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La importancia del hierro en la dieta

La importancia del hierro en la dieta

Autora principal: Mónica Pérez Fernández

Vol. XIX; nº 19; 885

The importance of iron in the diet

Fecha de recepción: 10/09/2024

Fecha de aceptación: 11/10/2024

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XIX. Número 19 Primera quincena de Octubre de 2024 – Página inicial: Vol. XIX; nº 19; 885

AUTORES:

  1. Mónica Pérez Fernández. Dietista-Nutricionista en Centro de Salud Ribadeo-Mondoñedo, Lugo, Galicia, España.
  2. Lucía Rodríguez Andión. Dietista-Nutricionista en Centro de Salud Corgo-Meira, Lugo, Galicia, España.

RESUMEN

El hierro desempeña diferentes funciones fisiológicas importantes y es necesario en la alimentación humana por ser un mineral esencial. Su función más reconocida es llevar oxígeno por todo el cuerpo. El hierro es esencial en la hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos que transporta oxígeno de los pulmones a los tejidos y dióxido de carbono de regreso a los pulmones para ser exhalado.

Es crucial consumir alimentos con alto contenido de hierro para garantizar una adecuada ingesta de este mineral. Existen dos tipos de hierro en los alimentos: el hierro hémico en productos de origen animal como carnes rojas, aves y pescado, y el hierro no hémico en alimentos vegetales como legumbres, vegetales de hoja verde, frutos secos y cereales fortificados. A pesar de que el hierro hémico se absorbe con mayor eficacia, se puede aumentar la absorción del hierro no hémico al consumirlo junto con alimentos que contienen vitamina C.

No obstante, es fundamental mantener un balance correcto, ya que tanto la falta como el exceso de hierro pueden causar problemas de salud. El exceso de hierro, a pesar de ser menos frecuente, puede resultar tóxico y ocasionar enfermedades como la hemocromatosis, en la cual el organismo absorbe una cantidad excesiva de hierro que se acumula en los órganos, provocando daño.

En resumen, el hierro es esencial en la dieta debido a su papel crucial en diversas funciones, como el transporte de oxígeno, la generación de energía, el crecimiento mental, la respuesta inmune y la salud reproductiva. Es imprescindible consumir una dieta balanceada con suficiente hierro para prevenir problemas de salud relacionados con su escasez y mantener un bienestar óptimo.

PALABRAS CLAVE

Hierro, anemia, alimentación, salud.

ABSTRACT

Iron has several important physiological functions and is necessary in the human diet as an essential mineral. Its most recognized function is to carry oxygen throughout the body. Iron is essential in hemoglobin, a protein in red blood cells that transports oxygen from the lungs to the tissues and carbon dioxide back to the lungs to be exhaled.
It is crucial to consume foods high in iron to ensure adequate iron intake. There are two types of iron in foods: hemic iron in animal products such as red meat, poultry and fish, and non-hemic iron in plant foods such as legumes, leafy green vegetables, nuts and fortified cereals. Although hemic iron is absorbed more efficiently, the absorption of non-hemic iron can be increased by consuming it with foods containing vitamin C.
However, it is essential to maintain a correct balance, as both too little and too much iron can cause health problems. Excess iron, although less frequent, can be toxic and cause diseases such as hemochromatosis, in which the body absorbs an excessive amount of iron that accumulates in the organs, causing damage.

In summary, iron is essential in the diet because of its crucial role in various functions, such as oxygen transport, energy generation, mental growth, immune response and reproductive health. It is essential to consume a balanced diet with sufficient iron to prevent health problems related to iron deficiency and maintain optimal wellness.

KEYWORDS

Iron, anemia, food, health.

DECLARACIÓN DE BUENAS PRÁCTICAS

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.

INTRODUCCIÓN

El hierro es uno de los nutrientes más investigados y mejor conocidos. Este gran interés viene determinado porque su deficiencia nutricional es la más común y por el hecho de que, afortunadamente, puede ser prevenida en gran medida.

CONTENIDO CORPORAL Y NATURALEZA QUÍMICA

El hierro es el elemento traza más abundante en el organismo animal e igualmente en el ser humano. El contenido corporal total del hierro es aproximadamente de 3,8 g en el hombre y 2,3 g en la mujer. El hierro presente en los distintos compartimentos corporales se puede agrupar en dos categorías: hierro que interviene en forma hemínica y no hemínica en funciones enzimáticas o metabólicas, e hierro asociado a transporte y reservas.

El hierro hemo, se trata de un hierro que participa en la estructura del grupo HEMO o hierro unido a porfirina y, por tanto, se encuentra formando parte de la hemoglobina, mioglobina y diversas enzimas, como citocromos, etc.

Es debido a su presencia en estos componentes, por lo que sólo se encuentra en alimentos de origen animal, constituyendo el 40% del hierro total.

La hemoglobina contiene más del 65% del hierro corporal, y se halla constituida por cuatro cadenas de globina, cada una de las cuales se halla asociada a un grupo hemo que contiene un átomo de hierro. La mioglobina de las fibras musculares sólo contiene un grupo hemo similar al de la hemoglobina. Las enzimas como los citocromos a, b y c, catalasa y peroxidasa, son hemoproteínas que contienen de uno a varios átomos de hierro.

