Microbioma: Beneficios más allá del sistema gastrointestinal
Autora principal: Cristina Coto Fallas
Vol. XX; nº 11; 611
Microbiome: Benefits beyond the gastrointestinal system
Fecha de recepción: 26 de abril de 2025
Fecha de aceptación: 7 de junio de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 11 – Primera quincena de junio de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 11; 611
Autores:
Cristina Coto Fallas, Universidad Internacional de las Américas, San José, Costa Rica. https://orcid.org/0009-0000-8606-1370
Hilda Corsiny Díaz Calderón, Universidad de Ciencias Médicas, San José, Costa Rica. https://orcid.org/0000-0003-4506-3526
Mariana Gómez Bermúdez, Investigador independiente, San José, Costa Rica. https://orcid.org/0009-0000-8989-4263
Resumen
En los últimos años, el interés por el microbioma humano ha crecido, en particular por el papel que desempeña la microbiota intestinal en la salud integral del individuo. Aunque tradicionalmente se ha vinculado su función al sistema digestivo, cada vez existen más evidencias que indican que una alteración en esta comunidad microbiana podría desencadenar efectos significativos sobre otros sistemas del cuerpo. El microbioma intestinal cumple múltiples funciones esenciales para la salud humana. Entre ellas se encuentran la fermentación de componentes alimentarios no digeribles en metabolitos absorbibles, la síntesis de vitaminas fundamentales, la eliminación de compuestos tóxicos y patógenos, el fortalecimiento de la barrera intestinal y la regulación del sistema inmunológico. Se ha identificado distintas patologías ligadas a la disbiosis, tanto agudas como crónicas, como el trastorno depresivo, la enfermedad inflamatoria intestinal y Alzheimer. Así mismo se ha identificado una diversidad de microorganismos intestinales con efectos beneficiosos que demuestran su potencial terapéutico en dichas enfermedades, sin embargo, es un tema investigativo el cual tiene mucho camino que recorrer.
Palabras clave
microbioma, microbiota intestinal, disbiosis, eje microbioma-intestino-cerebro, efectos extraintestinales, enfermedades, homeostasis, sistema gastrointestinal, probióticos
Abstract
In recent years, interest in the human microbiome has grown, particularly due to the role it plays in overall individual health. Although its function has traditionally been linked to the digestive system, growing evidence indicates that disruptions in this microbial community could trigger significant effects on other bodily systems. The gut microbiome performs multiple functions essential to human health. These include the fermentation of indigestible food components into absorbable metabolites, the synthesis of essential vitamins, the elimination of toxic and pathogenic compounds, strengthening the intestinal barrier, and regulation of the immune system. Various pathologies linked to dysbiosis, both acute and chronic, have been identified, such as depressive disorder, inflammatory bowel disease, and Alzheimer’s disease. A variety of intestinal microorganisms have also been identified with beneficial effects that demonstrate their therapeutic potential in these diseases; however, this is a research topic with a long way to go.
Keywords
microbiome, gut microbiota, dysbiosis, microbiome-gut-brain axis, extraintestinal effects, diseases, homeostasis, gastrointestinal system, probiotics
Introducción
En los últimos años, el interés por el microbioma humano ha crecido, en particular por el papel que desempeña la microbiota intestinal en la salud integral del individuo. Aunque tradicionalmente se ha vinculado su función al sistema digestivo, cada vez existen más evidencias que indican que una alteración en esta comunidad microbiana podría desencadenar efectos significativos sobre otros sistemas del cuerpo, contribuyendo al desarrollo o agravamiento de enfermedades de alta incidencia y de difícil manejo clínico.
En este contexto, comprender los beneficios extraintestinales del microbioma y las consecuencias de su alteración, representa una oportunidad para identificar nuevas estrategias de prevención y tratamiento para distintas patologías cuya etiología aún no se comprende del todo.
Por tanto, este artículo tiene como objetivo principal analizar los beneficios extraintestinales del microbioma así como las consecuencias sistémicas de su alteración.
