Inicio > Medicina Familiar y Atención Primaria > Intoxicación por nuez moscada (Myristica fragrans), el psicotrópico low cost de nuestros jóvenes. A propósito de un caso en Atención Primaria

Intoxicación por nuez moscada (Myristica fragrans), el psicotrópico low cost de nuestros jóvenes. A propósito de un caso en Atención Primaria

Intoxicación por nuez moscada (Myristica fragrans), el psicotrópico low cost de nuestros jóvenes. A propósito de un caso en Atención Primaria

Los casos de intoxicación por nuez moscada con fines recreativos son cada vez más frecuentes entre determinados colectivos (estudiantes, jóvenes, etc.) que buscan una alternativa low cost a otras drogas de difícil acceso o coste elevado.

Nutmeg intoxication (Myristica fragrans), the low cost psychotropic for young people. About a case in Primary Care.

AUTORES: Sergio Landróguez Salinas[1]. José García Pantoja2. Yolanda Sixto Fernández3.

PALABRAS CLAVE: Enfermedades transmitidas por los alimentos, Envenenamiento, Nuez moscada.

KEYWORDS: Foodborne diseases, Poisoning, Nutmeg.

RESUMEN: Los casos de intoxicación por nuez moscada con fines recreativos son cada vez más frecuentes entre determinados colectivos (estudiantes, jóvenes, etc.) que buscan una alternativa low cost a otras drogas de difícil acceso o coste elevado. Sus efectos alucinógenos y psicotrópicos, y su sencilla accesibilidad y disponibilidad, la convierten en un reclamo barato para la diversión, pero su potencial riesgo y sus numerosos efectos secundarios, hacen que suponga un peligro grave y latente para la salud, que debería saberse identificar y tratar.

Se presenta el caso de una intoxicación por nuez moscada y alcohol, en un paciente de 25 años, que presentó, tras su consumo recreativo en una fiesta, un estado de conciencia alterado, con alucinaciones visuales. Una vez confirmado el diagnóstico, se resolvió sin secuelas, tras observación y tratamiento.

Palabras clave: Enfermedades transmitidas por los alimentos, Envenenamiento, Nuez moscada.

ABSTRACT: Cases of nutmeg intoxication for recreational purposes are increasingly frequent among certain groups (students, young people, etc.) who are looking for a low-cost alternative to other drugs that are difficult to access or that are expensive. Its hallucinogenic and psychotropic effects, and its simple accessibility and availability, make it a cheap call for entertainment, but its potential risk and numerous side effects make it a serious and latent danger to health, which should be identified and treated.

We present the case of an intoxication by nutmeg and alcohol, in a 25-year-old patient, who presented, after his recreational consumption at a party, an altered state of consciousness, with visual hallucinations. Once the diagnosis was confirmed, it was resolved without sequelae, after observation and treatment.

Keywords: Foodborne diseases, Poisoning, Nutmeg.

DESCRIPCIÓN DEL CASO

Paciente de 25 años de edad que acudió al Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) en estado estuporoso, traído por dos amigos tras una fiesta universitaria. Estos referían que había consumido alcohol (varias cervezas, aproximadamente 1 litro, seguidas de 3 ron con cola), pero que se habían asustado al advertir en el paciente alucinaciones visuales (bichos por los brazos y alteración en las formas de las personas) y un estado de conciencia alterado, distinto al de otras ocasiones, tras el consumo esporádico de alcohol en fines de semana.

Negaron el uso de otras sustancias estupefacientes, sin embargo, refirieron que habían probado algo que habían leído por internet, añadiendo al alcohol, nuez moscada en polvo, un tarro de 58 g de una conocida marca de supermercados, repartido durante las primeras horas del evento.

El cuadro era compatible con el de una intoxicación etílica, con inestabilidad en ortostatismo, confusión, somnolencia, náuseas, vómitos, vértigos, malestar y respiración irregular. Además, refería sensación de opresión en el pecho, palpitaciones, pirosis y sensación de picor generalizado.

Tras el control de constantes y estabilización del paciente, se contactó con el Servicio de Toxicología desde el SUAP, recomendándose observación y monitorización durante 24 horas. Al paciente se le realizó lavado gástrico con carbón activo y administración de antieméticos y fluidoterapia, con gradual recuperación hasta quedar asintomático, dándose de alta a las 24 h del ingreso.

