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Manifestaciones clínicas del cáncer de pulmón

mediadores como el factor de necrosis tumoral, o a sustancias hormonales como la epinefrina, la corticotropina, o la insulina.

  • Fiebre: puede deberse a neumonitis obstructiva o causa infecciosa, pero a veces puede ser persistente, no responder a antibióticos y ser de origen paraneoplásico.
  • Polimiositis, dermatomiositis.
  • Lupus eritematoso diseminado.
  • Endocarditis trombótica no bacteriana.
  • Hipotensión ortostática.
  • Hipertensión.

Endocrinológica o metabólica.

Las hormonas pueden ser sintetizadas en zonas eutópicas o ectópicas. Ésta última, se refiere a la producción de hormonas en un tejido atípico que las sintetiza, posiblemente debida a la desdiferenciación celular.

Los síndromes endocrinos paraneoplásicos más frecuentes son la hipercalcemia, por la producción excesiva de la pTHrP y de otros factores; la hiponatremia, por exceso de vasopresina, y el síndrome de Cushing, por la ACTH ectópica (9).

  • Síndrome de Cushing. Las manifestaciones clínicas del síndrome, que consisten en debilidad, atrofia muscular, somnolencia, confusión, psicosis, cara de luna llena, alcalosis hipopotasémica e hiperglucemia, son encontradas en un número muy bajo de pacientes. Se ha descrito el síndrome entre el 1 y el 5% de los pacientes con carcinoma microcítico (10), típicamente con un comienzo rápido de los síntomas, pero ocurre con más frecuencia en pacientes con Carcinoides pulmonares, habiéndose diagnosticado hasta en un tercio de los mismos. La resección del tumor, si es posible, es el tratamiento más eficaz. La mayoría de los pacientes con Carcinoma de Células Pequeñas y síndrome de Cushing se presentan en estadio de enfermedad extendida y tienen una pobre respuesta al tratamiento quimioterápico (11).
  • Hipercalcemia no metastásica. Su incidencia varía del 2 al 6% en el momento de la presentación o del 8 al 21% durante el curso de la enfermedad. Más frecuente en el carcinoma de células escamosas (CCE), dando lugar a náuseas y vómitos, anorexia, dolor abdominal, debilidad, poliuria, irritabilidad, confusión y coma. Aunque pueden existir metástasis óseas, habitualmente se ha implicado como causa de la hipercalcemia a factores circulantes, en especial, se ha aislado de líneas celulares, una proteína con actividad similar a la hormona paratiroidea, PTH-rP (Paratiroidea-related Protein) que aumenta la reabsorción ósea y explicaría la hipercalcemia. Los niveles séricos de PTH-rP pueden ser un indicador pronóstico válido y su elevación puede favorecer la aparición de metástasis óseas (12).
  • Síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética (SIADH). Su producción ectópica de origen tumoral, se asocia especialmente al carcinoma microcítico, de hecho, en algunos estudios se han detectado concentraciones elevadas de dicha hormona, hasta en el 50% de los pacientes con estos tumores (13), aunque el síndrome clínico solo se manifiesta en menos del 5%, ya que sólo aparecen síntomas (confusión, disminución del nivel de conciencia, convulsiones y coma) cuando el aumento de la ADH da lugar a una pérdida continua de sodio por la orina significativa o de forma muy rápida, lo cual provoca una hiponatremia y una disminución de la osmolaridad plasmática. El síndrome se resuelve rápidamente en el 80% de los pacientes con carcinoma pulmonar microcítico (CPM) tras tratamiento quimioterápico, pero con frecuencia recurre con la progresión tumoral (14).
  • Otros: ginecomastia, acromegalia, galactorrea, hiper o hipoglucemia, síndrome carcinoide, acidosis láctica, hipouricemia, hipertiroidismo, hiperamilasemia.

Hematológica-vascular.

Lo más habitual es que las alteraciones hematológicas se deban a efectos directos o indirectos del tumor, aunque también pueden ser la expresión de un síndrome paraneoplásico.

La anemia, presente en más de un 20%, suele ser carencial o por invasión de médula ósea. La reacción leucemoide o leucoeritroblástica y la eosinofilia elevada y persistente, sí son, más probablemente, paraneoplásicas. Ésta última, se observa en un 3% de los pacientes con cáncer de pulmón, siendo normalmente asintomática, salvo con cifras muy elevadas (>5000 células/μ). Otras manifestaciones son trombocitosis, púrpura trombocitopénica y vasculitis.

La trombosis venosa profunda y la embolia pulmonar son las manifestaciones trombóticas más frecuentes en los pacientes con cáncer, ya que se produce liberación de sustancias procoagulantes o citocinas por el tumor y alteración en la agregación plaquetaria.

El síndrome de Trousseau es la coexistencia de cáncer de órgano sólido, con trombosis venosa profunda.

La osteoartropatía hipertrófica es una alteración sistémica que produce una artropatía simétrica dolorosa que afecta normalmente a codos, muñecas y rodillas y una hipertrofia del periostio de los huesos largos distales de los miembros. Las alteraciones histológicas de esta osteoartropatía consisten en hiperplasia vascular, edema y proliferación de fibroblastos y osteoblastos (15). Tanto las acropaquias, como la osteoartropatía hipertrófica, se pueden presentar en cualquier tipo histológico de cáncer de pulmón, pero aparecen con más frecuencia en el carcinoma de células escamosas (CCE) y adenocarcinoma, y de forma menos habitual en el carcinoma de células pequeñas (CCP).

El mecanismo exacto de producción de estas patologías no se conoce, habiendo surgido explicaciones por mecanismos neurogénicos, hormonales o vasculares (16).

Las acropaquias son mucho más frecuentes que la osteoartropatía hipertrófica, presentándose en la tercera parte de los pacientes (17). Además, son más frecuentes en mujeres que en hombres (40% frente al 19%) y en pacientes con carcinoma pulmonar no microcítico (CPNM), respecto a los microcíticos (35% y 4% respectivamente)