Metodología
La revisión bibliográfica se llevó a cabo mediante una búsqueda en distintas bases de datos académicas y científicas, incluyendo Scielo, Medigraphic, Sciendedirect, Uptodate y Pubmed, con las palabras clave «microbioma», «microbiota intestinal», «disbiosis», «efectos extraintestinales», «enfermedades», «eje microbioma-intestino-cerebro». Se realizó una búsqueda inicial que resultó en la recopilación de 226 artículos de los cuales se procedió a analizar los artículos publicados entre el 2019 al 2024, que presentaran información relevante sobre la microbiota intestinal y patologías ligadas a la disbiosis intestinal, teniendo un total de 60 artículos. De estos se excluyeron los artículos duplicados, artículos que no presentaban una metodología clara, así como artículos de opinión o publicaciones en idiomas distintos al español o inglés. La búsqueda se centró en obtener la información más reciente y relevante sobre el tema, como resultado se analizaron 35 artículos.
Microbioma intestinal
El término microbiota originalmente estaba destinado a representar una comunidad ecológica de microbios comensales y potencialmente patógenos que viven dentro de nuestros cuerpos, pero ahora se usa indistintamente con el término microbioma, que inicialmente estaba destinado a representar un genoma colectivo de la microbiota (1). El microbioma humano representa una comunicac ecológica de microorganismos (bacterias, hongos, protozoos y virus) comensales, simbióticos o patógenos que comparten el espacio del cuerpo humano (2).
Dichos microorganismos cumplen un papel fundamental en el desarrollo del sistema inmunitario, el sistema nervioso central y el sistema gastrointestinal. Varios factores, incluida la predisposición genética del huesped, los factores ambientales, el estilo de vida, la dieta y el uso o no de antibióticos, entre otros, afecta a la composición de la microbiota intestinal (3).
Por lo anterior, se da a conocer que la microbioma no está limitada a una sola zona anatómica. Existen distintas áreas con microbiomas independientes como las que se encuentra en nuestra piel, el microbioma en cavidad oral, así como en la zona vaginal (4,5,6).
La microbiota intestinal, incluye 3 dominios de la vida, la Archaea (microorganismos unicelulares con una estructura celular similar a las bacterias), bacteria (organismos procariotas unicelulares, que se encuentran en casi todas las partes de la Tierra), y Eucariota (organismos formados por células con núcleo verdadero) (7).
Inicialmente, diversos géneros de aerobios colonizan el tubo digestivo, sobre todo enterobacterias tipo Escherichia coli y también diversas especies del género Lactobacillus. Éstas consumen el oxígeno del ambiente y, progresivamente, se establece un microsistema en el que hay un predominio de especies anaerobias, sobre todo Bacteroides, Clostridioides, Eubacteria y Bifidobacteria (8).
La microbiota intestinal adulta es estable, ya que aproximadamente 40 especies en el tracto gastrointestinal persisten durante al menos un año en los individuos (7).
En el jugo gástrico, el contenido de bacterias es relativamente bajo, alrededor de 1000 bacterias por mililitro, y eso es debido a la acidez del medio. La concentración de bacterias va creciendo a lo largo del intestino delgado, desde 104 bacterias/ml en el duodeno proximal, hasta 107 bacterias/ml en el íleon terminal (9).
Los Firmicutes y Actinobacteria son los filos predominantes en el duodeno. El yeyuno favorece la colonización bacteriana en términos de diversidad y densidad, apoya principalmente el crecimiento de aerobios grampositivos y anaerobios facultativos que incluye lactobacilos, enterococos y estreptococos. En la transición al íleon con predominio de especies aerobias. Por el contrario, la parte distal del íleon cerca de la válvula ileocecal está poblada de anaerobios y organismos gramnegativos similares al colon (10).
