronóstico reproductivo. Niveles de FSH < 10 mUI/mL y de estradiol entre 60-65 pg/mL indican buena reserva ovárica [11,12]

El principal problema de la medición de estas hormonas es la variabilidad inter e intraciclo, por ello, se han buscado otros marcadores de la reserva ovárica: la hormona antimülleriana (AMH) y la inhibina B.

La AMH se produce exclusivamente en las células de la granulosa de los folículos preantrales y antrales pequeños y una vez liberada se localiza en el líquido folicular y en sangre periférica, por tanto, sus niveles en suero son un reflejo del número de folículos en estadios iniciales del desarrollo folicular y de la reserva ovárica. Presenta la ventaja de no tener variabilidad a lo largo del ciclo, al ser su secreción independiente de las gonadotropinas. Niveles de AMH < 1,2 ng/mL son indicativos de reserva ovárica significativamente disminuida, niveles de 1,2 – 4 ng/mL pueden predecir una respuesta normal con buen pronóstico, y niveles > 4 – 6 ng/mL pueden encontrarse en mujeres con síndrome de ovario poliquístico y también podrían indicar riesgo de alta respuesta y posible aparición de síndrome de hiperestimulación ovárica [13].

La inhibina B es producida específicamente por las células de la granulosa y su función es el desarrollo y crecimiento folicular y la inhibición de la liberación de FSH hipofisaria. Los niveles de inhibina B fluctúan durante el ciclo menstrual y alcanzan su punto máximo durante la fase folicular media coincidiendo con el descenso de los niveles de FSH. Niveles de inhibina B sérica < 45 pg/mL puede reflejar una pobre respuesta a la estimulación o una menor dotación de poblaciones foliculares [14].

Evaluación de la ovulación

La disfunción ovulatoria ocurre aproximadamente entre el 15 y 40% de las pacientes estériles [12,13]. La determinación de progesterona sérica entre el día 21 y 28 del ciclo aporta información sobre si ha ocurrido ovulación, niveles de progesterona >30 nmol/l o >10 ngr/ml confirman la ovulación. Sin embargo, la secreción de forma pulsátil durante la fase lútea hace que no sea un buen marcador en solitario, y debe evaluarse en conjunto con el resto de determinaciones hormonales [15,16].

En casos en casos de ciclos irregulares, con sospecha de anovulación, galactorrea o adenoma hipofisario debe solicitarse también la determinación de prolactina. La prolactina es una hormona hipofisaria que se secreta de forma pulsátil y presenta un ritmo circadiano y sus niveles varían en función del sexo y la etapa vital del individuo. Niveles de prolactina basales >25 ng/mL de forma mantenida se asocian a hiperprolactinemia patológica y pueden estar relacionados con problemas de fertilidad). La incidencia de hiperprolactinemia en mujeres con esterilidad esta alrededor de un 3,8-11,5% [10].

La enfermedad tiroidea tiene prevalencia en mujeres en edad fértil y está asociada a infertilidad y eventos adversos en el embarazo. Por ello, la determinación de anticuerpos antitirotropina (TSH) se solicitarán en casos de mujeres con problemas de fertilidad, menstruaciones irregulares o anovulación con sospecha de disfunción tiroidea [17].

Factor Masculino

Alrededor de un 35% de las parejas infértiles presentan problemas de fertilidad debido a un factor masculino, como bajo recuento de espermatozoides o concentraciones disminuidas de testosterona. Es importante, por tanto, realizar la evaluación masculina en conjunto con la femenina [18].

La evaluación endocrina no se recomienda como prueba de laboratorio de rutina para el estudio básico de infertilidad masculina. Pero en casos de resultados subóptimos persistentes del análisis básico del semen si se recomienda la determinación de FSH-LH, testosterona y prolactina para la valoración del eje hipotálamo-hipófisario-testicular [3,19]

Evaluación del eje hipotálamo-hipofisario-gonadal

La espermatogénesis, formación y maduración espermática, que se da en las células de Sertoli en los túbulos seminíferos, es un complejo proceso que involucra diversas señales hormonales, entre las que se encuentran la LH y la FSH secretadas por la glándula pituitaria en respuesta a la GnRH del hipotálamo. La función de la LH es estimular a las células de Leydig para la producción de testosterona, que a su vez actúa sobre las células de Sertoli para favorecer la maduración de células germinales y la producción de esperma, siendo su concentración intratesticular significativamente mayor que en la sangre periférica para una espermatogénesis efectiva.