PRUEBAS COMPLEMENTARIAS RELEVANTES

A la exploración, presentaba un estado estuporoso superficial, con baja orientación, limitada cooperación y con un discurso incoherente, con una puntuación en la Escala de Glasgow de 11, con pupilas midriáticas y reactivas e inyección conjuntival, sin focalidad neurológica. El resto de la exploración física se hallaba dentro de la normalidad.

La presión arterial era de 137/92 mmHg, frecuencia cardíaca 112 lpm, frecuencia respiratoria 20 rpm, temperatura corporal de 36,5°C, saturación de oxígeno 97% y glucemia capilar de 157 mg/dl. El electrocardiograma presentaba un ritmo sinusal normal, sin alteraciones de la repolarización agudas.

Posteriormente, en la analítica se determinó concentración de etanol de 103 mg/dl (más del doble de la concentración máxima permitida para conductores en España), con negatividad para las pruebas de detección de drogas. El resto de valores en sangre y radiografía de tórax, fueron normales.

DISCUSIÓN

La nuez moscada (Myristica fragrans Houtt) es una especie de árbol perennifolio de la familia de las Myristicaceae. Su historia se remonta hace 3.500 años en Indonesia, donde se hallaron las primeras pruebas de su uso como ingrediente alimentario (1). A través de los siglos, su comercio, monopolizado por árabes, a través de Oriente Medio, y venecianos, por la ruta de la Seda, la habían convertido en una especia muy preciada y costosa. A finales del siglo XV, Portugal se hizo cargo de este comercio. Este interés por la nuez moscada y las especias, fue una de las causas principales del Descubrimiento de América, ya que los Reyes Católicos no dudaron en financiar la expedición de Cristóbal Colón, para competir con el acaparamiento del mercado de los portugueses. Posteriormente, en el siglo XVII, fueron los holandeses los que monopolizaron su comercio, extendiendo su papel, con numerosos usos culinarios, en algunos países.

Durante muchos años y, aún en la actualidad, a esta especia se le atribuyen numerosos y dispares usos dentro de la medicina alternativa o tradicional, como estimulante aromática, antiflatulenta, antidiarreica, ansiolítica, afrodisíaca, abortiva e, incluso, como tratamiento para el reuma, el cólera, la peste o la psicosis (2,3).

En la era de la medicina moderna, han sido otras las características destacadas, muchas de ellas en estudio, resaltando sus propiedades hipolipemiantes, antimicrobianas, antidepresivas, antioxidantes, antimicóticas, antidiabéticas, antiinflamatorias y hepatoprotectoras (3–6).

Entre los compuestos que contiene el aceite de nuez moscada destacan: la miristicina, elemicina, safrol, metil eugenol, eugenol, metil isoeugenol, metoxi eugenol, isoeugenol, isoelemicina y tolueno. De todos ellos, se cree que la miristicina y la elemicina son los responsables de los efectos farmacológicos de la nuez moscada (7).

A pequeñas dosis, no presenta ni toxicidad, ni efectos en el organismo, precisando entre 5 y 30 g (7) para producir efectos similares a los de la dietilamida del ácido lisérgico (LSD), gracias a las propiedades anticolinérgicas y psicotrópicas de sus elementos anfetaminoides, la miristicina (con similitudes estructurales con la mescalina, agonista de los receptores de serotonina con propiedades alucinógenas) y la elamicina (8), capaces de producir alucinaciones visuales y sensaciones placenteras. En este sentido, también hay evidencias de que la nuez moscada actúa sobre el sistema endocannabinoide indirectamente al inhibir las enzimas  amido hidrolasa de ácidos grasos (FAAH) y monoacilglicerol lipasa (MAGL), mecanismo que desvela los efectos similares al cannabis reportados en la clínica (3).

Además de su consumo como especia, se ha extendido su uso con fines recreativos entre los estudiantes, adolescentes y otros colectivos (9) (indigentes, toxicómanos, reclusos, pacientes confinados o cualquiera con acceso limitado y necesidad de sustancias psicotrópicas), por sus efectos euforizantes, alucinógenos y su sencilla accesibilidad y disponibilidad.

Normalmente, la nuez moscada se adquiere en forma de clavo o en polvo, siendo ésta la forma de consumo habitual por vía oral, aunque se han descrito casos de inhalación e, incluso, absorción accidental dérmica u ocular (5).

