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Personas con discapacidad: ¿Qué necesita conocer el odontólogo acerca de sus tratamientos farmacológicos?

Personas con discapacidad: ¿Qué necesita conocer el odontólogo acerca de sus tratamientos farmacológicos?

Autora principal: Ana Eloísa Rea

Vol. XVII; nº 21; 858

People with disabilities: What do dentists need to know about their pharmacological treatments?

Fecha de recepción: 04/08/2022

Fecha de aceptación: 31/10/2022

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVII. Número 21 Primera quincena de Noviembre de 2022 – Página inicial: Vol. XVII; nº 21; 858 

Autores:

-Rea Ana Eloísa

https://orcid.org/0000-0002-8667-959X

-Ramírez Lelia Inés

https://orcid.org/0000-0002-5803-0398

-Karaben Viviana Elizabeth

https://orcid.org/0000-0001-5897-7613

-Pomarada María Eugenia

https://orcid.org/0000-0002-2335-7454

-Alí Sofía de los Milagros

https://orcid.org/0000-0001-7869-299X

Centro de Trabajo:

Facultad de Odontología de la Universidad Nacional del Nordeste. Corrientes, Argentina.

Resumen

Las personas con discapacidad tienen una alta morbilidad, a menudo requieren atención con múltiples medicamentos. El tipo de medicación recibida es muy variada pero comúnmente este grupo de personas reciben neurolépticos, antidepresivos, ansiolíticos, antiepilépticos, estabilizadores del estado de ánimo y psicoestimulantes. A medida que aumenta la polifarmacia incrementan los riesgos de reacciones adversas a los medicamentos y la obtención de resultados deficientes. En relación a la medicación con psicofármacos existe un determinante para conseguir la eficacia terapéutica: la adherencia al tratamiento, una de las consecuencias del incumplimiento es la aparición de efectos indeseables provocados por el propio fármaco. Esta problemática se complica cuando el paciente tiene que tomar dos o más medicamentos simultáneamente, porque a los problemas que aporta cada uno se suman los que ocasionan las llamadas interacciones entre fármacos. Tampoco debemos olvidar que estas personas, como cualquier otra, pueden estar sometidas a cualquier dolencia odontológica a lo largo de su vida que exija una nueva medicación que no sea un psicofármaco, por lo tanto, es primordial para el profesional odontólogo estar actualizado en la medicación que pueden recibir los pacientes con discapacidad, sus posibles interacciones farmacológicas y las reacciones adversas a nivel general y bucal.

Palabras clave: tratamiento farmacológico, discapacidad intelectual, interacciones farmacológicas, reacciones adversas a los medicamentos.

Abstract

People with disabilities have high morbidity, often requiring care with multiple medications. The type of medication received is very varied, but commonly this group of people receives neuroleptics, antidepressants, anxiolytics, antiepileptics, mood stabilizers, and psychostimulants. As polypharmacy increases, the risks of adverse drug reactions and poor outcomes increase. In relation to medication with psychotropic drugs, there is a determinant to achieve therapeutic efficacy: adherence to treatment, one of the consequences of non-compliance is the appearance of side effects caused by the drug itself. This problem is complicated when the patient has to take two or more medications simultaneously because the problems caused by each one are added to those caused by the so-called interactions between drugs. Nor should we forget that these people, like any other, may be subject to any dental ailment throughout their lives that requires a new medication that is not a psychotropic drug, therefore, it is essential for the dental professional to be updated on the medication that patients with disabilities may receive, their possible pharmacological interactions and adverse reactions at a general and oral level.

Keywords: drug therapy, intellectual disability, drug interactions, adverse drug reactions.

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS). El manuscrito es original y no contiene plagio
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.

Introducción

Las personas con discapacidad incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás1.

Según estadísticas de la OMS en el mundo existen alrededor de un 15% de personas con discapacidad, lo que equivale a más de mil millones de personas2. Las causas pueden ser congénitas o adquiridas (enfermedades, accidentes, violencia, conflictos armados, pobreza, malnutrición).

