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Manifestaciones cutáneas en el cáncer de mama metastásico: características clínicas, implicaciones pronósticas y mortalidad asociada

Manifestaciones cutáneas en el cáncer de mama metastásico: características clínicas, implicaciones pronósticas y mortalidad asociada

Autora principal: Ericka Monge González

Vol. XX; nº 12; 739

Cutaneous manifestations in metastatic breast cancer: clinical characteristics, prognostic implications, and associated mortality

Fecha de recepción: 18 de mayo de 2025
Fecha de aceptación: 21 de junio de 2025

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 12 – Segunda quincena de Junio de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 12; 739

Autores:

Ericka Monge González, Médico general, Investigadora Independiente, San José, Costa Rica. ORCID: https://orcid.org/0009-0003-4891-1647 Código Médico MED 16715
María Jennifer Valle Mena, Médico general, Investigadora Independiente, Alajuela, Costa Rica. ORCID: https://orcid.org/0009-0003-5453-8134 Código Médico MED 16926
María Antonieta Salazar Estrada, Médico general, Investigadora Independiente, Alajuela, Costa Rica. ORCID: https://orcid.org/0009-0006-1740-0459 Código Médico MED 17121
Luis Antonio Fernández Aguero, Médico general, Investigador Independiente, Alajuela, Costa Rica. ORCID: https://orcid.org/0009-0002-5511-8199 Código Médico MED 12420

Resumen:

El cáncer de mama metastásico es un estado patológico que con frecuencia se caracteriza por la diseminación de células malignas al sistema tegumentario, lo que resulta en la formación de metástasis cutáneas. Aproximadamente el 24% de las personas diagnosticadas con cáncer de mama experimentan estas manifestaciones metastásicas. Las presentaciones clínicas pueden variar e incluyen lesiones como nódulos, eritemas y configuraciones zosteriformes. Estas lesiones suelen ser la indicación inicial del avance metastásico y pueden preceder a la identificación de la neoplasia maligna primaria. La aparición de metástasis cutáneas suele indicar una manifestación tardía de la enfermedad, y su presencia se asocia a un pronóstico desfavorable, con una mediana de supervivencia de 14 meses. No obstante, el pronóstico puede estar influido por variables como el subtipo específico de cáncer de mama y los sitios anatómicos de las metástasis. Las metástasis cutáneas distantes se correlacionan con tasas de mortalidad elevadas en comparación con las formas localizadas.
El diagnóstico se establece mediante un enfoque integral que incorpora la evaluación clínica, la biopsia de piel, la evaluación histopatológica y las investigaciones inmunohistoquímicas. Si bien el diagnóstico puede complicarse por la heterogeneidad clínica de las lesiones, el reconocimiento rápido y la intervención oportuna pueden mejorar notablemente los resultados clínicos. Las modalidades de tratamiento predominantes incluyen la quimioterapia, la hormonoterapia y, en algunos casos, la electroquimioterapia y la radioterapia, que sirven para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida en general. La adopción de una estrategia multidisciplinaria es fundamental para tratar eficazmente las metástasis cutáneas en el contexto del cáncer de mama metastásico.

Palabras clave:

metástasis cutáneas, cáncer de mama, pronóstico, her2 positivo, lesiones cutáneas, respuesta inmune

Abstract:

Metastatic breast cancer represents a pathological condition frequently distinguished by the dissemination of malignant cells to the integumentary system, culminating in the emergence of cutaneous metastases. Approximately 24% of patients diagnosed with breast cancer exhibit these skin-related metastatic manifestations. The clinical presentation is diverse and may encompass nodules, erythematous lesions, or zosteriform patterns. These skin lesions are often among the initial indicators of metastatic progression and can, at times, precede the identification of the primary breast malignancy. The identification of cutaneous metastases often denotes an advanced stage of disease and is linked to a poor prognosis, with a median survival span estimated at roughly 14 months. The prognosis may be further shaped by determinants such as the specific subtype of breast cancer and the spatial arrangement of metastatic lesions. Notably, distant cutaneous metastases are associated with elevated mortality rates in comparison to localized forms.
The diagnosis is established through a comprehensive methodology that integrates clinical assessment, skin biopsy, histopathological analysis, and immunohistochemical studies. Although the diagnosis may be complicated by the clinical heterogeneity of the lesions, prompt recognition and timely intervention can substantially enhance clinical outcomes. The predominant therapeutic modalities encompass chemotherapy, hormone therapy, and, in select cases, electrochemotherapy and radiation therapy, which aim to alleviate symptoms and augment overall quality of life. The implementation of a multidisciplinary approach is imperative for the effective management of skin metastases within the context of metastatic breast cancer.