El hierro no hemo aparece en un grupo importante de enzimas relacionadas con el metabolismo oxidativo. Entre estos compuestos encontramos metaloflavo proteínas, aconitasa, enzimas del ciclo de los ácidos  tricarboxílicos, fosfoenolpiruvato carboxikinasa y ribonucleótido reductasa.

La forma no hemo se encuentra en alimentos de origen animal en una proporción del 60% del total, y en los de origen vegetal en donde es la única forma existente.

FUNCIONES

Teniendo en cuenta la relación hierro – proteína, parece claro que en el ser vivo las principales funciones del hierro son:

  • Transportar oxígeno.
  • Participar en los procesos redox que se dan en las reacciones de transferencia de electrones en la cadena respiratoria, facilitando la fosforilación oxidativa que permite convertir el ADP a ATP.

ABSORCIÓN DEL HIERRO

La biodisponibilidad del hierro o cantidad que puede ser absorbida de los alimentos oscila en un rango tan amplio como en menos de un 1% y más de un 50%, aunque se podría establecer como valor medio de absorción, a partir de dietas occidentales, de un 10 a un 15%.

La absorción del hierro a nivel de la mucosa intestinal es el principal punto de regulación, lo que explica por qué diversos factores fisiológicos influyen en el proceso absortivo.

Para que se produzca la absorción del hierro, éste debe estar en estado ferroso, por lo cual el hierro férrico de procedencia alimentaria  se reduce a estado ferroso, mientras que el hierro hemo no tiene que hacerlo, pues ya está en estado ferroso.

Por otra parte, el hierro férrico, al encontrarse unido en los alimentos a ácidos orgánicos  y proteínas sobre todo, requiere de la actuación de la pepsina y del ácido clorhídrico gástrico, para separarlo de sus uniones y además crear gracias al ácido un adecuado ambiente reductor.

FACTORES QUE AFECTAN A LA ABSORCIÓN DEL HIERRO

Existen diversos factores que afectan a la absorción intestinal de hierro, los cuales podrían agruparse en:

  • Estatus de hierro en el organismo.

La deficiencia de hierro, producida por causas diversas como baja ingesta, cuadros hemorrágicos, sobrecrecimiento bacteriano,  anorexia u otras situaciones que estimulan la eritropoyesis, etc., conduce a un aumento de la absorción del catión.

Por el contrario, cuando los depósitos corporales están saturados, solo una pequeña cantidad de hierro alimentario es biodisponible, es decir, puede absorberse a nivel intestinal.

Los hechos indicados apoyan la existencia de mecanismos de tipo hormonal, aunque no están suficientemente establecidos.

Se han identificado dos elementos reguladores, la hepcidina y la hemojuvelina. Se ha sugerido que la hepcidina es una hormona reguladora a largo. En su ausencia se produce una hiperabsorción  a nivel intestinal que ocasiona una sobrecarga de hierro, y un incremento en la liberación del hierro desde los macrófagos que conduce a una depleción del hierro en el bazo.

Por el contrario la infección e inflamación incrementan la síntesis de hepcidina siendo la interleuquina 6 una citokina necesaria y suficiente para la inducción de la hepcidina durante la inflamación, ocurriendo lo opuesto de lo dicho. Así la exposición de las células endoteliales y células de kupffer de los sinusoides  hepáticos a microorganismos o a transferrina altamente saturada causa la liberación de IL-6, que conduce a la síntesis hepática y secreción de hepcidina. La hepcidina plasmática disminuye la síntesis  de la reductasa de la membrana apical y de la ferroportina de enterocitos bloqueando la captación de hierro intestinal y la salida del enterocito. Por otra parte, a nivel del macrófago inhibe la ferroportina impidiendo la liberación del hierro procedente de la destrucción de los hematíes quedando el hierro atrapado en el interior de esas células.

  • Factores alimenticios

Determinados factores de la dieta aumentan o reducen la absorción intestinal del hierro. Siendo distinto el efecto sobre el hierro no hemo o hemo.

El hierro hemo se encuentra afectado por las proteínas de origen animal que incrementan su absorción y por el calcio que la inhibe, pero nunca de manera acusada.

El hierro no hemo se encuentra afectado por un gran número de factores:

Entre los potenciadores de su absorción se encuentran el ácido ascórbico, proteínas de origen animal, ácidos orgánicos y el alcohol.

Entre los inhibidores de la absorción de hierro no hemo están los filatos, oxalatos, polifenoles, proteínas vegetales y diversos minerales. El caso del calcio es especialmente interesante pues puede llegar a tener una gran influencia, por lo que hay que tener en cuenta no sólo la ingesta de hierro en cantidad sino también el evitar en la medida de lo posible y sin alterar los hábitos alimentarios, la ingesta conjunta de alimentos ricos en ambos minerales en una comida. La razón de este hecho parece radicar en un mecanismo de inhibición a nivel de la ferroportina.

Esta diferente situación respecto a la absorción de hierro hemo y no hemo, condicionada por la naturaleza química de ambos, explica que el grado de absorción sea siempre muy superior en el caso de la forma hemo, que apenas se afecta por factores luminales, ni estimulantes ni inhibidores.

