RESULTADOS
Según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016 (ENDIREH-2016), en los últimos cinco años, el 33,4% de las mujeres entre 15 y 49 años que tuvieron un parto, sufrieron violencia obstétrica (11).
La mejor contribución que se puede hacer para enfrentar eficazmente el problema de la violencia contra la mujer, incluida la violencia obstétrica, es promover su prevención (7).
Para prevenir y erradicar el maltrato y la falta de respeto en el parto, en instituciones sanitarias a nivel mundial, se requiere adoptar políticas de salud que fomenten el diálogo, la investigación, el apoyo y la sensibilización a una atención materna digna y competente.
Algunas de las acciones que van a favorecerlo son las siguientes:
- Mayor respaldo de los gobiernos en el desarrollo para realizar más investigaciones sobre cómo definir y medir el maltrato, y la falta de respeto, en los centros de salud públicos y privados de todo el mundo, y para comprender mejor su impacto en las experiencias y las elecciones de salud de las mujeres (1).
- Iniciar, respaldar y mantener programas diseñados para mejorar la calidad de la atención de la salud materna, centrándose en la atención respetuosa, competente y comprensiva como componente esencial de la atención de calidad (1).
- Llevar a cabo un programa de salud integral contra la violencia que sea multidisciplinario, que asegure el compromiso y el apoyo de los responsables de las políticas de salud, la designación de un responsable en las diferentes CCAA y la liberación de presupuesto para el mismo. Este programa debe ser incluido en los planes de salud, para fijar su estrategia de intervención y evaluación, a nivel estatal y de las CCAA. Debe contemplar la coordinación con los sectores educativos, los servicios sociales y los servicios jurídicos y policiales,así como la participación de las asociaciones de mujeres (12).
- Fomentar la investigación sobre la violencia obstétrica, tanto la realización de estudios para avanzar en la comprensión de la violencia y su impacto en la vida, la salud y el bienestar de las mujeres, como estudios que evalúen las intervenciones realizadas (incluida la económica) (12).
- Involucrar a las partes interesadas, incluidas las mujeres, en los esfuerzos para mejorar la calidad de la atención y eliminar las prácticas ofensivas e irrespetuosas (13).
- Informar sobre las distintas intervenciones que pudieran tener lugar para que puedan optar libremente cuando existan diferentes alternativas, permitiéndoles así tomar decisiones acerca de su cuidado.
- Trato individualizado y personalizado que garantice la intimidad durante todo el proceso asistencial, teniendo en consideración sus pautas culturales.
- Acompañamiento continuo durante el parto y postparto por una persona de su confianza.
- Respetar la cohabitación madre – hijo durante su permanencia en el ámbito sanitario siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.
- Libertad de movimiento y posición durante el parto.
- Permitir toma de líquidos y alimentos en el trabajo de parto.
- Realzar el derecho de la mujer a recibir una atención respetuosa y de calidad en el embarazo y parto.
- Elaborar y ejecutar políticas claras sobre derechos y normas éticas.
- Identificar, estudiar y documentar los servicios de salud que actualmente brindan atención materna (1,2,14).
- Sensibilizar a los profesionales sanitarios implicados en la atención al embarazo, parto y puerperio para que apliquen cuidados de calidad, basados en la evidencia científica, que permitan el crecimiento en el cuidado, a través de la interacción y la comunicación con la mujer, manteniendo el respeto y la privacidad y asegurando la satisfacción de sus necesidades (15).
- Incluir la violencia obstétrica en los programas de formación de los profesionales. No debe ser tanto una formación clínica sino vivencial, dirigida al análisis y la reflexión sobre las propias actitudes, las creencias y los prejuicios, que muchas veces permanecen ocultos. Es imprescindible el uso de la metodología grupal y participativa que incluya el aprendizaje de la entrevista psicosocial y, fundamentalmente, la adquisición de ciertas habilidades, como la acogida, la escucha y la contención (12).
En España, todas las comunidades autónomas han consensuado la Estrategia de Atención al Parto Normal en el Sistema Nacional de Salud, con la finalidad de promover un cambio en el modelo actual de atención al parto, siempre entendiendo tal como un proceso eminentemente fisiológico, en el que ha de prestarse una atención personalizada e integral a la parturienta en base a la evidencia científica y respetuosa con el protagonismo y el derecho a la información y a la toma de decisiones informadas que la legislación reconoce a las mujeres (16,17).
CONCLUSIONES
- Todas las mujeres tienen derecho a recibir el más alto nivel de cuidados en salud, que incluye el derecho a una atención digna y respetuosa en el embarazo y en el parto, y el derecho a no sufrir violencia ni discriminación.
- Todos los profesionales sanitarios debemos luchar por garantizar el acceso universal a una salud sexual y reproductiva segura, digna, actualizada, competente y respetuosa.
BIBLIOGRAFÍA
(1) OMS. Prevención y erradicación de la falta de respeto y el maltrato durante la atención del parto en centros de salud: Declaración de la OMS. human reproduction programme. OMS: WHO/RHR/14.23. Ginebra. 2014.
(2) Guillén FF. ¿Qué es la violencia obstétrica? Algunos aspectos sociales, éticos y jurídicos.
Dilemata. 2015;18:113-128.
(3) El Parto es Nuestro. Violencia Obstétrica. Disponible en: https://www.elpartoesnuestro.es/blog/2010/02/26/violencia-obstetrica.
(4) Belli LF. La violencia obstétrica: otra forma de violación a los derechos humanos. Revista Redbioética/UNESCO. 2013;1 (7): 25-34.
(5) Beck I, Romeo M. 1º ÍNDICE NACIONAL de Violencia MACHISTA. Noviembre de 2016.
(6) Terán P, Castellanos C, González Blanco M, Ramos D. Violencia obstétrica: percepción de las usuarias. Revista de Obstetricia y Ginecología de Venezuela. 2013;73(3):171-180.
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(9) Pereira F. Violencia Obstétrica, desde una perspectiva de género. Trabajo final de grado. Montevideo. 2017.
(10) Castro R, Erviti J. 25 años de investigación sobre violencia obstétrica en México. Revista Conamed. 2015;19(1).
(11) Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Encuesta nacional sobre la dinámica de las relaciones en los hogares (ENDIREH). México. 2016.
(12) Blanco P, Ruiz-Jarabo C, García de Vinuesa L, Martín-García M. La violencia de pareja y la salud de las mujeres. Gaceta Sanitaria. 2004;18(4):182-188.
(13) Medina G. Violencia obstétrica. Revista de Derecho y Familia de las Personas. 2009;4(1):1-4.
(14) Zamudio Mª TST. Propuesta para la prevención y atención de violencia institucional en la atención obstétrica en México. Revista Conamed. 2016;21(1Sup).
(15) Coral Ibarra R. Humanización del cuidado de enfermería durante el parto. Revista UDCA Actualidad & Divulgación Científica. 2008;11(1):47-56.
(16) Al Adib Mendiri M, Ibáñez Bernáldez M, Casado Blanco M, Santos Redondo P. La violencia obstétrica: un fenómeno vinculado a la violación de los derechos elementales de la mujer. Medicina Legal de Costa Rica. 2017;34(1):104-111.
(17) Villarmea S, Olza I, Recio A. El parto es nuestro: El impacto de una asociación de usuarias en la reforma del sistema obstétrico de España. Dilemata. 2015(18):157-183.