Las personas con discapacidad tienen una alta morbilidad, a menudo requieren atención con múltiples medicamentos3,4. En el caso de personas con discapacidad intelectual, el uso de medicamentos aumenta en relación con la edad, aproximadamente recibe medicación el 88% de las personas entre 18 y 39 años, y el 94% de las personas mayores de 60 años5. El tipo de medicación recibida es muy variada pero comúnmente este grupo de personas reciben neurolépticos, antidepresivos, ansiolíticos, antiepilépticos, estabilizadores del estado de ánimo y psicoestimulantes6,7. A medida que aumenta la polifarmacia incrementan los riesgos de reacciones adversas a los medicamentos y la obtención de resultados deficientes.

Se han identificado varios factores asociados con tasas más altas de polifarmacia en adultos con discapacidad, como vivir en entornos institucionales, tener enfermedad mental, condiciones neurológicas y relacionado con el sexo, las mujeres se ven más afectadas7.

Las razones para medicar a un paciente con discapacidad son diversas, en algunos casos, la misma anomalía cerebral que ocasiona la deficiencia mental provoca modificaciones en el tejido cerebral que originan un trastorno neurológico. En otros casos, el trastorno psiquiátrico es consecuencia de la deficiencia, por ejemplo, una depresión originada por un suceso que la persona es incapaz de afrontar psicológicamente8. Pero en otros muchos casos, la medicación es aplicada en un intento de solucionar ciertos trastornos que alteran en mayor o menor grado la vida de una persona, o la de quienes conviven con ella o la atienden, por ejemplo, en las conductas por las que una persona se lesiona a sí misma, o agrede a otras, o rechaza cualquier intento de convivencia y participación, o es intensamente hiperactiva4.

La problemática que plantea la medicación con psicofármacos obliga a analizar con especial atención uno de los fenómenos que van a ser más determinantes para conseguir la eficacia terapéutica: la adherencia al tratamiento, como lo define la OMS, el grado en el que la conducta de un paciente, en relación con la toma de medicación, el seguimiento de una dieta o la modificación de hábitos de vida, se corresponde con las recomendaciones acordadas con el profesional sanitario9.

Una de las consecuencias del incumplimiento es la aparición de reacciones adversas, de efectos indeseables provocadas por el propio medicamento.

Esta problemática se complica cuando el paciente tiene que tomar dos o más medicamentos simultáneamente, porque a los problemas que aporta cada uno se suman los que ocasionan las llamadas interacciones entre fármacos, es decir, la posibilidad de que un fármaco interfiera por exceso o por defecto la actividad del otro10,11.

Tampoco debemos olvidar que estas personas, como cualquier otra, pueden estar sometidas a cualquier otra enfermedad intercurrente a lo largo de su vida que exija una nueva medicación que no sea un psicofármaco4.

El objetivo de este artículo es revisar las reacciones adversas de los fármacos que reciben las personas discapacitadas y resumir las interacciones farmacológicas de importancia clínica para el profesional odontólogo.

Variaciones en la respuesta a los fármacos

El riesgo de daño y la complejidad de la polifarmacia se ven agravados a mayor edad y ante la presencia de disfunción orgánica, factores que modifican las respuestas a los fármacos7.

En adultos con discapacidad intelectual, se ha relacionado a la disfunción cerebral orgánica con el resultado de una respuesta impredecible a los medicamentos psicotrópicos12.

La naturaleza del daño cerebral o los cambios en la estructura cerebral puede resultar en una alteración de la sensibilidad o respuesta a los medicamentos y esto genera desafíos para determinar las dosis adecuadas12.

La farmacocinética, es decir, la forma en que un fármaco es procesado por el cuerpo, puede ser diferente en adultos con discapacidad. Esto puede deberse a cambios en volúmenes de distribución, alteraciones en electrolitos y diferencias en la capacidad renal y hepática13.

Dificultades para deglutir y mala salud oral puede llevar a que las personas con discapacidad no puedan tragar comprimidos14.