Se estima que el hierro hemo se absorbe en un 25%  aproximadamente, y entre el 1 al 5% la forma no hemo. Este diferente grado de absorción de ambas formas explica la biodisponibilidad del hierro contenido en diferentes alimentos de procedencia animal y vegetal. Así, se han descrito valores como los siguientes: 1%, 1-2% para el arroz, 1-2% para espinacas, 3-4% en el caso de leguminosas, 1-15% para pescados, 15-20% para hígado, 16-22% para carnes, 50-70% para el hierro contenido en la leche materna, etc.

INGESTAS RECOMENDADAS

Las ingestas recomendadas oscilan entre un mínimo de 8 mg/ día para hombres y 18 mg/ día en el caso de las mujeres.

FUENTES ALIMENTARIAS

El hierro se encuentra en un número limitado de alimentos animales y vegetales. Las carnes son, sin duda, las mejores fuentes y en especial el hígado y derivados, lo que hace de esta víscera un producto muy interesante alimentaria-mente desde esta perspectiva, además de su gran riqueza en otros nutrientes.

Asimismo legumbres, frutos secos y verduras foliáceas son ricos en hierro, pero su absorción es menor, dado que se encuentran en forma no hemo.

PATOLOGÍAS CAUSADAS POR EXCESO DE HIERRO

El término hemocromatosis describe a un grupo de patologías causadas por el exceso de hierro en el organismo.

Hay dos tipos de hemocromatosis:

  • La hemocromatosis primaria es un trastorno genético que se transmite de padres a hijos y es congénito. Las personas con esta afección absorben demasiado hierro a través del tubo digestivo. El hierro se acumula en el cuerpo, especialmente en el hígado. Uno es más propenso a contraer esta enfermedad si alguien en la familia la tiene o la padeció.
  • La hemocromatosis secundaria (adquirida) se debe a otros trastornos relacionados con la sangre (como talasemia o ciertas anemias) o a muchas transfusiones de sangre. A veces, ocurre en personas que tienen antecedentes de alcoholismo prolongado y otros problemas de salud.

La hemocromatosis afecta más a los hombres que a las mujeres. Es especialmente común en personas de raza blanca de ascendencia europea occidental.

El hierro es un elemento indispensable para la vida. Cuando el hierro se presenta en exceso no es posible controlar sus funciones y se convierte en una substancia peligrosa capaz de generar radicales libres.

Los radicales libres son especies químicas con alto poder reactivo que lesionan irreversiblemente aquellas moléculas con las que interaccionan. Este daño molecular termina por traducirse en daño tisular y orgánico. Los órganos más comúnmente afectados son el hígado, el páncreas, el corazón, los sistemas hormonales y las articulaciones. El exceso de hierro también puede causar cáncer, fundamentalmente hepático.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

La hemocromatosis, al igual que muchas otras enfermedades hepáticas, puede ser bastante silenciosa en sus manifestaciones clínicas inicialmente. La forma más habitual de llegar al diagnóstico es a través de la evaluación de alteraciones de las pruebas hepáticas y por el chequeo a familiares de personas afectadas. Actualmente la forma de presentación clásica de “diabetes bronceada”, asociada a cirrosis es altamente infrecuente.

Las hemocromatosis se puede manifestar por:

  • Fatigabilidad
  • Diabetes
  • Alteraciones de las pruebas hepáticas: Desde alteraciones leves hasta cirrosis descompensada e incluso cáncer hepático.
  • Artralgias: Asociadas a artropatía por depósito de cristales de pirofosfato de calcio (condrocalcinosis).
  • Impotencia: Por disminución de la función gonadal (habitualmente hipogonadismo secundario).
  • Trastornos cardíacos: Puede haber alteraciones electrocardiográficas asintomáticas hasta insuficiencia cardíaca con miocardiopatía dilatada o trastornos de la conducción.
  • Hiperpigmentación de la piel
  • Mayor riesgo de ciertas infecciones: Algunas bacterias como la Yersinia, Listeria y Vibrio se desarrollan mejor en ambientes ricos en hierro. Estas infecciones son relativamente más frecuentes en personas con hemocromatosis.

Los factores que aceleran la progresión de la enfermedad hepática hacia la cirrosis son el consumo de alcohol y la infección por virus de hepatitis (particularmente hepatitis C).

Una vez que se ha desarrollado cirrosis, el riesgo de desarrollar hepatoma es mayor que en cirrosis de otras causas

Posibles complicaciones

Las complicaciones abarcan:

  • Cirrosis del hígado
  • Insuficiencia hepática
  • Cáncer del hígado

La enfermedad puede llevar a la aparición de:

  • Artritis
  • Diabetes
  • Problemas cardíacos
  • Aumento del riesgo para ciertas infecciones bacterianas
  • Atrofia testicular
  • Cambios en el color de la piel

Tratamiento

El objetivo del tratamiento es extraer el exceso de hierro del cuerpo y brindar tratamiento de cualquier daño a órganos.

Un procedimiento llamado flebotomía es el mejor método para extraer el exceso de hierro del cuerpo.

