La importancia de la alimentación durante el embarazo. Revisión bibliográfica
Autora principal: Tania Lorenzo González
Vol. XX; nº 24; 1140
The importance of nutrition during pregnancy. A literature review
Fecha de recepción: 13 de noviembre de 2025
Fecha de aceptación: 15 de diciembre de 2025
Fecha de publicación: 18 de diciembre de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 24 – Segunda quincena de Diciembre de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 24; 1140 – DOI: https://doi.org/10.64396/24-1140 – Cómo citar este artículo
Autores:
Tania Lorenzo González. Dietista – Nutricionista. Sergas (Galicia). Área Sanitaria de A Coruña. España.
Resumen
La alimentación durante el embarazo desempeña un papel fundamental en la salud de la madre y el adecuado desarrollo del feto. En esta etapa, las necesidades nutricionales aumentan debido a los cambios fisiológicos, metabólicos y hormonales propios de la gestación. Una dieta equilibrada, variada y suficiente, que incluya todos los grupos de alimentos, resulta esencial para asegurar un aporte adecuado de energía, proteínas, vitaminas y minerales, como el hierro, el calcio, el ácido fólico y el zinc. Diversos estudios han demostrado que una buena nutrición materna contribuye a prevenir complicaciones como la anemia, la diabetes gestacional, la preeclampsia y el baso peso al nacer. Asismismo, la educación nutricional y el acompañamiento profesional son herramientas clave para fomentar hábitos alimentarios saludables, adaptados a las necesidades individuales y al contexto sociocultural de cada mujer. En conclusión, la alimentación adecuada durante el embarazo no solo favorece la salud de la madre y el bebé, sino que también constituye una inversión en la salud futura de ambos.
Palabras clave
Embarazo, salud fetal, salud materna, dieta equilibrada, gestación, ácido fólico, hierro, educación alimentaria.
Abstract
Nutrition during pregnancy plays a fundamental role in the mother’s health and the proper development of the fetus. During this stage, nutritional needs increase due to the physiological, metabolic, and hormonal changes inherent in gestation. A balanced, varied, and sufficient diet, including all food groups, is essential to ensure an adequate intake of energy, protein, vitamins, and minerals, such as iron, calcium, folic acid, and zinc. Several studies have demonstrated that good maternal nutrition helps prevent complications such as anemia, gestational diabetes, preeclampsia, and low birth weight. Furthermore, nutritional education and professional support are key tools for promoting healthy eating habits, adapted to the individual needs and sociocultural context of each woman. In conclusion, proper nutrition during pregnancy not only benefits the health of both mother and baby but also represents an investment in their future health.
Keywords
Pregnancy, fetal health, maternal health, balanced diet, gestation, folic acid, iron, nutrition education.
1. INTRODUCCIÓN
El embarazo es una de las etapas biológicas más transcendentales en la vida de la mujer, caracterizada por profundos cambios físicos, hormonales, metabólicos y emocionales, que tiene como finalidad asegurar el desarrollo adecuado del nuevo ser. Durante este período la nutrición adquiere un papel central, no solo porque garantiza el crecimiento intrauterino y el bienestar materno, sino porque influye de manera determinante en la salud futura del bebé y en la prevención de múltiples complicaciones gestacionales.
Desde las primeras semanas de gestación, el organismo materno experimenta modificaciones que incrementan las demandas de energía y nutrientes esenciales. El aumento del volumen sanguíneo, la formación de tejidos fetales, el desarrollo de la placenta y los cambios en el metabolismo hacen que las necesidades de vitaminas, minerales y macronutrientes evolucionen de forma progresiva a lo largo de los trimestres.
La evidencia actual demuestra que una dieta equilibrada antes y durante la gestación contribuye a reducir riesgos asociados al embarazo, tales como anemia, preeclampsia, bajo peso al nacer, malformaciones congénitas o parto prematuro. Del mismo modo, una nutrición inadecuada puede tener consecuencias negativas que se manifiestan no solo durante la gestación, sino también a largo plazo, afectando la salud futura del bebé mediante procesos como la programación fetal. Esto corrobora la importancia de comprender la relación entre las necesidades nutricionales y el bienestar fetal.