Keywords:

cutaneous metastasis, breast cancer, prognosis, her2-positive, skin lesions, immune response

Introducción

El cáncer de mama metastásico representa una afección prevalente a nivel mundial que, durante su progresión, se disemina con frecuencia al sistema tegumentario, lo que lleva al fenómeno conocido como metástasis cutánea. Este modo particular de diseminación es el más prevalente en los casos de cáncer de mama, ya que aproximadamente el 24% de las pacientes con cáncer de mama presentan metástasis cutáneas (1,2). Las expresiones cutáneas de estas metástasis pueden manifestarse en diversas formas clínicas, como nódulos, formaciones telangiectásicas, presentaciones erisipeloides y patrones zosteriformes, entre otras. Estas lesiones tienen una importancia clínica significativa, ya que con frecuencia representan la indicación inicial de progresión metastásica, a veces antes del diagnóstico de la neoplasia maligna primaria (3).

La identificación de metástasis cutáneas generalmente se asocia con un estadio avanzado de la enfermedad y, en las evaluaciones del pronóstico, se correlaciona con una disminución de la esperanza de vida, con una mediana de supervivencia de aproximadamente 14 meses después del diagnóstico(4). Sin embargo, este pronóstico puede estar modulado por el subtipo específico de cáncer de mama y la naturaleza de las metástasis; por ejemplo, las metástasis cutáneas distantes generalmente están relacionadas con un aumento de las tasas de mortalidad, en comparación con las que afectan a los sitios locorregionales(5).

En cuanto a la manifestación clínica de las metástasis cutáneas, parece presentar una variabilidad considerable, que va desde parches eritematosos hasta nódulos y placas, que pueden confundirse con otras afecciones dermatológicas, lo que complica el proceso de diagnóstico(1,4). Para un diagnóstico preciso, el análisis histopatológico y la tinción inmunohistoquímica son imprescindibles, ya que estas técnicas suelen demostrar la embolización de células neoplásicas dentro de las estructuras vasculares dérmicas(1,6). A pesar de los desafíos diagnósticos y del pronóstico, a menudo desalentador, en numerosos casos, se ha demostrado que la identificación temprana y la intervención terapéutica adecuada mejoran notablemente los resultados clínicos, haciendo hincapié en la necesidad de aumentar la conciencia y la vigilancia entre los profesionales de la salud(7).

El objetivo principal de esta revisión exhaustiva es evaluar críticamente los atributos clínicos, las ramificaciones pronósticas y las tasas de mortalidad asociadas con las metástasis cutáneas en el contexto del carcinoma de mama metastásico. Se examinarán minuciosamente los mecanismos subyacentes que facilitan estas manifestaciones, incluida la diseminación hematógena y linfática de las células malignas, así como su correlación con un pronóstico desfavorable y una disminución de la esperanza de vida. Además, se analizarán minuciosamente las metodologías de diagnóstico, haciendo especial hincapié en las biopsias de piel y los ensayos inmunohistoquímicos, además de explorar las estrategias terapéuticas localizadas y sistémicas para el tratamiento de estas lesiones. Por último, se destacarán los avances contemporáneos en la investigación y las posibles vías para mejorar el tratamiento de las metástasis cutáneas, con el objetivo general de optimizar los resultados clínicos y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Metodología utilizada en la elaboración de este manuscrito

Para la elaboración de este documento, se realizó un análisis bibliográfico descriptivo utilizando como base la selección de 36 trabajos que se consideraron que brindaban información relevante en la elaboración de la revisión bibliográfica. Los estudios que se escogieron en su mayoría tienen no más de 10 años de haber sido publicados, exceptuando algunos que se consideraron de gran valor para la realización del análisis. Los trabajos utilizados están en su mayoría escritos en inglés o español.

