Sarampión y varicela
Autora principal: Crista Pacheco Cabalceta
Vol. XX; nº 11; 619
Measles and chickenpox
Fecha de recepción: 27 de abril de 2025
Fecha de aceptación: 8 de junio de 2025
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 11 – Primera quincena de Junio de 2025 – Página inicial: Vol. XX; nº 11; 619
Autores:
Crista Pacheco Cabalceta, Médico general, Investigador independiente, San José, Costa Rica
Resumen
El sarampión y la varicela son enfermedades virales altamente contagiosas que afectan principalmente a la población pediátrica. Ambas comparten características clínicas como la fiebre, exantemas y alta transmisibilidad, pero difieren en aspectos como etiología, complicaciones y estrategias de prevención. Este artículo revisa las características clínicas y fisiopatología de ambas patologías, así como sus métodos diagnósticos, tratamiento y medidas de prevención con el fin de con el fin de tener los conocimientos necesarios para enfrentar estas patologías en la práctica clínica.
Palabras clave
exantema, pediatria, infancia, brote, cutáneo, sarampion, varicela
Abstract
Measles and chickenpox are highly contagious viral diseases that primarily affect the pediatric population. Both share clinical features such as fever, exanthems, and high transmissibility, but differ in aspects such as etiology, complications, and prevention strategies. This article reviews the clinical characteristics and pathophysiology of both diseases, as well as their diagnostic methods, treatment, and preventive measures, with the aim of providing the necessary knowledge to address these conditions in clinical practice.
Keywords
exanthem, pediatrics, childhood, rash, skin, measles, chickenpox
Introducción
El sarampión y la varicela son enfermedades infecciosas que se caracterizan por su predominio en edades pediátricas así como por su alto riesgo de contagio. Ambas enfermedades son prevenibles por medio de la vacunación y gracias al esfuerzo de las autoridades sanitarias a nivel mundial se ha logrado reducir de forma considerable la incidencia de las mismas. Sin embargo, los brotes de sarampión siguen representando un desafío para la salud pública debido a causas como la desinformación, grupos antivacunas, entre otros. Por otra parte, aunque la varicela en su mayoría de casos es de curso benigno, sigue siendo una causa común de ausentismo escolar y laboral. A pesar que presentan manifestaciones clínicas similares, hay aspectos clave relacionados con su patogenia y curso clínico que permiten identificarlas de manera clara. Este artículo tiene como objetivo comparar y analizar los aspectos clínicos, epidemiológicos y preventivos del sarampión y la varicela con el fin de tener los conocimientos necesarios para enfrentar estas patologías en la práctica clínica.
Sarampión
Es causado por un virus ARN, de la familia Paramixoviridae (1, 2, 3). Tiene como huésped y reservorio a los humanos. Inicia con la replicación del virus en las células epiteliales de las vías respiratorios y posterior extensión a tejido linfático y sangre (2) Su periodo de incubación varía según la literatura, va entre los 8 a los 14 días, con un promedio de 10 días. Se caracteriza por una fase prodrómica que consta de tos, fiebre, conjuntivitis y rinitis, además de la aparición de las manchas de Koplik las cuales son pápulas grisáceas-blanquecinas en la mucosa yugal, estas lesiones son patognomónicas, sin embargo no es tan frecuente observarlas ya que su aparición se da aproximadamente dos días antes del exantema y dura en promedio dos días después del inicio del mismo, se estima que aparece en un 60 – 70% de los casos. (1, 2, 4, 5)
El exantema del sarampión aparece generalmente 14 días posterior la contacto inicial y consiste en máculas y pápulas que confluyen e inicialmente aparecen de manera típica en la frente, línea de nacimiento del cabello y detrás de las orejas con posterior distribución céfalo-caudal, tiende a respetar palmas y plantas. Desaparece en el mismo orden de aparición. Esta fase dura de tres a siete días aproximadamente. Finalmente el paciente entra en una fase de recuperación, en la cual el sistema inmunológico va a crear mecanismos de inmunidad y memoria permanente contra el virus. (1, 2, 3, 5)
Hay que tener en cuenta que un paciente se considera contagioso desde cuatro días antes y hasta cuatro días después de la aparición del exantema. Es importante tener esto en consideración ya que por la presencia de sintomatología respiratoria la diseminación es bastante frecuente y lo recomendable es aislar a los pacientes sintomáticos para disminuir el riesgo de contagio. (4)
