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El parto prematuro: influencia en la madre y su afrontamiento

del entorno, y especialmente la presencia del padre o pareja mejora el pronóstico. 4

Algunos autores hacen equiparable esta situación a un trastorno por estrés postraumático, perdurando sus efectos y síntomas en el tiempo en forma de impresiones e imágenes persistentes en la memoria, intentos de ignorar o evitar ciertas experiencias concretas o alerta emocional. 4

Aunque, en general, la evolución suele ser hacia una progresiva adaptación, disminuyendo el estrés relacionado directamente con el estado del hijo y aumentando el relacionado con las tareas cotidianas de la crianza. 4

Para intensificar la desorganización emocional aparecen los sentimientos de culpabilidad con un rebrote de la ambivalencia ligada al embarazo. Esto adquiere más trascendencia cuando los padres han pasado por tratamientos largos y difíciles de reproducción asistida o cuando el embarazo no había sido planificado. A veces es la hiperactividad la que aparece en primer plano, a modo de defensa maniaca que enmascara el sufrimiento depresivo. 4

Las reacciones de las familias, como las de los bebés, son variadas: unos padres no se apartan del hospital, incluso, cuando se lo permiten, de la incubadora donde está su bebé. Unos preguntan mucho, expresan sus ansiedades en relación al presente y al futuro del niño; otros permanecen en silencio, resignados a lo peor, paralizados sin poder hacer nada con su hijo, cargados de fantasías destructoras y culpabilizantes, ante las que solo tienen como salida defensiva “no pensar en nada”. Los más frágiles expresan sensaciones e impresiones poco elaboradas y difícilmente verbalizables. 4

El diálogo entre el equipo cuidador y los padres suele estar centrado en la información de los datos médicos, tratando de excluir cualquier contagio de la angustia de éstos. A veces puede ser rechazado o estar salpicado de acusaciones o quejas, en un movimiento defensivo de carácter proyectivo de los padres, difícil de tolerar por los profesionales sanitarios. 4

A pesar de que, en los últimos años, es cada vez mayor la implicación en los cuidados y atención al hijo prematuro durante su estancia hospitalaria, y que reciben más apoyo emocional por los profesionales, médicos y de Enfermería, los padres y madres siguen teniendo que hacer frente a una experiencia emocional problemática especialmente por el hecho de que sobreviven prematuros cada vez más pequeños e inmaduros, con riesgos y complicaciones más graves. 4

Según este otro artículo 5, un estudio con ciento cinco madres de niños prematuros asignadas al azar, a las que se le realizó una intervención de 6 o 9 sesiones basadas en los principios de la terapia cognitivo-conductual, las participantes fueron evaluadas al inicio del estudio, de 4 a 5 semanas después del nacimiento, y 6 meses después del nacimiento del bebé. Los síntomas de trastorno de estrés postraumático son un fenómeno bien reconocido en las madres de niños prematuros, con implicaciones para los resultados de salud.

El ensayo controlado de 6 meses a partir de una intervención basada en las habilidades desarrolladas para reducir los síntomas del trastorno de estrés postraumático, ansiedad y depresión. 5

Las madres mostraron un mayor beneficio a los 6 meses de seguimiento, lo que sugiere que continúan haciendo uso de las técnicas adquiridas durante la fase de intervención. 5

Otros estudios, muestran interés en las técnicas de relajación para el trabajo de parto, tratando de reducir riesgos en el parto prematuro. Según este articulo 6 el estrés psicológico de la mujer durante el embarazo puede ser una variable predictiva del trabajo de parto prematuro y del parto prematuro.

Se investigó la efectividad de las terapias de relajación y de cuerpo-mente como meditación, masajes, yoga, reflexología, ejercicios respiratorios, visualización, musicoterapia y aromaterapia, etc. para la prevención o el tratamiento del trabajo de parto prematuro o la prevención del parto prematuro. 6

En esta revisión se incluyeron once ensayos controlados aleatorios con un total 833 mujeres. Para las mujeres que no presentan trabajo de parto prematuro, la terapia de relajación (sola o combinada con el tratamiento estándar) redujo el estrés materno en comparación con la atención prenatal habitual y aumentó el peso al nacer con menos partos por cesárea en un único estudio. Para las mujeres en trabajo de parto prematuro, no hubo pruebas de efectos beneficiosos o perjudiciales. 6

En resumen y de acuerdo con los resultados de esta revisión, hay algunas pruebas de la relajación durante el embarazo que reducen el estrés y la ansiedad. Sin embargo, no hubo ningún efecto determinante sobre el TPP/PP. 6

En general, la evolución del recién nacido depende, en mayor o menor grado, de la calidad de los cuidados que puedan prestar los propios padres. El equipo asistencial sabe que los padres se enfrentan a una situación de separación del niño, con lo que aquellos periodos sensibles, en los cuales se inician y fortalecen los vínculos, quedan interrumpidos bruscamente, aunque estos periodos sensibles están retardados en el niño prematuro. Los padres, a la vez, pueden presentar sentimientos de impacto emocional, frustración, culpabilidad, miedo a corto y largo plazo o depresión; sobre todo cuando hay evidencia de las secuelas que conllevarán problemas crónicos y requerirán de tratamiento e intervención a largo plazo.

Estudios realizados hace ya más de 20 años pusieron de manifiesto las ventajas de que los padres pudieran entrar en las unidades neonatales.