Se extrae medio litro de sangre cada semana hasta que el nivel de hierro en el cuerpo sea normal; esto puede requerir muchos meses o incluso años para llevarse a cabo.

Después de esto, es posible que el procedimiento se realice con menos frecuencia para mantener los niveles de hierro normales.

La frecuencia con la cual se necesita este procedimiento depende de los síntomas, de los niveles de hemoglobina y ferritina en suero, al igual que de la cantidad de hierro que usted consume en la alimentación.

La hormonoterapia con testosterona puede ayudar a mejorar la pérdida del deseo sexual y los cambios en las características sexuales secundarias. Igualmente, se deben tratar apropiadamente las afecciones como la diabetes, la artritis, la insuficiencia hepática y la insuficiencia cardíaca.

Si a usted le diagnostican hemocromatosis, debe seguir una dieta especial para reducir la cantidad de hierro absorbida del tubo digestivo. El médico o el personal de enfermería le recomendarán:

  • No tomar alcohol, especialmente si tiene daño hepático.
  • No tomar pastillas o vitaminas que contengan hierro.
  • No usar utensilios de cocina fabricados con hierro.
  • No comer productos de mar crudos (cocidos están bien).
  • No consumir alimentos fortificados con hierro, como cereales para desayunar que contengan hierro al 100%.

PATOLOGÍAS CAUSADAS POR DÉFICIT DE HIERRO

Epidemiología

Se deben considerar dos aspectos o fases:

  • Déficit de hierro.
  • Anemia secundaria al déficit de hierro.

Un balance negativo de hierro conduce a una pérdida progresiva de los depósitos. Inicialmente, la síntesis de hemoglobina permanece dentro de los límites normales; sin embargo, se producen alteraciones en diversos sistemas metabólicos, incluidas múltiples enzimas.

En la primera fase disminuye la ferritina sérica sin que se produzcan cambios llamativos (diagnósticos) en los niveles de hierro sérico, la transferrina, el índice de saturación de la transferrina o la hemoglobina. Cuando la carencia de hierro se va acentuando, disminuye el hierro sérico, se incrementan los niveles de transferrina y baja la síntesis de hemoglobina dando lugar a la anemia.

Es importante conocer que el déficit de hierro sin anemia es una situación patológica más frecuente que la anemia ferropénica. Además, el déficit de hierro constituye la causa más frecuente de anemia, tanto en los países desarrollados como en aquellos en vía de desarrollo.

Grupos de riesgo para el desarrollo de ferropenia

Existen tres grupos de riesgo para el desarrollo de ferropenia:

  • Los recién nacidos prematuros y los hijos de madres con déficit de hierro.
  • Los adolescentes, especialmente las niñas.
  • Las mujeres en edad fértil.

No se conocen cifras exactas sobre la prevalencia de ferropenia en los prematuros; sin embargo, se sabe que ésta afecta a un 15% de los adolescentes españoles y, aproximadamente, a un 20% de las mujeres en edad fértil en los países industrializados. Se ha publicado que hasta un 85% de las embarazadas que no reciben suplementos de hierro pueden desarrollar ferropenia. Estos porcentajes se elevan de forma dramática en los países del tercer mundo y pueden llegar a porcentajes del 80%.

Aspectos clínicos del déficit de hierro

En el déficit de hierro existen dos tipos de síntomas:

  • Los asociados a la anemia, que son similares a los que aparecen en anemias crónicas de cualquier etiología.
  • Los que aparecen como consecuencia de la ferropenia tisular y que pueden estar presentes incluso antes de que se desarrolle la anemia.

Desde un punto de vista práctico, cabe destacar el retraso en el desarrollo psicomotor en los lactantes, el fracaso escolar en los adolescentes, la fragilidad ungueal, y la menor tolerancia al ejercicio. Asimismo, las personas afectadas tienen una cierta tendencia a la depresión, la cefalea y una aparición precoz de cansancio al desarrollar su trabajo habitual. La caída del cabello es un síntoma habitual y puede poner sobre la pista del diagnóstico; es probable, aunque no existen estudios estadísticos al respecto, que el déficit de hierro sea la causa más frecuente de alopecia de intensidad variable en la mujer.

Con cierta frecuencia, el déficit de hierro se acompaña de un síntoma conocido con el nombre de «pica». Los pacientes que presentan este cuadro experimentan la necesidad compulsiva de ingerir ciertos compuestos que no forman parte de la alimentación habitual; entre los que se encuentran el hielo (pagofagia), el yeso, patatas crudas y papel, entre otros. Ninguno de ellos se caracteriza por tener un alto contenido en hierro y su ingesta suele cesar una vez que el déficit de hierro se ha corregido.

Los síntomas debidos a la anemia son proporcionales a la intensidad de la misma y no difieren de los encontrados en otras anemias de evolución crónica.