Clases de fármacos específicos

Neurolépticos

Se utilizan antipsicóticos para controlar condiciones de salud mental y, de manera controvertida, comportamientos desafiantes en ausencia de un diagnóstico de enfermedad mental15. Se han recetado este tipo de fármacos para el control de la agresión y las autolesiones16. Con menos información disponible sobre la seguridad y eficacia de estos medicamentos en personas con discapacidad, particularmente los efectos del uso prolongado y la prescripción en los adultos mayores, el uso de estos medicamentos a menudo es basado en la extrapolación de conocimientos sobre la población general7.

Los efectos adversos generales relacionados a los agentes antipsicóticos incluyen discinesia tardía, acatisia, pseudoparkinsonismo en el caso de la primera generación como clorpromazina y haloperidol17. Mayor riesgo de efectos secundarios metabólicos y aumento de peso en el caso de antipsicóticos atípicos18.

La aparición de discrasias sanguíneas está relacionada con algunos medicamentos, los estudios indican que la clozapina puede inducir agranulocitosis, un trastorno de la sangre en el que hay una marcada reducción de los leucocitos granulocíticos (neutrófilos, basófilos y eosinófilos), lo que puede provocar infecciones y la muerte del individuo19.

Los efectos adversos estomatológicos incluyen xerostomía y sus complicaciones como caries, periodontitis, candidiasis, disartria; disfagia; desordenes temporomandibulares y bruxismo20.

Antiepilépticos

La prevalencia de epilepsia en personas con discapacidad intelectual es alta, alrededor del 44%, en comparación con el 1% en la población general7. Existe poca evidencia asociada a la seguridad y eficacia del uso de fármacos antiepilépticos en la población con discapacidad intelectual. La incidencia de efectos adversos puede llegar al 58% en la población general que recibe tratamiento con estos fármacos7.

Los efectos adversos generales relacionados a los agentes antiepilépticos incluyen nistagmo, vértigo, náusea, vómito, estreñimiento, hirsutismo17.

Los efectos adversos estomatológicos incluyen a la hiperplasia gingival21.

Medicamentos anticolinérgicos

Los medicamentos con efectos anticolinérgicos se han asociado con efectos a nivel central y periférico, como sedación, confusión, estreñimiento, y a nivel bucal producen xerostomía17. El riesgo de reacciones adversas es mayor con el aumento de la exposición anticolinérgica y a mayor edad de los pacientes7.  Las personas con discapacidad pueden experimentar la «prescripción en cascada” en relación con los medicamentos anticolinérgicos, por ejemplo, la prescripción de medicamentos anticolinérgicos para tratar los trastornos de movimiento que se observan en sindromes extrapiramidales asociados a los antipsicóticos, una práctica que ya no se recomienda en adultos mayores.

Antidepresivos

Los antidepresivos se usan para varias enfermedades psiquiátricas importantes, incluida la depresión mayor17. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (IRSS) son el tratamiento de elección, dado que producen menos efectos secundarios en comparación con los antidepresivos más antiguos. Un número creciente de síntomas psiquiátricos y enfermedades se han relacionado con la serotonina y, por lo tanto, pueden responder a los agentes serotoninérgicos. Por ejemplo, los antidepresivos serotoninérgicos como fluoxetina, sertralina y clomipramina fueron encontrado útil en el tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo. Además, el sistema serotoninérgico puede estar implicado en la patogenia de los trastornos del comportamiento como la estereotipia, las autolesiones y la agresión7.

Los antidepresivos deben utilizarse con precaución en la población con discapacidad, especialmente entre aquellos que sufren de enfermedad bipolar y se hallan en la fase depresiva. Estos medicamentos pueden desencadenar un cambio maníaco o hipomaníaco, especialmente en ciclos rápidos o estados mixtos, a los que las personas con discapacidades del desarrollo son más propensas7.

Los efectos adversos más frecuentes son la sedación, mareo, hipotensión, náuseas y vómitos17. También puede provocar aumento de peso, visión borrosa, efectos dermatológicos y priapismo. Se han descripto algunos casos de arritmias, por lo que debe administrarse con precaución en pacientes con patología cardíaca de base7. Los efectos adversos estomatológicos incluyen xerostomía y se ha descripto hipoestesia de la lengua22.

