Influencia de la dieta en los niveles séricos de ácido úrico. Revisión bibliográfica actualizada
Autora principal: Tania Lorenzo González
Vol. XX; nº 24; 1139
Influence of diet on serum uric acid levels. An updated literature review.
Fecha de recepción: 13 de noviembre de 2025
Fecha de aceptación: 15 de diciembre de 2025
Fecha de publicación: 18 de diciembre de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 24 – Segunda quincena de Diciembre de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 24; 1139 – DOI: https://doi.org/10.64396/24-1139 – Cómo citar este artículo
Autores:
Tania Lorenzo González. Dietista – Nutricionista. Sergas (Galicia). Área Sanitaria de A Coruña. España.
Resumen
La hiperuricemia es una alteración metabólica caracterizada por el aumento de los niveles séricos de ácido úrico, consecuencia de un desequilibrio entre su producción y su excreción. La alimentación desempeña un papel determinante en su aparición y control, ya que la ingesta de ciertos alimentos y nutrientes puede modificar el metabolismo de las purinas y la eliminación renal del ácido úrico. La evidencia científica indica que el consumo de alimentos ricos en purinas — como carnes rojas, vísceras y mariscos – , bebidas azucaradas con fructosa y alcohol, especialmente la cerveza, se asocia con un incremento del ácido úrico. Por el contrario, una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, cereales integrales y lácteos bajos en grasa, como la dieta mediterránea o la dieta DASH, se relaciona con niveles más bajos y menor riesgo de hiperuricemia. En conclusión, los hábitos alimentarios saludables constituyen una herramienta esencial para el manejo integral de la hiperuricemia y la reducción de sus complicaciones asociadas.
Palabras clave
Hiperuricema, dieta, metabolismo, purinas, gota, fructosa, estrategias nutricionales.
Abstract
Hyperuricemia is a metabolic disorder characterized by elevated serum uric acid levels, resulting from an imbalance between its production and excretion. Diet plays a crucial role in its development and management, as the intake of certain foods and nutrients can alter purine metabolism and renal uric acid elimination. Scientific evidence indicates that consuming foods rich in purines—such as red meat, organ meats, and shellfish—as well as sugary drinks containing fructose and alcohol, especially beer, is associated with increased uric acid levels. Conversely, a balanced diet rich in fruits, vegetables, whole grains, and low-fat dairy products, such as the Mediterranean diet or the DASH diet, is associated with lower uric acid levels and a reduced risk of hyperuricemia. In conclusion, healthy eating habits are an essential tool for the comprehensive management of hyperuricemia and the reduction of its associated complications.
Keywords
Hyperuricema, diet, metabolism, purines, gout, fructose, nutritional strategies.
1. INTRODUCCIÓN
La hiperuricemia es una alteración metabólica caracterizada por un aumento anormal de los niveles de ácido úrico en la sangre. El ácido úrico es el producto final del metabolismo de las purinas, compuestos presentes tanto en las células del organismo como en ciertos alimentos. Las purinas provienen de dos fuentes principales: endógenas (derivadas de la degradación normal de células y nucleótidos) y exógenas (provenientes de la dieta, especialmente carnes rojas, vísceras, mariscos, legumbres y bebidas azucaradas con fructosa).
Una vez producido, el ácido úrico circula en la sangre. La concentración normal es de hasta 7 mg/dL en hombres y 6 mg/dL en mujeres. Su solubilidad en el plasma es limitada, por lo que niveles elevados pueden precipitar formando cristales de urato, responsables de la gota y otros trastornos.
En condiciones normales, el ácido úrico se disuelve en la sangre, pasa a los riñones y se elimina a través de la orina. Sin embargo, cuando el cuerpo produce demasiado ácido úrico o los riñones no logran eliminarlo de manera eficiente, sus niveles aumentan en el plasma, dando lugar a la hiperuricemia, y en casos más extremos, gota.