En cambio, la población de microorganismos en colon es mucho mayor, alcanzando concentraciones de hasta 1012 bacterias/ml de contenido, suponiendo más del 95% de la microbiota del anfitrión (8). A este nivel predomina géneros bacterianos como Bacteroides, Bifidobacterium, Streptococcus, Enterobacteriaceae, enterococcus, Clostridioides, Lactobacillus y Ruminococcus. Además, algunos patógenos como Campylobacter jejuni, Salmonella enterica, Vibrio cholerae, E coli y Bacteroides fragilis pueden presentarse en el colon con menor abundancia (0,1%) (10).
También, la diversidad de la microbiota aumenta en el tiempo entre la infancia y la edad adulta y disminuye en la edad avanzada. A una edad avanzada, el cambio en la dieta y el sistema inmunológico afecta la composición de la microbiota intestinal humana, mostrando una disminución de Bifidobacterium y un aumento de Clostridoides y Proteobacteria (9).
Por tanto, los microorganismos no solo se subdividen dependiendo del área a nivel intestinal, sino que va a ser cambiante a lo largo del desarrollo humano.
Funciones del microbioma intestinal y sus ejes
El microbioma intestinal cumple múltiples funciones esenciales para la salud humana. Entre ellas se encuentran la fermentación de componentes alimentarios no digeribles en metabolitos absorbibles, la síntesis de vitaminas fundamentales, la eliminación de compuestos tóxicos y patógenos, el fortalecimiento de la barrera intestinal y la regulación del sistema inmunológico. Los productos derivados de la fermentación microbiana, como los ácidos grasos de cadena corta, actúan como sustratos clave para las células intestinales y participan en procesos inmunomoduladores, como la diferenciación de células T, lo que a su vez puede influir en la composición del propio microbioma intestinal (8).
La señalización de los receptores tipo Toll (TLR) en el epitelio intestinal juega un papel crucial en la dinámica de las criptas intestinales, al influir en la proliferación y diferenciación de las células madre intestinales. Compuestos como el peptidoglicano y el ácido lipoteicoico (LTA), producidos por bacterias como Lactobacillus spp., Bifidobacterium spp. y Bacillus subtilis, estimulan la señalización a través del TLR2. En particular, Lactobacillus rhamnosus GG libera LTA que activa TLR2 en los macrófagos, protegiendo así a las células madre intestinales frente a daños por radiación. Esta activación promueve la secreción de quimiocinas por parte de los macrófagos, induciendo la migración de células madre mesenquimales (MSC) secretoras de prostaglandina E2 y estimulando así la respuesta inmunitaria (11).
Asimismo, se ha demostrado que Peptostreptococcus russellii, una bacteria comensal presente en la luz intestinal, favorece la diferenciación de células caliciformes mediante el metabolismo del triptófano a ácido indoleacrílico (12). En la microbiota intestinal humana, el butirato —producido principalmente por bacterias del grupo Firmicutes, como Faecalibacterium prausnitzii y Clostridioides leptum— sirve como fuente energética a través del ciclo del ácido tricarboxílico, la producción de ATP y la β-oxidación, además de tener la capacidad de suprimir la autofagia (13).
La notable biodiversidad de especies microbianas que conforman el ecosistema intestinal no solo favorece su propio equilibrio, sino que también resulta fundamental para la salud y la homeostasis fisiológica del huésped humano (14).
A través de múltiples vías de interacción, el intestino humano establece comunicación con otros sistemas del organismo, mediada por la actividad del microbioma intestinal (15). Entre estas rutas de señalización se destacan los sugientes ejes:
Eje hígado-intestino
La barrera intestinal asegura la transferencia selectiva de nutrientes y restringe el movimiento de organismos patógenos desde el lumen intestinal hacia el sistema huésped. El microbioma intestinal influye en la integridad de la barrera intestinal ya sea manteniendo los mecanismos de señalización inmune o produciendo metabolitos como los ácidos grasos de cadena corta (AGCC), fortaleciendo la barrera intestinal y promoviendo la reparación hepática. Por lo tanto, las alteraciones en cualquiera de estos factores pueden conducir a un aumento de la permeabilidad intestinal, pudiendo desencadenar una respuesta inflamatoria que exacerba las enfermedades hepáticas (16).
