Modelo de simulación en emergencias pediátricas para la formación de residentes y especialistas en pediatría
Autora principal: Belén Miranda Alcalde
Vol. XIX; nº 14; 492
Simulation model in pediatric emergencies for the training of residents and specialists in pediatrics
Fecha de recepción: 01/07/2024
Fecha de aceptación: 26/07/2024
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XIX. Número 14 Segunda quincena de Julio de 2024 – Página inicial: Vol. XIX; nº 14; 492
Autores:
Belén Miranda Alcalde, Jennifer Pilar Loren Martín, Blanca Diáz-Delgado Menéndez, Rebeca Gutiérrez Vélez, María Alcaraz Castillo, Pablo Oteo Manjavacas,
Resumen:
Introducción. Las situaciones de emergencia clínica son poco frecuentes en los servicios de Pediatría lo que dificulta la capacitación de los sanitarios para enfrentarse a ellas. Para mejorar el aprendizaje de estos casos, la simulación está ganando mucha importancia como un método eficaz y seguro. Los programas de formación basados en simulación permiten que los sanitarios entrenen y aprendan habilidades técnicas y no técnicas, que les permitan resolver estas situaciones con mayor soltura y éxito.
Objetivos. Demostrar que los programas de formación basados en simulación mejoran la asistencia global de los pacientes en situación crítica en las urgencias de pediatría. Confirmar que las personas que se someten a estos programas adquieren más confianza en sí mismos para afrontar situaciones críticas y aprenden a trabajar en equipo.
Material y métodos. Se ha realizado una revisión bibliográfica en la base de datos PUBMED. Las palabras clave que se han empleado son SIMULATION (simulación), TRAINING (entrenamiento), PEDIATRIC (pediátrico) y EMERGENCIES (emergencias).
Resultados. Con dicha búsqueda se han obtenido 831 artículos, que tras descartar aquellos que no cumplían los criterios de inclusión o presentaban alguno de exclusión, quedaron 6 artículos. En todos ellos describen mejoría en la adquisición de habilidades técnicas y no técnicas por parte de los alumnos que se expusieron a los estudios. También ganaban más confianza en sí mismos para enfrentarse a situaciones de emergencias pediátricas.
Conclusión. Todos los servicios de pediatría deberían de incorporar sesiones de simulación en sus programas de formación.
Palabras clave: Simulación, emergencias pediátricas, formación.
Abstract:
Introduction: Clinical emergency situations are infrequent in Pediatric services, which makes it difficult for healthcare professionals to be adequately trained to handle them. To improve learning in these cases, simulation is gaining significant importance as an effective and safe method. Simulation-based training programs allow healthcare professionals to practice and learn technical and non-technical skills, enabling them to manage these situations more competently and successfully.
Objectives: To demonstrate that simulation-based training programs improve the overall care of critically ill patients in pediatric emergencies. To confirm that individuals who undergo these programs gain more self-confidence in facing critical situations and learn to work as a team.
Material and Methods: A literature review was conducted in the PUBMED database. The keywords used were SIMULATION, TRAINING, PEDIATRIC, and EMERGENCIES. Results: This search yielded 831 articles, of which 6 articles met the inclusion criteria and did not meet any exclusion criteria. All of these articles reported improvements in the acquisition of technical and non-technical skills by the participants who were exposed to the studies. They also gained more self-confidence in facing pediatric emergency situations.
Conclusion: All pediatric services should incorporate simulation sessions into their training programs.
Keywords: Simulation, pediatric emergencies, training.
declaración de buenas prácticas
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.
Introducción
Numerosos estudios hacen hincapié en que las primeras horas de asistencia de una situación de urgencia o emergencia son cruciales para la evolución clínica del paciente. En los servicios de Urgencias Pediátricas estas situaciones son muy infrecuentes y la escasa experiencia del personal sanitario en atenderlas puede suponer un factor de riesgo para la seguridad del paciente.
En la atención a un paciente crítico entran en juego factores muy diversos como las habilidades clínicas, el manejo del estrés y ansiedad del personal en una situación de emergencia, la comunicación entre los miembros del equipo de asistencia, conocer el entorno en el que se trabaja, así como la disponibilidad de los recursos técnicos y humanos de los que se disponen. Algunos de estos factores se aprenden en los libros, pero otros se adquieren con la experiencia (1).
