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Hepatitis Aislada: Una Forma Atípica de Presentación de la Fiebre Q

Hepatitis Aislada: Una Forma Atípica de Presentación de la Fiebre Q

Autora principal: María Sabina Gimeno Mingueza

Vol. XIX; nº 5; 129

Isolated Hepatitis: An Atypical Presentation of Q Fever

Fecha de recepción: 18/02/2024

Fecha de aceptación: 08/03/2024

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XIX. Número 5 Primera quincena de Marzo de 2024 – Página inicial: Vol. XIX; nº 5; 129

AUTORES

María Sabina Gimeno Mingueza1, Laura Fernández Cuezva2, Carlos Ignacio Díaz-Calderón Horcada3, Ángela Sánchez-Luis Jiménez4, Nuria Goñi Ros5, Ana Peñas Fernández3, Fátima Mocha Campillo6

1Servicio de Medicina Interna, Hospital Royo Villanova, Zaragoza, España.

2Servicio de Hematología y Hemoterapia, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.

3Servicio de Farmacia, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España

4Servicio de Neurofisiología Clínica, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.

5Servicio de Bioquímica Clínica, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.

6Servicio de Oncología Médica, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.

RESUMEN

Presentamos el caso de un varón de 39 años que acude a Urgencias por fiebre alta persistente durante 10 días, junto con otros síntomas como cefalea, dolor articular y lumbar, astenia, anorexia y pérdida de peso. En la analítica destaca una elevación de enzimas hepáticas.

Tras realizar diversos estudios diagnósticos, se descartan múltiples causas infecciosas y se amplía la serología, encontrando positividad para Coxiella burnetii, lo que sugiere fiebre Q. Se inicia tratamiento con doxiciclina, con mejoría clínica y normalización de las enzimas hepáticas. Se confirma el diagnóstico con biopsia hepática, que muestra hepatitis granulomatosa no necrotizante de probable origen infeccioso.

Se debe considerar la infección por Fiebre Q en el diagnóstico diferencial de la hepatitis, especialmente en áreas endémicas o con exposición a animales. Esta entidad tiene una gran variabilidad en la presentación clínica, desde síntomas leves hasta complicaciones graves. Para ello es necesario realizar una evaluación detallada y pruebas serológicas. El tratamiento precoz con antibióticos es crucial para prevenir complicaciones y prevenir una infección crónica.

PALABRAS CLAVE

Hepatitis; Fiebre Q; Coxiella burnetii;

ABSTRACT

We present the case of a 39-year-old male who presents to the Emergency Department with persistent high fever for 10 days, along with other symptoms such as headache, joint and lower back pain, fatigue, anorexia, and weight loss. Laboratory tests show elevated liver enzymes.

After conducting various diagnostic studies, multiple infectious causes are ruled out and serology is expanded, finding positivity for Coxiella burnetii, suggesting Q fever. Treatment with doxycycline is initiated, resulting in clinical improvement and normalization of liver enzymes. The diagnosis is confirmed with liver biopsy, which shows non-necrotizing granulomatous hepatitis of probable infectious origin.

Q fever infection should be considered in the differential diagnosis of hepatitis, especially in endemic areas or with animal exposure. This entity has a wide variability in clinical presentation, ranging from mild symptoms to severe complications. A detailed evaluation and serological tests are necessary. Early treatment with antibiotics is crucial to prevent complications and prevent chronic infection.

KEYWORDS

Hepatitis; Fiber Q; Coxiella burnetii;

DECLARACIÓN DE BUENAS PRÁCTICAS

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.

La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El manuscrito es original y no contiene plagio.

El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.

Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.

Han preservado las identidades de los pacientes.

INTRODUCCIÓN

La Fiebre Q, también conocida como fiebre de las cabras, es una enfermedad zoonótica causada por la bacteria Coxiella burnetii. Esta patología puede afectar tanto a animales como a humanos, presentando una distribución global y siendo especialmente prevalente en áreas donde existe contacto cercano con animales infectados, como ganaderos, veterinarios y trabajadores de mataderos.