La testosterona producida en respuesta a la LH ejerce también un efecto de retroalimentación negativa sobre el hipotálamo y la glándula pituitaria, regulando la secreción de GnRH y LH para mantener el equilibrio hormonal.

Por otro lado, la FSH actúa directamente sobre las células de Sertoli, ayuda a mantener la función de soporte y mejora la acción de la testosterona sobre ellas, estimula la producción de factores de crecimiento, nutrientes y moléculas señalizadoras necesarias para el desarrollo y maduración de células germinales. La homeostasis del eje hipotálamo-pituitario-gonadal también se regula de manera negativa a través de la secreción de inhibina B producida por las células de Sertoli [20].

Una disminución de niveles de testosterona con alteración en la espermatogénesis puede ser indicativo de hipogonadismo, si se acompaña de aumento de gonadotropinas se tratará de un hipogonadismo primario o hipergonadotropo y se relaciona con oligozoospermia/azoospermia secretora, en estos casos puede ser interesante un estudio genético. Cuando los niveles bajos de testosterona se acompañan de bajas concentraciones de gonadotropinas se trata de un hipogonadismo secundario o hipogonadotropo, es indicativo de fallo a nivel del eje hipotálamo-pituitario-gonadal, se completaría el estudio con medición de niveles de prolactina. El hallazgo de hiperprolactinemia debe ser evaluado adicionalmente con medición de niveles de TSH y pruebas de imagen craneales, ya que la presencia de niveles elevados de prolactina puede tener un origen orgánico por presencia de un tumor hipofisario, o funcional por hipotiroidismo primario [3,21,22, 23].

Análisis del semen

El análisis básico del semen son una serie de procedimientos de rutina para determinar variables seminales que pueden afectar a los resultados de fertilidad, que pueden ser llevados a cabo en cualquier laboratorio de análisis clínico y no solo en uno de andrología. Estos procedimientos incluyen una evaluación macroscópica con medición de volumen, aspecto, licuefacción y pH. Y una serie de evaluaciones microscópicas que incluyen evaluación de la movilidad espermática, vitalidad, concentración y morfología. A continuación, se detallan cada parámetro de la evaluación microscópica según WHO laboratory manual for the examination and processing of human semen, así como los valores de normalidad recogidos en la tabla 1 [24]. Estos valores corresponden al quinto percentil (intervalo de confianza 95%) de la distribución de los resultados de análisis del semen de hombres en pareja que lograron embarazo por concepción natural dentro del primer año de relaciones sexuales sin protección del estudio de Campbell et al. [25]

La movilidad espermática influye en la capacidad del espermatozoide de penetrar el moco cervical, la capacidad fecundante in vivo, la tasa de gestación en inseminación de donante, la tasa de gestación en inseminación conyugal y fecundación y división en FIV-ICSI [25-29]. En esta sexta edición se retoma la clasificación en 4 grados:

Grado A: movilidad progresiva rápida (≥25µm/s)
Grado B: movilidad progresiva lenta (5-24 µm/s)
Grado C: movilidad no progresiva (<5 µm/s)
Grado D: Inmóvil [24]

La vitalidad espermática, debe determinarse de forma rutinaria en todos los eyaculados, no siendo necesario cuando al menos el 40% de los espermatozoides son móviles. En muestras con poca motilidad, la prueba de vitalidad es importante para discriminar entre espermatozoides muertos inmóviles y espermatozoides vivos inmóviles. La técnica emplea el colorante eosina-nigrosina, la eosina penetra la membrana de los espermatozoides muertos que se diferencian de los vivos por presentar una coloración rosácea-roja, frente a una cabeza incolora de aquellos que tienen la membrana intacta. El colorante nigrosina proporciona un fondo oscuro, lo que hace que sea más fácil distinguir los espermatozoides teñidos. [24,26,30]

El número total de espermatozoides por eyaculado y la concentración de espermatozoides se relacionan tanto con el tiempo hasta lograr embarazo como con las tasas de embarazo, y son predictores de la concepción. El número de espermatozoides en el eyaculado se calcula a partir de la concentración de los espermatozoides y el volumen del eyaculado [31-33].