La simulación nos permite practicar técnicas complejas y poco frecuentes sobre distintos modelos anatómicos para que cuando el clínico se tenga que enfrentar a ellas sobre un paciente, lo haga con más seguridad y experiencia previa. Esto aumenta la tasa de éxito y disminuye los eventos adversos, lo que se traduce en seguridad para el paciente (2,3).
La formación médica basada en simulación pretende ser una herramienta para mejorar el trabajo en equipo y familiarizarse con situaciones de emergencia poco frecuentes. Esto permitiría que un grupo de sanitarios se convierta en un equipo coordinado que se anticipe a posibles complicaciones y tome decisiones con mayor precisión (4).
Material y métodos:
Se ha realizado una revisión bibliográfica exhaustiva en la base de datos PUBMED.
Se han utilizado palabras clave en inglés para asegurar la obtención de un mayor número de resultados.
Las palabras clave empleadas han sido SIMULATION (simulación), TRAINING (entrenamiento), PEDIATRIC (pediátrico) y EMERGENCIES (emergencias).
Se ha limitado la búsqueda a artículos publicados en los últimos 10 años (2012-2022).
Los documentos de la literatura obtenida mediante esta búsqueda (n=831) fueron seleccionados inicialmente mediante la lectura de títulos, seguido de la lectura del resumen o “abstract”, en base a los siguientes criterios:
CRITERIOS DE INCLUSIÓN
- Ensayos clínicos.
- Estudios realizados sobre médicos del ámbito hospitalario o de centros de atención primaria.
- Estudios realizados sobre médicos especializados en pediatría (menores de 18 años).
- Estudios que aplican la simulación en escenarios de urgencias pediátricas genéricos.
CRITERIOS DE EXCLUSION
- Estudios que no sean ensayos clínicos.
- Estudios realizados sobre personal sanitario de emergencias móvil.
- Estudios realizados sobre médicos especializados en adultos (mayores de 18 años).
- Estudios que analicen la simulación aplicada a un escenario en particular (ej. reanimación cardiopulmonar, técnicas específicas, politraumatismos,)
- Publicaciones que no permiten acceder al texto completo libremente.
Resultados:
Inicialmente se encontraron 831 artículos, de los cuales 480 fueron excluidos por no permitir acceso al texto completo libremente. Tras la lectura del título de los 351 restantes, se excluyeron 316 por no cumplir con los criterios de inclusión. Se leyeron los resúmenes de los 35 seleccionados y se eliminaron 29 por presentar algún criterio de exclusión: 3 se excluyeron por referirse a servicios de emergencias móviles, 6 por describir simulación en urgencias de adultos, 14 por no ser ensayos clínicos, 4 por aplicar la simulación en un ámbito en particular y 2 por realizarse en un grupo de estudiantes de medicina no licenciados.
En 2014 Bank et al desarrollaron un estudio sobre residentes de pediatría para mejorar el trabajo en equipo y sus habilidades para manejar pacientes pediátricos críticos. Para ello 15 residentes fueron sometidos a una sesión de simulación de 4 horas y realizaron una encuesta antes y después de la jornada sobre su capacidad para trabajar en equipo. Tras comparar los resultados de ambas encuestas se detectó que habían mejorado de forma significativa su autopercepción sobre su capacidad de liderazgo, para delegar tareas de forma adecuada, así como la capacidad de garantizar una comunicación de ciclo cerrado (p<0,08) (5).
En 2015 Fielder et al implementaron un plan de estudios utilizando simulación y capacitación en habilidades, para mejorar la rotación en Medicina de Emergencia Pediátrica (PEM) para residentes de pediatría. Hicieron un estudio en el que compararon dos grupos de residentes. El primer grupo realizó la rotación tradicional basada en asistencia en el servicio de Urgencias (SU), mientras que el segundo tuvo un plan mixto compaginando la asistencia en SU con sesiones de simulación. En total 109 estudiantes completaron el estudio (48 grupo tradicional, 61 grupo simulación). Fueron sometidos a una evaluación basada en los objetivos de la rotación antes y después de haber completado la rotación. En las sesiones de simulación se entrenaron procedimientos y habilidades médicas en situaciones de emergencia. Se compararon los resultados de las evaluaciones de ambos grupos de residentes y se obtuvo que el grupo de simulación mostraba significativamente más confianza para enfrentar situaciones de urgencias pediátricas, con mejor manejo médico y en algunos procedimientos, así como mejores resultados en el examen teórico (<0,001).