La eliminación del ácido úrico se realiza principalmente a través de los riñones (aproximadamente 70%) mediante filtración glomerular y procesos de reabsorción y secreción tubular, y parcialmente por el intestino (alrededor del 30 %) a través del metabolismo bacteriano y excreción fecal. Existen diversas alteraciones en estas vías que pueden generar hiperuricemia: ya sea por una sobreproducción de ácido úrico, como ocurre con exceso de purinas, obesidad, estrés celular o ciertos tratamientos quimioterapéuticos, o por una disminución en la excreción renal, frecuentemente asociada a insuficiencia renal, hipertensión, factores genéticos o consumo de fármacos como diuréticos.
En conjunto, el equilibrio entre producción y excreción determina los niveles séricos de ácido úrico, y su alteración conduce a hiperuricemia, aumentando el riesgo de desarrollar gota, cálculos renales y enfermedades metabólicas asociadas.
Un análisis global reciente señala que en la población general adulta, la prevalencia estimada de hiperuricemia varía entre 2,6 % y el 36 % según el país, el sexo, la edad, la definición utilizada y otros factores.
La alimentación desempeña un papel fundamental en la aparición y el manejo de la hiperuricemia, dado que los niveles séricos de ácido úrico están estrechamente relacionados con el consumo de determinados alimentos y nutrientes. La intervención dietética en pacientes con hiperuricemia, tiene como objetivos:
- Reducir el consumo de purinas, sustancias que el cuerpo convierte en ácido úrico.
- Evitar el alcohol y las bebidas azucaradas, que aumentan el ácido úrico.
- Mantener un peso saludable y una adecuada hidratación.
- Potenciar el consumo de alimentos alcalinizantes (frutas, verduras, lácteos bajos en grasa…).
A continuación se detallan algunos alimentos clasificados según su contenido alto / bajo en purinas.
Alimentos bajos en purinas (seguros)
- Lácteos descremados: leche, yogur, quesos bajos en grasa…
- Huevos (máx. 1 día)
- Cereales integrales: arroz integral, avena, pan integral, pasta…
- Verduras y hortalizas: todas, incluso la espinaca o coliflor (aunque deben moderarse si hay crisis de gota).
- Frutas frescas: especialmente cereza, manzana, fresa, cítricos y plátano.
- Aceite de oliva y frutos secos: nueces, almendras…
- Agua: 2 — 3 litros al día
Alimentos a limitar (moderados en purinas)
- Carnes magras: pollo, pavo y conejo. Limitar a 3 — 4 veces / semana (100 — 120 g / ración)
- Pescados blancos: merluza, lenguado, bacalao…
- Legumbres: lentejas, garbanzos, frijoles… 1 — 2 veces / semana, preferiblemente en forma de puré o combinar con cereales.
- Verduras ricas en purinas: espárragos, champiñones, coliflor…
Alimentos a evitar (altos en purinas o que elevan el ácido úrico)
- Carnes rojas y vísceras: hígado, riñón, mollejas, embutidos…
- Pescados azules y mariscos: sardinas, anchoas, arenque, atún, mejillones…
- Alcohol: especialmente cerveza y licores
- Bebidas azucaradas y con fructosa: refrescos, jugos industriales…
- Caldo de carne y extractos cárnicos: sopas concentradas, cubitos de caldo…
- Azúcares y ultraprocesados: pasteles, bollería, snacks…
Las purinas, presentes en carnes rojas, vísceras, mariscos y algunas legumbres, se metabolizan a ácido úrico, por lo que su ingesta excesiva puede contribuir a la elevación de este metabolito y al riesgo de desarrollar gota. Asimismo, el consumo de bebidas azucaradas que contienen fructosa y de alcohol, especialmente la cerveza, se asocia con un aumento de los niveles séricos de ácido úrico, debido a que ambos favorecen la síntesis de purinas y reducen la excreción renal de este.
Por el contrario, ciertos alimentos y patrones dietarios tienen un efecto protector. Se ha demostrado que la ingesta de lácteos bajos en grasa, frutas, verduras y cereales integrales, contribuye a la reducción de los niveles de ácido úrico y al riesgo de hiperuricemia. Dietas equilibradas como la dieta mediterránea y la dieta DASH se asocian con beneficios adicionales, incluyendo control del peso, reducción de la hipertensión y mejora del perfil metabólico, factores que también contribuyen, de forma indirecta, en la regulación del ácido úrico.