Eje Intestino-cerebro
Como red de comunicación multidireccional, los componentes clave del eje intestino-cerebro incluye el Sistema Nervioso central (SNC), el sistema nervioso autónomo (SNA), el sistema nervioso entérico (SNE), así como el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HPA).
La biodisponibilidad de las catecolaminas puede ser modificada por las bacterias intestinales. Las catecolaminas son glucuronizadas para su excreción, mientras que algunas bacterias intestinales pueden desglucuronizar las catecolaminas y posiblemente afectar a los leucocitos en el intestino.
Varios compuestos, incluidos los de bacterias como los ácidos grasos de cadena corta, activan receptores en neuronas que regulan la motilidad intestinal de la señalización del huesped. El microbioma intestinal es importante en las comunicacones bidireccionales a través de la modulación de las funciones del tracto gaastrointestinalm la señalización remota al cerebro y otros órganos metabólicos, y es uno de los muchos objetivos reguladores de la señalización del cerebro al intestino (15).
Disbiosis y patologías ligadas
La disbiosis puede describirse como una alteración funcional y compositiva en la microbiota en individuos con enfermedad en comparación con sujetos sanos (8). La disbiosis microbiana relacionada con la edad está involucrada en la remodelación de las respuestas inmunitarias durante el envejecimiento, que e manifiestan como inmunosenescencia e inflamación que acompañan a muchas enfermedades entéricas y extraentéricas asociadas con la edad (17). También, el uso de antibióticos, ya sea por vía oral o intravenosa, influye y reduce el microbioma intestinal. La alteración de la composición del microbioma depende de la clase de antibiótico, dosis y el período del exposición (18).
La disbiosis intestinal está relacionada con condiciones de salud que afectan el sistema gastrointestinal, cardiovascular y el sistema nervioso. a estrecha relación entre la disbiosis intestinal y los trastornos neuropsiquiátricos se ha hecho más evidente recientemente en donde se destaca la coexistencia de un tracto gastrointestinal disfuncional en pacientes con depresión, trastorno autista, ansiedad y esquizofrenia (Ver Tabla 1. Resumen de patologías relacionadas con la microbiota intestinal). Sin embargo, aún se requiere más investigación para identificar la fisiopatología exacta detrás de la ruta de influencia entre la disbiosis intestinal y los trastornos cerebrales (19).
En cuanto a patologías neuropsiquiátricas ligadas a la disbiosis, se ha descrito varios factores que relacionan el trastorno depresivo con los componentes de la microbiota intestinal (20). Se ha demostrado que el nivel del género Alistipes asociado con la inglamación y Oscillibacter, que tiene ácido valérico involucrado en la depresión, estaba elevado en pacientes con trastorno depresivo mayor (20).
En los pacientes diagnosticados con trastorno bipolar, el número de Clostridiaceae involucradas en la fermentación d elos carbohidratos que conducen a la producción de AGCC fue cuatro veces menor que en el grupo control (20).
Individuos con disbiosis intestinal debido a enfermedades intestinales tienen un alto riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer. Se informó que aproximadamente el 85% de los pacientes con demencia tienen alteraciones en la composición de la microbiota intestinal, en comparación con las poblaciones de individuos sanos, además se observó disminución en la diversidad de la microbiota intestinal en esta población (21).
El peptidoglicano derivado de la microbiota intestinal podría atravesar la BHE yafectar a la transcripción de genes y a los comportamientos sociales. Actualmente,se está considerando el papel patogénico del ADN bacteriano en la enfermedad deAlzheimer (22). En ensayos patológicos in vitro de enfermedad de Alzheimerinformaron de la inducción de la agregación de Tau, así como del malplegamiento y la agregación de Aβ por el eDNA bacteriano. Los amiloidesbacterianos son lasproteínas extracelulares secretadas por lasespecies Escherichia, Pseudomonas, Staphylococcus, Streptococcus, Bacillus, Mycobacterias, Citrobacter, Klebsiella y Salmonella y podrían translocarse a través dela barrera hematoencefálica a través del eje intestino-cerebro asociados conenfermedadesneurodegenerativas. En ensayos in vitro, se encontró que las FapCamiloide bacterianas específicas sonpuntos calientes de unión a Aβ que participanen la incorporación de nanofibrillas de Aβ (22).