La fiebre Q puede manifestarse de diversas formas clínicas, desde infecciones asintomáticas hasta cuadros graves de hepatitis aguda. Los síntomas típicos incluyen fiebre, malestar general, dolores musculares, cefalea y, en algunos casos, ictericia. La gravedad de la enfermedad puede variar dependiendo de factores como la edad, el estado inmunológico del paciente y la presencia de comorbilidades.

El diagnóstico de la hepatitis por fiebre Q suele ser un desafío debido a su presentación clínica inespecífica y a la falta de pruebas específicas de laboratorio. La fiebre puede ser prolongada y recurrente, lo que complica su diagnóstico diferencial con otras enfermedades febriles. Sin embargo, la sospecha clínica puede surgir en pacientes que tienen antecedentes de exposición a animales infectados o que viven en áreas endémicas. Las pruebas serológicas, como la detección de anticuerpos IgM e IgG contra Coxiella burnetii, son fundamentales para confirmar el diagnóstico.

El conocimiento de esta enfermedad, tanto por parte de los profesionales de la salud como de la población en general, es esencial para su prevención y manejo adecuado.

En este caso clínico, presentaremos el manejo y evolución de un paciente con hepatitis aguda por fiebre Q, destacando los desafíos diagnósticos y el tratamiento instaurado.

PRESENTACIÓN DEL CASO

Varón 39 años sin antecedentes médico-quirúrgicos de interés ni tratamiento habitual. Trabaja de repartidor.

Acude a Urgencias de este centro (por tercera vez) derivado por su MAP por fiebre de hasta 39 ºC desde hace 10 días de predominio vespertino, asociando cefalea holocraneal leve, dolor articular y dolor lumbar, astenia y anorexia. Comenta pérdida ponderal de 10 kg en unos 9 meses y haberse detectado anemia normocítica en controles analíticos de su empresa. Refiere aparición de mácula hiperpigmentada en glande hace años, sin variación reciente. Sin otra clínica. Sin antecedentes previos similares al episodio actual. No ha realizado viajes recientes, ni ha tenido contacto con animales. Niega consumo de lácteos o conservas en mal estado. Niega relaciones sexuales de riesgo. Niega contacto con TBC. Niega baños recientes en agua dulce.

En Urgencias se detecta hipertransaminasemia (AST 551, ALT 427) con elevación de enzimas de colestasis, LDH y PCR, hiponatremia leve, hiperpotasemia y anemia leve. Bilirrubina normal.

Se decide ingreso en Digestivo. Se realiza analítica al ingreso, donde destaca: AST/ALT 551/427, GGT/FA235/229, Bilirrubina total normal, LDH 841, hiponatremia 130, hiperpotasemia 5.24, hipofosforemia 1.95. Hb 11.5, prot. C reactiva 17,4, B-2 microglobulina 4,72, Inmunoglobulinas normales. B-2, Complemento normal. En el Frotis de sangre periférica se objetivó: Monocitos con vacuolas citoplásmáticas.

Se realiza cultivo de orina, coprocultivo y hemocultivos que son negativos. Se realiza PCR gripe, VRS y Sars-cov2 que resultan negativas.

Se realizan serologías: HBsAg, AntiVHC, Anti-VHE, Anti-Leishmania, anti Leptospira, anti VHS y anti-VVZ: negativas.

Se realiza Ecocardiograma transtorácico donde se visualiza: Imagen filamentosa en velo anterior mitral (sin poder precisar naturaleza de la misma), por lo que se realiza Ecocardiograma transesofágico que es normal.

Durante el ingreso persisten los picos febriles vespertinos de hasta 39.5 ºC junto a dolor lumbar no irradiados. Se solicita TC toraco-abdomino-pélvico sin hallazgos reseñables, y posteriormente PET-TC, que también resultó normal.