En cuanto a la evaluación de la morfología, el último manual de la WHO enfatiza que se debe evaluar la morfología específica de la cabeza, el cuello/parte media y la cola, y la posible presencia de residuos citoplasmáticos anormales, ya que esto aporta información diagnostica importante sobre el estado funcional de los órganos reproductores masculinos. La elección del tinte es esencial, ya que, diferentes tintes realzan diferentes partes del espermatozoide. La principal recomendación es la tinción Papanicolaou modificada, que tiñe de manera general el espermatozoide [24,30].

Otros análisis

Estudio genético

La infertilidad es una enfermedad muy heterogénea con etiologías complejas, y las causas genéticas representan aproximadamente la mitad de los casos. Engloba desde alteraciones cromosómicas hasta enfermedades monogénicas, y hay causas genéticas de infertilidad masculina y femenina bien definidas, y una gran proporción de casos agrupados como infertilidad idiopática cuyas causas genéticas o biológicas son desconocidas [34]. En medicina reproductiva la realización de pruebas genéticas se realiza con tres propósitos: identificación de causas de la infertilidad, identificación de enfermedades genéticas transmisibles a la descendencia y optimización de la tecnología de reproducción asistida [35]. En cuanto al primer propósito, podemos dividir los estudios genéticos en dos grandes grupos: estudio de anomalías del cariotipo o estudio de enfermedades monogénicas.

Anomalías cariotipo

En el caso de los hombres, en pacientes azoospermicos con insuficiencia testicular primaria está indicado de manera rutinaria el estudio de anomalías en el cariotipo y microdelecciones del gen AZF.

El trastorno genético más común causante de azoospermia no-obstructiva es el síndrome de Klinefelter, caracterizado por la presencia de un cromosoma X extra (47, XXY), que viene derivado de la no disyunción de los cromosomas sexuales maternos durante la ovogénesis o paternos durante la espermatogénesis, o más raramente durante la división temprana del ovocito fecundado. Las manifestaciones clínicas más habituales son hipogonadismo primario, testículos pequeños, criptorquidia, ginecomastia, estatura alta, hipospadias, micropene e infertilidad. La azoospermia viene producida de la fibrosis y hialinización de los túbulos seminíferos, tras las sucesivas divisiones de las espermatogonias 47, XXY [36,37].

Otra anomalía del cariotipo causante de azoospermia es el síndrome 46, XX trastorno ovotesticular del desarrollo sexual, algunos individuos presentan una pequeña translocación del cromosoma Y, en el que se incluye el gen SRY, a uno de los cromosomas X, con lo que se desarrollan los caracteres sexuales masculinos, en estos individuos las manifestaciones clínicas incluyen, ginecomastia, criptorquidia, hipospadias, micropene e infertilidad [36,38,39]. Por último, las microdelecciones del factor de azoospermia (AZF): AZFa, AZFb y AZFc, son pequeñas perdidas de información genética (microdelección) que se producen en el brazo largo del cromosoma Y (Yq) debido a autorrecombinaciones durante la espermatogénesis y que son responsables de infertilidad masculina, ya que, muchos genes responsables del desarrollo de los testículos y del inicio y mantenimiento de la espermatogénesis en la edad adulta se encuentran en este cromosoma [36,40].

En mujeres, el análisis del cariotipo se realiza en caso de insuficiencia ovárica primaria o en presencia de abortos de repetición.

El cromosoma X juega un papel fundamental en el mantenimiento y desarrollo de la función ovárica, la ausencia de un cromosoma X (45,X o síndrome de Turner) o la presencia de un cromosoma X adicional (47,XXX o trisomía X) puede desencadenar insuficiencia ovárica primaria y suele estar asociado a infertilidad.