La intervención dietética en pacientes con hiperuricemia debe centrarse en limitar la ingesta de alimentos ricos en purinas y bebidas azucaradas, moderar el consumo de alcohol, promover la hidratación adecuada y fomentar el consumo de alimentos ricos en fibra y nutrientes antioxidantes. Además, se recomienda adaptar la alimentación a las características individuales del pacientes, incluyendo la edad, el sexo, comorbilidades y nivel de actividad física, con el fin de mejorar la adherencia a la dieta y optimizar los resultados clínicos.
En conclusión, la alimentación constituye una herramienta esencial en la prevención y el manejo de la hiperuricemia. La educación nutricional y la implementación de estrategias dietéticas personalizadas permiten reducir los niveles de ácido úrico, prevenir complicaciones como la gota y contribuir al bienestar general de los pacientes complementando el tratamiento farmacológico cuando sea necesario.
2. OBJETIVOS
El objetivo de la presente revisión bibliográfica es analizar la evidencia científica disponible sobre la relación entre la alimentación y la hiperuricemia, identificando los principales factores dietéticos que influyen en los niveles séricos de ácido úrico, así como las estrategias nutricionales más efectivas para su prevención y manejo. Se busca sintetizar los hallazgos de estudios recientes que evalúan el impacto de diferentes patrones dietarios, tipos de alimentos y nutrientes, en el desarrollo o control de la hiperuricemia, con el fin de aportar una base teórica actualizada que oriente la práctica clínica y las recomendaciones nutricionales en esta población.
3. METODOLOGÍA
Para la realización de este trabajo, se ha llevado a cabo una investigación consistente en una revisión bibliográfica, búsqueda y análisis de diferentes artículos. Para ello se emplearon las bases de datos más conocidas (Pubmed, Scielo, Elservier, Medline y Google Académico). Se revisaron para el estudio publicaciones en varios idiomas (español e inglés), siendo un motivo excluyente la fecha de publicación.
Las palabras clave que se han utilizado para la revisión fueron: hiperuricema, dieta, metabolismo, purinas, gota, fructosa, estrategias nutricionales
4. RESULTADOS Y CONCLUSIÓN
La revisión de la literatura científica indica que la alimentación tiene un impacto significativo en los niveles séricos de ácido úrico y en el riesgo de desarrollar hiperuricemia o gota. Los estudios revisados muestran que el consumo elevado de alimentos ricos en purinas se asocian con un aumento del ácido úrico en sangre. Asimismo, el consumo de alcohol, especialmente cerveza, y de bebidas azucaradas con fructosa, incrementa la producción de ácido úrico y disminuye su excreción renal, favoreciendo la hiperuricemia.
Por el contrario, la ingesta de lácteos bajos en grasa, frutas, verduras y cereales integrales se relaciona con niveles más bajos de ácido úrico y menor riesgo de hiperuricemia. Dietas equilibradas y saludables, como la dieta mediterránea o la dieta DASH, muestran efectos positivos adicionales sobre el metabolismo y el control del peso, lo cual contribuye a la regulación de los niveles de ácido úrico, de forma indirecta. Los estudios también destacan la importancia de la hidratación adecuada y la moderación de la ingesta de alimentos ultraprocesados.
La alimentación constituye una herramienta clave en el manejo de la hiperuricemia. Limitar el consumo de purinas de origen animal, alcohol y fructosa, junto con la promoción de frutas, verduras, lácteos bajos en grasa y patrones dietarios equilibrados, permite reducir los niveles de ácido úrico, prevenir la aparición de gota y mejorar la salud metabólica general. Las intervenciones nutricionales deben adaptarse a las características individuales del paciente, considerando factores como edad, sexo, comorbilidaddes y hábitos de vida, para optimizar la adherencia y la efectividad del tratamiento. En conjunto, la evidencia sugiere que la educación dietética y la implementación de estrategias alimentarias personalizadas son complementos esenciales en el tratamiento de la hiperuricemia.
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Declaración de buenas prácticas:
Los autores de este manuscrito declaran que:
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La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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