Además, diversos factores sociales, económicos y culturales incluyen de manera notable en los hábitos alimentarios de las embarazadas. El acceso a alimentos de calidad, el nivel educativo, las prácticas culturales, la disponibilidad de servicios de salud y la información que reciben las mujeres condiciona directamente la manera en la que se alimenta. Por ello, no basta con conocer los requerimientos nutricionales, sino que es necesario considerar el contexto en el que se encuentran las gestantes para promover así una nutrición saludable y sostenible.
En primer lugar, destacar que a lo largo del embarazo, la demanda de energía aumenta progresivamente. En general, se estima que una mujer embarazada necesita entre 300 y 450 calorías adicionales por día, dependiendo del trimestre y del nivel de actividad física. Estas calorías extra permiten cubrir el crecimiento del feto, la formación de la placenta, el aumento del volumen sanguíneo y los cambios en el metabolismo materno. Sin embargo, no todas las calorías tienen la misma calidad, por lo que se recomienda que provengan de alimentos nutritivos y no de productos con alto contenido en azúcares o grasas saturadas.
Las proteínas son esenciales para la formación de tejidos fetales, la placenta, el útero y el aumento del volumen sanguíneo. Durante el embarazo se recomienda incrementar la ingesta de proteínas en aproximadamente 1,1 g / kg de peso / día. Las mejores fuentes incluyen carnes magras, huevo, pescado, legumbres, lácteos, frutos secos y semillas. Una ingesta adecuada de proteínas también favorece el fortalecimiento del sistema inmunológico y el desarrollo neuronal del bebé.
Los carbohidratos deben aporta alrededor de 45 — 65 % de las calorías totales diarias. Es preferible optar por carbohidratos complejos como los cereales integrales, verduras y frutas, que permiten mantener estables los niveles de glucosa en sangre. Asimismo, la fibra dietética es fundamental para prevenir el estreñimiento, un trastorno muy frecuente durante el embarazo. Se recomienda consumir entre 25 y 30 gramos de fibra diaria, a través de frutas, verduras, avena, legumbres y panes integrales.
Las grasas cumplen un papel muy importante en el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso del feto. Los ácidos grasos omega — 3, especialmente el DHA, son esenciales para el desarrollo visual y cognitivo. Por ello, se recomienda el consumo regular de pescado azul en cantidades seguras, así como de nueces, semillas de chía, linaza y aceites vegetales. Las grasas saturadas y trans deben limitarse para evitar un aumento excesivo de peso y problemas metabólicos.
En cuanto a las vitaminas, son varias las que requieren especial atención durante la gestación, entre las que podemos destacar:
- Ácido fólico (vitamina B9): fundamental para prevenir defectos del tubo neural. Se recomienda un aporte diario de 400 — 600 microgramos, preferiblemente desde antes de la concepción.
- Vitamina B12: necesaria para la formación de glóbulos rojos y el desarrollo neurológico. Es esencial en mujeres vegetarianas o veganas.
- Vitamina D: interviene en la absorción del calcio y en la salud ósea, tanto de la madre como del feto. La exposición solar moderada y alimentos como pescados grasos y lácteos fortificados, son fuentes importantes.
- Vitamina A: necesaria para la formación de órganos y tejidos, pero debe consumirse con moderación, ya que un exceso puede ser perjudicial para el bebé.
- Vitamina C: favorece la absorción del hierro y fortalece el sistema inmunológico.
Asimismo, los minerales desempeñan un papel decisivo en el desarrollo del embarazo. Entre los más importantes, podemos destacar:
- Hierro: la demanda aumenta al crecimiento fetal y a la expansión del volumen sanguíneo materno. El déficit puede causar anemia, parto prematuro y bajo peso al nacer. Se recomienda la ingesta de alimentos como carnes rojas, legumbres y espinacas, junto con vitamina C para mejorar su absorción.
- Calcio: necesario para la formación de huesos y dientes. Si la ingesta es insuficiente, el feto utilizará las reservas maternas, perjudicando la salud ósea de la madre. Se necesitan alrededor de 1000 — 1300 mg diarios.