La clínica de la intoxicación se inicia aproximadamente tras 2-8 h de la ingestión, incluyendo taquicardia, dolor epigástrico, retención urinaria, rubefacción facial, hipertensión, sequedad de boca y visión borrosa (10–12). La hipotensión, el shock y el exitus, son raros, aunque se han reportado varios casos de muerte tras su exposición (13).

Los desórdenes neuropsiquiátricos también son frecuentes, con aparición de alucinaciones, sentimiento de fatalidad inminente, somnolencia, agitación, episodios psicóticos y delirio (14,15). La alteración del estado de conciencia, las alucinaciones, el delirio y la tendencia a la taquicardia reportados en otros casos (9), también se registraron en el nuestro. La psicosis crónica se ha reportado con el uso recurrente a largo plazo (13,14).

El diagnóstico es eminentemente clínico, coincidiendo muchas veces con los numerosos signos y síntomas propios de una intoxicación por drogas de abuso o psicotrópicos, lo que complica la certeza de su etiología. Suele ser el hecho de la comunicación del consumo por los propios pacientes o acompañantes lo que alerta de la verdadera causa de la intoxicación.

La observación pupilar no es fiable para el diagnóstico en estos casos, puesto que se han observado tanto en la clínica, como en laboratorio, respuestas pupilares en midriasis y miosis (14). En el caso que se presenta, la respuesta pupilar observada fue midriática y reactiva.

La información en la literatura sobre el manejo de esta intoxicación es escasa. Generalmente, suele ser suficiente con una monitorización del paciente durante, al menos, 8 horas tras la ingestión (14) aunque, a veces, puede ser necesaria su observación en cuidados intensivos o, incluso, el uso de técnicas de reanimación y soporte vital avanzado (intubación, ventilación mecánica, etc.). Se ha observado que en estas intoxicaciones, los pacientes hemodinámicamente inestables, que precisaron estas técnicas más agresivas o que fallecieron, habían ingerido el tóxico de manera combinada, junto con otras sustancias (medicamentos, drogas, etc.) (5,11,13). En nuestro caso, no se precisaron estas técnicas, a pesar de haberse ingerido acompañada de una cantidad importante de alcohol.

Uno de los objetivos del tratamiento es mantener al paciente calmado durante el periodo de crisis de la intoxicación, para ello, debe tranquilizársele de forma regular, manejando además una sedación con benzodiacepinas, clorpromazina o haloperidol (5,16), ante el llamativo estado de agitación, angustia, ansiedad, miedo, etc., que a veces acompaña el cuadro.

El uso de jarabe de ipecacuana, como inductor del vómito, ante la exposición de un tóxico desconocido, es controvertido (16), por lo que su utilización no se recomienda, a priori. Afortunadamente, la mayoría de los pacientes que sufren una intoxicación por nuez moscada tienden a presentar náuseas y vómitos de forma espontánea, antes de su llegada o durante su ingreso, como ocurrió con nuestro paciente.

El uso de carbón activo puede reducir la gravedad y la duración de los síntomas, al disminuir la absorción sistémica del tóxico, por lo que su uso es recomendable (9,14,16).

La administración de antieméticos (metoclopramida, ondansetrón y proclorperazina) y fluidos intravenosos es necesaria y recomendable ante cuadros de náuseas y vómitos prolongados e intensos (9).

La mayoría de los pacientes se recuperan sin secuelas en un plazo de 24-48 h (10–12), aunque un desenlace fatal es posible, ya que se han reportado varios casos de exitus tras la intoxicación con nuez moscada (13,14).

CONCLUSIONES

A pesar de que el uso de la nuez moscada como sustancia recreativa, aún no está muy extendido entre ciertos grupos de población (jóvenes, estudiantes, indigentes, etc.), su conocimiento es cada vez mayor, convirtiéndola en un potencial peligro como alternativa a otras drogas de coste más elevado por su accesibilidad, disponibilidad y ser una opción low cost, no exenta de riesgo.

Posiblemente, pueda verse en un futuro cercano, un aumento progresivo de su uso, por lo que se hace necesario pensar en esta opción, como posibilidad diagnóstica, ante cualquier caso de intoxicación con un cuadro anticolinérgico y psicotrópico que acuda a Urgencias, con el objetivo primordial de saber identificarlo y tratarlo.