Para la recopilación de estos documentos utilizados, se realizó la búsqueda por medio de varias plataformas digitales, entre las cuales se incluyen: Elsevier, PubMed y Google Scholar y se utilizaron artículos de revistas académicas, metaanálisis y revisiones sistemáticas. Para realizar la búsqueda, se usaron las palabras clave: metástasis cutáneas, cáncer de mama, pronóstico, her2 positivo, lesiones cutáneas, respuesta inmune.

Características clínicas de las manifestaciones cutáneas

Las manifestaciones cutáneas asociadas con el carcinoma de mama metastásico se presentan en formas, que incluyen, entre otras, pápulas, nódulos, úlceras, eritema e indicadores dermatológicos adicionales. Estas lesiones pueden manifestarse en cualquier punto de la trayectoria de la enfermedad, lo que indica su avance (8). La base fisiopatológica de estas manifestaciones radica en la infiltración de células neoplásicas en la capa dérmica, que normalmente transpira por vías hematógenas o linfáticas, extendiendo así la neoplasia al sistema tegumentario (1). A escala patológica, este proceso abarca la embolización de células malignas dentro de las redes linfáticas o vasculares de la piel, lo que provoca alteraciones en el drenaje linfático y el flujo sanguíneo. Estas alteraciones pueden culminar en una variedad de presentaciones clínicas, que incluyen formaciones vesiculares, placas purpúricas y lesiones parecidas al angiosarcoma (1).

Las metástasis cutáneas se localizan predominantemente en la región torácica, el cuero cabelludo y el área abdominal, con una incidencia reducida en las extremidades superiores (7). Algunas presentaciones atípicas incluyen el carcinoma de corazón y el carcinoma erisipeloide, que se parecen a afecciones como el angiosarcoma y la erisipela, respectivamente. Los síntomas clínicos que acompañan con frecuencia a estas metástasis incluyen dolor, prurito, eritema y, en algunos casos, necrosis, que sirven como un indicador destacado de la enfermedad avanzada (7).

El pronóstico de las personas que presentan metástasis cutáneas en el contexto del cáncer de mama es generalmente desalentador, con tasas medias de supervivencia que rara vez superan un año. Sin embargo, cabe destacar que las metástasis cutáneas en este tipo específico de cáncer tienden a mostrar un pronóstico comparativamente más favorable cuando se las yuxtapone con las metástasis derivadas de otras neoplasias malignas internas (9). Es imperativo reconocer rápidamente estas manifestaciones cutáneas, ya que, en ciertos casos, pueden representar la indicación inicial de un carcinoma de mama metastásico. Esto subraya la importancia fundamental del diagnóstico y la intervención precoces para mejorar los resultados de los pacientes(3).

Implicaciones pronósticas de las metástasis cutáneas en el cáncer de mama

Relación entre metástasis cutáneas y pronóstico de sobrevida

Las metástasis cutáneas en el carcinoma de mama representan un factor pronóstico correlacionado con un mal pronóstico, que generalmente significa un estadio avanzado de la enfermedad y afecta negativamente a las tasas de supervivencia. Estas metástasis pueden manifestarse en varios intervalos durante la progresión de la enfermedad, con un promedio de 7,02 años después del diagnóstico inicial del cáncer de mama, y con frecuencia indican una indicación tardía de una afección que ya está ampliamente diseminada(5,6). Aunque son menos prevalentes que las metástasis en otros órganos, como el hígado, los pulmones o los huesos, las metástasis cutáneas siguen siendo un indicador pronóstico importante, a menudo relacionadas con el fracaso del tratamiento o la recurrencia de la enfermedad(10).