Buckey et al, que eran ya conscientes de los beneficios de la formación basada en simulación, quisieron optimizar el entrenamiento de liderazgo. Para ello en 2015 desarrollaron un ensayo clínico controlado aleatorizado con 48 participantes que dividieron en 12 grupos de 4 reanimadores cada uno. Realizaron 6 sesiones de simulación. Los 12 equipos se aleatorizaron a su vez en 2 grupos. Los lideres del primer grupo realizaron todas las simulaciones en condiciones normales mientras que los lideres del segundo grupo realizaron 3 de las 6 simulaciones con los ojos vendados. Se evaluó la actuación del líder en todos los escenarios según el score descrito por Grant et al. Se objetivó una mejoría estadísticamente significativa en los equipos que tuvieron al líder con los ojos vendados (p<0,05) sin encontrar diferencias en los tiempos de actuación o la satisfacción final (6).
Cambiando de escenario, en 2018, Kalidindi et al realizaron un estudio en 20 centros de salud pediátricos en el centro de Florida. Los participantes realizaron una encuesta tipo Likert con 5 puntos antes y después de la simulación, en la que valoraron cómo se consideraban de preparados para hacer frente a una situación de emergencia pediátrica y cuanta confianza tenían en sí mismos. Posteriormente realizaron 4 prácticas de simulación que abarcaron distintas situaciones de urgencias pediátricas. Tras comparar las encuestas se detectó que los sanitarios se consideraban mejor cualificados para enfrentarse a estas situaciones (p<0.05), con mayores niveles de confianza (p<0.05). Además, el 100% consideraron eficaz o muy eficaz este tipo de entrenamiento (7).
Discusión:
Todos los artículos coinciden en los beneficios que aportan los programas de simulación en la formación de residentes y especialistas en pediatría. La práctica del manejo de emergencias poco frecuentes y el entrenamiento del trabajo en equipo otorgan habilidades técnicas y no técnicas a los sanitarios, lo que se traduce en mayor seguridad para el paciente (8).
Muchos hospitales ya integran la simulación en sus programas de formación. Esta revisión resume los objetivos de dichos programas y lo necesario para implementarlos de manera estructurada.
Objetivos de los Programas de Simulación:
Los programas de simulación permiten a los sanitarios practicar el manejo de situaciones de crisis en entornos seguros, adquiriendo habilidades técnicas y no técnicas para aplicarlas en la práctica clínica. El objetivo es preparar a los sanitarios para manejar situaciones poco frecuentes y de riesgo vital mediante la anticipación, la coordinación y el trabajo en equipo.
Recursos para el Manejo de Crisis (CRM):
El CRM, trasladado de la aviación a la medicina, mejora la seguridad del paciente reduciendo errores humanos. Se enfoca en habilidades clínicas, uso de recursos, comunicación, liderazgo y trabajo en equipo, consolidando conceptos a través de entrenamientos de simulación.
La principal diferencia entre un grupo de personas y un equipo es que en este último sus miembros trabajan de forma coordinada para obtener el máximo beneficio como fruto de su trabajo. No hay individualismo, todos comparten un objetivo común. Confían los unos en los otros ayudándose entre sí y realizando crítica de sus acciones para progresar juntos.
En el equipo destaca la figura del LIDER. Es la persona encargada de controlar el cuidado integral del paciente. Reparte los roles y distribuye la carga de trabajo entre los integrantes del equipo, para que todos tengan una función clara y ninguno esté sobrecargado de trabajo. Planifica y coordina la asistencia dando instrucciones a los integrantes del equipo. Tiene que hacerse respetar y sus decisiones deben ser escuchadas por todos. Sin embargo, si algún compañero discrepa de su actitud, tiene que hacérselo saber de una forma educada.