En el síndrome de Turner la ausencia de cromosoma X conduce a disgenesia ovárica y atresia folicular acelerada generando fallo ovárico precoz. En el caso de la trisomía X, la sobreexpresión genética elude la inactivación del mismo, se producen alteraciones durante la meiosis y formación de los ovocitos derivando en fallo ovárico. Igual que en el caso del síndrome de Klinefelter la trisomía X esta ocasionada por la no disyunción durante la meiosis de los gametos, y en un número menor de los casos por errores en la división del cigoto [41,42].

En cuanto a los abortos de repetición, de un 2 a un 5% de los casos son debidos a la presencia de translocaciones reciprocas o Robertsonianas en algún miembro de la pareja.

La presencia de translocaciones balanceadas no genera problemas de salud para el portador, al no presentar perdida ni ganancia de información genética, pero si puede ser causa de infertilidad. La formación de gametos con pérdida o ganancia de información genética derivara en cigotos no viables y abortos de repetición [35,43].

Enfermedades monogénicas

Además de la búsqueda de anomalías cromosómicas en varones con infertilidad, también forma parte del estudio genético de rutina el análisis del gen CFTR [44,45]. Mutaciones en el gen CFTR se relacionan con varias enfermedades que cursan con infertilidad masculina, entre ellas la fibrosis quística en la que se presenta una función anómala del canal de cloruro lo que lleva a secreciones altamente viscosas, produce infertilidad, debido a la obstrucción de los conductos espermáticos [45,46]. La ausencia congénita bilateral de los conductos deferentes (CBAVD) también es una enfermedad derivada de mutaciones en el gen CFTR, de hecho, se considera como una forma de fibrosis quística que afecta principalmente a los genitales. Pacientes con esta condición presentan ausencia de la porción intraescrotal del conducto deferente y en ocasiones ausencia de vesículas seminales, en el seminograma se manifiesta como hipospermia (<1 ml) y un pH ácido (<7,0) [45,47].

En pacientes con insuficiencia ovárica primaria, además de las causas cromosómicas, convine estudiar los genes FMR1 y FMR2 asociados a Síndrome de X frágil.

El síndrome de X frágil es un trastorno autosómico dominante causado por la presencia de más de 200 repeticiones del triplete CGG en el gen FMR1 o de una deleción en FMR2.

El síndrome de insuficiencia ovárica primaria asociada al X frágil (FXPOI) se da en mujeres portadoras de una premutación en FMR1 (entre 55 y 200 repeticiones del triplete CGG) o de una microdeleción en FMR2, el cuadro clínico se presenta con disminución de la reserva ovárica asociada a insuficiencia ovárica prematura y a menudo disfunción menstrual [48-50].

Por otro lado, ante sospecha de hipogonadismo hipogonadotropo congénito (CHH) también es recomendable el estudio mediante next generation secuencing (NGS) empleando paneles de genes específicos. El CHH es un trastorno poco frecuente causado por la producción, secreción o acción deficiente de la GnRH, responsable del correcto funcionamiento del eje hipotálamo-hipofisario-gonadal, y fundamental para el desarrollo sexual durante la etapa fetal y puberal [51,52]. Es un trastorno raro, con una prevalencia de 1/8000 recién nacidos, y gran heterogeneidad genética, existiendo más de 29 genes implicados. [51-53].

Clínicamente, se manifiesta con un pobre desarrollo sexual, con amenorrea primaria en mujeres, y oligoazoospermia en hombres. Además, también se puede presentar con paladar hendido, agenesia dental, deterioro visual, discapacidad intelectual, agenesia renal o, la más conocida anosmia, en el caso del síndrome de Kallman. Esto se explica porque las células neuroendocrinas de GnRH se originan en la cresta neural en conjunto con los nervios olfativos y posteriormente migran al hipotálamo durante el desarrollo embrionario. Aquellos genes involucrados en la regulación y diferenciación neuronal de la GnRH estarán relacionados con este síndrome [53].