Factores clínicos que influyen en el pronóstico

El pronóstico para las personas con metástasis cutáneas suele ser desalentador, con tasas medias de supervivencia que oscilan entre 20,6 y 23 meses, dependiendo de si las metástasis son localizadas o distantes(6). Entre los parámetros clínicos que influyen en el pronóstico, la naturaleza del tumor primario es particularmente notable, siendo el carcinoma ductal invasivo el que más comúnmente se correlaciona con las metástasis cutáneas(6). Además, el estado de los receptores hormonales y la expresión del HER2 son factores críticos en la progresión de la enfermedad; por ejemplo, los pacientes que son HER2 positivos pueden beneficiarse de terapias dirigidas como el TDM-1, especialmente en situaciones en las que el trastuzumab ha demostrado ser ineficaz, lo que indica que el microambiente inmunitario único de la piel puede afectar a las respuestas terapéuticas(11,12).

El tratamiento convencional de las metástasis cutáneas abarca terapias sistémicas como la quimioterapia, la terapia hormonal y la inmunoterapia. Además, la electroquimioterapia se ha convertido en una modalidad de tratamiento prometedora para las metástasis cutáneas, particularmente en los casos de lesiones menos avanzadas. La respuesta a estas intervenciones terapéuticas puede variar considerablemente, y factores como el tamaño de la lesión desempeñan un papel importante en los resultados obtenidos(13). En general, la presencia de metástasis cutáneas en las pacientes con cáncer de mama pone de relieve la necesidad de aumentar el nivel de vigilancia clínica, algo crucial para lograr un diagnóstico preciso e implementar enfoques de tratamiento personalizados que puedan mejorar el pronóstico de la paciente(10).

Valor pronóstico de las manifestaciones cutáneas específicas

Las metástasis cutáneas en el carcinoma de mama tienen una importancia pronóstica sustancial, particularmente cuando se presentan características clínicas específicas, como la ulceración y la linfadenopatía acompañante. Las lesiones cutáneas que presentan ulceración están fuertemente correlacionadas con un pronóstico desfavorable, lo que indica un estadio avanzado de la enfermedad y una tasa de mortalidad elevada. Este pronóstico se agrava aún más cuando las metástasis cutáneas son remotas, dada su asociación con una mayor gravedad, en comparación con las metástasis locorregionales (5).

La presencia de linfadenopatía concomitante complica el escenario clínico, ya que con frecuencia sugiere una afectación sistémica, lo que puede correlacionarse con una disminución del estado funcional de la paciente y con resultados terapéuticos menos favorables(14). Además, los estudios han indicado que el subtipo histológico del cáncer de mama, como el carcinoma lobular invasivo, influye significativamente en la probabilidad de desarrollar metástasis cutáneas a distancia. Esto subraya la necesidad de una vigilancia vigilante y la imperiosa necesidad de realizar intervenciones tempranas para identificar estas complicaciones en las fases preliminares(5,15). La aparición de metástasis cutáneas es un indicador vital del avance de la enfermedad, por lo que se requiere un enfoque holístico del tratamiento y el manejo de los pacientes. La pronta detección y la intervención oportuna son fundamentales para abordar eficazmente esta forma de metástasis y mejorar los resultados del tratamiento(14).

Mortalidad asociada a las manifestaciones cutáneas en el cáncer de mama metastásico

La mortalidad relacionada con las manifestaciones cutáneas en el cáncer de mama metastásico abarca varios determinantes, como el grado de diseminación cutánea y la eficacia de las intervenciones terapéuticas empleadas. A pesar de la infrecuente aparición de metástasis cutáneas, su identificación se considera un factor pronóstico importante en el cáncer de mama metastásico, ya que a menudo significa una recurrencia sistémica y un pronóstico desfavorable(16). Las investigaciones indican que los pacientes que presentan metástasis cutáneas a distancia presentan tasas de mortalidad considerablemente elevadas en comparación con aquellos con metástasis locorregionales. Este fenómeno de mayor diseminación se correlaciona con un deterioro del estado funcional y presenta un escenario clínico más desafiante(6).

El grado de afectación cutánea es igualmente fundamental para determinar el pronóstico. Las metástasis cutáneas de mayor tamaño se asocian a un mayor riesgo de mortalidad en relación con las lesiones localizadas(6). Además, otros factores, como la edad avanzada y la presencia del carcinoma lobular invasivo como subtipo histológico fundamental, agravan el riesgo de mortalidad, lo que conduce a un peor pronóstico(5).