- Yodo: es fundamental para la función tiroidea y el desarrollo cerebral del bebé. La principal fuente es la sal yodada, así como pescados y lácteos.
- Zinc: interviene en el crecimiento celular y en la función inmunológica.
- Magnesio: participa en la regulación muscular y nerviosa, y puede ayudar a prevenir calambres y complicaciones como la preeclampsia.
Por otro lado, la hidratación es igualmente esencial. El aumento del volumen sanguíneo, la producción de líquido amniótico y los cambios metabólicos incrementan las necesidades de agua. Se recomienda beber entre 2 y 2,5 litros de agua al día, ajustando la cantidad según el clima y el nivel de actividad.
Finalmente, aunque una dieta equilibrada es la base, en muchos casos los profesionales sanitarios recomiendan suplementos durante el embarazo, especialmente de ácido fólico, hierro, vitamina D y yodo. Es importante que la suplementación sea indicada por un médico o nutricionista, para evitar tanto deficiencias como excesos o combinaciones inadecuadas.
En conclusión, los requerimientos nutricionales durante el embarazo son esenciales para asegurar la salud de la madre y el desarrollo adecuado del feto. Una alimentación equilibrada, variada y rica en nutrientes, complementada con una adecuada hidratación, y, cuando sea necesario, suplementos bajo supervisión médica, contribuye de forma decisiva a un embarazo saludable y a un inicio de vida óptimo para el bebé.
2. OBJETIVOS
El objetivo de esta revisión bibliográfica es analizar la evidencia científica disponible sobre la importancia y el impacto de la educación nutricional durante el embarazo, identificando las estrategias más efectivas para promover hábitos alimentarios saludables en las gestantes, prevenir deficiencias nutricionales y contribuir al bienestar materno — fetal. Asimismo, se busca describir cómo los programas de educación nutricional influyen en el conocimiento, las actitudes y las prácticas alimentarias de las mujeres embarazadas, así como su relación con la prevención de complicaciones gestacionales y la mejora de los resultados perinatales.
3. METODOLOGÍA
Para la realización de este trabajo, se ha llevado a cabo una investigación consistente en una revisión bibliográfica, búsqueda y análisis de diferentes artículos. Para ello se emplearon las bases de datos más conocidas (Pubmed, Scielo, Elservier, Medline y Google Académico). Se revisaron para el estudio publicaciones en varios idiomas (español e inglés), siendo un motivo excluyente la fecha de publicación.
Las palabras clave que se han utilizado para la revisión fueron: embarazo, salud fetal, salud materna, dieta equilibrada, gestación, ácido fólico, hierro, educación alimentaria.
4. RESULTADOS Y CONCLUSIÓN
La revisión bibliográfica realizada evidencia que una alimentación adecuada durante el embarazo es determinante para el bienestar materno y fetal. Los estudios consultados coinciden en que el cumplimiento de los requerimientos nutricionales (especialmente de hierro, ácido fólico, calcio y ácidos grasos esenciales), contribuye a la prevención de complicaciones como la anemia, parto prematuro, preeclampsia y bajo peso al nacer. De la misma forma, se observó que las mujeres embarazadas que reciben algún tipo de educación nutricional presentan un mayor nivel de conocimiento, mejores prácticas alimentarias y un mayor control del aumento de peso gestacional, en comparación con aquellas que no reciben ayuda.
Los programas de educación nutricional, cuando son continuos, personalizados y culturalmente adaptados, resultan eficaces para promover hábitos saludables y fomentar la autonomía alimentaria en la gestante. La evidencia también resalta la importancia del acompañamiento interdisciplinario (médico, nutricionista, enfermería) y del acceso a información confiable durante toda la gestación.
En conclusión, la alimentación y la educación nutricional en el embarazo constituyen pilares esenciales para garantizar un embarazo saludable, reducir riesgos obstétricos y favorecer un desarrollo fetal óptimo. Fomentar políticas públicas y estrategias educativas que integren la nutrición como eje de la atención prenatal es una inversión fundamental en salud materno — fetal y en la calidad de vida futura de las familias.
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Declaración de buenas prácticas:
Los autores de este manuscrito declaran que:
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