Nefropatía endémica mesoamericana (NeM): revisión bibliográfica y limitaciones actuales en el diagnóstico y tratamiento
Autor principal: José Javier Inces Oreamuno
Vol. XX; nº 16; 880
Mesoamerican Endemic Nephropathy (MeN): A literature review and current limitations in diagnosis and treatment
Fecha de recepción: 16 de julio de 2025
Fecha de aceptación: 16 de agosto de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 16 – Segunda quincena de Agosto de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 16; 880
Autores:
José Javier Inces Oreamuno. Médico General. Investigador independiente. Heredia, Costa Rica. orcid.org/0009-0000-9926-8514 Código médico: 19237
Nicole Rodríguez Lobo. Estudiante de Medicina, UCIMED. Investigadora independiente. San José, Costa Rica. orcid.org/0009-0004-5574-1823
Krista Yulieth Brenes Navarro. Médico General. Investigador independiente. San José, Costa Rica. orcid.org/0009-0002-4623-9933 Código médico: 19100
Walter Eduardo Zúñiga Arceyut. Médico General. Investigador independiente. San José, Costa Rica. orcid.org/0009-0009-0494-6454 Código médico: 19116
Mariangel Montero Jiménez. Médico General. Investigadora independiente. San José, Costa Rica. orcid.org/0009-0008-7320-0763 Código médico: 19108
Luis Alberto Matarrita Rojas. Médico General. Investigador independiente. Puntarenas, Costa Rica. orcid.org/0009-0008-2753-3815 Código médico: 19101
Resumen:
La nefropatía endémica mesoamericana (NeM) es una patología de alta incidencia en la región centroamericana. Afecta principalmente a hombres jóvenes dedicados en su mayoría a labores agrícolas, quienes no presentan otras afecciones que puedan llegar a generar la enfermedad renal crónica. Fue descrita tras estudios epidemiológicos de nefropatías en la región, documentando elevadas tasas de mortalidad. Cuenta con factores de riesgo bien establecidos, como lo es el estrés térmico, la deshidratación y la exposición y/o consumo de sustancias nefrotóxicas. En la actualidad, no existen guías oficiales o consenso sobre su diagnóstico o tratamiento farmacológico, por lo que se requieren más investigaciones sobre el tema. La accesibilidad a métodos diagnósticos y terapias definitivas son una limitante en un adecuado manejo de estos pacientes. El objetivo de esta revisión bibliográfica se basa en sintetizar la evidencia actual acerca de esta enfermedad y sus características, y de cuáles son las realidades que se presentan en su abordaje.
Palabras clave:
nefropatía, mesoamericana, enfermedad renal crónica, Centroamérica, diálisis, deshidratación
Abstract:
Mesoamerican endemic nephropathy (MeN) is a high-incidence pathology in the Central American region. It primarily affects young men, mostly engaged in agricultural labor, who do not present with other underlying conditions typically associated with chronic kidney disease (CKD). The disease was identified following epidemiological studies on nephropathies in the region, which revealed high mortality rates. Well-established risk factors include heat stress, dehydration, and exposure to or consumption of nephrotoxic substances. Currently, there are no official guidelines or consensus regarding its diagnosis or pharmacological treatment, highlighting the need for further research on the subject. Limited access to diagnostic methods and definitive therapies poses a significant challenge to the adequate management of these patients. The aim of this literature review is to synthesize current evidence on MeN, describe its main characteristics, and analyze the challenges surrounding its clinical management.
Keywords:
nephropathy, mesoamerican, chronic kidney disease, Central America, dialysis, dehydration
INTRODUCCIÓN
La nefropatía endémica mesoamericana (NeM), también conocida por otros nombres como enfermedad renal crónica (ERC) de etiología desconocida (CKDu), es una patología de incidencia considerable en la región mesoamericana, conformada por la costa sureste de México, la costa Pacífica de Guatemala, El Salvador y Nicaragua, y la provincia de Guanacaste al noroeste de Costa Rica [1]. No es exclusiva de esta zona, ya que se han documentado variantes en el sur de Asia [2].
Aunque su nombre sugiere desconocimiento de sus causas, realmente se refiere a que se presenta en aquellos pacientes sin otras comorbilidades que puedan llegar a generar ERC, como lo son la hipertensión arterial o la diabetes mellitus [2].