El efecto de los tratamientos locales, que abarcan la terapia hormonal, la mastectomía y la radioterapia, puede influir en los resultados terapéuticos; sin embargo, las metástasis cutáneas generalmente muestran una capacidad de respuesta reducida a estas modalidades(17). Por el contrario, las estrategias terapéuticas más nuevas, como el trastuzumab deruxtecán, han demostrado su potencial para disminuir tanto las tasas de progresión de la enfermedad como la mortalidad, particularmente en los casos de carcinoma erisipeloide, un subtipo distinto de metástasis cutáneas(7).

A pesar de los avances en las opciones de tratamiento, la existencia de metástasis cutáneas generalmente significa que la enfermedad ha alcanzado un estadio avanzado. Si bien estas metástasis pueden presentar un pronóstico más favorable en comparación con las metástasis viscerales, siguen siendo indicativas de un pronóstico general desalentador(18). En consecuencia, la identificación temprana y una estrategia terapéutica holística son fundamentales para mejorar las tasas de supervivencia de las pacientes que presentan manifestaciones cutáneas de cáncer de mama metastásico(19).

Diagnóstico de las metástasis cutáneas

La identificación de metástasis cutáneas en casos de cáncer de mama metastásico requiere una metodología multifacética que integre la evaluación clínica, la aplicación de modalidades de diagnóstico por imágenes y la validación histopatológica. Las biopsias de piel son fundamentales para confirmar un diagnóstico definitivo, ya que facilitan una evaluación histológica exhaustiva y un análisis inmunohistoquímico que corrobora la presencia de células malignas de cáncer de mama en los tejidos dérmicos (20). Además, las técnicas de imagen como la ecografía, la resonancia magnética y la tomografía por emisión de positrones sirven como instrumentos cruciales para evaluar el alcance de la metástasis y distinguir entre lesiones neoplásicas y no neoplásicas (21).

No obstante, la pronta identificación de las metástasis cutáneas plantea un desafío considerable debido a sus manifestaciones clínicas heterogéneas. Con frecuencia, las lesiones cutáneas pueden parecerse a afecciones benignas como el angiosarcoma o la hidradenitis supurativa, lo que puede llevar a conclusiones diagnósticas erróneas(22). Además, a menudo existe una deficiencia prevalente en el conocimiento clínico con respecto a estas presentaciones, particularmente cuando las metástasis cutáneas representan la indicación inicial de un tumor maligno subyacente(9).

Los biomarcadores y el diagnóstico molecular, incluidos los marcadores inmunohistoquímicos como CK7, CEA y D2-40, son fundamentales para afirmar el diagnóstico y diferenciar las metástasis cutáneas de otras neoplasias cutáneas primarias(23). Sin embargo, a pesar de estos avances, las distinciones moleculares entre los tumores primarios y sus metástasis cutáneas siguen sin aclararse adecuadamente, lo que enfatiza la necesidad de realizar más investigaciones para descubrir marcadores predictivos y mejorar la precisión del diagnóstico(23). Un enfoque colaborativo en el que participen dermatólogos, oncólogos y patólogos es esencial para garantizar un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado de las metástasis cutáneas en las personas diagnosticadas con cáncer de mama(21).

Tratamientos y Manejo Clínico

Opciones terapéuticas locales para las metástasis cutáneas

Las estrategias terapéuticas locales para controlar las metástasis cutáneas en el cáncer de mama metastásico abarcan una amplia gama de modalidades, que incluyen radioterapia, intervenciones quirúrgicas, tratamientos tópicos y metodologías novedosas. La radioterapia sigue siendo un componente crucial, especialmente con técnicas avanzadas como la radioterapia de intensidad modulada, que facilita la preservación de los órganos cuando la neoplasia maligna afecta a regiones extensas. Sin embargo, la evidencia disponible sobre su eficacia es limitada y se deriva principalmente de los informes de casos.

En cuanto a las opciones quirúrgicas, si bien su aplicabilidad puede ser limitada debido a la gravedad de la enfermedad, pueden considerarse en circunstancias destinadas a aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente (24).

