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Fístula arteriovenosa interna (FAVI). Caso clínico

Fístula arteriovenosa interna (FAVI). Caso clínico

Hombre de 52 años en seguimiento desde hace 6 años por la consulta de nefrología. Tras la última analítica de control, el nefrólogo indica la derivación del paciente para la realización de una fístula arteriovenosa (FAVI) con el objetivo de iniciar diálisis en los próximos meses.

AUTORES

  • Ana Moreno García. Diplomada en Enfermería en USAL. Enfermera en Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza).
  • Elvira Muñoz Andrés. Diplomada en Enfermería en UR.  Enfermera en Hospital Universitario Lozano Blesa (Zaragoza).

  • Dolores García Mendoza. Diplomada en Enfermería en UCAM.  Enfermera en Hospital Universitario Lozano Blesa (Zaragoza).

  • María Mateo Polo. Graduada en Enfermería en UNIZAR.  Enfermera en Hospital Universitario Lozano Blesa (Zaragoza).

PALABRAS CLAVE

Fístula arteriovenosa (FAVI), Hemodiálisis, flebografia.

ABSTRACT

52-year-old man in follow up for 6 years in the consultation of Nephrology. After the last control analysis, the nephrologist indicates the patient’s referral for arteriovenous fistula in order to start dialysis in the upcoming months.

KEYWORDS
Arteriovenous fistula (AVF), hemodialysis, phlebography.

INTRODUCCIÓN

La hemodiálisis en una de las técnicas de depuración extrarrenal más conocidas y estandarizadas.

Consiste en poner la sangre del paciente en contacto con una solución electrolíticamente conocida (baño de diálisis) a través de una membrana semipermeable.

Al pasar la sangre por un lado de la membrana semipermeable y debido a principios físicos tales como difusión, ósmosis, ultrafiltración y adsorción, todos los productos de desecho que contiene y que no están presentes en el baño de diálisis tienden a pasar por diferencia de gradientes de concentración. Así la urea, la creatinina, ácido úrico… “salen” del compartimento hemático.

Se produce un movimiento de moléculas desde la zona de más alta concentración (sangre) a la de menor concentración (líquido de diálisis).

Para poder llevar a cabo una sesión de hemodiálisis debemos obtener sangre del paciente a través de accesos vasculares.

Existen dos tipos de accesos vasculares: permanentes (FAVI, las prótesis de Gore-Tex y el catéter central) y transitorios (catéter provisional). El acceso nos permite obtener sangre del paciente en cantidad suficiente para realizar la diálisis.

Vamos a centrarnos en el acceso permanente tipo FAVI.

El concepto de fístula aparece en 1966 cuando Brescia y Cimio ligan, mediante una sutura quirúrgica, una arteria y una vena que se encontraban cercanas. Así, se obtuvo la primera vena con sangre arterializada.

La vena al recibir más presión se dilata, por lo que resulta más fácil poder puncionarla; las paredes se tornan más gruesas y posee un flujo sanguíneo parecido al de una arteria. De esta forma, es fácil obtener sangre arterial y en cantidad suficiente para poder realizar una hemodiálisis.

Para realizar una FAVI lo primero que hay que hacer es un estudio vascular del paciente para ver la anatomía y el estado de la circulación periférica y profunda, a través de una técnica radiológica llamada flebografía.

A continuación, realizaremos una intervención quirúrgica que se practica con anestesia local.

Las situaciones anatómicas más frecuentes para realizar una FAVI son la arteria radial con la vena cefálica, la arteria radial con la vena basílica y la arteria braquial con la vena cefálica.

El desarrollo de la FAVI es un proceso progresivo. La vena comienza a dilatarse desde el principio de la ligadura y continúa haciéndolo durante 6-8 meses (después de ese tiempo es muy difícil que lo siga haciendo).

El tiempo de supervivencia de una FAVI es variable, pero con una buena praxis quirúrgica y cuidados de ésta por parte del paciente, puede durar una media de 10 años.

Ventajas de la FAVI como acceso vascular: tiene menor riesgo de infección al puncionar y de trombosis.

Inconvenientes de la FAVI: los más frecuentes son encontrar vasos adecuados para poder realizarlas y la «maduración» para ser puncionadas suele ser alrededor de las 6 semanas.

Los problemas más habituales que derivan de la FAVI en su uso para hemodiálisis son: hemorragia, infección, trombosis, estenosis de la vena, aneurismas, síndrome de robo, edema de la mano, recirculación, etc.

CASO PRÁCTICO

Hombre de 52 años, en seguimiento desde hace 6 años en la consulta de nefrología, ingresa en la unidad de vascular para la realización de una fístula arteriovenosa (FAVI) para iniciar terapia renal sustitutiva en los próximos meses.

Antecedentes

  • No alergias medicamentosas conocidas hasta la fecha.
  • Personales: hipertensión arterial mal controlada desde hace 10 años, fumador en activo de un paquete al día y ligero sobrepeso.
  • Familiares: no refiere.

Tratamiento habitual

  • Seguril 40 mgr 1cp/24h
  • Labetalol 100mgr / 12h

Exploración física

  • Signos vitales
  • Tensión arterial:145/90
  • Frecuencia cardiaca: 90lx´
  • Temperatura: 36,4ºC
  • Saturación O2: 98%
  • Consciente y orientado
  • Normocoloreado, normohidratado.

Pruebas complementarias

  • Radiografía de Tórax
  • Flebografía
  • Analítica de sangre

RESULTADOS

El paciente llega al hospital a primera hora de la mañana y se le asigna la habitación.

A continuación, se abre una historia de enfermería donde se registran todos los datos relevantes del paciente, así como las pruebas complementarias realizadas previas a la cirugía, toma de constantes y canalización de una vía periférica en brazo contrario al del procedimiento quirúrgico.

El paciente estará en ayunas desde la noche anterior (6-7 horas). Después de cotejar todos los documentos y una vez informados de la hora de la intervención, se baja al paciente a quirófano.

Se realiza una FAVI con anastomosis de la arteria radial con la vena cefálica.

A su llegada a planta el paciente se encuentra consciente y orientado. Constantes vitales dentro de la normalidad. Refiere dolor en la zona de la FAVI, por lo que administramos la analgesia pautada por el vascular notando ligera mejoría.

Cuidados inmediatos tras el postoperatorio:

  • Colocar el brazo elevado por encima de la línea del ápex cardiaco para evitar el edema.
  • Observar aspecto del apósito (sangrado).
  • Palpar el Thrill o soplo de la FAVI para comprobar que está funcionando. (El thrill es una especie de soplo o vibración que se percibe al tocar u oír en la zona de la anastomosis y la FAVI).
  • Vigilar la aparición de calor, rubor, edema y febrícula; que nos van a indicar signos de infección.

Al tratarse de una intervención quirúrgica con anestesia local y una ligera sedación, el paciente recibe el alta hospitalaria esa misma tarde.

Junto al informe de alta de enfermería y medicina, adjuntamos unas indicaciones de cuidados generales de la FAVI y una serie de situaciones que de darse serían indicativas de urgencia médica (fiebre, ausencia de soplo).

Se le indica al paciente que recibirá en su domicilio una carta con la próxima cita con el nefrólogo.  Además, deberá acudir a su centro de salud para vigilancia/control de los puntos y su posterior retirada a los 7-10 días.

BIBLIOGRAFÍA

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  • Andrés, C.Fortuny. Cuidados de enfermería en la insuficiencia renal. Editorial gallery/healthCom. 1993.
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  • Protocolos de actuación en enfermería nefrológica. SEDEN.