Otra enfermedad neurolgógica como es la progresión de la enfermedad de Parkinson, se ha asociado frecuentemente con la disbiosis intestinal. Se ha encontrado una menor abundancia de especies de Prevotellaceace en comparación con la abundancia relativa de Enterobacteriaceae en las heces de los pacientes con Parkinson. Los miembros de la familia Prevotellaceace son comensales e implicados en la producción de mucina y ácidos grasos de cadena corta (AGCC) a través de la fermentación de las fibras dietéticas. La reducción de la población de Prevotellaceae conduce a un aumento de la permeabilidad intestinal y a la exposición sistémica de endotoxinas bacterianas, lo que inicia o retiene una expresión excesiva de α-syn en el colon e incluso favorece su mal plegamiento (23).
También se observa un aumento d ela abundancia de Lactobacillaceae, Barnesiellaceae y Enterococcacea y una disminución de la abundancia de Clostrium coccoides, Bacteroides fragilis y Prevotellaceae en pacientes con enfermedad de Parkinson en comparación con los de controles sanos. Pueden tener un aumento de la permeabilidad intestinal y un crecimiento excesivo de baterias en el intestino delgado (22).
Dentro del sistema gastrointestinal también existen implicaciones para la salud ligadas a la disbiosis. Se ha logrado identificar genes en la enfermedad inflamatoria intestinal que exacerban distintos microorganismos favoreciendo dicha patología. Se han identificado un total de 199 genes específicos de la enfermedad inflamatoria intestinal que están implicados en la adhesión, las respuestas al estrés oxidativo y la utilización del moco, lo que favorece la colonización de R. gnavus en la enfermedad inflaamtoria. Se demostró que A. muciniphila es un patobión que promueve el desarrollo de la enfermedad intestinal inflamatoria y el receptor 6 similar a NOD (NLRP6) y se identificó como un regulador clave de la abundancia de A. muciniphila (24).
Los microbios comensales producen metabolitos beneficiosos como los AGCC par regular la homeostasis intestinal. En los pacientes con Síndrome de Intestino Irritable, los factoresgenéticos y/o ambientales conducen a una disbiosis de la microbiota intestinal, conreducción de los microbios comensales. Esta disbiosis conduce a un deterioro de lafunción de barrera, translocación de patógenos y desequilibrio de las células Treg yTh17, lo que resulta en el aumento de citocinas proinflamatorias (25).
En las patologías cardiovasculares, diversos estudios han demostrado una asociación significativa entre la composición de la microbiota intestinal y el riesgo de enfermedades cardiovasculares. En particular, se ha identificado al N-óxido de trimetilamina (TMAO), un metabolito derivado del metabolismo bacteriano de compuestos como la colina y la carnitina, como un factor clave en el desarrollo de aterosclerosis. Este metabolito es producido por enzimas bacterianas específicas y convertido en el hígado, donde su acumulación se relaciona con daño vascular.Pacientes con enfermedades cardiovasculares presentan un perfil microbiano distinto al de individuos sanos, con un aumento de especies como Streptococcus y enterobacterias, y una reducción de Bacteroides. Además, estudios metagenómicos y de análisis de perfiles bacterianos han revelado un aumento en ciertos subgrupos de Lactobacillales y Clostridium en pacientes con enfermedad coronaria (26).