La población principalmente afectada son trabajadores de plantaciones agrícolas, en especial aquellas dedicadas a la caña de azúcar. Es una causa importante de morbimortalidad en la región. Fue descrita a inicios de la década anterior tras estudios retrospectivos realizados a lo largo de cuarenta años, documentando tasas elevadas de mortalidad en la región en adultos jóvenes [2, 3].
Esta enfermedad representa un desafío para los sistemas de salud y para aquellos afectados. En la actualidad, la NeM ha sido un punto de discordia para la comunidad científica, ya que no existen guías oficiales o consenso sobre el abordaje diagnóstico y terapéutico. Desde su documentación, se han realizado múltiples investigaciones y estudios clínicos para una mejor comprensión de este problema.
El objetivo de esta revisión bibliográfica es sintetizar la evidencia disponible sobre la NeM; describiendo su definición, bases fisiopatológicas y estrategias de manejo disponibles. Asimismo, aborda las limitantes que se atraviesan en cuanto al manejo clínico debido a factores como el nivel socioeconómico o accesibilidad de los pacientes a los mismos, para así dar un manejo integral en estos escenarios.
MÉTODOS Y MATERIALES
Se recopiló bibliografía actualizada de las bases de datos científicas Pubmed, ProQuest y Scielo; al igual que en los buscadores científicos Scholar Google y UpToDate. El intervalo de antigüedad establecido para esta investigación fue de seis años, comprendiendo entre los periodos de 2019 y 2025. La selección de idiomas fue basada en los hablados por los autores, siendo estos Español e Inglés. Se seleccionaron publicaciones de tipo revisiones bibliográficas y sistémicas, ensayos clínicos, reportes de casos y meta-análisis; se excluyeron tesis, editoriales, cartas a editores y monografías. La búsqueda de las publicaciones científicas se hizo mediante palabras claves, como «nefropatía», «mesoamericana», «enfermedad renal crónica» y «Centroamérica».
EPIDEMIOLOGÍA Y ETIOLOGÍA
A inicios del presente siglo, la NeM se convirtió en una epidemia en la región centroamericana y el sureste mexicano, principalmente sobre la costa del Pacífico [3, 4]. Es una patología que afecta principalmente a hombres jóvenes menores a los 50 años radicados en poblaciones agrícolas con temperaturas cálidas [3-5]. Es característico que dichos pacientes no presentan otros factores predisponentes a desarrollar ERC, como por ejemplo la diabetes mellitus, la hipertensión arterial o enfermedades glomerulares primarias [6, 7].
La prevalencia de esta patología en la región se aproxima al 50% de los casos reportados. En El Salvador, del total de casos de ERC, se estima que el 54% son debido a NeM [2]. En la actualidad, la NeM es la causa líder de muerte por enfermedad renal en adultos jóvenes [4, 8], siendo los países de El Salvador (47,46 x 100.000 habitantes) y Nicaragua (36,67 x 100.000 habitantes) quienes cuentan con las tasas de mortalidad más elevadas, dejando muy por detrás a otras naciones de la región; Costa Rica (6.64 x 100.000 habitantes) es quien posee la menor mortalidad [9]. En el caso de Costa Rica, en la provincia de Guanacaste se dio un marcado aumento en la mortalidad a lo largo de las décadas, ya que desde inicios de la década de 1970 hasta el 2012, se determinó un aumento de 5,8 x 100.000 habitantes a 75 x 100.000 habitantes por ERC en general, mientras que en el resto del país el aumento de la tasa fue de 5,9 x 100.000 habitantes a 16,2 x 100.000 habitantes; el aumento de la mortalidad afectó tanto a hombres como a mujeres, aunque en mayor medida a hombres [3, 10].
Si bien otro de los nombres que recibe esta patología es enfermedad renal crónica de origen desconocido, sí se han logrado establecer varias etiologías posibles. Se ha demostrado que se asocia mayoritariamente a pacientes obreros de plantaciones agrícolas, en especial aquellas dedicadas a la caña de azúcar y arroz [11-13]. Esto, se correlaciona con el principal factor de riesgo documentado: el elevado esfuerzo físico bajo exposición a altas temperaturas y deshidratación [2, 7, 12, 13]. Otras causas documentadas en pacientes con NeM son la exposición a sustancias nefrotóxicas, como los son los agroquímicos y pesticidas, como el paraquat [1, 4, 14], o la exposición a metales pesados (ejemplo: plomo, mercurio o cadmio) [11] o el abuso de sustancias que generen noxa al riñón, como los AINEs [7]. Se ha propuesto una base genética a la enfermedad; sin embargo, no hay los suficientes estudios realizados o evidencia contundente de esta teoría [12, 14]. Además, el bajo estado socioeconómico y sus consecuencias (ejemplo: bajo peso al nacer, mala alimentación, agua de baja potabilidad, necesidad de realizar trabajos forzosos) han sido estudiadas como factores de riesgo para desarrollar NeM [9, 15, 16].