En la mayoría de casos el sarampión es de carácter benigno, sin embargo los lactantes, niños con déficit de vitamina A y pacientes inmunosupresos o desnutridos son más susceptibles a presentar complicaciones. Dentro de las principales complicaciones del sarampión se ha reportado: otitis media aguda, neumonitis, encefalitis y miocarditis. Otra complicación reportada asociada al sarampión es la panencefalitis esclerosante subaguda, que suele aparecer muchos años después del cuadro agudo y se presenta con crisis epilépticas, alteraciones de la personalidad, coma e incluso muerte. Su incidencia es de aproximadamente 1 cada 100.000 pacientes. (1, 2)
Para el diagnóstico del sarampión es sumamente importante tener en consideración la clínica, epidemiología y hallazgos de laboratorio. La confirmación de laboratorio se realiza mediante la detección o aislamiento del virus mediante RT-PCR en secreciones nasofaríngeas u orina, así como también con serologías para anticuerpos específicos de dicho virus. (2)
Al ser una enfermedad viral, su tratamiento es sintomático y con medidas de soporte. No es necesaria la hospitalización a menos que se presente alguna complicación que así lo requiera. Al ser una enfermedad asociada a déficit de vitamina A, la OMS recomienda la administración de vitamina A por dos días consecutivos con las siguientes dosis: 200 000 UI en niños con edad igual o mayor a 1 año, 100 000 UI en niños entre los 6 y 11 meses de edad y 50 000 UI en niños menores de 6 meses de edad. (2, 4, 5, 6)
El sarampión es una enfermedad sumamente prevenible y esto se logra mediante la colocación de una vacuna atenuada, la cual consta de dos dosis. La recomendación actual consiste en una primera dosis que se aplica entre los 12-15 meses de edad y una dosis de refuerzo a los 4-6 años de edad. (2, 4, 5). En personas no vacunadas con exposición al virus se recomienda administración de la vacuna en un plazo de tres días, o bien, la administración de inmunoglobulina intramuscular o intravenosa en 6 días desde la exposición. Si existiera un brote comunitario, es recomendable que los niños mayores de 1 año que han recibido una única dosis de la vacuna reciban una segunda dosis si han pasado al menos 28 días desde la colocación de la primera dosis. (2, 6)
Al ser una enfermedad altamente contagiosa, es de carácter obligatorio reportar su diagnóstico ante las autoridades sanitarias correspondientes con el fin de extremar medidas para reducir su contagio. (6)
Varicela
La varicela es causada por el virus de varicela zoster (VVZ) el cual es un virus ADN de la familia Herpesviridae. Este virus tiene dos formas de presentación clínica: una primoinfección que da origen a la varicela y una reactivación que da origen al herpes zoster. El ser humano es el único reservorio conocido de este virus. Es la enfermedad exantemática infantil más prevalente en nuestro medio. (7, 8, 9)
El contagio se produce por contacto con secreciones respiratorias, líquido vesicular o incluso fómites de una persona infectada. Esta enfermedad tiene una viremia primaria y una secundaria. La viremia primaria corresponde a la replicación en los ganglios linfáticos regionales posterior al contacto inicial, esta replicación tiene una duración de 2-4 días. Posteriormente aparece la viremia secundaria que se produce cuando el virus penetra en epidermis e invade las células endoteliales capilares y luego migra a las células de los ganglios de la raíz dorsal donde permanece latente hasta una eventual reactivación. (2, 7, 8, 10)
Su periodo de incubación varía entre los 10 y los 21 días. Presenta un periodo prodrómico de fiebre, cefalea, malestar general, en ocasiones mialgias y/o artralgias, que dura aproximadamente dos días. Posterior a esto ocurre una erupción de máculas y pápulas eritematosas y pruriginosas que aparecen de manera inicial en cuero cabelludo, cara, tronco y posteriormente en extremidades. De manera rápida (aproximadamente 12 horas) evolucionan a vesículas transparentes que miden entre 1 y 4mm, están rodeadas por un fino halo rojo y son muy pruriginosas. Estas vesículas se rompen y evolucionan a costras. Durante la enfermedad, aparecen brotes sucesivos en intervalos de dos a cuatro días por lo que es característico encontrar lesiones en todas sus fases de desarrollo (mácula-pápula-vesícula-costra). Dichas lesiones también pueden aparecer en mucosas, donde producen erosiones y son muy dolorosas. (1, 2, 3, 7, 8).