Los fármacos tópicos, como el imiquimod y el fluorouracilo, han demostrado resultados alentadores y han dado lugar a respuestas tanto locales como sistémicas. Estas intervenciones pueden amplificar la eficacia de las terapias sistémicas y, por lo tanto, mejorar la respuesta antitumoral.

Otra modalidad local que ha despertado interés es la electroquimioterapia, que emplea de forma sinérgica pulsos eléctricos junto con la quimioterapia para aumentar la absorción del fármaco y potenciar los efectos citotóxicos, lo que conduce a tasas de respuesta notables en las metástasis cutáneas del cáncer de mama(25,26).

Además, se utilizan terapias como la terapia fotodinámica y los tratamientos intralesionales, particularmente en los casos en que las estrategias alternativas han demostrado ser ineficaces.

El objetivo general de estas terapias locales es mitigar los síntomas, incluidos el dolor, las hemorragias y las infecciones, y así mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes.

La selección del tratamiento más adecuado generalmente depende de la extensión de la enfermedad, los regímenes terapéuticos anteriores y el estado de salud general del paciente, lo que enfatiza la necesidad de un enfoque multidisciplinario para optimizar los resultados terapéuticos(24,25).

Tratamientos sistémicos en pacientes con metástasis cutáneas

En el tratamiento de las metástasis cutáneas asociadas al cáncer de mama metastásico, las modalidades de tratamiento sistémico se adaptan en función del subtipo específico de la neoplasia maligna, que se determina mediante marcadores inmunohistoquímicos, como el estado de los receptores hormonales y la expresión del HER2. Para los subtipos HR-positivos (receptores hormonales positivos) y HER2-negativos, la terapia endocrina sigue siendo la piedra angular del tratamiento, con frecuencia aumentada con inhibidores de la CDK4/6, que han transformado considerablemente las estrategias terapéuticas al mejorar la supervivencia sin progresión (27,28). En los casos de HER2 positivo, el régimen convencional de primera línea implica la combinación de pertuzumab, trastuzumab y un taxano, mientras que las alternativas terapéuticas de segunda línea incluyen el trastuzumab emtansina (TDM1) y la combinación de lapatinib con capecitabina (27).

El cáncer de mama triple negativo, caracterizado por la ausencia de estos receptores, depende predominantemente de los agentes quimioterapéuticos, a pesar de las investigaciones en curso destinadas a integrar las terapias dirigidas en su tratamiento. Las terapias sistémicas emergentes que se están estudiando actualmente incluyen los inhibidores de la PARP, particularmente ventajosos para las neoplasias que albergan mutaciones en el BRCA, los inhibidores de la PI3K y los inmunoterapéuticos dirigidos a la PD-L1, que muestran un potencial significativo para mejorar la eficacia del tratamiento en diversos subtipos de la enfermedad (27,28).

Además, el tratamiento de las metástasis cutáneas, que pueden provocar una morbilidad considerable, puede requerir modificaciones en los tratamientos sistémicos o la introducción de intervenciones locales, como la radioterapia, la electroquimioterapia y la terapia fotodinámica. Estas estrategias tienen como objetivo mitigar los síntomas y mejorar la calidad de vida general de los pacientes (26). La integración de las terapias sistémicas y locales implica un enfoque terapéutico personalizado, con el doble objetivo de prolongar la supervivencia y, al mismo tiempo, preservar una calidad de vida satisfactoria para las personas afectadas por un cáncer de mama metastásico(29).

Manejo sintomático de las manifestaciones cutáneas

El tratamiento sintomático de las manifestaciones cutáneas en el carcinoma de mama metastásico hace hincapié principalmente en aliviar el dolor, mitigar el prurito y tratar las úlceras dérmicas y la necrosis. El tratamiento del dolor suele incluir la administración de analgésicos tópicos y sistémicos, mientras que el prurito se trata mediante el uso de antihistamínicos y emolientes calmantes, con el fin de mejorar la comodidad del paciente(14). Las úlceras dérmicas y la necrosis, que con frecuencia representan complicaciones, requieren un enfoque multifacético que integre terapias tópicas, tratamiento avanzado de heridas y, en los casos más graves, intervenciones quirúrgicas(30).