Dentro de los principios básicos que todo equipo sanitario debe tener destacan las 5 “C”. Debe haber COMPLEMENTARIEDAD entre las funciones de cada miembro del equipo. Cada uno ejerce un roll bien definido en función de su experiencia previa y sus habilidades. Hay que reconocer las propias limitaciones para que no supongan obstáculos para el resto del equipo. COMPROMISO con el equipo priorizando los objetivos comunes sobre los individuales. Es fundamental la COORDINACION para ser lo más eficaz posible y para ello debe haber COMUNICACIÓN EFECTIVA. Todos deben ser conocedores de la situación clínica del paciente y de las decisiones que se van tomando. Hay que usar un lenguaje comprensible por todos, con un tono calmado. Dirigirse a cada miembro del equipo por su nombre e intentar tener contacto visual ayuda a confirmar que las órdenes son escuchadas. Así mismo cuando alguien lleva a cabo una acción, la debe expresar en voz alta para que todos estén al tanto. Hay que intentar utilizar sistemas de comunicación cerrado (ej. el líder da una orden a enfermería para administrar medicación, enfermería avisa de que la ha cargado y de que la ha administrado), de esta forma se tiene la seguridad de que las órdenes son escuchadas y ejecutadas. Y por supuesto debe haber CONFIANZA entre los miembros del equipo (10,11).
Pilares del CRM:
- Conocer el entorno: Involucra a todas las personas y recursos disponibles, anticipando necesidades y limitaciones.
- Trabajo en equipo: Coordina roles, fomenta la comunicación efectiva y la confianza entre miembros del equipo, destacando la figura del líder.
- Adquisición de habilidades clínicas: Evalúa de manera ordenada, establece prioridades dinámicas y utiliza toda la información disponible para evitar errores.
Implementación de Simulación:
La simulación clínica se planifica, se ejecuta en escenarios realistas y requiere instructores que controlen el desarrollo del cuadro clínico y su evolución. Se utilizan escenarios de baja o alta fidelidad, dependiendo de los recursos disponibles. Los instructores también actúan como «actores» para contextualizar el caso y entrenar habilidades comunicativas.
Distribución de Roles:
Se asignan roles específicos a cada miembro del equipo para actuar de manera coordinada durante emergencias. La AHA (American Heart Association) recomienda los siguientes roles:
- Médico 1- líder: es la persona que dirige al resto del equipo. Asigna las funciones en caso de que previamente no se encuentren asignadas. Supervisa la actuación de cada miembro. Presta ayuda de ser necesario. Coordina a todo el equipo. Da indicaciones a los diferentes miembros, resume y reevalúa el caso. Se centra en el cuidado integral del paciente. Debe ubicarse a los pies del paciente donde pueda visualizar al paciente y a todo el equipo así́ como los monitores.
- Médico 2- acceso a la vía aérea: abre la vía aérea, da respiraciones con bolsa y mascarilla, coloca mascarilla laríngea o realiza intubación endotraqueal si necesario. Se recomienda que se ubique a la cabecera del paciente para tener acceso rápido a la vía de.
- Médico 3- compresor: Realiza las compresiones torácicas en caso de ser necesario. Se coloca a la derecha del paciente.
- Enfermero 1- administración de medicamentos: establece un acceso venoso o intraóseo y administra los medicamentos y líquidos.
- Enfermero 2- Monitor/Desfibrilador: coloca el monitoreo completo, opera el monitor y/o desfibrilador. Da terapia eléctrica de ser necesario. Retroalimenta al líder de los cambios que se vayan observando en los parámetros del monitor.
- Apuntador/Tiempos/Observador: anota los tiempos de todas las acciones así́ como de todos los medicamentos y líquidos administrados. Lleva los tiempos en la RCP. Puede ir a realizar una historia clínica corta con el familiar si no hay quien más lo realice. Al final de la reanimación da un registro completo de todo lo sucedido.
Frecuencia de Prácticas de Simulación:
Para mantener las habilidades adquiridas, se recomienda repetir entrenamientos cada 6 meses, aunque prácticas más frecuentes (cada 6 semanas) pueden mejorar significativamente el rendimiento del equipo.
Fases de una Práctica de Simulación:
- Briefing: Familiarización con el entorno y recursos.
- Escenario: Ejecución de la práctica.
- Debriefing: Análisis y reflexión sobre la práctica, utilizando el modelo GAS (Gather, Analyze, Summarize).
Este enfoque estructurado en la simulación permite mejorar la preparación y desempeño de los sanitarios en situaciones críticas, aumentando la seguridad y eficacia en la atención al paciente.
Conclusiones:
Cada vez hay más estudios que abalan la incorporación de la simulación en los programas de formación de residentes de pediatría y médicos especialistas, como un buen método de aprendizaje de habilidades técnicas y no técnicas en la gestión de situaciones de crisis.
Los servicios de Pediatría deberían organizar sesiones de simulación con una frecuencia preestablecida para sacar el máximo rendimiento a este método de formación.
Bibliografía:
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