La cicatrización y curación de las lesiones se produce en un periodo entre 7-10 días, generalmente con una hipo o hiperpigmentación temporal, en ocasiones se pueden presentar cicatrices deprimidas. (2, 10)
Un paciente se considera contagioso desde 1-3 días antes de la aparición del exantema hasta que todas las lesiones estén en fase de costra.La varicela es una enfermedad altamente contagiosa y es bastante frecuente el contagio entre los miembros de la familia de una persona infectada es por esto que es importante tomar medidas al estar en contacto con personas enfermas, por lo cual se recomienda que niños y embarazadas no estén cerca de la persona infectada. Es recomendable desinfectar todos los objetos utilizados por la persona, así como extremar medidas de higiene con el fin de reducir el contagio. (1,7, 11)
La varicela tiene un curso benigno y su principal complicación es la sobreinfección bacteriana por Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes. De manera infrecuente, se pueden presentar complicaciones más graves que afectan el sistema nervioso central como lo son la encefalitis y la ataxia cerebelosa aguda. Otra complicación asociada a la varicela es la neumonía, la cual es más prevalente en niños de edades avanzadas. Se han reportado otras complicaciones, menos comunes como lo son: hepatitis, trombocitopenia, artritis, neuritis óptica, pancreatitis, entre otros. (1, 2, 10)
El diagnóstico de la varicela es fundamentalmente clínico, sin embargo, hay casos en los que se requiere prueba confirmatoria, por ejemplo en pacientes inmunosupresos, para esto se dispone de: PCR, ELISA, cultivo, serologías y citología que se utiliza el Frotis de Tzanck, el cual consiste en levantar la piel de la vesícula y realizar un raspado de la base de la misma. (1, 2, 8, 10)
La varicela es una enfermedad viral, por lo que su curso generalmente es autolimitado y benigno, esto lleva a que el tratamiento, en pacientes sanos, sea sintomático y de soporte. Dentro de lo que se le puede ofrecer al paciente están los antipiréticos, se prefiere el paracetamol y antihistamínicos sedantes como medida para la disminución del prurito. También es importante hacer énfasis en las medidas de higiene con el fin de disminuir el riesgo de sobreinfección bacteriana (7).
En grupos de riesgo y pacientes inmunosupresos es beneficioso el uso de antivirales como aciclovir y valaciclovir con el fin de disminuir el riesgo de complicaciones graves asociadas a la infección. También se ha reportado beneficio con el uso de inmunoglobulinas intravenosas. (10) En este grupo de pacientes es importante tener presente el tratamiento profiláctico post exposición el cual se realiza con los mismos fármacos antes mencionados. La vacunación contra la varicela entre las 72-120 horas post exposición previene la enfermedad o modifica su curso, siempre y cuando el paciente tenga las condiciones para recibir dicha vacuna. Por lo que se recomienda utilizar las inmunoglobulinas para pacientes inmunosupresos y la vacuna en pacientes inmunocompetentes (2, 3)
La vacuna de la varicela es una vacuna viva atenuada la cual se aplica en dos dosis, la primera entre los 12-15 meses de edad y la segunda entre los 4-6 años de edad. (2) Se recomienda vacunar a niños mayores de 13 años que no tienen evidencia de inmunidad, así como también a personas cuidadoras de enfermos y personal de salud que no hayan sido vacunados o no hayan tenido la enfermedad, en ambos casos se debe recibir un refuerzo cuatro semanas posterior a la primera dosis. (10)
Al ser una vacuna viva atenuada, hay que tener en consideración sus contraindicaciones: embarazo y lactancia, inmunosupresiones causada por VIH, neoplasias hematológicas malignas, tratamiento con corticoides (>2mg/kg) u otros inmunosupresores sistémicos, quimioterapia en fase de inducción, Síndrome de down. Las complicaciones asociadas a la vacuna son poco frecuentes y lo más común son las reacciones locales. (2,8)
Conclusiones
1- El sarampión y la varicela forman parte del grupo de enfermedades exantemáticas en la infancia, conocer sus manifestaciones clínicas es de suma importancia en la práctica clínica.