Tras 7 días de ingreso continua con picos febriles y elevación de enzimas hepáticas, por lo que se realiza interconsulta a PROA, que amplía las Serologías con Coxiella burnetii, siendo ésta positiva. Por lo que se inició tratamiento con Doxiciclina 100mg cada 12h, mejorando las cifras de enzimas hepáticas.

El paciente dejó de presentar fiebre, por lo que se procedió al alta hospitalaria y se cita de forma ambulatoria para realizar biopsia hepática, en la cual se informa como hepatitis granulomatosa no necrotizante de probable origen infeccioso. Posteriormente las enzimas hepáticas se normalizaron.

Fue valorado por el servicio de Hematología por hallazgo en frotis de sangre periférica: monocitos vacuolados, que se interpreta como hallazgo inespecífico.

Aunque no tenía otros factores para desarrollar fiebre Q crónica (edad > 45 años, ausencia de valvulopatía / material protésico), dado el cuadro febril prolongado y la afectación hepática (granulomas) se prolongó el tratamiento con doxiciclina hasta completar un total de 21 días.

DISCUSIÓN

La fiebre Q, también conocida como fiebre de las Montañas Rocosas, es una enfermedad bacteriana causada por Coxiella burnetii, un microorganismo intracelular obligado. A menudo, esta enfermedad se asocia con síntomas como fiebre, escalofríos, mialgias y astenia, lo que la convierte en una condición difícil de diagnosticar debido a su amplio espectro de presentaciones clínicas. Sin embargo, en casos poco comunes, la fiebre Q puede manifestarse de manera atípica, presentando síntomas de hepatitis aislada. Este fenómeno, aunque poco frecuente, subraya la importancia de considerar la fiebre Q en el diagnóstico diferencial de la hepatitis, especialmente en áreas endémicas. (1)(2)

La fiebre Q es una zoonosis que afecta predominantemente a animales como ovejas, cabras y ganado, aunque también puede transmitirse a los humanos. La infección en humanos generalmente ocurre por inhalación de aerosoles contaminados con Coxiella burnetii, aunque también puede ocurrir a través del contacto directo con animales infectados o sus productos, como la leche no pasteurizada.(1)

La presentación clásica de la fiebre Q incluye fiebre aguda, malestar general, cefalea, mialgias y tos. Sin embargo, la enfermedad puede manifestarse de diversas formas, desde formas asintomáticas hasta casos graves con complicaciones como neumonía, hepatitis, miocarditis o meningoencefalitis. Es esta variabilidad en la presentación clínica lo que a menudo dificulta el diagnóstico oportuno y preciso de la fiebre Q. (3)

La hepatitis viral es una causa común de daño hepático agudo y crónico en todo el mundo. Los virus de la hepatitis A, B, C, D y E son los principales responsables de la hepatitis viral. Sin embargo, cuando un paciente presenta síntomas de hepatitis aguda sin una etiología viral evidente, es crucial considerar otras posibles causas.(2)

La hepatitis aislada como forma de presentación de la fiebre Q es una forma de presentación poco común. Los pacientes afectados pueden presentar ictericia, astenia, dolor abdominal y elevación de las enzimas hepáticas, lo que puede llevar a una evaluación inicial para hepatitis viral. Sin embargo, si no se encuentran marcadores serológicos de hepatitis viral, es fundamental ampliar el espectro de diagnóstico para incluir la fiebre Q, especialmente en áreas endémicas o en individuos con antecedentes de exposición a animales.(4,5)

El diagnóstico diferencial de la hepatitis aislada debe incluir una amplia gama de causas, que van desde enfermedades hepáticas virales hasta trastornos autoinmunes, metabólicos, tóxicos y bacterianos. En el contexto de la fiebre Q, es fundamental el historial de exposición ocupacional o ambiental. Además, se debe realizar una evaluación serológica específica para Coxiella burnetii, que incluye pruebas de anticuerpos IgM e IgG. (6)