La microbiota intestinal influye significativamente en la regulación del sistema inmunitario, no solo a nivel intestinal, sino también en órganos distantes como los pulmones. Esta conexión se da mediante células inmunitarias (como las células T CD8+ y Th17), citoquinas (IL-25, IL-13, IL-10, IL-12), prostaglandinas y vías de señalización como NF-κB. Cuando la barrera intestinal se ve comprometida, puede producirse translocación microbiana al torrente sanguíneo, lo que desencadena inflamación sistémica, favoreciendo enfermedades pulmonares (27).
En niños con asma, se ha observado disbiosis intestinal, con un aumento de Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae, y una disminución de bacterias beneficiosas como Veillonella, Faecalibacterium, Rothia, Faecalibacterium prausnitzii y Akkermansia muciniphila. Estas últimas desempeñan un rol clave en la producción de metabolitos antiinflamatorios, como la IL-10, ayudando a controlar la inflamación pulmonar (28).
También, el microbioma tiene relación con la calidad del sueño. Una alteración de la misma puede generar sueño no REM, donde la calidad del descanso se ve afectada. Existe una relación bidireccional entre la calidad del sueño y la composición del microbioma intestinal. Si bien el agotamiento del microbioma intestinal, el uso de antibióticos da como resultado una mayor fragmentación del sueño de movimientos oculares no rápidos y, por tanto, una peor calidad de sueño, la interrupción de este también puede provocar cambios en la composición del microbioma intestinal (29).
La disbiosis no excluye grupo etario, y los adultos mayores no son la excepción. Elsíndrome de fragilidad es un cuadro común en esta población, sin embargo, se harelacionado de igual forma a la alteración en la microbiotaintestinal. Se encontró un alto índice de fragilidad se asoció con niveles reducidos de microbios productores de AGCCcon propiedades antiinflamatorias, como Faecalibacterium prausnitzii, y mayoresproporciones de miembrosproinflamatorios de la familia Enterobacteriaceae. También se encontró un aumento de la síntesis delipopolisacáridos en sujetosfrágiles, lo que sugiere un aumento del estado proinflamatorio local y sistémico (30).
Microbioma intestinal en el contexto farmacológico
En un estudio de seguimiento de los efectos de un prebiótico (fibra dietética) con pacientes sanos, se observó unareducción en la respuesta del cortisol al estrésagudo en comparación con el grupo de placebo, lo que implicaría lainfluencia de laintervención dietética en la modulación de la reactividad del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal. La intervención con prebióticos tuvo respuesta en la reducción de cortisol, sustancia que se ha asociado adiversas patologías cuando se maneja de manera crónica conniveles aumentados (31).
Por otro lado, existe 178 especies y subespecies de probióticos con potencial para aliviar la depresión, siendo Lactobacillus spp. y Bifidobacterium spp. las más utilizadas en los tratamientos. Ensayos clínicos aleatorizados han demostrado la eficacia de cepas específicas como L. helveticus, L. rhamnosus, B. longum y B. breve CCFM1025 en pacientes con depresión clínica. Un metaanálisis reveló que los probióticos solo muestran un efecto significativo en la reducción de síntomas depresivos cuando se administran durante más de 8 semanas y a dosis superiores a 10 × 10⁹ Unidades formadoras de colonias (32).
Relacionado al tratamiento de enfermedades como la aterosclerosis y la sarcopenia, estudios han evidenciado el papel terapéutico de la microbiota intestinal. Se demuestra que as células γδT productoras de IL-17A pueden promover la regeneración muscular en una vía dependiente de la microbiota, sugiriendo que modular esta comunidad microbiana podría ser una estrategia eficaz contra la sarcopenia (33). En cuanto a la prevención de la aterosclerosis, los arqueobióticos como Methanomassiliicoccus luminyensis B10 han mostrado potencial al reducir la producción de TMA, mientras que intervenciones dietéticas como el resveratrol, los ésteres de esterol vegetal y el β-glucano de avena actúan como prebióticos que modulan favorablemente la microbiota, disminuyendo la producción de TMAO. Además, probióticos como Lactobacillus plantarum TWK10 han sido estudiados en humanos y modelos animales, mostrando mejoras en la masa muscular, fuerza y función cognitiva, así como efectos antiinflamatorios y antiatróficos. Estos hallazgos apuntan a nuevas posibilidades clínicas en el manejo de la sarcopenia y otras enfermedades relacionadas con la edad mediante la intervención en el microbioma intestinal (34).