FISIOPATOLOGÍA
El punto de inicio para comprender la fisiopatología de la NeM, se ha descrito desde dos frentes en conjunto: la exposición intensa al estrés térmico y la deshidratación, y el arduo esfuerzo físico que experimenta la población afectada [3].
Estrés térmico y deshidratación
El aumento de temperatura corporal y deshidratación, acompañado de esfuerzo físico intenso, conducen a la activación del sistema nervioso autónomo (SNA), principalmente el sistema nervioso simpático (SNS); este se encargará de disminuir la perfusión renal para asegurar la redistribución de sistemas como músculo y piel para poder liberar calor [17]. La pérdida de fluidos y sales a través del sudor va a conducir a un estado de hipovolemia e hiperosmolaridad, desencadenando de esta forma la activación del sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA) y liberación de vasopresina [2, 17]. El SRAA generará una reabsorción de agua y sodio a nivel tubular, al igual que una excreción de potasio; la vasopresina aumentará la presión hidrostática a nivel de glomérulos [3, 17]. Sin embargo, la activación de estos mecanismos compensatorios, y el flujo sanguíneo renal disminuido durante tiempo prolongado causará isquemia glomerular secundaria a vasoconstricción, lo cual resultará en cambios estructurales crónicos, tanto a nivel glomerular como tubular [4, 15, 17].
El aumento de la osmolaridad sanguínea se debe a dos causas: pérdida mayor de agua que de sodio e ingesta de bebidas altas en azúcares (lo cual es bastante común entre los trabajadores de las plantaciones) [3, 5, 9, 17]. El estado hiperosmolar va a activar la vía del poliol renal; la aldosa reductasa a nivel de corteza renal va a convertir la glucosa circulante en sorbitol, para que mediante el sorbitol deshidrogenasa se transforme en fructosa [8, 9]. Mediante la acción de la fructoquinasa, la fructosa desencadenará tres eventos: liberación de vasopresina, la síntesis de ácido úrico y la producción radicales libres de oxígeno (RLO) [5]. La vasopresina, como se describió previamente, generará lesión renal debido a isquemia por vasoconstricción [18]. La producción excesiva de ácido úrico conducirá a la producción de cristales en un ambiente de orina ácido [2, 9], causando así alteraciones estructurales que caracterizan a la NeM, como la fibrosis tubulointersticial [4]. Además, el ácido úrico se ha documentado que puede disminuir la producción de óxido nítrico, generado así disfunción endotelial y afectar su proliferación; también, genera la síntesis de citoquinas inflamatorias, las cuales contribuyen al daño renal [19]. Los RLO desencadenan una secuencia de eventos a nivel celular renal, el cual se basa en inflamación celular, seguido de apoptosis, y posteriormente, la necrosis de células néfricas [4, 16, 19].
Arduo esfuerzo físico
El arduo esfuerzo físico, junto con la hipokalemia inducida por la activación del SRAA, provoca lo que se conoce como rabdomiolisis subclínica [2, 3] (elevación <5 veces sobre límite superior normal de creatin-fosfokinasa (CPK)) [17]. La intensa carga de trabajo sobre el músculo generará isquemia sobre el mismo, causando así un estado hipóxico responsable de la liberación de RLO, enzimas degradantes y una disminución en el adenosín trifosfato (ATP) disponible. De esta manera, la contracción persistente y la tormenta inflamatoria que experimentan los miocitos causa la muerte celular, provocando la liberación de sustancias potencialmente nefrotóxicos, como lo es el ácido úrico [17, 20] o la mioglobina [21]. La mioglobina circulante sobrepasará la capacidad de adherencia a las proteínas transportadoras, por lo que, al intentar ser filtrada a nivel de glomérulo, esta generará el daño a la unidad debido a procesos de vasoconstricción, liberación de RLO al ser incapaz la reabsorción, y obstrucción por formación de cilindros al exponerse al ambiente ácido de la orina [21]. El mecanismo de lesión por ácido úrico fue expuesto anteriormente. La ruptura de las fibras musculares también genera la liberación de citoquinas, las cuales desencadenan reacciones inflamatorias sistémicas, las cuales, a la larga, afectan a nivel renal [17] provocando inflamación intersticial, atrofia de túbulos y fibrosis [4].
El uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) no es despreciable en estos pacientes. Debido a las desgastantes jornadas laborales, es habitual el consumo de AINEs en forma de automedicación para el manejo del dolor. La ingesta de este grupo de medicamentos, los cuales son conocidos como nefrotóxicos [7], generan una disminución en el flujo sanguíneo renal debido a la inhibición de la síntesis de prostaglandinas. El resultado de esto es una inadecuada vasodilatación de la arteriola aferente glomerular, la cual a la larga generará una isquemia glomerular, dando como resultado afectación estructurales a la nefrona [4, 9, 17, 22-24].
PRESENTACIÓN CLÍNICA
Debido a las características y factores desencadenantes de la NeM, su aparición es más insidiosa que súbita, ya que está relacionada a constantes exposiciones a condiciones extremas (trabajos forzosos o estrés térmico), como ha sido descrito previamente.
El paciente típico de la NeM se caracteriza por ser un adulto joven, predominantemente masculino, que trabaja en plantaciones, sin comorbilidades predisponentes a ERC como obesidad, hipertensión arterial o diabetes mellitus [2, 3, 8]. No existen signos o síntomas patognomónicos de esta enfermedad; por lo tanto, la sintomatología inicial es muy inespecífica, abarcando cuadros de fatiga y dolor muscular, dolor articular, cefalea, náuseas; entre otros [2]. Entre las manifestaciones urinarias pueden aparecer la disuria, la nocturia y la urgencia urinaria [20]. En etapas más avanzadas de la enfermedad, que es cuando generalmente los pacientes acuden a consultar, pueden cursar con patologías asociadas como anemia, edemas e hipertensión arterial [20], aunque estos dos últimos fenómenos no siempre están presentes [2]; al igual que con la necesidad de requerir diálisis [3, 8]. Se ha documentado que una vez que comienzan a evidenciar estas manifestaciones, la funcionalidad renal del paciente se encuentra aproximadamente disminuida en un 50% [20].
Debido a la clínica inespecífica, existen hallazgos de laboratorio característicos que pueden ayudar a orientar el diagnóstico de la NeM. Los principales indicadores urinarios son leve o nula proteinuria, elevación de la relación albúmina/creatinina (RAC) y leucocituria; la formación de cristales de urato es común [3, 4, 25]. La hematuria no es un hallazgo frecuente en estos pacientes [2]. Los indicadores sanguíneos son las alteraciones electrolíticas (hipokalemia, hiponatremia, hipomagnesemia), niveles elevados de ácido úrico, y principalmente el aumento de la concentración de creatinina sérica (Cr-S) [2, 4, 8, 12, 23, 25]. La disminución de la tasa de filtración glomerular (TFG) es otro de los hallazgos clínicos que orientan al diagnóstico de este cuadro [2, 8, 15, 20, 23]. Existe evidencia que respalda la hipótesis que los aumentos en la concentración de Cr-S sostenida durante un periodo corto de tiempo afectarán de manera negativa a la TFG a la larga [26]. Estudios realizados en Costa Rica y Nicaragua han logrado determinar un descenso progresivo en las TFG de trabajadores de las plantaciones, tomando mediciones antes y después de las temporadas de cosechas, comparando trabajadores que se exponen a estrés térmico contra aquellos que no [13, 15].
DIAGNÓSTICO
Hay múltiples aristas a la hora de determinar el diagnóstico de la NeM. No solo hay que considerar lo más específico y dirigido, sino también colocar sobre la balanza el equivalente monetario, invasividad y tiempo que tardaría en darse un diagnóstico definitivo.
El gold standard para el diagnóstico de la NeM es mediante una biopsia [27]. El hallazgo de nefritis tubulointersticial, con preservación estructural del glomérulo, encogimiento de los capilares a nivel glomerular (probablemente atribuibles a isquemia) y ausencia de depósitos de inmunocomplejos, es característico de estadios tempranos de la enfermedad. En caso de que se lograra visualizar atrofia tubular, cambios estructurales del glomérulo, como la presencia de engrosamiento de la Cápsula de Bowman o alteraciones de la lámina basal, y daño intersticial, se podría inferir que se trata de una enfermedad avanzada [1, 5, 25, 27].