La confirmación diagnóstica se realiza mediante técnicas de PCR para detectar el ADN de Coxiella burnetii en muestras como sangre, tejido hepático o líquido cefalorraquídeo. La combinación de hallazgos clínicos, serológicos y moleculares es esencial para establecer un diagnóstico preciso de fiebre Q en casos de hepatitis aislada. (1)

El tratamiento de la fiebre Q generalmente implica el uso de antibióticos, especialmente doxiciclina, que es efectiva en el tratamiento de las infecciones causadas por Coxiella burnetii. La duración del tratamiento y la elección del antibiótico pueden variar según la gravedad de la enfermedad y la presencia de complicaciones, pero normalmente se mantiene durante 15-20 días. Es fundamental iniciar el tratamiento de forma precoz para prevenir la progresión de la enfermedad y reducir el riesgo de complicaciones a largo plazo. (7)

Además del tratamiento farmacológico, el manejo de la fiebre Q incluye medidas de apoyo para aliviar los síntomas y prevenir la propagación de la infección. Los pacientes con hepatitis aislada deben recibir seguimiento estrecho para evaluar la respuesta al tratamiento y detectar posibles complicaciones, como insuficiencia hepática aguda. La educación del paciente sobre medidas de prevención, como la higiene adecuada y la manipulación segura de productos animales, es esencial para prevenir futuras exposiciones y brotes de la enfermedad.

CONCLUSIONES

La fiebre Q es una enfermedad infecciosa con una amplia variedad de presentaciones clínicas, que van desde formas asintomáticas hasta casos graves con complicaciones potencialmente mortales. La hepatitis aislada como forma de presentación de la fiebre Q es poco común pero puede ocurrir, especialmente en áreas endémicas o en individuos con antecedentes de exposición a animales. El diagnóstico preciso de la fiebre Q en casos de hepatitis aislada requiere una evaluación clínica detallada, pruebas serológicas específicas y técnicas moleculares para detectar el ADN bacteriano. El tratamiento oportuno con antibióticos es fundamental para prevenir complicaciones y mejorar los resultados clínicos. En última instancia, aumentar la conciencia sobre esta presentación atípica de la fiebre Q entre los profesionales de la salud es esencial para mejorar la detección y el manejo de la enfermedad, reduciendo así su impacto en la salud pública.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Teresa M, Fariñas F, Collado CM. Infección por Coxiella burnetii (fiebre Q). Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica. 2010;28:29–32.
  2. Ganger DR, Rule J, Rakela J, Bass N, Reuben A, Stravitz R, et al. Acute Liver Failure of Indeterminate Etiology: A Comprehensive Systematic Approach by An Expert Committee to Establish Causality. Am J Gastroenterol. 2018 Sep 1;113(9):1319.
  3. Ghaoui H, Achour N, Saad-Djaballah A, Belacel SI, Bitam I, Fournier PE. Q Fever in Unexplained Febrile Illness in Northern Algeria. Microbiology Research. 2023 Oct 9; 14(4):1589–95.
  4. Hepatitis aislada como forma de presentación de la fiebre Q: características clínicas y epidemiológicas en 109 pacientes. Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica. 2003;21(4):193-95.
  5. Gargantilla P, Arroyo N, Pintor E. Hepatitis aguda por Coxiella burnetti. Semergen. 2016 May 1;42(4):282–3.
  6. Suárez Ortega S, Rivero Vera J, Hemmersbach M, Artiles Campelo F, Reyes Pérez R, Betancor León P. Hepatitis colestática grave por fiebre Q: presentación de un caso. Gastroenterol Hepatol. 2010 Jan;33(1):21–4.
  7. Roca B. Fiebre Q. Anales de Medicina Interna. 2007;24(11):558–60.