Así mismo. Lycii Fructus es el suplemento dietético más común con diversasactividades farmacológicas, como lapromoción antioxidante e inmunológica. En eltejido del colon, se ha demostrado que el tratamiento con el ingrediente activo ácido2-O-β-D-Glucopiranosil-L-ascórbico (AA-2βG) de Lycii Fructus puede mejorar elcontenidode metabolitos AGCC y aumentar el nivel de expresión de ARNm delreceptor acoplado a proteína G 43 (GPR43) yGPR41, dos receptores de AGCC. Además, AA-2βG redujo Parabacteroides, Parasutterella y Clostridium asociadoscon el desarrollo y la progresión de la EII, mientras que aumentó Helicobacteraceae, que protege contra laenfermedad inflamatoria intestinal. El arabinogalactano, otroingrediente bioactivo de Lycii Fructus, también hademostrado ser eficaz contra laenfermedad inflamatoria intestinal (35).
Conclusiones
La existencia de patologías vinculadas con alteraciones del microbioma intestinal refuerza su implicancia en el equilibrio fisiológico del organismo. Se ha identificado una diversidad de microorganismos intestinales con efectos beneficiosos que demuestran su potencial terapéutico en diversas enfermedades, tanto agudas como crónicas, como el trastorno depresivo, laenfermedad inflamatoria intestinal y Alzheimer.
La evidencia sugiere que la intervención con microbiota ofrece una alternativa terapéutica prometedora, con una amplia gama de aplicaciones clínicas. La evidencia demuestra que existe un porcentaje importante de patologías, lascuales, están estrechamenterelacionadas con microorganismos a nivel intestinal, sin embargo, es un tema investigativo el cual tiene muchocamino que recorrer, dejando una amplia gama de posibilidades en tratamientos coadyuvantes para lamejoría de muchas patologías, inclusive, sabiendo la relación con múltiples cuadrosse podría generar no solo terapéutica sinoun enfoque en la promoción y prevenciónde patologías asociadas.
Anexos
Tabla 1. Resumen de patologías relacionadas con la microbiota intestinal
Patologías: | Microorganismo: | Terapéutica asociada: |
---|---|---|
Depresión | Alistipes y Oscillibacter | En desarrollo |
Trastorno bipolar | Clostridiaceae | No |
Enfermedad Inflamatoria Intestinal | R. gnavus, A. mucinaphila | En desarrollo terapéutica EII |
Enfermedad de Alzheimer | Aumento de Bacteroides y disminución Frimicutes, Proteobacterias y Actinobacterias. | En desarrollo terapéutica función cognitiva |
Enfermedad de Parkinson | Disminución de Prevotellaceace | En desarrollo terapéutica función cognitiva |
Síndrome de fragilidad | Aumento de familia Enterobacteriaceae y disminución de Faecalibacteriumprausnitzii | En desarrollo terapéutica sarcopenia |
Asma | Disminución de Veillonella, Faecalibacteriumprausnitzii y Akkermansiamuciniphila | No |
Ansiedad | Campylobacter jeuni aumentado | No |
Enfermedad de Huntington | Alteración en cantidad de Bacteroidales, Lactobacillales y Clostridiales | No |
Cardiovascular | Aumento Estreptococos y enterobacterias | En desarrollo terapéutica aterosclerosis |
Colelitiasis | Aumento de Clostridium senegalense, Corporcoccus y Lentisphaerae | No |
Esclerosis Lateral Amiotrófica | No especificado | No |
Esclerosis Múltiple | No especificado | No |
Esquizofrenia | No especificado | No |
Hipertensión, EPOC | No especificado | No |
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Declaración de buenas prácticas:
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.