Además, la electroquimioterapia y la terapia fotodinámica se han validado como modalidades paliativas eficaces para las lesiones cutáneas, ya que no solo ayudan a aliviar los síntomas sino que también contribuyen a mejorar la calidad de vida general de los pacientes(31). La radioterapia, en particular la radioterapia de intensidad modulada, también puede resultar beneficiosa para el tratamiento de extensas áreas de la piel afectada, lo que brinda la ventaja adicional de minimizar las molestias durante los procedimientos terapéuticos. Es imprescindible adoptar una estrategia holística que combine las intervenciones farmacológicas y no farmacológicas para tratar de forma adecuada estas complicaciones cutáneas y, de ese modo, fomentar una mejora del bienestar general de los pacientes(26).

Perspectivas futuras y áreas de investigación

Los avances recientes en el tratamiento de las metástasis cutáneas asociadas al cáncer de mama han llevado al surgimiento de varias modalidades terapéuticas novedosas, cada una caracterizada por mecanismos de acción y ventajas únicos. La electroquimioterapia ha adquirido importancia como principal alternativa terapéutica, ya que emplea la electroporación para mejorar la absorción de agentes quimioterapéuticos como la bleomicina y el cisplatino. Esta metodología ha demostrado una tasa de respuesta completa que alcanza el 46,2% entre los pacientes y el 61,9% por lesión, al tiempo que mantiene niveles de toxicidad relativamente bajos y manejables(13,32).

Otra estrategia que ha demostrado su potencial es la administración tópica de metotrexato asistido por flujo de oxígeno, que ha sido eficaz para tratar las metástasis cutáneas superficiales. Los pacientes que reciben este tratamiento logran la remisión clínica con efectos secundarios insignificantes(33). Además, la aplicación sinérgica de la interleucina-2 administrada por vía intralesional junto con el imiquimod tópico, un agonista del receptor 7 similar a Toll, ha demostrado su eficacia en el tratamiento de las metástasis cutáneas, lo que indica que la respuesta puede estar mediada por el sistema inmunitario, con efectos adversos mínimos(34).

El imiquimod tópico también se ha evaluado de forma independiente, revelando una tasa de respuesta parcial del 20% en pacientes que se habían sometido previamente a múltiples tratamientos. Este hallazgo implica que el imiquimod desempeña un papel crucial en la modulación del microambiente tumoral, fomentando así una respuesta inmunitaria(35). Además, la miltefosina tópica, un agente citotóxico, demostró una tasa de respuesta global del 43% en un ensayo de fase II, aunque el efecto secundario principal fueron las reacciones cutáneas localizadas(36).

Estas intervenciones terapéuticas suponen un cambio hacia estrategias de tratamiento más localizadas y menos invasivas, cuyo objetivo principal es mejorar la calidad de vida de los pacientes y, al mismo tiempo, controlar los síntomas de forma eficaz. Al mismo tiempo, las investigaciones continúan examinando los enfoques combinatorios para aumentar la eficacia terapéutica y el tratamiento sistémico de la enfermedad(25).

Conclusiones

Las metástasis cutáneas en el contexto del carcinoma de mama metastásico plantean un importante dilema diagnóstico y pronóstico. La pronta detección de estas manifestaciones dérmicas es fundamental, ya que pueden servir como indicador inicial de la diseminación metastásica. Si bien la aparición de metástasis cutáneas suele estar relacionada con un pronóstico desfavorable, la intervención oportuna y un régimen terapéutico adecuado pueden mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. Las modalidades terapéuticas abarcan la quimioterapia, la terapia hormonal, la radioterapia y las técnicas localizadas, como la electroquimioterapia y la terapia fotodinámica. La vigilancia clínica rigurosa y las estrategias de tratamiento personalizadas son imprescindibles para optimizar los resultados de los pacientes. Además, avanzar en la investigación es vital para perfeccionar las metodologías diagnósticas y terapéuticas, junto con la identificación de biomarcadores que puedan predecir con mayor precisión las respuestas al tratamiento y los resultados pronósticos en los pacientes con metástasis cutáneas.

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