Diagnóstico etológico del déficit de hierro

El déficit de hierro, en cualquiera de sus estadios, siempre responde a una causa determinada. No existe el déficit de hierro idiopático y, por lo tanto, identificar el origen de este déficit es indispensable. Detrás de una ferropenia podemos encontrar enfermedades benignas o enfermedades malignas potencialmente curables si su diagnóstico se realiza de forma precoz. Entre las causas más frecuentes de déficit de hierro se encuentran las siguientes:

  1. Ferropenia de origen ginecológico. Las pérdidas hemorragicas menstruales y el elevado consumo de hierro que supone el embarazo, alumbramiento y lactancia (estimado en unos 700 mg netos), explican la alta incidencia de ferropenia en las mujeres en edad fértil. Una menorragia puede ser aceptada como única etiología del déficit de hierro cuando las menstruaciones son duraderas (generalmente más de 5 días) y las pérdidas intensas. Los embarazos repetidos, especialmente si la mujer no ha recibido los suplementos de hierro adecuados, también pueden justificar por sí solos la ferropenia. No debemos olvidar que, además, la mujer puede presentar otras enfermedades que se acompañan de déficit de hierro y que se revisarán más adelante. Hay que tener en cuenta que en la postmenopausia es difícil aceptar las pérdidas de origen ginecológico como causas fundamental.
  2. Pérdidas hemorrágicas de origen digestivo. Constituyen la causa más frecuente de ferropenia en el hombre y en la mujer postmenopáusica. En cualquier tratado de medicina interna o hematología puede encontrarse una lista exhaustiva de todas las causas posibles. En todos los casos es necesario un estudio cuidadoso del tubo digestivo que, con frecuencia, debe incluir una panendoscopia oral y un enema opaco con doble contraste. No es lo mismo diagnosticar un carcinoma gástrico «in situ» o una neoplasia de recto o sigma en estadio precoz y, por lo tanto, potencialmente curables, que una neoplasia de tubo digestivo diseminada. En resumen, la ferropenia es en muchos casos un signo de alarma que puede permitirnos el diagnóstico precoz de múltiples enfermedades.

Clásicamente se acepta que la hernia de hiato puede justificar una ferropenia; por lo general esta afirmación se puede considerar acertada cuando existen lesiones potencialmente sangrantes en la mucosa de la zona herniaria, pero es difícil hacerlo cuando se trata de hernias de pequeño tamaño y sin lesiones en la mucosa. También desde un punto de vista práctico debe considerarse que las hemorroides raramente son causa única de ferropenia; a excepción de aquellos casos que se acompañan de rectorragias importantes, repetidas y de larga duración.

  1. Otras pérdidas hemorrágicas. La hematuria intensa y mantenida, de diversa etiología, puede ser también causa de ferropenia. Por el contrario, hoy en día, las hemoptisis pueden considerarse, en los países con alto nivel de desarrollo, una causa excepcional.
  2. Hemólisis intravascular. Tampoco es una causa frecuente, pero debe considerarse dentro del diagnóstico diferencial. Entre los diversos cuadros que la pueden originar destacan la hemólisis mecánica secundaria a las prótesis valvulares mecánicas y, más raramente, la hemoglobinuria paroxística nocturna.
  3. Malabsorción de hierro de diversa etiología. Cabe destacar la gastritis atrófica, la enfermedad celiaca y las resecciones gástricas, entre otras causas. En ausencia de otra etiología es necesario incluir un estudio de la absorción intestinal dentro del protocolo de diagnostico etiológico.
  4. Dieta inadecuada. Su importancia como causa de déficit de hierro debe ser tenida en cuenta, especialmente en adolescentes, sobre todo niñas, y en personas de edad que no reciben una alimentación adecuada. El balance negativo de hierro es un hecho frecuente en los niños y en las mujeres en edad fértil.

ANEMIA POR DÉFICIT DE HIERRO

La anemia ferropénica o ferropriva, corresponde a la más común de las anemias, y está producida por deficiencia de hierro.

Cuando el organismo tiene poca disponibilidad de hierro porque no se absorbe lo mínimo necesario por el aparato digestivo o porque lo perdamos en exceso, se fabrica una cantidad insuficiente de hemoglobina y se producen menos hematíes, o hematíes de peor calidad, por lo que existe un deterioro de la capacidad global de la sangre para realizar su importante función oxigenadora en los tejidos.

La anemia ferropénica puede ser debida a poca ingesta, consumo extraordinariamente excesivo de taninos (té), o por pérdidas excesivas (alteraciones en el ciclo menstrual, microhemorragias intestinales), lo más frecuente.

Causas principales de anemia por déficit de hierro

Los niños, los deportistas, las mujeres embarazadas y las madres durante la lactancia tienen unas necesidades mayores de hierro que el resto de las personas. En los niños, esto sucede por estar en época de crecimiento y realizar un mayor gasto de energía; en los deportistas, la razón reside en el mayor consumo de energía y el desgaste físico debido a la práctica deportiva, y en las embarazadas y las lactantes por el incremento obligado de las necesidades de nutrientes en general para el correcto desarrollo del bebé. La deficiencia de hierro en estos tres grupos de personas suele deberse a una alimentación insuficiente en hierro que no les aporta la cantidad mínima necesaria que en concreto precisan.