Conflicto de intereses.

No existe conflicto de intereses de tipo financiero, laboral, de relaciones personales o afiliaciones vinculado con el tema de discusión del artículo.

BIBLIOGRAFÍA

  1. The Price of Spice: Archaeological Investigations of Colonial Era Nutmeg Plantations on the Banda Islands, Maluku Province, Indonesia | Department of Anthropology | University of Washington [Internet]. [citado 9 de enero de 2020]. Disponible en: https://anthropology.washington.edu/research/graduate/price-spice-archaeological-investigations-colonial-era-nutmeg-plantations-banda
  2. Barceloux DG. Nutmeg (Myristica fragrans Houtt.). Dis Mon. junio de 2009;55(6):373-9.
  3. El-Alfy AT, Joseph S, Brahmbhatt A, Akati S, Abourashed EA. Indirect modulation of the endocannabinoid system by specific fractions of nutmeg total extract. Pharm Biol. 1 de diciembre de 2016;54(12):2933-8.
  4. McKenna A, Nordt SP, Ryan J. Acute nutmeg poisoning: Eur J Emerg Med. agosto de 2004;11(4):240-1.
  5. N.a.a R, A F, M.e E. Toxicity of Nutmeg (Myristicin): A Review. Int J Adv Sci Eng Inf Technol. 2015;5(3):212-215-215.
  6. Shafiei Z, Shuhairi NN, Md Fazly Shah Yap N, Harry Sibungkil C-A, Latip J. Antibacterial Activity of Myristica fragrans against Oral Pathogens [Internet]. Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine. 2012 [citado 9 de enero de 2020]. Disponible en: https://www.hindawi.com/journals/ecam/2012/825362/
  7. McKenna A, Nordt S, Ryan J. Acute nutmeg poisoning. Eur J Emerg Med. agosto de 2004;11(4):240-1.
  8. Hallström H, Thuvander A. Toxicological evaluation of myristicin. Nat Toxins. 1997;5(5):186-92.
  9. Gunaydin M, Tatli O, Altuntas G, Uslu Z, Ozsahin F, Beslioglu N. Nutmeg Intoxication Associated with Consumption as a Stupefacient. J Emerg Med Case Rep. 29 de junio de 2017;8(3):64-5.
  10. Roeters van lennep JE, Schuit SC, Van bruchem-visser RL, Özcan B. Unintentional nutmeg autointoxication. Neth J Med 2015;73(1):46–8.
  11. Ehrenpreis JE, DesLauriers C, Lank P, Armstrong PK, Leikin JB. Nutmeg Poisonings: A Retrospective Review of 10 Years Experience from the Illinois Poison Center, 2001–2011. J Med Toxicol. junio de 2014;10(2):148-51.
  12. Carstairs SD, Cantrell FL. The spice of life: An analysis of nutmeg exposures in California. Clin Toxicol. marzo de 2011;49(3):177-80.
  13. Stein U, Greyer H, Hentschel H. Nutmeg (myristicin) poisoning — report on a fatal case and a series of cases recorded by a poison information centre. Forensic Sci Int. 15 de abril de 2001;118(1):87-90.
  14. Demetriades AK, Wallman PD, McGuiness A, Gavalas MC. Low cost, high risk: accidental nutmeg intoxication. Emerg Med J. 1 de marzo de 2005;22(3):223-5.
  15. Reynoard J, Torrents R, Domange B, Glaizal M, de Haro L, Simon N. Nutmeg poisoning: Ten years (2008–2018) of experience from the Marseille Poison Control Center. Presse Médicale. Septiembre de 2019;48(9):994-6.
  16. Abernethy MK, Becker LB. Acute nutmeg intoxication. Am J Emerg Med. septiembre de 1992;10(5):429-30
  17. Doctorado en Ciencias de la Salud. Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. SUAP Jerez Centro. UGC SUAP. AGS de Jerez, Costa Noroeste y Sierra de Cádiz. Jerez de la Frontera. España.
  18. Enfermero. Director de la UGC Trebujena. AGS de Jerez, Costa Noroeste y Sierra de Cádiz. Trebujena. España.
  19. Enfermera. SUAP Sanlúcar de Barrameda. UGC SUAP. AGS de Jerez, Costa Noroeste y Sierra de Cádiz. Jerez de la Frontera. España.