Sin embargo, este estudio no siempre es posible de realizar. No todos los centros de salud de la región están provistos de un centro para la toma de biopsias renales; además, representa un muy alto costo y es un procedimiento invasivo [4, 12]. Se debe tomar un enfoque integral de la realidad socioeconómica de estos pacientes, considerando el tipo de actividades laborales a las que se dedican y su respectiva remuneración, en donde las grandes cantidades de dinero para realizarse un procedimiento no son una realidad; o el esfuerzo requerido para realizar su trabajo y su interferencia en el periodo de reposo posterior a la toma de la biopsia.
Otro estudio disponible para hacer una orientación diagnóstica sería la ecografía renal. Al igual que en las biopsias, los hallazgos varían dependiendo del estadío de la enfermedad renal. En etapas iniciales, es posible encontrar riñones de tamaño normal con ecogenicidad aumentada a nivel de parénquima, sin obstrucción o hidronefrosis [12, 20]. En etapas más avanzadas de la NeM, los cambios sonográficos que se pueden observar son el aumento de la ecogenicidad, relación corteza-médula disminuida, bordes irregulares y tamaño renal disminuido [4]. No obstante, hay que tener en consideración que entre más avanzada esté la NeM, es probable que los hallazgos mediante ultrasonido dejen de servir para guiar el diagnóstico, ya que no son hallazgos específicos o patognomónicos, y otras nefropatías crónicas pueden compartir características sonográficas [3].
El diagnóstico de la nefropatía mesoamericana se puede realizar de igual manera de forma clínica. Autores de la India han propuesto una clasificación a la probabilidad de que un paciente sea portador de NeM, para así catalogarlos en «Sospechoso», «Probable» y «Confirmado» [12, 28].
Se entiende por «Sospechoso» a aquellos pacientes que cuenten con TFG menores a 60ml/min/1.73m2 y/o albuminuria mayor a 30mg/g y/o proteinuria mayor a 150mg/g; todo esto en la ausencia de dos factores importantes: comorbilidades que puedan generar ERC y proteinuria en rangos nefróticos. Los casos «Probables» serían los que cumplan con los criterios de «Sospechoso», más la adición de hipokalemia y/o hiperuricemia; el paciente no debe poseer aflicciones renales previas (autoinmunes, congénitas, obstructivas o degenerativas). Se describe como «Confirmado» a aquellos casos en los que se cumplan la totalidad de criterios mencionados previamente, junto con un reporte de biopsia con hallazgos característicos de la NeM; puede o no haber un reporte de ultrasonido describiendo riñones disminuidos de tamaño. En el escenario (que como se mencionó en este apartado, es probable) de que no se pueda realizar biopsia renal, el diagnóstico puede confirmarse con los criterios de «Probable» si se mantienen los hallazgos en una valoración del paciente a las 12 semanas [12, 28, 29].
ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO
La prevención es esencial en el abordaje de la NeM. Las mejores estrategias de prevención giran en torno a evitar o disminuir la exposición a aquellos factores de riesgo que se discutieron al inicio de este trabajo, buscando así que no se llegue a desarrollar la enfermedad, o en dado caso, retrasar su progresión [6].
Actualmente las tres medidas preventivas principales son la hidratación, el descanso y la sombra [1, 12]. Un estudio en un ingenio en la zona noroeste de Nicaragua logró documentar cómo se han implementado estas estrategias: a) proporcionar un periodo de aclimatación de los nuevos empleados; b) utilizar tiendas que generen sombra para que los cosechadores puedan gozar de sombra y ventilación durante los descansos; c) proporcionar hidratación constante cada hora; d) equipo de protección personal que los cubra del sol [30]. Existen otras estrategias preventivas, como disminución de la exposición a sustancias nefrotóxicas como pesticidas y metales pesados utilizando la protección requerida, disminuir el consumo de bebidas alcohólicas clandestinas, y el consumo de fármacos nefrotóxicos en exceso [1, 4, 23].
Cuando nos adentramos en el tratamiento de la NeM, el panorama se vuelve menos claro. A diferencia de otros padecimientos crónicos, e incluso otras nefropatías, la NeM no cuenta propiamente con guías de manejo definidas que establezcan explícitamente qué abordaje o manejo se debe de dar a todos los pacientes [3, 12, 20, 23].