Las personas estrictamente vegetarianas también pueden padecer la anemia ferropénica por privarse voluntariamente de la carne, que es un alimento clave para un correcto aporte diario del hierro. En el resto de las personas, sin embargo, la causa de que se establezca una deficiencia de hierro suele ser una pérdida de sangre excesiva, ya sea periódica o momentánea, que la médula ósea no es capaz de compensar por completo. Las mujeres en edad fértil con menstruaciones prolongadas o abundantes, y sobre todo si son fumadoras, son especialmente proclives a esta pérdida excesiva de hierro.

Las hemorragias sostenidas pero inadvertidas de cualquier tipo, pero principalmente las digestivas, por lesiones de la mucosa digestiva como la úlcera gastroduodenal u otras, o las debidas al sangrado de tumores ya sean benignos (pólipos intestinales) o malignos (cáncer de colon, etc.) son también otras causas posibles de la pérdida de hierro, sobre todo en ancianos. Por ello en el diagnóstico de la anemia es muy importante que se establezca claramente la causa concreta de la pérdida de sangre, para descartar así aquellos procesos graves (tumores, hemorragias digestivas…) en los que sea imprescindible el tratamiento de la causa y en los que la anemia no sea más que una consecuencia añadida de la enfermedad de base.

Otra causa del déficit de hierro se encuentra en la mala absorción digestiva del mismo. Esto ocurre en algunas enfermedades menos frecuentes como son la enfermedad celíaca (atrofia intestinal por intolerancia al gluten), la enfermedad de Crohn (enfermedad inflamatoria del intestino), o la aclorhidria (deficiente secreción de jugo acido-péptico por el estómago), así como en algunos pacientes gastrectomizados (extirpación de una parte importante del estómago).

Como otras causas de pérdida de sangre podemos mencionar la hemoglobinuria paroxistica nocturna, donde se registra una pérdida entre 2 y 8 mg de hierro por día; la hemosiderosis pulmonar idiopática, la telangiectasia hereditaria (Enfermedad de Osler Webwse Rendú) y más raramente las hemólisis intravasculares por cualquier causa, especialmente por válvulas protésicas cardíacas u otras causas mecánicas, y otras más.

Manifestaciones clínicas

La anemia ferropénica suele tener una forma de evolución crónica, de manera que, por lo general, el organismo va teniendo tiempo para ir poniendo en juego ciertos mecanismos compensatorios de la anemia que impiden que el problema se muestre de modo evidente desde el principio. Por ello, los síntomas de este tipo de anemia no suelen aparecer en la persona hasta que el nivel de hemoglobina no es muy bajo, de 9 g/dl o menos, cuando el nivel normal es superior a 11 g/dl en cualquier persona.

La enfermedad puede manifestarse de muy diversas formas: con una importante depleción de hierro, incluso con anemia moderada. En una persona asintomática; con los signos iniciales atribuibles a un proceso oculto; el paciente acude al médico por primera vez con molestias inespecíficas atribuibles a la anemia, tales como fatiga, disminución de la tolerancia al ejercicio, debilidad, palpitaciones, irritabilidad, cefalalgia, caída más profusa del cabello y una mayor fragilidad del mismo, así como de las uñas,  llagas en labios y boca, inflamación de la lengua (glositis) y mucosa de la boca (estomatitis), la sequedad de garganta y con ello, la dificultad para tragar los alimentos. Puede darse también la «pica» (tendencia compulsiva a ingerir un tipo específico de alimento, como el regaliz, o el hielo, etc.).

Las manifestaciones clínicas son debidas en parte a la anemia y en parte a la falta de hierro tisular. En cuanto a los síntomas y signos por anemia, los hallazgos suelen ser inespecíficos e insidiosos y corresponden más al síndrome anémico que acompaña a la enfermedad, con palidez, fatiga y palpitaciones. La mayoría de las veces es la anemia la que obliga al paciente a solicitar la consulta médica, teniendo en cuenta que por regla general dicha anemia suele ser moderada y se transforma en severa cuando está complicada con otra causa, como la infección por anquilostoma. Al examen físico se encontrará una palidez cutaneomucosa de leve a intensa; efectos cardiovasculares atribuibles a la anemia como soplos sistólicos y en algunos pacientes, insuficiencia cardiaca congestiva. El bazo se encuentra discretamente aumentado en sujetos con anemia severa y de larga duración.

Cuando la evolución de la anemia es prolongada pueden irse produciendo cambios anómalos y permanentes en la mucosa del esófago (síndrome de Plummer-Vinson) que pueden servir de asiento en el futuro a lesiones de tipo canceroso.

Habitualmente, el hierro contenido en una dieta normal no puede compensar la pérdida del mismo por un sangrado crónico, ya que el cuerpo tiene una reserva muy pequeña de hierro. Por consiguiente, el hierro perdido debe reemplazarse con suplementos.

En los bebés y niños, que necesitan más hierro por estar en edad de crecimiento, la causa principal de este déficit es una dieta pobre en hierro. Las mujeres embarazadas toman suplementos de hierro debido a que el feto en desarrollo consume grandes cantidades de este elemento.

Diagnóstico de la anemia por déficit de hierro

La mejor herramienta para diagnosticar una anemia; independientemente de que el médico sea capaz de identificar los signos descritos anteriormente característicos de esta enfermedad; es un análisis de sangre elemental con un hemograma (análisis de la cantidad de hemoglobina y de recuento y clasificación de todas las células sanguíneas).