Serología

Según la LEY 14/2006, de 26 de mayo, sobre técnicas de reproducción humana asistida, se deber realizar estudio serológico de VIH, VHB, VHC y sífilis a ambos miembros de la pareja, con el fin de evitar tanto la transmisión vertical madre-feto, como la posible contaminación en el laboratorio a personal técnico, otros gametos, e incluso otras parejas no infectadas en caso de donación [15, 54].

Por otro lado, también se aconseja el estudio serológico de rubeola a la mujer, para su posterior vacunación en caso de ser seronegativa y posponiendo la gestación en al menos 4 semanas. La infección por rubeola puede ser una amenaza durante el embarazo, causando rubeola congénita que puede cursar con anomalías congénitas, generalmente sordera, cataratas, glaucoma y retinopatía; y durante el periodo perinatal. La vacunación de rubeola no se recomienda a lactantes menores de 12 meses, por tanto, la vacunación de mujeres con deseo de embarazo permite que haya trasferencia vertical de inmunidad, trasmitiendo por vía placentaria IgG al feto que permitirá su inmunización no solo durante el embarazo sino también en el periodo perinatal [55-57].

Grupo sanguíneo y RH

Dentro de las pruebas complementarias a realizar tanto en consulta preconcepcional como prenatal se encuentra la determinación del grupo sanguíneo y Rh [15,58]. La importancia radica en la prevención de la isoinmunización materna por incompatibilidad materno-fetal que acabe derivando en enfermedad hemolítica del recién nacido. La enfermedad hemolítica del recién nacido es un trastorno grave en el que el sistema inmune materno genera anticuerpos que reconocen y atacan los glóbulos rojos fetales, en la mayoría de los casos se produce por incompatibilidad del sistema Rh, aunque también puede ser ocasionado por incompatibilidad del sistema ABO [59,60].

Aunque durante un embarazo normal se genera una tolerancia inmunológica materno-fetal que evita que el sistema inmune de la madre genere anticuerpos contra el feto, puede ocurrir que en casos de incompatibilidad materna-paterna se produzcan abortos de repetición de causa aloinmune muy similar a lo que ocurre con la enfermedad hemolítica del recién nacido, y que esta sea una de las causas de infertilidad en la pareja [61,62].

Conclusiones

La infertilidad es un trastorno con una alta prevalencia en la actualidad, aproximadamente el 14% de la población en edad fértil va a presentar problemas reproductivos. Las causas son variadas y se estima alrededor de un 30% factores femeninos, un 30% factores masculinos, un 25% de causa mixta y el 15% restante debido a un origen desconocido, por ello, el estudio debe iniciarse simultáneamente en ambos miembros de la pareja y pasa por determinar si hay o no ovulación en la mujer y que esta sea adecuada; en el hombre, que haya producción de espermatozoides, en proporción suficiente y con una morfología y funcionalidad adecuadas; y, por último, que haya permeabilidad genital y pueda darse la fecundación espermatozoide-ovocito.

Dentro de este estudio inicial, además de la anamnesis, exploración física y pruebas de imagen, tienen un papel primordial las pruebas de laboratorio. La medida de niveles hormonales en la mujer y el seminograma en el hombre como parte del estudio básico inicial, inician el proceso para determinar las causas de infertilidad, y suponen la punta de lanza de los sucesivos análisis que pueden llevarse a cabo desde el laboratorio de análisis clínicos para afinar la búsqueda de los factores que impiden lograr embarazo, así como dar una información útil al ginecólogo de cuál es la técnica de reproducción asistida más adecuada en cada caso.

Anexos

Tabla 1. Parámetros normalidad análisis básico del semen (WHO, 2021)

Estudio macroscópico
ParámetroValor Normal
Volumen1,3-1,5 mL
Aspecto
Licuefacción
pH7,2-8,0
Estudio microscópico
ParámetroValor Normal
Concentración espermatozoides15-18 x106/mL
Espermatozoides totales35-40 x106
MovilidadProgresivos rápidos (grado A)
29-41 %
40-43%
Progresivos lentos (grado B)
No progresivos (grado C)
1 %
Inmóvil (grado D)
19-20%
Vitalidad50-56%
Morfología3,9-4%

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Declaración de buenas prácticas: Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.