Se ha logrado observar que ciertos medicamentos, como el alopurinol para la hiperuricemia, la espironolactona para la hipokalemia, o incluso el hierro suplementario como tratamiento de anemia por enfermedad renal, han sido utilizados en el pasado [3, 12, 20]. Sin embargo, durante el año 2019 en Costa Rica, el Consorcio de la Epidemia de la Nefropatía en Centroamérica y México (CENCAM) publicó el «Tercer taller internacional de la enfermedad renal crónica de etiología desconocida/no tradicional en Mesoamérica y otras regiones». Dicha publicación no promueve el uso de los principios activos mencionados anteriormente, ya que no existe evidencia contundente sobre un beneficio real a estos pacientes; pueda que en pacientes con otras patologías asociadas en conjunto a la NeM sea beneficioso [31]. Lo mismo aplica para los medicamentos antihipertensivos o antidiabéticos, quienes no proveen beneficio real al paciente a menos de que sea portador de su enfermedad objetivo [23].
Aquellos pacientes en quien desafortunadamente la NeM progresa hasta enfermedad renal en etapas finales (ESKD), las opciones de tratamiento se reducen a terapias de reemplazo renal (RRT): diálisis o trasplante renal [4, 8, 20, 23]. En este punto, se deben de tomar en consideración diferentes factores: ¿Cuál beneficiará más al paciente? ¿Cuál va a ser accesible para el paciente?
El trasplante renal logra prolongar la vida del receptor, y los pacientes con NeM son muy buenos candidatos a esta opción debido a la carencia de otras comorbilidades asociadas y la edad que poseen [4]. No obstante, la accesibilidad a dicho procedimiento no es una realidad en muchos casos. Los primeros obstáculos con los que nos encontraremos serán encontrar riñones en buen estado de un donante compatible con el receptor. Sumado a esto, muchos pacientes esperan años en lista de espera de donación. Tampoco se puede obviar el gran costo económico que representa la realización de estos procedimientos, tanto a pacientes que carecen de seguro médico y deben costearlo por sus medios, como para los sistemas de salud y seguridad social que asumen los costos [4, 8, 23, 32].
La otra opción de RRT para pacientes con NeM es la diálisis. Actualmente se encuentran disponibles dos tipos de diálisis: hemodiálisis (HD) y diálisis peritoneal (DP). Ambas son buenas opciones de RRT, mas no todos recibirán la misma, ya que esto depende de la accesibilidad a la misma. La hemodiálisis es más viable para pacientes que residan cerca de centros con unidades destinadas para este procedimiento, ya que el paciente debe de trasladarse entre dos o tres veces cada semana a estos sitios para someterse al procedimiento. La diálisis peritoneal ha sido una alternativa para las poblaciones alejadas de centros con unidades de hemodiálisis, lo que es una realidad para la mayoría de los pacientes con NeM. Una de las ventajas de esta terapia es que puede realizarse desde el hogar, por lo que la limitante del traslado deja de ser un inconveniente para estos pacientes. Además, el riesgo de infecciones es menor en aquellos que reciben DP. Debido a su accesibilidad, costos y balance riesgo/beneficio, se ha planteado utilizar la DP como primera línea de tratamiento sobre la HD en pacientes con NeM [4, 8, 23, 32, 33].
CONCLUSIONES
Esta revisión bibliográfica ha expuesto a la nefropatía endémica mesoamericana como una enfermedad con una incidencia considerable en la región, afectando principalmente a obreros agrícolas dedicados en su gran mayoría a la cosecha de caña de azúcar sobre las costas del Océano Pacífico. Presenta factores de riesgo y mecanismos fisiopatológicos bien definidos. Es un padecimiento que no debe subestimarse, ya que es una de las principales causas de mortalidad por enfermedad renal en población adulta joven.
Durante el análisis de la información recopilada, se determinó que uno de los mayores problemas en el manejo de esta patología es la baja accesibilidad tanto a métodos diagnósticos como a terapias definitivas. Debido a esto, se busca orientar el diagnóstico a un enfoque clínico, y el tratamiento de sostén de la enfermedad a otras alternativas que se amoldan más a la realidad y necesidades de la población afectada. La prevención de la NeM es indispensable, y velar por el cumplimiento de las medidas adecuadas debe ser un compromiso tanto de los patronos, jornaleros y del personal de salud, además del monitoreo riguroso en aquellos que poseen riesgo de desarrollar la enfermedad.
Actualmente, no existe un consenso sobre tratamientos farmacológicos debido a la escasa evidencia de beneficios. No obstante, se continúan realizando las investigaciones necesarias sobre el impacto de estos y la eficacia de terapias sobre los mecanismos fisiopatológicos de la enfermedad.
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Declaración de buenas prácticas: Los autores de este manuscrito declaran que: Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses. La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS). El manuscrito es original y no contiene plagio. El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista. Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados. Han preservado las identidades de los pacientes.