Se diagnostica anemia cuando la cifra de hemoglobina se encuentra por debajo de 12 g/dl en la mujer y de 13g/dl en el hombre. En la anemia por déficit de hierro los glóbulos rojos son más pequeños y pálidos al microscopio, y de más variado tamaño.

Finalmente y para confirmar el diagnóstico definitivo es preciso realizar un análisis de estudio del hierro en el organismo (niveles de hierro en sangre, de transferrina, de ferritina, etc.) con el que constatar su déficit.

Prevención de la anemia por déficit de hierro

La mejor manera de prevenir este tipo de anemia es evitar llegar a la situación del déficit de hierro. Para ello es aconsejable llevar una alimentación sana y variada en la que no falten alimentos ricos en hierro como son las carnes (mejor fuente), las legumbres, el pan integral, los huevos, los cereales y los frutos secos.

Las fibras vegetales, los fosfatos, el salvado y los antiácidos disminuyen la absorción del hierro al unirse a éste. La vitamina C (ácido ascórbico) puede aumentar la absorción del hierro.

El cuerpo absorbe de 1 a 2 miligramos de hierro diariamente por medio de los alimentos, que es prácticamente igual a la cantidad que el cuerpo pierde normalmente cada día.

Las personas con un mayor desgaste físico por su actividad como los niños o los deportistas deben ser especialmente cuidadosos con su alimentación así como las mujeres con menstruaciones abundantes o las que se encuentren embarazadas o estén dando lactancia. Estos grupos de personas de mayor riesgo para padecer la anemia ferropénica, y en especial las embarazadas, pueden requerir incluso suplementos profilácticos de hierro para evitar la aparición de la anemia aunque se encuentren perfectamente.

Por último no debemos olvidar que un cansancio importante sin causa justificada o una palidez excesiva, así como la pérdida de sangre espontánea por cualquier vía inesperada (heces, orina, esputos de la tos, vómitos) ha de ser siempre consultada de inmediato con el médico de cabecera.

La forma más racional de prevenir la carencia de hierro, especialmente en niños, sería mediante el establecimiento de regímenes alimentarios ricos en hierro hemo, el cual se absorbe 3-4 veces mejor que el hierro no hemo, así como de alimentos que favorezcan la absorción del hierro de los vegetales.

Un segundo método podría ser, mejorar la absorción del mineral de los alimentos agregándoles sustancias que favorezcan la absorción del hierro no hemo, presentes en los alimentos vegetales. En este caso, el ácido ascórbico es el más adecuado, ya que mejora la absorción del hierro en forma proporcional a la cantidad administrada. Sin embargo, esta sustancia tiene desventajas: alto costo y su oxidación e inactivación cuando los alimentos son sometidos a altas temperaturas durante su cocción.

La suplementación de hierro a los segmentos de la población más vulnerables a la carencia de hierro podría ser también otra alternativa. Sin embargo, la experiencia ha demostrado que esta medida requiere la máxima colaboración por parte de la población y en forma constante, cualidades que desafortunadamente no suelen exhibir los grupos más afectados; además, el programa es costoso por la vigilancia permanente que hay que llevar a cabo durante todo el tiempo que éste dure.

Tratamiento

Una vez confirmado el diagnostico de deficiencia de hierro, el paso más importante es tratar de identificar el trastorno de base ó primario que originó la deficiencia de hierro. Mientras se realizan los estudios respectivos o luego de identificar la enfermedad primaria se debe iniciar la reposición del mineral. La transfusión de glóbulos rojos sólo se indicará si el paciente presenta signos de hipoxia tisular, teniendo en cuenta que su efecto terapéutico es transitorio.

En adición a una dieta rica en hierro debe preferirse como tratamiento inicial la ingestión de sales de hierro, con lo cual se logra la restauración gradual de la función hematopoyética normal. Constituye la forma más inocua y menos costosa de reposición y suele ser bien tolerada.

Para sujetos que no absorben adecuadamente el hierro por vía oral o que no lo toleran definitivamente, se cuenta con preparados parenterales (ineficaces debido a que no permiten la liberación del hierro en el medio ácido del estómago), sin embargo, el riesgo de anafilaxia y otros efectos adversos hacen que estos últimos preparados sean menos aceptables como tratamiento de primera línea.

La solubilidad de las sales de hierro es la condición indispensable para que el hierro se absorba adecuadamente, siendo mejor la absorción en la forma ferrosa que en la férrica. Su porcentaje de absorción disminuye progresivamente en relación de la dosis empleada, de ahí la recomendación de administrar la dosis diaria en dos o tres tomas.

En el 15 a 20% de las personas que reciben suplementos orales de hierro aparecen efectos gastrointestinales adversos, tales como náuseas, cólicos, molestias epigástricas, estreñimiento o diarrea, que dependen de la dosis. Para aminorar a un nivel tolerable los efectos adversos se recomiendan iniciar la ingesta del hierro con bajas dosis.

