osteomielitis crónica más osteonecrosis y como germen aislado Streptococcus pneumoniae; por lo que especialistas del servicio de traumatología decidieron realizar osteotomía de 1/3 proximal de fémur izquierdo más colocación de espaciador de cemento óseo impregnado con antibiótico (gentamicina).
Transcurridos cinco meses de su colocación y tras reevaluación por infectología, se realizó nuevamente última intervención quirúrgica, donde se procedió al retiro del espaciador de fémur y se colocó prótesis hibrida de cadera izquierda, mejorando la calidad de vida del paciente, dando solución definitiva al caso.
Discusión
La osteomielitis, se define como el proceso infeccioso e inflamatorio del hueso y todo lo que lo compone, mayormente causado por bacterias, ocasionando un sin fin de complicaciones para el paciente tanto desde el punto de vista clínico como personal. (1,2,3)
La osteomielitis crónica, es aquel proceso infeccioso que ocurre posterior a 6 semanas desde la producción de una fractura abierta, procesos infecciosos a distancia, o intervenciones quirúrgicas, de donde migrara el germen y se sembrara en regiones óseas, preferiblemente en huesos largos donde la irrigación sea enlentecida por condiciones anatómicas.(3)
La principal vía de diseminación del germen patógeno en niños, es por vía hematógena, mientras que en adultos es por inoculación directa del germen.(3,5) En relación al caso clínico, se plantea que el medio de diseminación del germen hacia el foco de fractura fue por vía hematógena, difiriendo de la vía más común , puesto que la infección respiratoria existente en el paciente, fue punto clave para el origen de la osteomielitis crónica, ya que el germen aislado correspondía al más común para ese tipo de entidad clínica.
Las manifestaciones clínicas de esta patología depende del estadio en el cual se encuentre, puesto que la osteomielitis aguda se manifiesta como una infección de partes blandas, caracterizada por aumento de volumen en el área, signos de flogosis y dolor, ya cuando la osteomielitis avanza y se convierte en crónica, además de las manifestaciones antes mencionadas se asocia las fistulas osteocutáneas concomitante secreción purulenta. (1,2,3,5,7,9) En comparación al caso clínico, se puede destacar, que al principio del cuadro, la sospecha de infección de partes blandas correspondía al estadio agudo de la enfermedad, que paso desapercibida ante la evaluación médica y ya hacia lo último, la descarga de material purulento mediante fistulas osteocutáneas observadas en el muslo izquierdo del paciente, era manifestación de osteomielitis crónica.
Para la realización del diagnóstico de esta entidad clínica mediante paraclínicos, se solicitan laboratorio, siendo este hematología completa con reactantes de fase aguda (VSG, PCR), donde al reportar leucocitosis concomitante VSG >10mm y PCR> 6 sugieren la presencia de proceso infeccioso, el cual debe ser localizado. De igual forma se solicitan estudios de imagen, como rayos x, la cual termina siendo poco especifica, siendo sus cambios radiológicos más evidentes al ocurrir la destrucción ósea del 40 a 50% y los signos radiológicos de esta patología son secuestros, involucro, y trayecto sinusal. (2,4,5,8,9,10)
Otro estudio solicitado es la TAC, la cual detecta pequeñas áreas de destrucción cortical e intramedular, proliferación perióstica temprana, presencia de gas, colección de fluidos, extensión a tejidos blandos y pequeños cuerpos extraños responsables de la recurrencia.(2,3,5,8,10)
El gammagrama óseo desempeña un rol importante en el diagnóstico de esta patología, aportando mayor especificidad cuando se utilizan diferentes tipos de isotopos; cuando la gammagrafía es positiva, se observa actividad osteoblástica e incremento de vascularidad, teniendo un especificidad de 90% y sensibilidad de 80%.(2,3,5,7,8)
La toma de muestra y estudio de la misma, constituye el principal método para el diagnostico de osteomielitis, presentando un 95% de sensibilidad y 99% de especificidad. La presencia de abundantes neutrófilos es sugestivo y un cultivo óseo positivo confirman el diagnostico y orientan la terapia antimicrobiana; la muestra puede ser obtenida por aspiración, biopsia percutánea o preferiblemente durante la limpieza quirúrgica, para mejorar el rendimiento diagnóstico. (5,8,10)
En relación al caso clínico, se puede evidenciar varios de los estudios para la determinación de la osteomielitis, como por ejemplo, rayos x, laboratorios, toma de muestra en la limpieza quirúrgica y gammagrama óseo, los cuales fueron de gran ayuda para la resolución y tratamiento en el paciente. (3,5,7,9)
El tratamiento de osteomielitis aguda contempla la administración de antibióticos por vía endovenosa para erradicar el germen patógeno de dicha patología y así evitar la complicaciones de la misma, en casos de avance de la entidad clínica, se pasaría a tratamientos quirúrgicos que consisten en la extirpación de todo tejido necrótico infectado, desbridamiento agresivo, antibioticoterapia adecuada y tratamiento correcto entre fragmentos óseos sanos, pudiéndose erradicar la infección en casi todos los pacientes; el tratamiento puede incluir el empleo de metilmetacrilato (cemento óseo) impregnados con antibióticos, colgajos de tejidos blandos locales o vascularizados, injertos óseos autógenos, osteogénesis de distracción o el empleo de injertos óseos vascularizados.
Las fases utilizadas para la reconstrucción son también importantes, los injertos óseos y el material de osteosíntesis utilizados, no son eficaces si se colocan en un lecho de tejidos blandos inflamatorios insuficientemente preparados. Con respecto al caso clínico, se observa que los médicos encargados, realizan múltiples limpiezas más colocación de material de osteosíntesis, puesto que el