Ansiolíticos

Las benzodiacepinas podrían utilizarse como posible alternativa de tratamiento de los trastornos de ansiedad. Estos fármacos tienen un mayor riesgo de abuso, tolerancia y dependencia. Por lo tanto, el consenso clínico aconseja que las benzodiacepinas solas sólo deben utilizarse para un máximo de tres semanas. Los ansiolíticos, particularmente la buspirona, además del tratamiento de los trastornos de ansiedad, pueden utilizarse para tratar episodios de agitación y conductas desafiantes7.

Estabilizadores del estado de ánimo

El litio puede ser útil en el tratamiento de la manía aguda, trastorno ciclotímico y la profilaxis de la enfermedad bipolar tipo I. El litio es útil en el tratamiento de agresión en personas con discapacidades del desarrollo7. Esta población es más propensa a desarrollar efectos secundarios tóxicos al litio y por lo tanto requiere una estrecha vigilancia.

El ácido valproico es utilizado en pacientes con discapacidades del desarrollo y agresión comórbida, autolesiones comportamiento y labilidad del estado de ánimo16.

Las reacciones adversas son a corto y largo plazo, pudiendo ocasionar aumento de la diuresis, mareos, ataxia, convulsiones, rigidez, alteraciones hematológicas, hipotiroidismo subclínico23.

A nivel estomatológico el paciente puede presentar fasciculaciones en la zona peribucal y disartria23.

Interacciones farmacológicas

Las interacciones farmacológicas con psicofármacos pueden dar lugar a una mala tolerabilidad, una eficacia reducida, o ambas, que pueden afectar negativamente los resultados esperados para el paciente. Los odontólogos pueden mejorar los resultados para los pacientes al considerar el potencial de las interacciones al seleccionar un fármaco para el tratamiento de la dolencia odontológica, y al evaluar el progreso del paciente, el cumplimiento y la incidencia de eventos adversos a lo largo del curso del tratamiento. Las interacciones más frecuentes entre psicofármacos y fármacos utilizados por odontólogos se pueden observar en la Tabla 1.

Conclusión

Las personas con discapacidad sufren un mayor deterioro en la salud en comparación con la población general y a su vez tienen mayor riesgo de reacciones adversas relacionadas a los medicamentos, ya sea por causas orgánicas, interacciones o por falta de adherencia a los tratamientos. Es necesario que el odontólogo pueda estar en conocimiento de los efectos adversos de los medicamentos que se prescriben con mayor frecuencia en la población con discapacidad, ya que se observan algunos de estos efectos indeseados en el sistema estomatognático. También es importante tener en cuenta a estos medicamentos y sus interacciones clínicas más relevantes para lograr un equilibrio entre el riesgo y los beneficios que se pueden obtener al realizar complementos farmacológicos en las afecciones bucales que lo necesiten.

Referencias

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ANEXO

Tabla 1. Psicofármacos e interacciones importantes con fármacos utilizados por odontólogos

Fármacos Resultado de la interacción
AINE – Litio Aumento de la toxicidad del litio
AINE – Haloperidol Somnolencia intensa
AINE – Fenobarbital Disminuye la semivida de eliminación del AINE, por la inducción de enzimas microsomales hepáticas
AINE – Citalopram Citalopram puede potenciar el efecto antiplaquetario de los AINES. Los AINES pueden disminuir el efecto terapéutico de citalopram
Eritromicina – Carbamazepina Pueden aumentar los niveles plasmáticos de la carbamazepina
Corticosteroides – Fenitoína Disminuye la eficacia de los corticosteroides
Fluconazol – Fenitoína Aumenta las concentraciones plasmáticas de fenitoína
Macrólidos – Antidepresivos Se pueden ocasionar arritmias severas
Macrólidos – Neurolépticos Se pueden ocasionar arritmias severas
Ciprofloxacina – Antiepilépticos Puede reducir las concentraciones plasmáticas de fenitoína e inducir convulsiones

Fuente: elaboración propia en base a los datos obtenidos de https://www.webmd.com/interaction-checker/default.htm