2- La mayoría de los casos de sarampión y varicela son de curso benigno y autolimitado por lo que su tratamiento es sintomático y de soporte.
3- Ambas son altamente contagiosas, por eso es importante una identificación temprana para disminuir el riesgo de contagio, así como una vacunación oportuna de los niños según corresponda en el esquema de vacunación.
4- El sarampión es una enfermedad prevenible y esto se logra con la vacunación. Es de suma importancia educar a la población acerca de la necesidad de las vacunas ya que si bien es una enfermedad de curso comúnmente benigno, puede llegar a tener complicaciones graves.
5- El virus de varicela zoster tiene dos formas de presentación clínica: primoinfección que da origen a la varicela, y una reactivación que produce el herpes zoster.
6- A pesar de que la varicela en la mayoría de casos es benigna, es importante tener presente los grupos de riesgo así como las medidas profilácticas post exposición.
7- La vacuna de la varicela es una vacuna viva atenuada por lo que no se puede aplicar en toda la población. Conocer sus contraindicaciones es sumamente importante para prevenir complicaciones.
8- Ambas enfermedades pueden ser transmitidas por gotículas respiratorias por lo cual es importante identificar a los paciente infectados con el fin de aislarlos de manera temprana y de esta manera reducir el contagio.
Referencias bibliográficas
1- Palacios-López CG, Durán-Mckinster C, Orozco-Covarrubias L, Saéz-de-Ocariz M, García-Romero MT, Ruiz-Maldonado R. Exantemas en pediatría. Acta Pediatr Méx. 2015;36(5):412–423. Disponible en: https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0186-23912015000500412
2- Bolognia JL, Schaffer JV, Cerroni L. Dermatología. 4ª ed. Madrid: Elsevier; 2018.
3- Kaplan Medical. USMLE Step 2 CK Lecture Notes 2020: Pediatrics. 10th ed. New York: Kaplan Medical; 2019.
4- Delpiano L, Astroza L, Toro J. Sarampión: la enfermedad, epidemiología, historia y los programas de vacunación en Chile. Rev Chil Infectol. 2015;32(4):417–429. Disponible en: https://repositorio.uchile.cl/handle/2250/135897
5- Vargas-Soler José Antonio, Morales-Camacho William Javier, Plata-Ortiz Sandra, Macías-Celis Andrés Camilo, Nocua-Alarcón Laura Ximena, Noguera-Sánchez Ana Milena et al. Sarampión en pediatría: el resurgir de una enfermedad prevenible por vacunación. Rev. mex. pediatr. [revista en la Internet]. 2020 Feb [citado 2025 Abr 19]; 87(1): 30-37. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0035-00522020000100030&lng=es. Epub 13-Sep-2021.
6- Drutz J. Measles. Pediatr Rev. 2016 May;37(5):220–221. doi: 10.1542/pir.2015-0117.
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8- Asociación Española de Pediatría. Varicela [Internet]. Madrid: AEP; 2018 [citado 2025 May 4]. Disponible en: https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/varicela.pdf
9- Sanz de Miguel M.P., Perales Martínez J.I., Chapi Peña B., Arana Navarro T., Cenarro Guerrero T., García Vera C.. Enfermedades exantemáticas en la consulta de Atención Primaria. Rev Pediatr Aten Primaria [Internet]. 2009 Dic [citado 2025 Abr 21]; 11(Suppl 17): e42-e42. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1139-76322009000700054&lng=es.
10- Hunt Pavesi N, García Pérez C, Acuña M. Revisión bibliográfica: Varicela. Pediatr Electrónica. 2024;4:1–6.
11- Ministerio de Salud. Varicela: ¿Qué es la varicela? [Internet]. San José: Ministerio de Salud; [fecha de publicación desconocida] [citado 2025 May 4]. Disponible en: https://www.binasss.sa.cr/poblacion/varicela1.pdf
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