Debe preferirse la administración acompañado de vitamina C y con el estómago vacío, sin embargo si se quieren disminuir los efectos colaterales gastrointestinales puede administrarse luego de las comidas. Los preparados de liberación controlada tienen una menor frecuencia de efectos gastrointestinales adversos, pero resultan ser más costosos.

La administración de compuestos de hierro por vía parenteral debe hacerse con mayor precaución, debido a que un exceso en la concentración del mismo en los tejidos puedes producir efectos indeseables. Además, la aparición de fenómenos de intolerancia suelen ser mucho más graves que los administrados por vía oral.

Se han ensayado preparados de hierro y algunos han sido descontinuados debido a su alta toxicidad, y los que se utilizan más actualmente son: el hierro dextrán, el polimaltosado férrico y el complejo de hierro – sorbitol -ácido – cítrico. De estos productos, sólo el hierro dextrán se utiliza por vía endovenosa y su administración puede provocar en sujetos sensibles: cefalea, lipotimia, enrojecimiento de la cara, náuseas, vómitos, trombo-flebitis en el sitio de la inyección, bronco-espasmo, shock y paro cardíaco.

La inyección intramuscular de los preparados de hierro puede ocasionar fiebre, adenitis regional en el sitio de la inyección y los síntomas señalados al utilizar la vía endovenosa. Para evitar estos inconvenientes se recomienda inicialmente una pequeña dosis y esperar 5 minutos antes de aplicar la dosis total.

¿Existen interacciones con hierbas y suplementos?

  • Acacia

La acacia forma un gel insoluble con algunas formas de hierro. No se ha estudiado si esto conduce a una interacción significativa cuando los dos son ingeridos juntos.

  • Beta-caroteno

El beta-caroteno puede ayudar al cuerpo a tomar (absorber) el hierro del trigo, de la harina de maíz y del arroz enriquecidos con hierro. Pero el tomar beta-caroteno adicional probablemente no haría mucha diferencia en la absorción de hierro a menos que los niveles de beta-caroteno sean demasiado bajos.

  • Calcio

El calcio hace que sea más difícil para el cuerpo absorber el hierro ya sea de alimentos o suplementos. Sin embargo, en personas que tienen suficiente hierro almacenado, esto probablemente no es un problema. Pero si existe deficiencia de hierro, es necesario tratar de minimizar esta interacción mediante la separación de su ingesta de hierro y de calcio. No tomar suplementos de calcio con las comidas o mezclar ambos suplementos en la misma toma.

  • Riboflavina

El tomar suplementos de riboflavina puede mejorar la actuación de los suplementos de hierro en algunas personas con anemia. Pero este efecto es significativo sólo en las personas con bajos niveles de riboflavina.

  • Soja

La proteína de soja parece reducir la capacidad del cuerpo para absorber el hierro. Si existe deficiencia de hierro, se deben elegir productos de soja fermentada; interfieren menos con la absorción del hierro. Sin embargo, la verdadera importancia de la interacción entre la soya y el hierro no ha sido determinada.

  • Vitamina A

La vitamina A parece estar involucrada en el transporte de hierro de donde se almacena en el cuerpo a los glóbulos rojos que se están desarrollando en la médula ósea. Allí, el hierro se utiliza para hacer la hemoglobina, la molécula en los glóbulos rojos que transporta el oxígeno. Dar suplementos de vitamina A mejoran los niveles de hierro en las personas cuyos niveles de hierro están demasiado bajos. Las investigaciones en desarrollo sugieren que la vitamina A y el beta-caroteno pueden mejorar la absorción de hierro del trigo, de la harina de maíz y del arroz enriquecido con hierro.

  • Vitamina C

El tomar hierro y vitamina C, juntos ayuda al cuerpo a absorber el hierro. No importa si la vitamina C proviene de los alimentos o de un suplemento. Sin embargo, para la mayoría de la gente no necesita tomar un suplemento de vitamina C para mejorar la absorción de hierro, especialmente si su dieta contiene gran cantidad de vitamina C.

¿Existen interacciones con alimentos?

  • Alimentos

El tomar hierro con alimentos puede disminuir en un 40% a 50% la cantidad de hierro que es absorbida por el cuerpo. Para una mejor absorción el hierro se debería tomar con el estomago vacío. Pero hay personas que no lo pueden tolerar sin comida debido a los efectos secundarios que produce tales como malestar estomacal y nauseas. Si es necesario tomar el hierro con alimentos para disminuir estos efectos secundarios, es necesario evitar tomarlo con productos lácteos, café, té o cereal.

  • Café y té

La ingesta de suplementos de hierro con el café o el té puede reducir la cantidad de hierro que el cuerpo absorbe. Estas bebidas, incluso pueden reducir la cantidad de hierro que el cuerpo absorbe de los alimentos.

  • Leche y productos lácteos

El calcio en los productos lácteos, como la leche y el queso, pueden reducir la absorción de hierro de los alimentos y suplementos. Esto probablemente no es un problema para la gente que tiene suficiente hierro almacenado en su cuerpo. En personas que necesitan hierro, siempre que sea posible, los suplementos de hierro se deben tomar con una comida que sea relativamente baja en productos lácteos. Es mejor tomar el hierro con una comida baja en calcio.

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